Gonzalo Pontón y Crítica

14 abril 2009 09:17


El tráfago de los pasados días me ha hecho casi pasar por alto el hecho de que Gonzalo Pontón, el fundador y director de Editorial Crítica, ha sido jubilado forzosamente por Planeta, el grupo editorial propietario actual del sello.

Pero ahora me encuentro con una carta del propio Gonzalo Pontón, quien espero me perdone por sacarla a la luz pública:
Quizás ya sepas por la prensa que Planeta ha decidido jubilarme como consejero delegado de CRÍTICA, la editorial que fundé en 1976 y que he dirigido ininterrumpidamente durante 33 años.

Todas mis negativas a la jubilación que se me impone (es cierto que acabo de cumplir 65 años), así como la propuesta alternativa que he dirigido a Planeta para comprar sus acciones (es el socio mayoritario de CRÍTICA) han sido inútiles. Planeta ha tomado una determinación innegociable. Sin embargo, no me doy por vencido y seguiré tratando de recuperar mi editorial por todos los medios incluidos los legales o, alternativamente, exigiré la venta de mis acciones a Planeta (estoy obligado a ello por un contrato entre socios que firmé hace diez años), ya que sus directivos me han expresado personalmente que, aun reconociendo que CRÍTICA siempre ha obtenido beneficios, a su juicio pueden incrementarse mucho cambiando la línea editorial.

Como podrás comprender, no deseo sancionar con mi presencia, ni como asesor (que se me ha ofrecido) ni como accionista, una línea editorial que nada tenga que ver con lo que CRITICA ha venido ofreciendo a la cultura de lengua española desde el fin de la dictadura hasta hoy. La buena noticia es que por el momento Planeta ha reconfirmado en su cargo a Carmen Esteban como directora editorial de CRITICA.
Nunca he tenido relación profesional con Crítica, más allá de reseñar alguna obra suya en la prensa, de modo que mis palabras inmediatas no las moverá ningún interés directo. Por decirlo rápidamente: debo a la Editorial Crítica algunos de los mejores momentos intelectuales que me ha deparado la lectura en los últimos años, en áreas muy variadas.

La edición es un oficio muy personal, por desgracia o (como en este caso) por suerte. Sería incomprensible la existencia del fondo de Crítica sin su forjador, así como resulta difícil pensar en que se mantenga la línea editorial sometida a más presiones económicas.

El grupo Planeta se ha caracterizado por adquirir numerosos sellos y luego cambiarlos y desvirtuarlos hasta el extremo de que uno se pregunta que para qué los compró... Su política de sustituir a los editores por responsables de sello recuerda poderosamente lo que André Schiffrin llamó La edición sin editores. Con esas operaciones no sólo se pone en riesgo la evolución natural de una línea editorial, el futuro, sino también la preservación de un fondo creado a lo largo de décadas: el pasado.

Ojalá se logre encontrar alguna fórmula que permita la preservación del sello.

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8 Comentarios:

Blogger Diego Fernández Magdaleno dijo...

Crítica tiene una espléndida trayectoria. La actuación de Planeta es un error mayúsculo.
Saludos,

Diego

14 abril, 2009 11:16  
Blogger Galderich dijo...

Es curioso como desaparece los editores que han dado carácter a una editorial y como las absorciones aconstumbran a la larga o a la corta a no respetarlos.
Como bien reflexionas, ¿para qué las compraran?

14 abril, 2009 11:31  
Anonymous Anónimo dijo...

hola,

Soy aficionado a los avatares del mundo de la edición. Me gustan las memorias de los editores, y los ensayos más generales como el de Shiffrin. Hace unos años leí "Tiempo de editores. Historia de la edición en España, 1939-1975" (Destino) de Xavier Moret, que da un panorama general de la edición española durante esos años. Quisiera saber si me podéis decir algún otro título.

Me gustaría que G. Pontón conservara la autonomía de su editorial. Pero la verdad es que su socio mayoritario es una pirana, como él ya sabía cuando firmó el acuerdo. En todo caso, suerte.

Un saludo

14 abril, 2009 16:25  
Blogger Gonzalo («Darabuc») dijo...

¿Parece que la historia se repite con respecto a Grijalbo, no? Quizá solo puede haber una relación de amor-odio con esos grandes grupos, pero no de independencia, ni tampoco de integración.

Yo he traducido para ellos desde hace diez años y no puedo ser objetivo: son la editorial que más quiero y me han dado muy buenos momentos.

14 abril, 2009 23:00  
Anonymous Anónimo dijo...

¿Para qué las compraran? Y también, ¿por qué se dejó comprar?

15 abril, 2009 12:32  
Anonymous Anónimo dijo...

¿Ayer licántropo y hoy cordero?

Algunos de los que hemos tenido una suerte distinta a la de José Antonio Millán y sí hemos mantenido una relación profesional con el señor Pontón, estamos perplejos ante las declaraciones que hace en los mensajes que manda a medios, amigos o empleados. La verdad es que parece extraño que acuse hoy la política de Planeta a la que se plegó primero (estaría bien que aprovechara el arrebato de sinceridad para explicar a sus destinatarios cómo llegó su sello a Planeta) y a la que contribuyó activamente luego, durante varios años, con toda seguridad durante los últimos tres años, periodo en que asumió la dirección de Paidós, una editorial de ensayo con 60 años de historia que ha quedado “desvirtuada” por obra del señor Pontón: hoy quienes un día trabajamos para aquella editorial ya no reconocemos los libros de Paidós en las librerías, por el sencillo motivo de que este “forjador” se encargó en los primeros meses de su gestión al frente de la editorial de hacer también de fundidor destituyendo a buena parte de la gente que participaba en la producción de esos libros, desde los diseñadores (Mario Eskenazi, por ejemplo, que había hecho reconocible el sello y algunas de sus colecciones más emblemáticas) hasta una de las editoras más decisivas, Carmen Castells, a la que relegó a un cargo prácticamente administrativo. Curiosamente en el momento en que Planeta lo erigió en responsable de Paidós, el señor Pontón esgrimió ante la plantilla los mismos argumentos que hoy, según cuenta, esgrime Planeta con él: la rentabilidad económica. Este argumento le sirvió para despedir en tres meses al 32% de la plantilla, para destituir a la mencionada editora y para nombrar a una “responsable de sello” dispuesta a amoldarse a la política comercial de Planeta que, entonces, el señor Pontón todavía estaba dispuesto a “sancionar con su presencia”. Sería demasiado largo explicar todas las pérdidas de las que es responsable este gran forjador-fundidor, pero con toda seguridad esas dos personas mencionadas son sólo las que encabezan una larga lista de valiosos sacrificados en las tres sedes de la editorial, a saber, la argentina, la mexicana y la española. Lamentablemente quienes hemos mantenido una relación profesional con él en los últimos años sólo hemos visto su "coté" de fundidor y nos hemos perdido el de forjador: posiblemente eso nos hace sospechar con bastante fundamento que las razones de Planeta no son exactamente las que alude el señor Pontón, pero corresponde a Planeta decidir si conviene explicar las verdaderas razones por las cuales ha decidido jubilarlo "forzosamente".

18 abril, 2009 17:11  
Anonymous Anónimo dijo...

Tampoco veo nada raro en la actuación de Planeta. Un directivo cumpli 65 años y se jubila, la empresa le ha respetado la independencia mientras ha estado allí y ahora quiere probar algo nuevo... y si no funciona volverá atrás. Pero dudo que toquen el "core" de negocio de Critica.

20 abril, 2009 13:35  
Anonymous Anónimo dijo...

El que a hierro mata a hierro muere

23 abril, 2009 02:01  

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