"Hábiles impresores y mecánicos..."

29 mayo 2009 09:17


En un teatrito de papel para uso de niños, de los años 20, hemos visto un delicioso telón de anuncios. El juguete reproduce un uso normal en la época: en los intermedios solía bajar al frente del escenario un telón de propaganda.

El de este teatrito está hecho en broma: los anuncios son humorísticos, como el de los "neumáticos Salchichón" o los "collares, bozales y cadenas para la diplomacia", que "conservan la paz" (estamos en la postguerra de la Gran Guerra). Destacan también los automóviles a tracción animal: "los más económicos de esencia [=gasolina]".

Pero el editor del juego, nada menos que Seix & Barral, que había sido fundada en 1911, no se resiste a meter una publicidad propia, que transcribo a continuación:
FABRICAS DE LIBROS Y DE JUGUETES
S.A.I.G. SEIX & BARRAL HERMS.

Más de doscientos cincuenta hombres, sabios maestros, pintores, poetas, hábiles impresores y mecánicos, obreras expertas, etc. etc., trabajan constantemente para los niños, para su educación y alegría.
Claro, las editoriales de la época solían tener su propia imprenta y almacén: eso explica semejante despliegue de personal. Pero no se puede negar que es una visión idílica del mundo de la edición infantil, trabajando "constantemente para los niños"...

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2 Comentarios:

Anonymous F.Alvarez dijo...

¡Qué fantástico tesoro!

29 mayo, 2009 14:04  
Anonymous Gorki dijo...

Tuve la suerte de conocer a Carlos Barral, una persona amenísima y con un magnetismo personal increible, aparte de buena persona. Descanse en paz.

Una anécdota familiar. Mi abuelo fue notario y solo vivió para su notaría, de tal forma que nunca iba al cine o al teatro, mientras que mi abuela, que era una mujer que la encantaba la vida social no se perdía un estreno de teatro.

Una vez mi abuelo dijo a mi abuela, esta noche vamos al teatro, cosa que dejó a mi abuela asombrada. Fueron al teatro, vieron el primer acto de la obra, bajó el telón de los anuncio en el entreacto, mi abuelo sacó el reloj del chaleco y miró al segundero y cuando subió el telón dijo a mi abuela, bueno volvamos a casa.
Le había contratado un cliente para que levantara acta de la duración del anuncio, y era lo único que le interesaba de la obra. Se fuero sin ver ni el segundo ni el tercer acto, aunque ya estaban en el teatro.

30 mayo, 2009 01:18  

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