Plagios y la Red

11 febrero 2010 09:17

La Defensora del Lector del diario El País ha publicado el pasado domingo un artículo titulado Historias de plagios y autoplagios, sobre la presunta copia de un artículo de la Wikipedia por parte de un colaborador (gracias, Xavier, por llamarme la atención sobre él).

Leído atentamente a mí se me ocurre que pasan varias cosas. Por una parte lo que podríamos llamar la "histeria Wikipedia", que parece afectar por igual a lectores y periódicos: el temor a que un artículo se haya copiado de la enciclopedia colaborativa. Si no me equivoco no tanto por que eso sea un plagio (copia sin decir que lo es, ni citar fuente) como por la fama de "poco fiable" que para algunos tiene Wikipedia.

Esta actitud hace que no se tenga en cuenta a priori otra posibilidad: la de que en caso de concordancia entre un artículo y la Wikipedia, ésta pueda haber cogido datos de aquel. El historial de publicación del artículo (imagen superior) puede proporcionar suficientes elementos a quien quiera mirarlo.

Toda la custión, además, está complicada con la curiosa existencia de dos versiones del mismo artículo del diario, la primera difundida digitalmente antes que en papel.

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8 Comentarios:

Blogger intrépida dijo...

Creo que hay que ser muy cuidadosos a la hora de difundir este tipo de noticias, o más bien, no-noticias, porque nunca hubo ningún plagio.

El artículo de la defensora del lector del País aclara el misterio perfectamente.

No obstante, no me ha gustado mucho el tono general del artículo, podría haberse limitado a ser más concisa y explicar el error sin más, y hacer de una noticia potecionalmente sensacionalista algo menos sensacionalista de lo que sugiere, en mi opinión (creo que esa es la razón de que no le hayan renovado para seguir con esa sección).

La idea de una sección así es muy buena, la verdad. Por una vez, los lectores que hagan acusaciones de este tipo pueden ser contestados y puestos en su lugar cuando la razón no esté de su parte.

Pero la lectura de los artículos-respuesta de esta periodista me ha dejado una sensación dudosa, me da la impresión de que, si por un lado aclara, por otro también contribuye a echar más leña al fuego (supongo que con ánimo de parecer que está del lado del lector).

EL tema me parece fascinante, pero hay que saber tratarlo con objetividad. El hecho de que puedas contrastar las fechas de las revisiones de Wikipedia, por ejemplo, y lo que se añadido e incluso quitado, es un dato básico en esta historia y muy sencillo de aclarar.

11 febrero, 2010 16:51  
Anonymous Gorki dijo...

Delicado tema de donde empieza el plagio y acaba la toma de datos.

Pongo un ejemplo, he escrito el otro día en mi blog sobre unos estudios de cine que se hicieron en Aranjuéz.

Descubrí el tema en la Hemeroteca digital y me pareció interesante,

Nada sabía de ello previamente, así que tuve por fuerza que documentarme y lo hice principalmente de tres fuentes, la propia revista Estampa, Wikipedia en su página dedicada a Aranjuéz y una web llamada Historias Matritenses y puntualmente de una docena de artículos mas que no recuerdo el nombre.

Hay en el escrito párrafos que posiblemente se parezcan mucho a los originales, pues si he de poner las películas que se rodaron en ese estudio, cambiar un tiempo verbal o la puntuación, no es cambiar nada sustancial, ya lo sé

Considero que documentarse y dar tu propia visión del asunto no es plagio, pero evidentemente no podría haber escrito el post sin reflejar lo sustancial de mis fuentes y esto si que es aprovecharse del trabajo de otros, lo llames como lo llames

Yo al final del escrito puse extractado de los tres sitios que he indicado, con links a las páginas originales. Sin embargo me consta que me "inspirado/copiado" en otros sitios que no menciono. ¿Soy por ello un plagiador?

¿Si hubiera deseado hacer la necrológica de ese teólogo, hubiera sido delito el documentarme en la wilkipedia?
¿Que otra forma hay de hacerlo? ¿Acaso no tengo derecho de hablar de aquello de lo que no haya sido testigo personal? ¿Cómo puedo hacer una necrologiíta que sea muy diferente a una biografía
?
No me gusta al plagio y trataré de ser original, pero eso no quita para que mus inspire/copie párrafos de otros con o sin cita, pues, lo oculte como lo oculte, no es escribir de lo que no fui testigo, sino aprehendiendolo de otros que quizá fueron testigos o a su vez lo agredieron /copiaron de quien había sido testigo directo, el único que está fuera de toda sospecha.

11 febrero, 2010 18:03  
Blogger Jaime dijo...

Estoy bastante de acuerdo con lo que cuenta Gorki con tanta gracia.

Leí el artículo y lo que me llamó la atención es el caso de Javier Sampedro. El divulgador científico explicó que exponer la estructura del átomo o un mismo proceso químico diez veces te hace volverte vago, y echar mano de cómo lo has explicado anteriormente y no volver a recordar, sintetizar y escribir.

No sé porqué me acordé de Miguel de Unamuno que pudo escribir unos 60.000 artículos -es una cifra al buen tún tún- en su vida para diarios españoles y suramericanos. La de veces que se habrá autoplagiado: copiándose ideas, argumentos, debates. Un lector fiel de Unamuno en Buenos Aires habrá leído cinco o seis vece, como poco y con suerte, el mismo artículo. Son muchos años repitiendo lo mismo. Y menos mal que don Miguel, como es sabido, cambió bastante de opinión en su vida, y eso haría más amena la lectura al fiel seguidor, supongo.

11 febrero, 2010 22:59  
Blogger Galderich dijo...

Es curioso como la Wikipedia tiene fama de no fiable (cuando una parte muy importante de su información es de una solvencia contrastada!) y en cambio los libros impresos si tienen fama. ¿Es que no conocemos libros con graves errores y teorías de los más extrañas? ¿Cual es el pecado original de Wikipedia?

Por otra parte, citando y enlazando las informaciones en nuestros apuntes para aclarar de donde provienen nuestras fuestes es un ejercicio que no todo el mundo practica, lamentablemente.

11 febrero, 2010 23:01  
Anonymous Mario dijo...

Galderich:

<>

Si yo hablara... En mi vida editorial ¡he visto cada cosa!

12 febrero, 2010 11:46  
Blogger José Antonio Millán dijo...

@Jaime: Otros que se copiaban a sí mismo un montón: Josep Pla, Ramón Gómez de la Serna, Umbral.

12 febrero, 2010 11:47  
Blogger Jaime dijo...

Claro, el autoplagio es un mundo fascinante, una derivación del plagio. Es curioso que los que tres que cita JAM hayan sido grafómanos compulsivos y creyentes en que su sensibilidad era absolutamente original. Aunque cada caso es distinto.

El plagio empieza a estar mal visto con el triunfo del Romanticismo, como si el gran autor fuese mejor cuanto menos contaminado estuviera por las influencias de la tradición. Antes, los autores de creación plagiaban sin complejos y no lo ocultaban o dejaban pistas demasiado evidentes: Virgilio a Quinto Ennio; Shakespeare a Petrarca; Milton a Masenio, según denunciara otro lector atento y quisquilloso, Voltaire; Sterne a Burton; Coleridge a Schlegel en "Biographia literaria", como denunciara Thomas de Quincey que, después se ha demostrado científicamente, plagió veinte veces más que Coleridge en sus obras.

Todos estos ejemplos están tomados de un artículo delicioso de Ann Fadiman en su libro "Ex libris" (Alba, 2000): "Nada nuevo bajo el sol" que recomiendo leer por placer. La periodista norteamericana con su impecable erudición, ligera ironía y tono autobiográfico cuenta algunas peripecias sobre el plagio, un asunto tan antiguo como la escritura.

En un momento del artículo, recapacita Fadiman: "Cuanto más leo sobre el plagio, más veo que la literatura es un gran cubo de reciclaje" (esta cita nos lleva a una idea de un verso de Alexander Pope como nos señala la autora a pie de página en su nota correspondientemente).

12 febrero, 2010 13:26  
Anonymous Gorki dijo...

Solo es una anécdota. Hace muchos años, (quizá 35 años), Antonio Gala se rompió una pierna y durante un tiempo usó bastón.

En una entrevista por televisión (TVE claro, no había otra), dijo entonces que usaba bastón, "no por estética, sino por estática", una frase, a mi juicio, muy original e inspirada.

A raíz de ello, sus admiradores le comenzaron a regalar bastones y él comenzó una colección que sigue completando hasta hoy. (me cruzo con frecuencia con él durante mi paseo matinal muchas mañanas, va sin bastón, pero con tres perros pequeños y un secretario gordo).

Le he oído decir al menos tres veces, que colecciona bastones "no por estática sino por estética". Un claro autoplagio, suponiendo que la frase original saliera de su cacumen.

Sea como sea, ¿no tiene Gala, u otro cualquiera, derecho a repetir la frase, cuantas veces considere oportuno, si viene a cuento y la inspiración en ese momento no te provee de otra tan acertada?

¿Qué culpa tiene Gala, de que yo sea tan viejo como él y que tenga aún, una memoria de elefante para todo lo que no son ni nombres, ni números?

12 febrero, 2010 14:23  

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