Harry Potter, o el arte de montar en bicicleta

22 febrero 2008 09:52

Fiesta de presentación, delante del MACBA de Barcelona,
del último Harry Potter en español.

Hoy publica ADN mi artículo Potter, o el arte de montar en bicicleta, que reproduzco a continuación:

Estamos en un mundo extraño, y en pocas cosas se manifiesta mejor que en esto de la cultura. Sometidos a un sistema capitalista inmisericorde, que sacrifica el futuro de nuestros jóvenes, nuestras costas y enclaves naturales, a la especulación y el enriquecimiento de unos pocos, sin embargo todo es dulzura y bienpensar cuando se habla de cultura. Las obras sociales (¡sic!) de las cajas de ahorros ya no hacen pisos para pobres, sino que alimentan eventos artísticos, musicales... Los ayuntamientos no dotan todas las guarderías que hacen falta, pero florecen las fiestas y actuaciones en cada ciudad alegre y confiada. ¡Ah!: y hay el consenso común de que está muy bien leer.

Y es que está muy bien leer, ¡qué demonio! ¡Intenta descifrar las nueve páginas de factura de consumo telefónica del nuevo iPhone sin saber leer! Es más: para ello hace falta una habilidad suma en el desciframiento alfanumérico; no vale deletrear penosamente... O atrévete a hincarle el diente a esa hipoteca a cincuenta años sin leer cuidadosamente todo el contrato (y de paso pedir ayuda a un abogado). Tal vez quieras entender el informe que te ha hecho el oncólogo, para ver qué es lo que no te ha explicado de viva voz, porque parecía con prisa, y extrañamente enfadado contigo... Tendrás que leerlo, y luego empezar a googlear como loco.

¿Y Harry Potter? Calma, calma... Leer, quiero decir: leer bien es imprescindible, pero no para disfrutar de mentiras, o sea de novelitas, sino para moverte adecuadamente en esta sociedad complejísima: tengo un amigo que quiere poner un servicio de catering, y ahí está, inmerso en la normativa y la legislación municipal, autonómica, estatal y europea... Está rezando por que no se haga una Unión de Naciones del Mundo, ¡no vaya a ser que también legisle!

¿Por qué entonces ese énfasis en la literatura? No conozco a nadie que se la haya cargado por malinterpretar una frase de Emma Bovary, o un verso de Cernuda, pero sí por no entender una cláusula del contrato de arrendamiento ¿Por qué cuando invitan a Cataluña a la Feria del Libro de Frankfurt lleva prácticamente sólo novelistas? ¿Libro = novela? Para algunos sí...

Y sin embargo, la ficción tiene una función clave (y ahí llega Potter); forjar en el ejercicio de la lectura, crear gente que sabe leer bien. Hace seis años narraba mi experiencia de padre de hijos lectores de Potter. Hoy siguen con la lectura de libros, cierto que a veces a regañadientes: ¡fuerte competencia la de Naruto! Pero el impulso de los libros de J. K. Rowling (cuya lectura, por cierto, ya han abandonado) fue claro: forjarles en la adquisición de una habilidad compleja, la habilidad de desentrañar ágilmente un texto. Y esa habilidad, como la de montar en bicicleta, nunca se pierde... Pero ¡intenta crear jóvenes lectores con el Boletín Oficial (lectura, por cierto mucho más productiva)!

Dicen que los niños antiguos lectores de Potter ya no leen más libros. Bueno, ¿y qué? ¿Para qué los necesitan? Mi pregunta es: ¿quiénes leyeron las aventuras del niño mago estarán mejor preparados que los que nunca hincaron el diente a un libro tan gordo, para leerse el contrato de su hipoteca a cincuenta años? Creo que la respuesta es "sí", y para mí, a estas alturas, eso es lo importante, y no esas bobadas calenturientas que, por cierto, han hecho inmensamente rica a su autora.

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6 Comentarios:

Blogger Victor dijo...

Me ha encantado el articulo.

Pero me surge una duda al respecto.
"Dicen que los niños antiguos lectores de Potter ya no leen más libros."

¿Quien lo dice? ¿En que se basa? ¿Es un problema solucionable? Aunque tu afirmas que no es un problema.

Desde mi punto de vista a más lectura más cultura. Se empieza por Harry Potter, se salta a libros más complejos y se acaba con tratados gordos y pesados.

22 febrero, 2008 10:41  
Blogger AAOIUE dijo...

Hace unos años en el metro oí a un niño hablando en latín pero pronto me desengañé al darme cuenta de que eran encantamientos sacados de alguna entrega de Harry Potter. Por cierto, hace aún muchos más años, yo creo que -al menos en el metro- se veían lecturas más variadas: Das Kapital, La Historia de la Literatura y el Arte de Arnold Hauser, el código de la circulación, Marcial Lafuente Estefanía y las lecturas obligatorias de secundaria. Llevo 5 años que sólo veo el ADN (a pesar de alguna excepción como "Potter, o el arte de montar en bicicleta", y otros diarios que no se venden, El código Da Vinci, La sombra del viento y poca cosa más.
Me ha encantado el post, como la mayoría de los suyos, tan generosamente documentados, amenos y críticos.

22 febrero, 2008 20:18  
Anonymous Mauro dijo...

Sí: hubo una noticia hace poco para ver si los niños que habían leído a HP seguían luego leyendo otras cosas, y muchos habían dejado la lectura. Pero siento no saber localizarla.

22 febrero, 2008 20:50  
Blogger Mikel Alvira dijo...

Algo tiene el agua cuando la bendicen, dicen. Lo cierto es que me he encontrado en el aula a muchos alumnos adolescentes incapaces o desmotivados para leer pequeños libros y, sin embargo, embarcados en el desciframiento de cada uno de los volúmenes de HP.
Por algo será, sí (quizás solamente puro sometimiento al mercado), pero lo cierto es que la mayoría luego no ha saltado al resto de la literatura. Muchos serán adultos que dirán eso de... "¿leer? Leer no leo. Bueno, de crío, sí. De crío me leí los de HP".
Mikel Alvira

22 febrero, 2008 23:24  
Blogger SDLR dijo...

Jo macho, me he pasado el día dejándome las pestañas en un trabajo tedioso de corrección editorial y con todo has conseguido atraparme con ese extenso artículo que publicaste en el BILE, y que es lo mejor y más fino que he leído hasta ahora sobre Harry Potter. La frase de que «esto es como la tele» abre un nuevo capítulo en la historia de la lectura que escribirá el Roger Chartier del futuro (o quizá el del presente).
En lo que a mí respecta, hasta ahora siempre había sido bastante escéptico respecto de las virtudes propedéuticas de la saga de Rowling, pero tu experiencia como padre de familia lectora acaba de convencerme. Lo que pasa es que yo a quienes veo con el Potter bajo el brazo no es a niños de siete años, sino a estudiantes universitarios, a señores con toda la barba, a trabajadores de cuello blanco, y me fastidia ver —por utilizar tu magnífica expresión— tanta maquinaria compleja y costosa empleada en tareas menores.
En fin, que a mí también me ha encantado. Muchas gracias.

22 febrero, 2008 23:41  
Blogger Mar Calpena dijo...

Sin ser yo particularmente fan de Naruto, acusar a los manga de no fomentar la lectura (en contraposición a Harry Potter) es absolutamente incoherente con la tesis que entiendo que tiene el artículo.

26 febrero, 2008 11:53  

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