La máquina que fabricaba libros

05 mayo 2009 09:17




Estos días pasados ha rebrotado la cuestión de la máquina Espresso para imprimir libros bajo demanda desde un ejemplar, tanto en Estados Unidos como en Inglaterra. Digo que ha rebrotado porque hablábamos de ella hace casi dos años, cuando se instaló una en la Biblioteca Pública de Nueva York. Ahora su destino son las librerías.

Estaba esperando reunir comentarios (sensatos) sobre la cuestión, cuando me he encontrado dos, nada menos que en el mismo blog.

Txetxu Barandiarán afirma:
Ahora parece que uno de los caminos va a venir marcado por el hecho de que las librerías se conviertan en imprentas uno a uno. [...]

La suponemos silenciosa o quizás nos aporte un rumor de fondo a modo de nueva música ambiental 'tecnodigital'.

Hasta la fecha el libro de fondo, no creemos que se piense por ahora en novedades, no suele requerir el 'para ahora mismo' y menos si estuviésemos seguros que el libro lo pudiéramos tener de un día para otro.

¿Por qué no situar por lo tanto esta propuesta en el ámbito de los distribuidores que amortizarían con más rapidez la máquina, permitirían que ese espacio de la librería pudiera estar ocupado o bien por libros o por entornos de cierta comodidad lectora y de encuentro y minoraría sin lugar a dudas tanto la contaminación acústica como la ambiental?
El comentario de Marc Lecha incide sobre los costes reales de la máquina, a través de su funcionamiento efectivo: los atascos, parones, necesidad de piezas de recambio lejanas... El elevado precio de la máquina ve así alargarse el periodo de amortización. Todo ello avala también al distribuidor como el lugar ideal para su instalación. Menciona por otra parte una cuestión no menos importante: la preparación de los archivos, por ejemplo PDF, que la máquina debe imprimir, y que es algo mucho menos baladí de lo que parece.

Puestas así las cosas, la consigna podría ser: ¿impresión bajo demanda?, sí, pero no inmediata. Un eslogan futuro: "Encargue su libro antiguo, descatalogado, inencontrable en la web y recójalo al día siguiente en su librería favorita".

Aunque ¿quién dará ese servicio?

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5 Comentarios:

Anonymous David dijo...

Si he entendido bien el funcionamiento de la máquina, creo que queda por resolver la cuestión del texto en sí: ¿serán meros faxímiles de ediciones antiguas o se procederá a una nueva disposición en página, moderna, legible, etc.? Lo digo porque llevo un tiempo trabajando con libros colgados en www.archive.org y las discrepancias entre el .pdf y la versión escaneada son brutales. En principio, si se maqueta el texto de nuevo sería necesaria una revisión, pero ¿quién va a pagar una revisión para un libro del que se imprimirá sólo un ejemplar?

05 mayo, 2009 11:56  
Anonymous Gorki dijo...

Dos temas se plantean, donde colocamos la máquina y quien prepara los ficheros digitales.

Por rápido que sea hacer un libro de 450 páginas a dos caras, se tiene que tardar un tiempo tal, que lo lógico sea hacer el encargo hoy y volver al día siguiente a recogerlo.

Así funcionan hoy, los tintes, las farmacias, (cuando pides algo raro), los talleres de automóviles, Mister Minix y lo más parecido a este trabajo, las imprentas rápidas.

Por regla general,estas últimas ejecutan el servicio en el mismo establecimiento donde se hace el encargo. Pero hay otros como las farmacias y la limpieza de alfombras, que actúan solo como distribuidores, con ayuda de un ágil servicio de recogida y devolución de trabajos en furgonetas desde un almacén central.

No pienso que el POD sea más complejo que hacer libros con tesis doctorales, como hacen las imprentas rápidas.

Optar por una y otra solución dependerá, del precio de la maquina y la condiciones de venta (Contado, Leasing, Rrenting, etc) y la complejidad de manejo.

Opino que es problema a corto plazo. Con el tiempo bajaran de precio, se harán más compactas y sencillas y al final, dentro de X años, (no se cuantos, pero seguro menos de los que pensemos), todos tendremos en casa un aparato mixto que será imprenta, scaneadora de libros, como ha pasado con las viejas Xerox, que están desapareciendo.

En cuanto a quien hace los ficheros, parece labor de Bibliotecas Públicas preparar ficheros de los libros "históricos", libres de derechos de autor, (como ya comienzan a hacer y de las editoriales, los "fondos editoriales" y su explotación comercial correspondiente, Como deberián ahacer de inmediato, si no quieren que Google les quite el negocio.

Dependera si el fichero que necesitan estos aparatos el abiento (un Pdf) o propietario pues calculo que habrá que añadir para el manejo de la máquina informacion adicional, como la cubierta que se le pone, y quiza instrucciones para el corte y encuadernado no contempladas en los PDF actuales.

Libros como los conocemos hoy, solo se harán para aquellos títulos que se compran al paso, los "Hary Potter" y los 10 mas vendidos de turno y aquellos que no pueden hacerse en estas imprentas, por la calidad de las ilustraciones o por tener troquelados especiales como los libros de cuento.

05 mayo, 2009 13:00  
Anonymous Solitarius dijo...

Tres comentarios de un "analfabeTIC":

1.- Sé casi tampoco de "marketing" como de TIC, pero como cliente estoy convencido de que la POD sólo tendrá buen nivel de demanda si la máquina está en la librería, de modo que "entre por los ojos" al que se pasea por los estantes y éste "pique" en encargar un libro en el que hasta entonces no había pensado. Si en la librería sólo hay un cartel, por llamativo que sea, casi nadie encargará un libro que no tuviera pensado comprar de antemano.

2.- Por otro lado, me imagino que la propiedad de la máquina la retendrá la compañia de POD, que retribuirá, comisionará o repartirá beneficios con el librero (al modo de las actuales máquinas recreativas de los bares). De otro modo, la inversión sería demasiado alta para un librero independiente y habría problemas en la gestión de los fondos.

3.- ¿Cómo resolvería la maquinita la cuestión de la encuadernación? Las compañías actuales no parecen hacerlo mal, pero, claro, no funcionan en el acto ni de un día para otro. Si algún día adquiero un libro mediante POD es para poderlo poner en mi librería; de otro modo prefiero comprarlo de viejo por Internet (las máquinas tipo Kindle me dan grima, y sólo concibo su uso para almacenar grandes obras de consulta).

05 mayo, 2009 17:28  
Blogger José Antonio Millán dijo...

Para el AnalfabeTIC: la encuadernación en estas máquinas está razonablemente bien resuelta (una rústica normalita), y todo el proceso, impresión, encuadernado y guillotinado, dura cinco minutos.

Y sí: la presencia de la máquina puede desencadenar la "venta de impulso", pero si has leído los post en ConValor, los problemas añadidos para el librero pueden ser muy grandes...

05 mayo, 2009 20:34  
Anonymous jincho dijo...

Creo que estas máquinas no triunfarán. Al menos en el sentido clásico de tecnología que dure más de unos cuantos años. Llegan tarde. Con los iLiad, kindle, sony y demás, ya ahí. Con la tecnología de la tinta electrónica en color a la vuelta de la esquina. No, no creo que se lleguen a convertir en un producto masivo como el libro de papel. La POD está muerta antes de nacer.
Creo que hay cierto paralelismo entre las máquinas de POD y los Blu-Ray, que han llegado, pero tarde, dado que los formatos digitales de alta definición, matroska-mkv entre otros, quitan el argumento de la calidad al BR, frente al DVD.

Sobre la tecnología de tinta electrónica en color, al parecer con una velocidad de refresco tan aceptable como para permitr video en ellos( Una vieja petición de Gorki ;-)):
http://francisthemulenews.wordpress.com/2009/04/30/tinta-electronica-a-color-para-libros-electronicos/

Saludos.

05 mayo, 2009 23:24  

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