POD más librería: el paraíso del lector
12 octubre 2007 16:28
El lanzamiento del proyecto ReadOnTime de impresión sobre pedido (print on demand, POD) está suscitando toda una serie de cuestiones, entre otras el papel de las librerías en un circuito editor / impresor en pequeñas cantidades / comprador.
En esa línea, hay que hablar del proyecto Caravan, creado por la MacArthur Foundation y la Carnegie Corporation of New York, donde confluyen editores sin ánimo de lucro, libreros y bibliotecas. Su fundador es Peter Osnos, que antes fue corresponsal y editor del The Washington Post y editor en Random House.
El proyecto está centrado en libros de non-fiction. Por una parte, sirve de intermediario para que los editores publiquen y vendan en formatos no-estándares: audio books, e-books e impresión bajo pedido en letra grande. Las opciones son interesantes: el audio book está muy extendido en el mercado norteamericano, aunque no ha empezado a afianzarse en España; los archivos de libro electrónico para leer en distintos dispositivos van ganando terreno, aunque más lentamente de lo que se pensaba; por último, la letra grande es una opción clave para un sector de público creciente.
Estas versiones de libros sólo pueden ser encargados en librerías asociadas: el librero informa al comprador sobre los libros y los formatos más convenientes, y el pedido se cursa y se paga desde la librería. El lector recibe in situ la clave para descargárselo (si es una versión electrónica), o recibirá en su domicilio la compra física (CD de audio o libro POD). Caravan hace toda una declaración a favor del librero y de su papel como intermediador con los nuevos formatos de consumo de obras.
Por último, las bibliotecas con el sistema Overdrive (como la pública de Nueva York) pueden acceder a los libros de Caravan para préstamo.
En esa línea, hay que hablar del proyecto Caravan, creado por la MacArthur Foundation y la Carnegie Corporation of New York, donde confluyen editores sin ánimo de lucro, libreros y bibliotecas. Su fundador es Peter Osnos, que antes fue corresponsal y editor del The Washington Post y editor en Random House.
El proyecto está centrado en libros de non-fiction. Por una parte, sirve de intermediario para que los editores publiquen y vendan en formatos no-estándares: audio books, e-books e impresión bajo pedido en letra grande. Las opciones son interesantes: el audio book está muy extendido en el mercado norteamericano, aunque no ha empezado a afianzarse en España; los archivos de libro electrónico para leer en distintos dispositivos van ganando terreno, aunque más lentamente de lo que se pensaba; por último, la letra grande es una opción clave para un sector de público creciente.
Estas versiones de libros sólo pueden ser encargados en librerías asociadas: el librero informa al comprador sobre los libros y los formatos más convenientes, y el pedido se cursa y se paga desde la librería. El lector recibe in situ la clave para descargárselo (si es una versión electrónica), o recibirá en su domicilio la compra física (CD de audio o libro POD). Caravan hace toda una declaración a favor del librero y de su papel como intermediador con los nuevos formatos de consumo de obras.
Por último, las bibliotecas con el sistema Overdrive (como la pública de Nueva York) pueden acceder a los libros de Caravan para préstamo.
Etiquetas: Bibliotecas, E-book, Impresión sobre pedido, Librerías
3 Comentarios:
Caravan dice unpar de cosas muy interesantes sobre las librerías:
"From the beginning, one of Caravan’s prime goals was to keep brick-and-mortar booksellers in the business of selling alternative print and digital formats to readers. Of course there will always be readers who turn to online sources, but these outlets will never satisfy the needs of all readers. A bookstore experience is very different from an online experience!
We believe a bookstore is the logical place for customers to look for books regardless of format. So many bookstores, seeing the need for and value of their roles in the community, have already gone beyond basic merchandizing and given over space to community learning, social gathering and artistic expression. We want to help nourish that trend".
Para que ese sistema tuviera alguna viabilidad (en España, por ejemplo), tendría que ser posible solicitar por este procedimiento libros que ya estuviesen descatalogados (pongamos los editados en los últimos cuarenta años, por ejemplo), de los cuales ya no queda rastro alguno ni siquiera en las bibliotecas.
Y, por supuesto, que se pueda imprimir dicho libro como uno normal, y no solo en los tres formatos que comentáis.
En fin, que lo ve todavía un poco lejano..., y mira que me gustaría poder decir lo contrario.
Un abrazo.
Que puñetas los creadores de la e-ink deberian vender hojas de tinta electronica y luego cada cual se imprimiria sus libros mediante una impresora magnetica.
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