“El nombre del partido” es un artículo que he publicado en la sección Tribuna de Opinión de El País, con fecha 3 de febrero de este año, .
Ahí hablo sobre diversas paradojas y evoluciones en las denominaciones de los partidos políticos.
Vale la pena detenerse un momento en el nombre del partido Syriza, en realidad una coalición con distintos constituyentes. El nombre es un acrónimo de Συνασπισμός Ριζοσπαστικής Αριστεράς, Synaspismós Rizospastikís Aristerás, que suele traducirse como “coalición de la izquierda radical”. Pero ¿por qué “radical”?
En el griego Ριζοσπαστικής, Rizospastikís, encontramos la raíz “raíz” (valga la redundancia), que también estaba en griego clásico y aparece en términos españoles como rizoma. Radical tiene en efecto estos sentidos:
Perteneciente o relativo a la raíz.
Partidario de reformas extremas, especialmente en sentido democrático.
Extremoso, tajante, intransigente.
El problema es que, como dice la Coordinación Terminológica del Parlamento Europeo (según supe a través de Alicia Martorell):
The word “radical” in the title was interpreted in the different countries according to their political history and parties. In most countries it tends to be used as a synonym for “extreme”. Not in Greece though, where the word radical is a less radical term than in other languages.
Vale la pena leer íntegro el breve artículo, que pone de manifiesto lo complejo de traducir vocabulario político…
A raíz de la aparición del artículo, distintas personas me han notificado nombres curiosos de partidos y otras organizaciones políticas:
Lo Que Diga Balaguer, un movimiento de República Dominicana (gracias, JMCR)
José Antonio Labordeta acuñó el término informal Izquierda Depresiva Aragonesa (gracias, DG)
Jaroslav Hasek fundó el Partido del Progreso Moderado en el Marco de la Ley con el objeto de ridiculizar el marco político de la época (gracias, MZ)
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