Va de cuchillos

28 febrero 2010 20:20

En alguna otra ocasión hemos recordado una esquina de la lengua en la que el español ofrece una riqueza de matices que otras lenguas no poseen.

Toca ahora el ejercicio contrario. Hace tiempo (antes de que llevara la cámara digital siempre conmigo), me sorprendió en el escaparate de una ferretería un despliegue de cuchillos con sus correspondientes rótulos. Inmediatamente destacaba un aspecto:

Cuchillo de cocina, de plástico, de pescado, de sierra, de trinchar

Un hablante de francés tiene al menos tres formas de precisar las relaciones de la herramienta con su utilización, sus características o su materia, formas que el español recoge siempre con la socorrida preposición de:

Couteau de cuisine, en plastique, à poisson, à scie, à découper

Estamos aquí en una interesante zona limítrofe entre la gramática y el léxico (el régimen preposicional). Sería interesante saber si hay otras que ofrezcan resultados tan diferentes en distintas lenguas.

Por supuesto, quienes enseñan español a extranjeros en otros países tienen muy en cuenta estas zonas de posible error.

“En el nombre de Alá…”

14 febrero 2010 8:08

Interesante cuestión la que plantea una lectora de La Vanguardia:

me sorprendió que en la [entrevista] realizada al teólogo islámico Nazar Abu Zayd (16 enero) Víctor Amela dijese: ´Las obligaciones del buen musulmán consisten en creer que no hay más Dios que Dios (Alá), rezar cinco veces al día, ayunar cuando toca y ser caritativo´. Alá es la castellanización de la palabra árabe Allah,que significa en árabe dios,y por tanto resulta incorrecto usar Alá en español para referirse al dios de los musulmanes, que es el mismo de cristianos y judíos, pues equivale a decir que el dios de los cristianos holandeses o ingleses es God,o que el de los franceses es Dieu”.

Debo confesar que a mí siempre me ha parecido extraño este uso de “Alá”, que creo que tiende a exotizar, y por tanto alejar las creencias religiosas islámicas. Además es curioso ver los contextos en los que aparece: véase este uso en un artículo sobre seguridad en los aeropuertos.

“Prefiero que me desnuden aquí, a que me hagan pedazos en el aire”. Es evidente que la sentencia la firmaríamos todos, con la excepción de estos mártires de Alá que se la tienen jurada a ese mundo de infieles que es Occidente.

En general no habría problema en sustituir siempre Alá por Dios, como se puede comprobar en esta noticia:

“El Corán es claro: no hay obligación en la religión. ¿Un imán? Es un kafir [término empleado en el islam para designar aquellas personas que niegan a Alá o al profeta]”, prosigue antes de transcribir una oración en árabe dedicada a la supuesta víctima. […]

Otro opina que es lamentable a lo que se ha llegado, por parte de “una familia que emigra de un país islámico a un país en que el islam es el eterno enemigo” y a que “una mujer desobedezca a Alá”, agrega.

A esto se agrega el hecho de que, como señala el responsable lingüístico de La Vanguardia Magí Camps, los cristianos árabes llaman Alá a Dios. Tan es así que han sido los integristas musulmanes de Malasia quienes han reaccionado con violencia ante este uso.

No, y no… y no

03 febrero 2010 21:21

Ya hace tiempo me han fascinado los avisos callejeros que contienen negaciones. Me explico: un cartel informativo, aunque a veces sea misterioso, añade una información a la que ya posee el lector. Pero los avisos negativos lo que hacen es destruir las preconcepciones de quien los lee.

Al pobre librero de la calle de San Bernardo de Madrid le deben de atribuir todo tipo de servicios que él no puede prestar, de modo que tiene que defenderse a priori con esta bonita sucesión de negaciones y maniobras de diversión.

Termino con dos ejemplos más, uno de Madrid y otro en una obra de Barcelona.