Cielos tipográficos, instalación en Madrid

27 enero 2012 11:11


La artista Soledad Sevilla ha creado para el Palacio de Cristal del Retiro de Madrid, encargado por el Centro Reina Sofía, la exposición “Escrito en los cuerpos celestes“, que estará abierta hasta el 29 de abril.

Se trata de una estructura que reproduce, en su interior y a menor escala, la disposición general del Palacio de Cristal. Pero este nuevo recinto-dentro-del-recinto tiene una peculiaridad: sus paredes, translúcidas, están perforadas por orificios en forma de los signos de puntuación. Si a corta distancia el efecto es de una constelación de puntos, comas, paréntesis, comillas…, el efecto general es de un cielo estrellado que se pliega en el interior del Palacio, con ese color azul intenso propio de los atardeceres invernales madrileños.

¿Sabía la artista que puntuación viene de punto, y este del latín punctum, ‘punción’, ‘agujero’? Da lo mismo: estas paredes perforadas por la puntuación, por los signos tipográficos que evocan los ritmos y tonos del habla, evocan (para mí) el universo de lenguaje en el que nos movemos: esa logosfera en que estamos inmersos, y de la que sólo a veces, cuando nos acercamos, vemos en detalle.

Posteado también en mi blog de libros.

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La era dorada del taco

21 enero 2012 12:12

Mayte Rius publica en La Vanguardia el reportaje “¿Somos malhablados?“. Esta es la versión completa de las declaraciones que le hice:

– ¿Somos mal hablados?

Unas personas sí y otras no; unos lugares más que otros. Se oyen más tacos en Madrid que en Barcelona, por ejemplo.

– ¿En qué ambitos son hoy de uso generalizado o habitual las palabrotas que no lo eran hacen unas décadas? ¿Por qué?

A mí me sorprende mucho encontrar por escrito, por ejemplo en la prensa, expresiones que hace un par de décadas estaban confinadas a la lengua hablada, y además de personas no muy educadas. Un ejemplo claro son las columnas de Arturo Pérez Reverte.

Para ciertas personas, la exhibición de un lenguaje tabernario quiere ser muestra de un comportamiento desinhibido, sin complejos, de pueblo llano. Para ellos hablar o escribir así enlaza con las más profundas raíces de nuestra cultura, y es una extraña forma de casticismo. Reivindican los tacos igual que ensalzan los Tercios de Flandes…

– ¿Qué ha cambiado para que haya dejado de ser tabú decir “ese es un gilipollas” o “joder” u otras expresiones en el trabajo o “cabreo” o “puta” en los medios de comunicación, etc?

Hoy en día muchas de estas expresiones no suenan tan fuertes como hace tiempo. La frecuencia crea una cierta desensibilización en los oyentes o lectores, y además los tacos y palabras malsonantes van perdiendo virulencia con el uso continuado; es como el erotismo: el primer topless playero haría salirse los ojos de las órbitas a muchos, y hoy es algo común.

– ¿Qué implicaciones tiene? ¿Es una degradación o una evolución del lenguaje?

Las lenguas no se degradan ni mejoran, sino que evolucionan y se adaptan a los distintos contextos donde se usan. Las llamadas “malas palabras” son parte del potencial de nuestra lengua, y es muy bueno que así suceda, para tenerlas a mano si uno se da un martillazo en el dedo clavando un clavo. Pero sacarlas constantemente demuestra pobreza: los tacos no añaden nada a un enunciado, salvo fuerza expresiva, y estamos bastante sobrados de expresividad y faltos de raciocinio.

En una web de venta de productos alimenticios

– ¿Es igual en otros países de habla hispana? ¿Y en otros países europeos?

El habla de las personas de la clases medias de Latinoamérica está, me da la impresión, mucho más desprovista de tacos que la de gran parte de España.

En general, parece que se ha relajado el tabú sobre el uso de palabrotas en todas partes. Basta ver el ejemplo del libro Dúermete ya, ¡joder!, traducido a muchísimas lenguas, siempre con el taco en el título.

– ¿Dónde está el límite a la hora de utilizar palabrotas? ¿En qué contextos continúan estando mal vistas o siendo inadecuadas? ¿es correcto que su uso en los medios de comunicación?

Los límites a cuestiones de uso son siempre sociales. Si la sociedad no reacciona frente a las palabrotas en televisión o en la prensa, pues ahí seguirán…

– ¿Y cuál es la situación en Internet y las redes sociales?

En foros y comentarios, en Twitter y Facebook existe lo que hace años ya se conoce como “oralidad por escrito”. Por tanto, es lógico que abunden las palabrotas e insultos, igual que abundan en la lengua hablada. Pero insisto: con las cosas que se oyen en televisión y se leen en muchos periódicos no puede extrañar que ocurra esto en las zonas de participación de la Red.

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Hijos de la flauta

15 enero 2012 17:17

De vez en cuando, una palabra se descompone, y una de sus partes empieza a funcionar para formar otras. Estos días estamos presenciando un fenómeno curioso. En un principio estuvieron los perroflautas, denominación sinecdóquica de una tribu urbana por los elementos que les caracterizaban. Pues bien: la parte final de la palabra, flauta, parece haberse convertido en identificador de un grupo como protestatario, “indignado” o similar. Esto en sí mismo es raro, porque los perroflautas si algo no eran es rebeldes contra el sistema, pero bueno: las palabras se contaminan por los contextos en que aparecen, y a veces acaban significando algo lejano. Ahí está el caso de patera, inicialmente ‘embarcación’ y luego, ‘lugar donde se hacinan inmigrantes’.

En castellano y en catalán yayo/iaio es una denominación familiar y cariñosa para abuelo, y a su vez abuelo también ha pasado a significar ‘persona de edad’. Pues bien: un grupo de personas mayores, con o sin nietos, y por supuesto sin flautas ni perros, pero luchadores por sus derechos contra el cierre de centros de salud, han escogido el nombre yayoflauta/iaioflauta para definirse. Arriba vemos una de sus manifestaciones en las que convive la denominación con dos iconos gráficos de la modernidad internetera: el hashtag o sostenido de las etiquetas de Twitter y la @ del correo electrónico. Tienen incluso un sitio web: http://www.iaioflautas.org.


(entrevista en Intervíu)

Por cierto, el activismo político de las personas de edad ha dado otras muestras de creatividad lingüística: en 1991 concurrió a las elecciones españolas el partido Panteras Grises. La denominación nació en realidad en EE.UU. en 1970, como Gray Panthers, claro juego de palabras (por las canas) con el movimiento negro Black Panthers

Había archivado la denominacion de yayoflauta como una curiosidad más, cuando la protesta de la policía autonómica catalana, los Mossos d’Escuadra me ha sorprendido en Twitter con este hashtag: “#mossoflautas“.

¿Habrá otros casos de utilización de -flauta para expresar rebelión o disconformidad? Agradeceré a los lectores que me notifiquen si se encuentran con alguno…

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