Concurso de noviembre del 2006: soltero

05 diciembre 2006 11:11

Presentábamos esta lista de palabras:

salterio
solitario
silletero
saltarín
soltero
salitre
soltar

Y decíamos que dos de ellas tenían una relación muy íntima, ¿cuáles eran?

Las palabras relacionadas eran soltero y soltar, las dos derivadas del latín solvere, ‘desatar, soltar’. Dice el Diccionario etimológico de Corominas -Pascual (s.v. absolver) que soltero primero fue sinónimo de suelto (en el Libro de Alexandre figura “a rienda soltera”), y que después se especializó en el sentido de ‘no casado’, que ya tenía el latín solutus.

No deja de resultar divertido rastrear las metáforas (fósiles o no) que asimilan el matrimonio a una atadura: “ligar con los lazos matrimoniales”, “disolución del vínculo matrimonial“, …

El Diccionario de la Academia da, sin embargo, como origen de soltero el latín solitarius. ¿Habrá habido en algún momento una contaminación entre ambos étimos? He preguntado a quien sabe más que yo…

En cualquier caso, aquí están los ganadores del concurso de noviembre y el siguiente concurso: el del mes de diciembre.

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4 comentarios

José Antonio Millán dijo...

Confirmo lo que decía en el cuerpo de la entrada: la etimología de “soltero” a partir de “solitarius”, a pesar de tener padres de prestigio como Menéndez Pidal, no se sostiene, básicamente por motivos fonéticos. La opción de Corominas/Pascual relacionándolo con “suelto” es la más verosímil.

10 diciembre 2006 17:19
Anonymous dijo...

¡Ya me parecía a mí que la solución “solitarius” era demasiado fácil! ¿Sabía JAM de antemano que esta etimología es la aceptada por el DRAE, de donde la toman -supongo- otros diccionarios, como “Clave”? En ese caso, la pregunta tenía su poquito de retorcimiento. El asunto, por otra parte, plantea interesantes cuestiones acerca del desarrollo de la etimología hispánica, del margen de discrecionalidad o creatividad que admiten sus teorías, etcétera

10 diciembre 2006 19:11
José Antonio Millán dijo...

Pues sí, amigo Anónimo: yo sabía que el DRAE daba como origen de “soltero” “solitarius”, y de hecho era la etimología que creía a pies juntillas hasta que un día, persiguiendo una metáfora fósil, caí en la explicación de Corominas.Si lo usé para el concurso no fue tanto por “retorcimiento” como para abordar un bonito tema, que su comentario me pone al alcance de la mano. Y es el siguiente: igual que ocurre en otras ciencias del tiempo (desde la Historia hasta la Evolución), en Etimología es a veces muy difícil determinar inequívocamente cuál es el origen de una palabra. A veces, sencillamente será imposible, y en otras ocasiones habrá un debate abierto entre expertos (que podrá durar mucho tiempo), con aportación de argumentos, testimonios de la historia de la propia lengua, de lenguas cercanas… Cuando un diccionario resume en una línea una etimología inevitablemente algunas veces hará “traición” a una situación científicamente poco clara.Los amigos de las certidumbres lamentarán esta situación, pero todos los que disfrutamos con la lengua y su historia encontramos en los tanteos sobre la evolución de una palabra, en los ejemplos aportados, en las cábalas y disquisiciones, el placer de hurgar en los misteriosos mecanismos del cambio lingüístico.

10 diciembre 2006 19:29
eq dijo...

Pues se me caen los palos del sombrajo. Toda la vida he tomado por buena la etimología de M. Pidal y Lapesa. Es más, es un ejemplo que pongo con frecuencia en mis clases de lengua y a extranjeros. Qué peligro tiene esto de la etimología…

27 diciembre 2006 02:14