Sobre la Ortografía de la Academia

09 abril 2011 18:18

José Martínez de Sousa ha escrito una excelente reseña sobre la nueva Ortografía académica (gracias por la noticia, Silvia Senz).

Martínez de Sousa, como bien saben nuestros lectores, es una autoridad en temas de lengua escrita y ortografía, por lo que su juicio es muy de tener en cuenta. Señala en este texto varias de las inconsistencias de la Academia en cuestión normativa, ortográfica y tipográfica. Hay también interesantes críticas a la edición de la obra: la falta de un índice de conceptos, la habitual y académica ausencia de bibliografía (un tema sangrante y reiteradamente denunciado) e incluso errores en la confección del índice general.

2 comentarios

corsaria dijo...

Digno de ser leído atentamente. Siempre es un placer leer a este señor por lo mucho que se aprende. :)

12 abril 2011 22:38
alvaroceb dijo...

Llego muy tarde a esta entrada, pero no a la discusión, que seguí en su día con el “retorcimiento de tripas” de que habla el autor, bonita imagen para expresar lo visceral que puede ponerse una discusión sobre algo aparentemente tan anodino como la ortografía.
El artículo o borrador de artículo de Martínez de Sousa asombra por su meticulosidad. Pero también hay veces en que hila demasiado fino. Los reparos que pone, por ejemplo, a la definición de “raya” me parecen exagerados; sus intervenciones entre corchetes —signo que, por cierto, no siempre usa de manera coherente— caen en un sarcasmo innecesario: «[…] blanco tipográfico cuyo ancho mide en puntos [¿qué es un punto?] lo mismo que el cuerpo o tamaño de la letra que se está utilizando [¿y si no se está uti­lizando?])». Bueno, si no se está utilizando ningún tipo ni tamaño de letra, es que la raya está flotando en el espacio y cualquier reflexión sobre sus dimensiones es ociosa. Tampoco me choca nada que para definir un signo tipográfico se empleen términos del tecnolecto en cuestión, como “punto”. De hecho, el propio Martínez de Sousa empleará más tarde este mismo término: «con redonda dos puntos menor que la letra del texto» (p. 7); ¿y qué es un punto?, podría preguntarse el lector, igual que también podría preguntarse qué significa aquí “redonda”, o “letra”, o “texto”… Todas ellas son palabras definidas en el DRAE en sus diversas acepciones.
Por otra parte, el autor alterna criterios racionalizadores, tendentes a reducir el número de excepciones necesarias, con argumentos muy personales (p. ej.: «No se ve por qué formas como […] son menos legibles y comprensibles», p. 17). Puestos a dejarse llevar por las emociones, que es algo muy legítimo, a este cura le parece que el párrafo sobre “re-publicano”, “re-formar” y “re-vista” es una forma como otra cualquiera de sacar los pies del tiesto.

17 septiembre 2011 18:20