Entrevista a Arash Hejazi, editor iraní

30 abril 2009 09:17

Fotografía: Nina Ferrari

Arash Hejazi es el director de la editorial Caravan (aquí su sitio en inglés) con sede en Teherán, Irán. Le conocí por una circunstancia personal, que me apresuro a poner en conocimiento del lector: Hejazi ha editado, y traducido él mismo al farsi (o persa), mi libro Quasibolo (Serres, 2007). Habent sua fata libelli!: los libros tienen su propio destino... El librito en el que conté, en versos pareados, la biografía del personaje de las señales de tráfico, ya está en catalán y en farsi, y pronto se verá en coreano.

Aproveché el contacto tan bien iniciado con la edición de mi libro y le pedí una entrevista. Arash Hejazi accedió muy amablemente a contestar a unas preguntas:
* ¿Qué es Caravan?

Caravan la fundamos en 1997 mi padre, profesor universitario, y yo. Sin embargo, él dejó pronto la editorial, para proseguir su pasión académica. Después yo he tenido otro socio. Caravan es ahora una editorial de tamaño medio que publica ficción y no-ficción y que también tiene dos sellos, para niños y jóvenes adultos. Recientemente hemos lanzado nuestra división de audiolibros, que ha tenido mucho éxito.

Caraván publicaba también una revista literaria, BookFiesta (Jashn e Ketab). Sin embargo fue cerrada por el gobierno, por la publicación de un cuento del escritor italiano Primo Levi, debido a su contexto judío.

* Describa, por favor, la situación de la edición y la lectura en Irán. Según podemos saber por la Wikipedia, tiene una población de 72 millones de personas, con una tasa de alfabetización del 82%.

Bueno: esto podría ser objeto de toda una conferencia... La versión condensada es que en Irán hay unos 1.500 editores en activo, y son independientes: ni conglomerados ni editores multinacionales. Hay aproximadamente el mismo número de librerías, y ocurre lo mismo: no son cadenas, y la mayoría de ellas son independientes. Cada año se publican unos 35.000 libros, de los que el 40% son novedades. El 21% de los títulos publicados son traducciones.

Irán nunca ha firmado ninguno de los acuerdos internacionales de copyright, y por lo tanto los editores generalmente no pagan derechos a los autores internacionales. Sin embargo, unos pocos editores han decidido respetar el copyright individualmente, aunque no están protegidos por el gobierno iraní, ni tienen seguridad jurídica [Arash Hejazi no lo dice, pero él es uno de ellos]. En Irán la censura y el examen de la obra antes de la publicación, algo que hace el ministerio de Cultura, son otra cuestión seria.

A pesar de todo, se lee mucho en Irán. La tirada media de los libros es de unos 4.800 ejemplares, y los lectores están más inclinados a leer obras literarias que ficciones comerciales de público amplio. De modo que las listas de bestsellers son muy distintas de las listas occidentales, dominadas por autores como Dan Brown, Stephen King, John Grisham or Daniel Steel.

* Usted es médico, periodista y escritor. También es el director de Caravan, y traductor de varios libros: ¿cómo puede combinar todos estos trabajos?

En primer lugar, actualmente no practico la medicina. En realidad dejé de practicarla hace diez años, porque tenía que dividir mi tiempo entre la medicina, como trabajo, y y la literatura, como pasión. Elegí la pasión. Ser escritor no es un trabajo de tiempo completo para mí, sólo algo a lo que me dedico cuando tengo realmente algo sobre lo que escribir. No soy un autor prolífico.

Empecé a trabajar en edición como traductor literario, y desde ahí pasé al mundo editorial. Parece que la gente se fía de mis traducciones, de modo que se espera que publique una traducción de tanto en tanto. Ahora mi trabajo es editar, y me considero primordialmente un editor.

* ¿Cómo aprendió español?

Primero aprendí portugués, y luego empecé a aprender español, por mi cuenta.



* Como escritor y lingüista, me llena de alegría haber sido traducido al farsi. Mi libro está escrito en pareados: dos versos con el mismo metro y rima. Es un tipo de composición clásica en español. ¿Tienen algo similar en la literatura persa? ¿Mantuvo la estructura en la traducción?

La traducción de la poesía siempre me ha fascinado, y es un constante desafío y tema de debate. En la poesía clásica persa, de la que es un exponente el Rubayata de Omar Khayam, conocido en todo el mundo, tenemos el mismo concepto de rima y estructura.

Creo que a veces es posible mantener la rima y el contenido del poema original, aunque también hay que cambiar cosas. En sus versos traté de mantener la rima y el mensaje, pero fue imposible ser completamente fiel a la estuctura y al metro.

Por ejempo, cuando dice:

Viene al mundo, claro está
con la ayuda de mamá

Mi traducción suena así (en transcripción de los caracteres originales)

Be donya oomad albatté
teflaki maman shod khasté

O:

A veces trabaja tanto
que el trabajo le da espanto

que resulta:
Ooon Ghadar oon bär keshid
tä nafasesh ham borid'.

* Por último, una pregunta delicada: usted, como editor, eligió publicar mi libro. ¿Qué le gustó de él? ¿Cree que es un libro para niños, para adultos, o quizás para todo el mundo?

Beatriz Coll [mi agente literario, parte de la Agencia Raquel de la Concha] me envió algunos libros. El suyo me llamó la atención inmediatamente. Empecé a leerlo y sentí una extraña energía en las palabras y las imágenes. Era una reunión fascinante de imágenes que no tenían relación, dentro de una historia unificada, como encarnando la sensación de que todas las cosas están realmente conectadas. Era simple y al tiempo profunda. Era divertida y triste. Y realmente me gustó la idea de introducir al personaje como el más famoso y al tiempo el más desconocido del mundo.

Es un libro para niños, y también para adultos. Es un libro que apela al niño escondido dentro de los adultos y a los adultos ocultos en el niño. Trasciende la edad, el sexo, la nacionalidad o la raza (y es que no hay líneas tajantes entre ellas).

Etiquetas: , , ,

Estampas porteñas, IV: Amorrortu

29 abril 2009 09:17


En el Cementerio de la Recoleta, en Buenos Aires, me topé por casualidad con la tumba de Sebastián de Amorrortu. Amorrortu fue un impresor y editor nacido en Bilbao en 1867 y muerto en Buenos Aires en 1949.

Amorrortu fundó su primera imprenta/librería/editorial en Bilbao, en 1891. Nacionalista y discípulo y amigo de Sabino Arana, cuyas obras editó, emigró a Argentina en 1910. Allí creó una nueva editorial, especializada en libros de medicina, mientras continuó editando temas vascos. Una placa en su mausoleo de la Recoleta une la alegoría industrial de las artes gráficas (la rueda dentada) con la de la composición (el componedor y las pinzas), al lado del producto final, los libros.

Etiquetas:

¿Cuánto cuesta hacer un Kindle?

28 abril 2009 09:17

Una usuaria del Kindle, según Amazon

En el sitio dedicado al Kindle iReader Review encuentro una estimación del precio de coste del Kindle 2, que se vende en Amazon por 359 dólares.

Los costes son:
1. Componentes - $190.
2. Costes de desarrollo - $62.50.
3. Costes de promoción - $40.
4. Fabricación - $7.
5. Wireless - $5.
6. Devueltos y defectuosos - $2.50.
7. Empaquetado y transporte China-USA - $2.
8. Otros - $0.
El total, al que se podrían atribuir otros costes suplementarios, es de 309 dólares. Eso significa que el beneficio por unidad vendida es de 50 dólares.

Semejante margen para una operación comercial tan gigantesca, reflexiona iReader Review, no se explica sólo como una venta de gadgets: lo que está en juego es la creación de un canal, y los beneficios vendrán de las ventas a través de él.

Y otra reflexión. Cuando veíamos en el post de ayer las expectativas de precio de los consumidores españoles de e-books y contemplamos lo que cuestan sólo los componentes, uno llega a la conclusión de que algo no acaba de funcionar...

Etiquetas:

E-books: fantasías y realidades

27 abril 2009 09:17

Grado de interés en los dispositivos ebook por frecuencia de lectura de libros al año

Vía Soitu (en un artículo acertadamente titulado "No sé qué es un ebook, pero quiero uno") accedo a un estudio que ha elaborado The Cocktail Analysis entre internautas españoles de 18 a 45 años.

Los encuestados confunden los e-books con los smartphones (tipo iPhone), cosa nada extraña, dada la extensión de programas de lectura en ellos. Las marcas que más conocen son precisamente las que no se venden en España (Kindle y Sony), demostrando que su conocimiento es más mediático que práctico. Además, consideran que el precio que pagarían por un dispositivo lector es de 75 euros, cuando por menos de 300 no se puede conseguir ninguno.

El interés por los e-books aumenta con la cantidad de libros leídos al año (gráfico superior), cosa lógica, aunque la lectura de prensa sería uno de los fines más importantes a los que se querría destinar.Los autores que se leerían más en estos aparatos coinciden con los best-sellers de librerías. Por último, una mayoría accedería a inserciones publicitarias en las obras descargadas si estas fueran gratuitas.

Aquí está el estudio íntegro.

Etiquetas: , ,

Marsé, Cervantes, y el diez por ciento de sus cenizas

24 abril 2009 10:20

La concesión del Premio Cervantes a Juan Marsé nos ha hecho el regalo inesperado de sus palabras. Vale la pena leer íntegro su discurso, que nos brinda La Factoría. Entresaco algunos párrafos (aunque es mejor leérselo de cabo a rabo):

Recuerdos de su iniciación editorial:
Aquí, ahora, se me ofrece también la oportunidad de exponer algunas consideraciones sobre mi persona y mi trabajo, pero antes quisiera, con su permiso, ampliar el capítulo de agradecimientos, evocando el recuerdo de algunos amigos que hace mucho tiempo, cincuenta años atrás, cuando empecé a publicar, me otorgaron su confianza y su apoyo. Algunas de estas personas están entre nosotros, otras se fueron ya. A todas ellas debo buena parte del alto honor que hoy se me concede. Son, en primer lugar, Paulina Crusat, desde su amada Sevilla y su generosa tutela, y desde Barcelona Carlos Barra1 y Víctor Seix, que en mil novecientos cincuenta y nueve me acogieron en su editorial, al frente de un irrepetible comité de lectura. Aquel comité estaba compuesto por Joan Petit, Jaime Gil de Biedma, Jaime Salinas, Gabriel y Juan Ferrater, Luis y José Agustín Goytisolo, José Mª Valverde, Josep Mª. Castellet, Miquel Barceló, Rosa Regas y Salvador Clotas. Y no quiero olvidarme de los escritores amigos de Madrid, que por aquellos años nos visitaban a menudo, mis entrañables Juan García Hortelano, Ángel González y Pepe Caballero Bonald, y Gabriel Celaya y Juan Benet.

Y de manera muy especial deseo mencionar a Carmen Balcells, mi agente literaria de toda la vida, de ésta y la de más allá, sobre todo desde el día que tomé prestada una ocurrencia de Groucho Marx y le dije: Querida Carmen, me has dado tantas alegrías, que tengo ordenado, para cuando me muera, que me incineren y te entreguen el diez por ciento de mis cenizas.

Antes de conocer a estas personas, que habrían de ser tan importantes en mi vida, yo no había tratado a nadie que tuviera que ver con la literatura, o con el mundillo literario. Prácticamente no había salido del taller de joyería de mi barrio, en el que entré como aprendiz a los 13 años, y me apresuro a decir que muy contento, pues la necesidad de llevar otro jornal a casa me liberó de un fastidioso colegio en el que no me enseñaron nada, salvo cantar el Cara al Sol y rezar el rosario todos los días. Y cuando publico los primeros relatos en la revista Ínsula y la primera novela en Seix Barral, sigo en ese taller. Por cierto que mis credenciales sociales y laborales, al darme a conocer en aquel estupendo grupo editorial, suscitaron ciertas expectativas, no estrictamente literarias, sino más bien ideológicas, asociadas a las premisas de un realismo social muy en auge por aquellos años. Fue algo presentido: nadie habló nunca de ello, pero flotaba en el aire la idea, la posibilidad de que el recién llegado a la trinchera noble de las letras aportara una narrativa de denuncia, un testimonio objetivo y de primera mano de los afanes y las virtudes intrínsecas de la clase obrera.

Yo podía quizás haber sido, lo digo sin un ápice de sarcasmo, el "escritor obrero" que al parecer faltaba en el prestigioso catálogo de la editorial. Halagadora posibilidad que a su debido tiempo, la fábula de un joven charnego del Monte Carmelo, desarraigado y sin trabajo, soñador y sin medios de fortuna, pero también sin conciencia de clase, se encargaría de desbaratar. Confieso que no me habría disgustado satisfacer aquellas expectativas, entregar la gran novela sobre la clase obrera de la Barcelona de la postguerra. Pero lo que yo entonces deseaba de verdad, era abandonar el trabajo manual y disponer de más tiempo libre para leer y escribir.
La cuestión lingüística de Cataluña:
Como saben ustedes, soy un catalán que escribe en lengua castellana. Yo nunca vi en ello nada anormal. Y aunque creo que la inmensa mayoría comparte mi opinión, hay sin embargo quién piensa que se trata de una anomalía, un desacuerdo entre lo que soy y represento, y lo que debería haber sido y haber quizá representado. Dicho sea de paso, desacuerdos entre lo que soy y lo que podría haber sido en esta vida, como escritor y como simple individuo, tengo para dar y tomar, o, como decimos en Cataluña, per donar i per vendre. Mis apellidos, de no mediar el azar, podían haber sido diferentes, y mi vida también. Y puestos a elegir, la verdad es que yo hubiese preferido ser Ramón Llul o Miguel de Cervantes, por ejemplo, o Joseph Conrad, aquel marino polaco que, finalmente, escribió en inglés. En todo caso, con el nombre que tengo, con éste o con cualquier otro, nunca he querido representar a nadie más que a mí mismo.

Añadiré dos o tres cosas acerca de mi formación como ciudadano y como escritor. La dualidad cultural y lingüística de Cataluña, que tanto preocupa, y que en mi opinión nos enriquece a todos, yo la he vivido desde que tengo uso de razón, en la calle y en mi propia casa, con la familia y con los amigos, y la sigo viviendo. Puede que comporte efectivamente un equívoco, un cierto desgarro cultural, pero es una terca y persistente realidad. Y el realismo, además de una sensata manera de ver las cosas, es una corriente literaria muy nuestra, y que aún goza de un sólido prestigio, pese a los embates de la caprichosa modistería. En fin, no quiero instalarme en la identidad cultural para dar lecciones a nadie, y tampoco pretendo hacer aquí una defensa excesiva del realismo.

Pero, como dijo Woody Allen en una de sus buenas películas, el realismo es el único lugar donde puedes adquirir un buen bistec. Quizá no estaría de más tenerlo en cuenta. No voy a enumerar las anomalías que por imperativo histórico sufrió el aprendiz de escritor. Y la más determinante no fue aquella escuela inoperante y beatorra de la dictadura, la del lema Por el imperio hacia Dios, escuela donde ciertamente se prohibió leer y escribir catalán, y hasta hablarlo en horas de clase. No, no fue sólo por eso que un buen día me encontré manejando una lengua, y no la otra; fueron los tebeos y los cuentos que leíamos, las aventis que nos contábamos y las películas, las de amor y las de risa, y todo aquello que iba conformando nuestra educación sentimental, las poesías y el teatro de aficionados, las canciones de amor y las primeras novelas, ya no solo las de aventuras, de Julio Verne o Emilio Salgari, sino las de Baroja, Dickens, Balzac, o los cuentos de Maupassant y de Hemingway, o los versos de Gustavo Adolfo Bécquer y de Rubén Dario.
La escritura y la memoria:
El lenguaje oficial había suplantado al lenguaje real. En la calle y en los papeles las palabras vivían bajo sospecha, muchas cosas parecían no tener nombre, porque nadie jamás se atrevía a nombrarlas, otras se habían vuelto decididamente equívocas y apenas podía uno reconocerlas. Las palabras acudían medrosas, emboscadas, traicionando el sentido al que se debían. Afectadas por el expolio y el descrédito, sometidas a la censura y al escarmiento, o destinadas a la impostura, de pronto perdían su referente, enmascaraban su verdadero sentido y cambiaban de significado. Entre las pomposas palabras que entonces nos caían desde los balcones y despachos oficiales, desde el cuartel y desde el púlpito, entre esas palabras fraudulentas y las palabras que la gente intercambiaba en la calle, en el trabajo y en casa -palabras de familia gastadas tibiamente, según testimonio del poeta-, había un abismo.

Este desacuerdo entre apariencia y realidad, entre lo que oficialmente se decía que éramos (adictos, felices, reconciliados, bien pagados, píos feligreses todos) y tal cómo nosotros nos veíamos en realidad, no tiene por supuesto nada que ver con el glorioso equívoco que propició la locura y forjó la leyenda de don Quijote. Pero son muchas, y todas vigentes, las lecciones que ofrece la obra de Cervantes. Y así, el aprendiz de escritor tomaría buena nota de la primera y más sencilla de todas ellas, esa que dice: Las cosas no siempre son lo que parecen. No lo eran entonces para el valeroso caballero, en aquel siglo tan pródigo en espejismos, y por supuesto tampoco lo son hoy. Sin ir más lejos, las famosas armas de destrucción masiva, por ejemplo, que no hace mucho tiempo algunos casi juraban haber visto, al final resultaron ser un par de zapatos.

Pero yo me estaba refiriendo a nuestros años de incienso y plomo bajo el palio de la luz crepuscular, aquel tiempo en el que no solamente la prensa y la radio, el Boletín Oficial del Estado y la Hoja Dominical mentían sobre lo que nos estaba ocurriendo, sino que hasta los espejos mentían. Y fue entonces, todavía en años de aprendizaje de quién les habla, cuando la imaginación echó una mirada sobre aquel expolio de la memoria, y le tendió la mano. Era una labor complementaria, en todo caso, porque imaginación y memoria, para el escritor, son dos palabras que van siempre entrelazadas, y a menudo resulta difícil separarlas. Ciertamente un escritor no es nada sin imaginación, pero tampoco sin memoria, sea ésta personal o colectiva, esté proyectada en la novela histórica de fecha más remota, o en la literatura de ficción científica más futurista y fantástica. No hay literatura sin memoria. Incluso la memoria trapacera puede hacer buena literatura. La tan reiterada advocación "hay que olvidar el pasado", lógicamente no se aviene con la naturaleza y la función de la escritura.

Hay que acotar nuevas parcelas de la memoria, hacer más denso el laberinto, cuidando, pues, de dejar una traza de hilo, como hizo Teseo aquella vez, para poder volver al exterior, y contarlo. Sobre todo, en lo que a mí respecta por lo menos, persistir en la búsqueda de algo, que nunca he sabido definir, pero que tiene que ver, por encima de cualquier otra finalidad, con alguna forma de belleza.

Etiquetas: ,

Día del libro

23 abril 2009 15:45

Poco más se puede decir...


Estampas porteñas, III

22 abril 2009 09:30


En el pasaje Buenos Aires, en la calle de Florida de la ciudad epónima, una singular confluencia de librerías de segunda mano y sastrerías (gracias, Roger por la pista).

En la foto, el reducido local de Aletheia, en transición hacia otro más holgado.

Etiquetas:

Estampas porteñas, II

21 abril 2009 09:30


En Chacarita, Buenos Aires.

Etiquetas:

Estampas porteñas, I

20 abril 2009 22:22


Preciosa librería de libros "viejos, descatalogados y únicos" en la calle Corrientes de Buenos Aires.

El mural, pintado a mano como se ve, presenta una heterogénea selección de autores.



Etiquetas:

Educar en la sociedad del conocimiento

17 abril 2009 09:17


Acaba de aparecer el número 72 del Boletín de la Institución Libre de Enseñanza con una parte monográfica sobre "Educar en la sociedad del conocimiento", que han coordinado Carlos Wert e Inés Miret. Éste es su índice:

La escuela y el ordenador: el nuevo culto cargo, por José Antonio Millán

Aprender y enseñar con las TIC: expectativas, realidad y potencialidades,
por César Coll

Investigación sobre la implantación y el uso de las TIC en la educación: resumen de datos,
por Inés Miret y Álvaro Cruz

Matemáticas y TIC en el aula. Hacia una nueva realidad
, por Antonio Pérez Sanz

Las TIC y la enseñanza de la lengua y la literatura
, por Felipe Zayas
Se puede conseguir en bile [ese signo en forma de caracol] fundacionginer.org.

Etiquetas:

Foro Publidisa en Madrid

16 abril 2009 09:17


El 7 de mayo del 2009 en Madrid tendrá lugar el Foro Publidisa, con el siguiente programa:
11:00–11:15 Presentación, estructura y dinámica del evento
Pedro Álamo
11:15–11:30 Bienvenida
Luís Abril
11:30–12:00 Al borde del libro; el entorno digital del editor
Pablo Arrieta (Colombia)
Arquitecto, Consultor Experto en Nuevas Tecnologías. Ha trabajado en USA en Compañías como Macromedia y Adobe
12:00–12:30 eBook cadena de valor y modelo de negocio
Jose María García
12:30–13:00 Edición Digital 2.0. El Caso Harlequin
Luis Pugni Director General
de Editorial Harlequin Ibérica
13:00–13:30 DAD, DRM, XML y ePub. Lo que todos deberíamos conocer
Luis Francisco Rodríguez

14:30–15:00 Librerías, eBook y eReaders. La Experiencia Watersotones
Waterstone´s UK. Primera cadena de librerías en Europa en comercializar el Sony eReader
15:00–15:30 La experiencia www.gandhi.com.mx
Alberto Achar
Gerente de Mercadotecnia de Librerías Gandhi
15:30–16:00 La Biblioteca Virtual
Enrique Rubio
Director de la Biblioteca Virtual Cervantes
16:00–16:30 eBooks, lectores, hábitos y dispositivos
Javier Celaya
Consultor. Socio fundador de Dosdoce.com
16:30–17:00 Marketing Online. Cómo posicionar los contenidos en la red
Begoña Morilla
17:00–17:30 Debate
Panel final con todos los ponentes
17:30–18:00 Resumen y conclusiones
Pedro Álamo

Etiquetas: , ,

Sobre Gabriel Ferrater

15 abril 2009 09:17

Gabriel Ferrater fue uno de los más grandes poetas del siglo pasado. Escribió sobre todo en catalán, fue lingüista y realizó muchos trabajos editoriales.

Enric Juste acaba de hacer sobre él un documental, cuyo trailer ofrecemos abajo. El blog de apoyo al documental contiene materiales de mucho interés, como este post sobre el oficio de traducir.

Etiquetas: ,

Gonzalo Pontón y Crítica

14 abril 2009 09:17


El tráfago de los pasados días me ha hecho casi pasar por alto el hecho de que Gonzalo Pontón, el fundador y director de Editorial Crítica, ha sido jubilado forzosamente por Planeta, el grupo editorial propietario actual del sello.

Pero ahora me encuentro con una carta del propio Gonzalo Pontón, quien espero me perdone por sacarla a la luz pública:
Quizás ya sepas por la prensa que Planeta ha decidido jubilarme como consejero delegado de CRÍTICA, la editorial que fundé en 1976 y que he dirigido ininterrumpidamente durante 33 años.

Todas mis negativas a la jubilación que se me impone (es cierto que acabo de cumplir 65 años), así como la propuesta alternativa que he dirigido a Planeta para comprar sus acciones (es el socio mayoritario de CRÍTICA) han sido inútiles. Planeta ha tomado una determinación innegociable. Sin embargo, no me doy por vencido y seguiré tratando de recuperar mi editorial por todos los medios incluidos los legales o, alternativamente, exigiré la venta de mis acciones a Planeta (estoy obligado a ello por un contrato entre socios que firmé hace diez años), ya que sus directivos me han expresado personalmente que, aun reconociendo que CRÍTICA siempre ha obtenido beneficios, a su juicio pueden incrementarse mucho cambiando la línea editorial.

Como podrás comprender, no deseo sancionar con mi presencia, ni como asesor (que se me ha ofrecido) ni como accionista, una línea editorial que nada tenga que ver con lo que CRITICA ha venido ofreciendo a la cultura de lengua española desde el fin de la dictadura hasta hoy. La buena noticia es que por el momento Planeta ha reconfirmado en su cargo a Carmen Esteban como directora editorial de CRITICA.
Nunca he tenido relación profesional con Crítica, más allá de reseñar alguna obra suya en la prensa, de modo que mis palabras inmediatas no las moverá ningún interés directo. Por decirlo rápidamente: debo a la Editorial Crítica algunos de los mejores momentos intelectuales que me ha deparado la lectura en los últimos años, en áreas muy variadas.

La edición es un oficio muy personal, por desgracia o (como en este caso) por suerte. Sería incomprensible la existencia del fondo de Crítica sin su forjador, así como resulta difícil pensar en que se mantenga la línea editorial sometida a más presiones económicas.

El grupo Planeta se ha caracterizado por adquirir numerosos sellos y luego cambiarlos y desvirtuarlos hasta el extremo de que uno se pregunta que para qué los compró... Su política de sustituir a los editores por responsables de sello recuerda poderosamente lo que André Schiffrin llamó La edición sin editores. Con esas operaciones no sólo se pone en riesgo la evolución natural de una línea editorial, el futuro, sino también la preservación de un fondo creado a lo largo de décadas: el pasado.

Ojalá se logre encontrar alguna fórmula que permita la preservación del sello.

Etiquetas:

Leer sin papel

13 abril 2009 09:17

El pasado 9 de abril publiqué un largo artículo titulado Leer sin papel en la sección de Opinión de El País. Aproveché esa oportunidad para recordar algo que con frecuencia se pasa por alto: que leer en pantalla no es necesariamente lo mismo que leer en papel.

A continuación voy a proporcionar las referencias de los testimonios citados en el artículo (no lo repetiré íntegro, porque está fácilmente accesible en el primer enlace, sino sólo los párrafos que quiero comentar):
Cuando le preguntaron a un especialista cuál sería el futuro del libro contestó: "Si por libros entendéis nuestros innumerables cuadernillos de papel impreso, plegado, cosido, encuadernado bajo una cubierta que anuncia el título de la obra, reconozco francamente que creo que la invención de Gutenberg caerá más o menos próximamente en desuso como intérprete de nuestras producciones intelectuales". Terrible predicción... que fue formulada hace más de un siglo, en 1894. Lo que entonces se suponía que iba a terminar con la lectura en papel era la grabación fonográfica.
La cita proviene de un cuento de Octave Uzanne, "La fin des livres", publicado en 1894, dentro de la recopilación Contes pour les bibliophiles, que he leído en la edición de Éditions Manucius, Houilles (Francia), 2008, y que también está disponible en una edición posterior en el Internet Archive.
Cien años después nunca ha habido más libros, pero ahora se anuncia que lo que va a desplazar al papel es la lectura en pantalla: en ordenador, en teléfonos avanzados o en esos aparatitos llamados lectores de e-books, libros-e o (como acaba de proponer el académico Darío Villanueva) portalibros.

[...]

Y es que leer no es sólo acceder con los ojos al texto. Si así fuera, lo más cómodo sería un artefacto por el que fueran desfilando las letras (al modo de los textos que corren en las marquesinas), como en el cuento de Isaac Asimov que transcurre en 2157 [Cuánto nos divertíamos]. Su protagonista recuerda: "Había una época en que los cuentos estaban impresos en papel. Era divertidísimo leer palabras que se quedaban quietas en vez de desplazarse". Es difícil que llegue este libro futuro de palabras móviles porque el lector común no lee letra a letra ni palabra a palabra sino que se administra a bloques, mediante saltos de los ojos, las porciones de texto que va descifrando.

[...]

Los lectores electrónicos además aplanan el texto, suprimiendo las distinciones tipográficas y espaciales que lo jerarquizan a los ojos del lector. Hay que señalar que aquí radica también una de sus ventajas, porque permiten aumentar el tamaño de la letra para lectores con problemas de visión. Pero en productos textualmente complejos como los periódicos la jerarquización tipográfica es vital. El poeta experimental Kenneth Goldsmith creó la obra Day (2003) reescribiendo en un tamaño de letra uniforme la totalidad del ejemplar de diario The New York Times del 1 de septiembre de 2000, incluidos anuncios y cotizaciones de Bolsa. La resultante fue un tomo de 836 páginas tamaño folio. ¿Un solo ejemplar de un periódico contenía tanto texto como un novelón? Sorprendentemente sí, pero sobre el papel la disposición espacial y los tamaños de letra van diciendo al lector qué importancia y uso tiene cada texto: éste para lectura, éste para hojeo, éste sólo para consulta.

[...]

¿Perdemos algo leyendo en pantalla? William Powers, columnista de la revista estadounidense The Nation, llamaba recientemente al papel "el arma secreta de los periódicos": "La mayor fuerza del papel reside en el hecho de que la mente se asienta en un estado de tranquilidad apaciguada que da lugar a reflexiones más acertadas. Ese estado es mucho más difícil de lograr cuando se lee en formato digital donde la información es infinita y donde existen tantas actividades posibles en cualquier momento".

En efecto: hay estudios que describen a los lectores de páginas web, incluso académicos, como "promiscuos, diversos y volátiles", por su hábito de "picoteo" de páginas, lectura parcial y cambio frecuente de objeto.
Se trata de CIBER (University College, Londres), Information Behaviour of the Researcher of the Future, 2008, págs. 9 y 10.

No es extraño que surjan programas que, como Readability, despejan el contenido de una página web retirando todo lo que rodea al texto central (propuestas de otras lecturas, anuncios, barras de navegación), con el objeto de que el lector se concentre.

[...]

No es extraño que cambios aparentemente menores en la práctica lectora (como leer en un soporte material o en uno virtual) tengan consecuencias notables. La lectura es una actividad neurológicamente complejísima. Una obra reciente de la psicóloga Maryanne Wolf, Proust y el calamar, [Cómo aprendemos a leer : historia y ciencia del cerebro y la lectura] nos recuerda que el acto de lectura no es natural: en él confluyen mecanismos cerebrales surgidos evolutivamente con otros fines, y de hecho el aprendizaje de la lectura cambia el cerebro del sujeto que la practica, hasta tal extremo que lo configura de una determinada manera si lee en caracteres alfabéticos (como el español) y de otra si lo hace en ideogramas chinos.

Por otra parte, la especialista Anne Mangen ["Digital fiction reading: Haptics and immersion", en Journal of Research in Reading, ISSN 0141-0423, Volume 31, Issue 4, 2008, págs. 404–419] nos recuerda "el papel vital de nuestros cuerpos, incluso en una actividad tan aparentemente intelectual como la lectura": leemos con todo el cuerpo, y sobre todo con las manos y los dedos. Y también sabemos desde el Renacimiento que leemos en el espacio: quien haya preparado una tarea intelectual distribuyendo libros abiertos, obras de consulta y esquemas por la mesa de trabajo sabe lo difícil que es organizar y percibir la multiplicidad dentro de una pantalla. El lector como un homúnculo que se asoma por las ventanas de los ojos a la ventana de la pantalla es una construcción irreal y reduccionista.

[...]

Etiquetas: ,

Vacaciones

06 abril 2009 09:17


Este blog suspende sus intervenciones durante una semana por las (merecidas) vacaciones de Pascua.

Etiquetas:

Traducir del y al inglés

03 abril 2009 09:17

"La industria editorial española es la que más traduce de Europa, seguida de la de Alemania", reseñaba Antonio María de Ávila en su capítulo sobre "La oferta editorial de libros" de La lectura en España. Informe 2008.

La traducción de obras del inglés ocupa un lugar prioritario en la producción de los países no-anglohablantes, sin embargo tanto el Reino Unido como, sobre todo, Estados Unidos, traducen poquísimas obras de otras lenguas. El estudio Literatura traducida: ¿Por qué es tan difícil acceder al mercado anglo-americano? analiza los datos de traducción de estos países, y los esfuerzos institucionales por fomentar que las obras de otras lenguas sean traducidas al inglés.

Etiquetas: ,

Publicidad intromisiva

02 abril 2009 09:17


Esta es la publicidad de Intel en La Vanguardia: un incordio que se despliega y cubre el texto que se pretende leer. ¿Se imagina que estuviera leyendo el periódico en el metro, y una mano le metiera un panfleto entre los ojos y el periódico? Pues este es exactamente el efecto.

No sé si tendrá mucho efecto publicitario: a mí lo que me provoca es ira contra el anunciante y contra el soporte...

Etiquetas: ,

Pe?as arriba

01 abril 2009 09:17


Una alerta de un amiga (gracias, Simona) me ha llevado a ver la cubierta de esta edición de Peñas arriba, de José María de Pereda, en Amazon. Ejem...

Pero lo curioso es que en una búsqueda de este libro en Amazon UK esta edición sea la más barata de los libros nuevos. ¿Quién la ha hecho? La editorial inglesa Echo Library, especializada en libros en letra grande, en el dominio público, y que imprime bajo demanda. En su catálogo, de inglés y español, no está sólo Pereda, sino también Pérez de Ayala, Concha Espina, Galdós y una selección de textos históricos y raros...

No sé si habrá mucho negocio internacional en los libros en español libres de derechos y en letra grande, pero si lo hay, sé perfectamente quiénes no se lo están llevando: las editoriales de países hispanohablantes.

Por cierto: hace años que no la releo, pero ¡qué novela más bonita es Peñas arriba...!

Etiquetas: , , ,