(El presente artículo apareció en el suplemento
Cultura/s de
La Vanguardia, en su número 300, el 19 de marzo).
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La tarde invita al paseo, y hacerlo saltando de librería en librería parece una buena forma. Como estoy en Plaza de Catalunya, desciendo por callejuelas hasta
la Llibreria Medios, en
Valldonzella, 7. Se trata de la típica
librería-tubo (nada peyorativo, por favor: sólo es una descripción topológica). Uno se ve absorbido por las paredes convergentes a derecha e izquierda, a través de estanterías dedicadas a materias tan apasionantes como la tipografía, el diseño gráfico, las webs, o el arte de escribir un guión de cine. Porque, gracias a Dios, las "ciencias de la comunicación" (su confesa dedicación) son un concepto muy amplio... Medios existe hace once años, y tiene claro de qué va.
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A la salida mis pasos se dirigen imperceptiblemente hacia
Loring (
Gravina, 8)... ¡Otros que existen hace aproximadamente la misma fecha, y que también lo tienen
clarísimo! Loring se especializa en "Arte contemporáneo", y esto, por suerte, también puede querer decir cualquier cosa. Pero es muy peligroso, porque bajo esa cobertura acumulan joyitas de libro ilustrado, ensayo, libro infantil (la mejor selección de la ciudad) y géneros indefinibles. Si de Medios uno sale pertrechado para la vida moderna, y con la satisfacción del deber cumplido, de Loring se emerge siempre con algún capricho, pero del maravilloso género que nadie, ni un cónyuge puntilloso, ni un amigo sabihondo, te reprochará. Por estructura, Loring es una
librería-cajón, cuadrada, abierta (con una deliciosa trastienda al fondo).
Reparo en que mis primeras visitas han sido a lugares de
non-fiction, y decido que es una protesta contra el literaturocentrismo dominante (que hizo que a Frankfurt
se llevaran sólo novelistas y poetas... ¡hay vida tras la literatura!).
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Mucha, y buena, me espera al norte de la plaza, en
Laie (
Pau Claris, 85). Laie es una
librería-campo de fútbol, amplia y profunda, que existe desde hace más de veinte años. Su selección literaria y de Historia siempre ha sido muy buena, aunque
la de Fotografía y Arquitectura me ha deparado más de una sorpresa. Y Música, que suele estar mal cubierta en general... De todas formas, aprecio en estas grandes librerías los detalles; a la derecha, bajando una escalerita y bajo un estante hay una preciosa sección de divulgación científica, género editorialmente no muy concurrido, pero que aquí remansa sus dispersos elementos.
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Pero quizás es el momento de alejarse del centro, y subir hacia casa.
La Central, en
Mallorca, 237, me espera con su estupenda oferta de poesía y teatro, aunque confieso que es la zona de Filosofía y Religiones la que me detiene por más tiempo. Tras la última reforma, La Central se ha convertido en una auténtica
librería-hojaldre (o
milhojas)
, con sus dos capas crujientes de libros. Precisamente en el piso superior asistí hace años a la aparición de una nueva sección casi vergonzante, en un taburete junto a la ventana, donde se iban acumulando libros sobre la Internet, cultura digital y moderneces por el estilo... ¡Quién lo iba a decir! También tiene doce años de antigüedad, lo que nos llevaría a decidir que, por alguna razón, el optimismo post-olímpico fructificó en el comercio del libro.
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Ya de vuelta a casa me dejo llevar por la fascinación, y penetro en
Xoroi (
Berlinès, 20). Me gustan estas librerías especializadas en temas que desconozco por completo, como en este caso la psicología y el psicoanálisis. Miro los nombres de las secciones y me asalta un sacro temor: Gestalt, Logoterapia, Lacan... Pero junto al escaparate se amontona una pequeña y asombrosa selección de literatura y ensayo, asombrosa porque me interesan todos sus títulos, y me hace pensar en el librero mágico que te ahorra multitud de complicaciones adivinando lo que te gustaría leer. Este notable conjunto yace formando unas pilas inestables porque aún no he dicho que Xoroi (fundada, aunque en otra localización, en 1986) es del imprescindible género
librería-caja de bombones, diminuta, atestada y acogedora...
Etiquetas: Librerías