Tropecientas flores

01 marzo 2009 12:12


¿Cuántas flores hay en un campo primaveral (como éste del Bajo Ampurdán)? Pues… !vaya usted a saber! Un montón: tropecientas

El español tiene algunos numerales indeterminados y festivos utilizados para expresar “una gran cantidad”. Lo divertido es que utilizan los sufijos de las centenas, usando como raíz creaciones expresivas muy variadas.

¿Conocen los lectores más de estas formaciones? Agradecería que en sus respuestas mencionaran en qué lugar de España o del mundo hispanohablante se usan…

Aquí y ahora…

21 febrero 2009 12:12


Se conoce como deixis (señalamiento) la propiedad que tienen algunas palabra de hacer referencia a las circunstancias en que son utilizadas. Aquí significa “Barcelona” o “Madrid”, dependiendo de dónde esté. Yo no significa los mismo en mis labios que en los del lector, y hoy cambia todos los días de significado.

Me ha gustado mucho reencontrarme en un bar barcelonés este cartel, que llevo viendo desde niño: “Hoy no se fía, mañana sí”. (Fiar es para la RAE, que por cierto debería revisar la definición: “Vender sin tomar el precio de contado, para recibirlo en adelante“).

La gracia, por supuesto, es que este cartel es permanente, con lo que “mañana” nunca llega: estamos en un perenne hoy… Es decir: este bar no fía nunca. Y me parece bien. Como reza el ovillejo de autor desconocido (para mí):

Si doy,
a la ruina voy.
Si fío,
comprometo lo que es mío.
Si presto,
al pagar ponen mal gesto.
Para evitar todo esto,
ni doy, ni fío, ni presto.

No recuerdo muchos otros casos, pero sí alguno, de carteles con deícticos que precisamente por ser permanentes presentan una curiosa contradicción. ¿Conocen alguno los lectores?

Calambures comerciales

23 noviembre 2008 22:22


Nuestros lectores no ignoran que en la figura llamada calambur se juega con los límites entre palabras. He visto que ciertos establecimientos comerciales practican esta afición, como esta cafetería madrileña. ¿Podrían los lectores aportar otros casos?

Aprenda élfico en dos horas

11 noviembre 2007 8:08

Galadriel, en El señor de los anillos

Recuerdo de hace muchos años (cuando era pequeño) una serie de chistes que tenían por objeto lenguas más o menos exóticas:

¿Cómo se dice en chino “perro caliente”? Kan kon kinké.
¿Cómo se dice en ruso “llueve”? Tokiski en la taska.
¿Cómo se dice “eyaculación precoz” en japonés. Yatá.
¿Cómo se dice “violación” en africano. Tetumba la tanga.
¿Cómo se dice en alemán “tranvía”. Subanestrujenbajen. 

Estos chistes (que continuan en la actualidad) reflejan dos curiosas cuestiones. Una es la existencia de una imagen estereotipada de ciertas lenguas ajenas, y no de otras. En España no hay ningún chiste que comience: “¿cómo se dice en esloveno…?”, o bien: “¿cómo se dice en esquimal…? En este sentido, existen sólo un puñado de lenguas, incluido el improbable “africano” (que en algunas versiones más cultas, he visto como swahili). Son las lenguas exóticas prototípicas (chino, japonés, ruso) o algunas de nuestro entorno con una imagen fónica clara (el alemán).

Porque la segunda cuestión es que la lengua parodiada tiene que tener una huella sonora individualizada (y emulable desde el español: si no no habría chiste): los grupos -sk- del ruso, las nasales posvocálicas del africano, etcétera.

Pues bien: mi hijo me ha sorprendido recientemente con este chiste:

¿Cómo se dice “camarero” en élfico? Éldelbar.

¡Elfico! Claro: la inexistente lengua élfica se ha hecho famosa por las películas de El señor de los anillos, aunque apareciera en las novelas y relatos de Tolkien. Tolkien (profesor de inglés antiguo y gótico), diseñó cuidadosamente algunas lenguas para sus obras, como la que hablan los elfos, el sindarin. Para ella se basó en algunos rasgos del galés y del bretón.

Desde el punto de vista de su imagen sonora (captada en los parlamentos de las películas y sobre todo en la topo- y antroponimia), el élfico se caracteriza por la abundancia de consonantes líquidas (l, r), sobre todo en posición posvocálica, el polisilabismo y la frecuencia de palabras esdrújulas. Rasgos todos ellos que explora a la perfección el chiste.

Si alguno de los lectores conoce más chistes de élfico, se los agradeceré. Igualmente, información sobre otras lenguas objetos de parodia (por ejemplo: ¿hay en Latinoamérica ejemplos que contemplen las lenguas indígenas?), o, como de costumbre, cualquier dato complementario.

Pro y contra de los signos de puntuación

28 junio 2007 12:12


En el rincón derecho, con calzón azul, el defensor de los signos de puntuación como pieza imprescindible en la comunicación escrita:

Los signos de puntuación son necesarios para la correcta interpretación de un texto en español. No es posible leer correctamente un escrito carente de signos de puntuación si no está dotado de una sintaxis meticulosamente construida. ¿Nuestra intuición nos guiará en la lectura de un texto corrido sin necesitar la puntuación? En absoluto. Es un sistema de marcas gráficas necesario para diferenciar significados, o lo que es lo mismo, un “rasgo pertinente”. Queda claro que no es gratuita, por lo tanto, la reivindicación de un uso normativo de los signos de puntuación en el texto escrito.

En el rincón izquierdo, con calzón rojo, el aspirante a la eliminación de los superfluos signos de puntuación y la predominancia de la redacción telegráfica al estilo SMS:

¿Los signos de puntuación son necesarios para la correcta interpretación de un texto en español? No. ¿Es posible leer correctamente un escrito carente de signos de puntuación? Sí. ¿No está dotado de una sintaxis meticulosamente construida? Nuestra intuición nos guiará en la lectura de un texto corrido sin necesitar la puntuación. En absoluto es un sistema de marcas gráficas necesario para diferenciar significados. O lo que es lo mismo, un “rasgo pertinente” queda claro que no es. Gratuita, por lo tanto, la reivindicación de un uso normativo de los signos de puntuación en el texto escrito.

Supongo que se han dado cuenta de que ambos púgiles son el mismo texto.
Esto es lo que se llama una victoria por puntos.

[Este texto, y su dibujo, provienen del blog No recomendable, cuyo autor encontró los textos con diferente puntuación en unos comentarios al blog de Mauro Entrialgo. A mí me lo contó todo Candyman]

Junco

17 mayo 2007 14:14

Se expone en Madrid la obra gráfica del ilustrador Junco, en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense (c/ Noviciado 3), hasta el 7 de julio. Junco, colaborador de muchas cabeceras de prensa, jugó con mucha frecuencia con la tipografía y los signos de puntuación, com en este ejemplo.

In memoriam José Luis Coll

06 marzo 2007 19:19

Ha muerto el autor del Diccionario de Coll, ese cruce entre el surrealismo y la etimología popular.

De su obra (o en todo caso inspiradas por ella):

CAMARÓN:
Aparato enorme que saca fotos.
CIRCUITO:
Lugar donde trabajan payasuitos y enanuitos.
DECIMAL:
Pronunciar equivocadamente.
BECERRO:
Que ve u observa una loma o colina.
BERMUDAS:
Observar a las que no hablan.
TELEPATÍA:
aparato de TV para la hermana de mi mamá.
TELÓN:
Tela de 50 metros… o más.
ANÓMALO:
Hemorroides.
BENCENO:
Lo que los bebes miran cuando toman leche.
BERRO:
Bastor Aleban.
BARBARISMO:
Colección exagerada de muñecas barbie.
POLINESIA:
Mujer Policía que no se entera de nada.
CHINCHILLA:
Auchenchia de un lugar para chentarche.
DIADEMAS:
Veintinueve de febrero.
DILEMAS:
Háblale más.
MANIFIESTA:
Juerga de cacahuetes.
MEOLLO:
Me escucho.

Derivados de nombres

03 marzo 2007 14:14

Letras enredadas hace una curiosa reflexión morfológico-literaria, sobre cómo devienen en adjetivo caracterizador los nombres de autores (por ejemplo, de Cervantes, “cervantino”). Como este último, hay algunos bien instalados (“homérico”), pero ¿qué decir de casos más próximos, como estos que lista Peter?:

*Perezreverteño, muñozmolineño
*Allendino (estilo Isabel Allende), mariasino (estilo Javier Marías, solución algo forzada)
*Pómbico (muy bien puesto), regásico (“presencia regásica”= hasta en la sopa), monzónico (me gusta: la fuerza del viento huracanado).
*Vargasllósico, galáctico (este muy por los pelos para Antonio Gala, se confunde con lo futbolero)
*Zafonista, marsista (Juan Marsé se merecería más)

Yo personalmente discrepo de algunas de estas elecciones (de Gala, yo haría “gálico”, como el morbo galico), pero no me negaré al ejercicio de pergeñar unos cuantos (¿”grandioso”, de Almudena Grandes?; tendría que pensarlo…) y de invitar a los cultos lectores de este blog a contribuir a esta tarea colectiva sin la que es posible que las generaciones futuras carezcan de armas con las que calificar a los descendientes de eximios escritores de hoy.

Palíndromos y anagramas

26 febrero 2007 16:16

El comentario a una entrada del blog de al lado ha suscitado una curiosa cuestión. Las dos palabras del título de la obra de Arcadi Espada Ebro/Orbe, ¿constituyen un anagrama o un palíndromo?

Palíndromo, del griego πάλιν, ‘de nuevo’, y δρόμος, ‘carrera’ es una palabra o frase que se lee igual al derecho que al revés: “Dábale arroz a la zorra el abad” (como se ve, para estos fines se suele hacer caso omiso de los blancos). Aquí hay varios palíndromos, y Ebro/Orbe es por supuesto uno.

El lector habrá reconocido en la segunda parte del término la raíz de palabras como canódromo o síndrome (‘lugar donde corren perros’ o ‘cosas que marchan conjuntamente’). Y la primera está presente en la expresión “cantar la palinodia”: ‘retractarse’.

El anagrama, ‘transposición de las letras de una palabra o sentencia, de la que resulta otra palabra o sentencia distinta‘, es una formación a partir del prefijo griego ana-, que aquí significa ‘de nuevo’ (como en anabaptista) y γραμμα, ‘letra, escritura’. En francés, Marie es anagrama de aimer. Y Orbe lo es de Ebro.

Está claro, pues, que una expresión palindrómica siempe es anagramática, pero no viceversa. En español hay un solo anagrama de Ebro, además de orbe: bóer, el habitante del África Austral de origen holandés. Pero quizás el libro de Arcadi Espada no iba de eso…

Las metamorfosis de Barcelona

14 enero 2007 13:13

Aquí al lado he colgado una muestra de distintos juegos de palabras en torno al nombre de Barcelona, recopilados durante los últimos años.

Desde el punto de vista lingüístico son interesantes por los distintos recursos que emplean. Bar cel ona, la división pseudosilábica de Mariscal crea tres palabras catalanas: bar, ‘bar’, cel, ‘cielo’, y ona, ‘ola’ (en su tiempo, bastante emblemáticas de la ciudad). Este procedimiento, por el que el juego entre las fronteras silábicas y de palabra crea nuevos sentidos, se llama calambur.

Barcelombia se basa en coger una sílaba-puente (lo), que está presente tanto en Colombia como en Barcelona, para fusionar ambas palabras. Como el resultado tiene además la misma cantidad de sílabas, pues funciona bastante bien… En una entrada sobre Cruce de palabras ya hablamos de este tipo de construcciones.

Karcelona sustituye las seis primeras letras del nombre de la ciudad, Barcel, por el casi homófono cárcel, aludiendo así a los episodios represivos que afectan con cierta frecuencia a grupos antisistema (okupas y similares). A esto se une la anomalía ortográfica que es marca de esos grupos: el uso de la k en vez de c (en ca, co, cu), o qu.

Barchelona, por último, recuerda que, desde hace treinta años la ciudad ha acogido a muchos inmigrantes argentinos.

Siempre está bien ver cómo la creatividad verbal de la gente va dejando su huella sobre las cosas, ¡incluso sobre el nombre de su ciudad! Si saben de algún caso más, me encantaría que me lo transmitieran…