Los remotos (y obscenos) orígenes de la charada

04 noviembre 2018 17:17

Recordemos que una charada es (según la un tanto farragosa definición del DRAE), el “Pasatiempo consistente en adivinar una palabra a partir de alguna pista sobre su significado y sobre el de otras que se forman con sílabas de la palabra buscada”. Se trata, pues, de un juego de palabras y además metalingüístico.

Pues bien, el caso más antiguo que conozco proviene de una inscripción latina que protegía un huerto. Este es su texto y su traducción:

Penelopes primam Didonis prima sequatur
et primam Cadmi syllaba prima Remi,
quodque fit ex illis, tu mi deprensus in horto,
fur dabis: hac poena culpa luenda tua est

Que la primera sílaba de Dido siga a la de Penélope,
y la primera sílaba de Remo siga a la primera de Cadmo,
y lo que resulta de esta combinación, tú, ladrón lo sufrirás,
si te pillo en mi jardín; ese castigo expiará tu crimen.

La palabra sugerida sílaba a sílaba es pedicare, es decir: ‘sodomizar’. Recordemos que abundaban en el mundo romano las figuras fálicas para proteger huertos y jardines. La curiosa relación entre hurto de frutas y agresión anal se ha mantenido hasta nuestros días en algún chascarrillo.

Encontré la protocharada en la obra Ancient Obscenities: Their Nature and Use in the Ancient Greek and Roman Worlds, de Dorota Dutsch y Ann Suter (2015), por pura serendipia, mientas buscaba unos usos peculiares del ablativo.

Tengo, tengo, tengo

27 abril 2017 15:15

Mucho tiempo sin escribir en este blog. La verdad es que gran parte de mis observaciones lingüísticas las he ido publicando en Twitter (https://twitter.com/librosybitios), y además he estado muy ocupado con un nuevo libro, que hoy mismo ha visto la luz.

Se trata de Tengo, tengo, tengo. Los ritmos de la lengua, que responde a un proyecto que hace muchos años tenía esbozado, pero que hasta ahora (y por cierto gracias a la invitación de Francisco Martínez, de la editorial Ariel), no había tenido oportunidad de emprender.

En resumen, es un libro que trata sobre los aspectos rítmicos del español que no están incluidos en lo que se conoce normalmente como “poesía”. Por citar su contraportada:

¿Por qué riman los refranes? ¿Por qué los manifestantes corean consignas que se adaptan a la marcha? ¿Por qué todas las nanas del mundo se parecen? ¿Por qué los niños juegan con palabras sin sentido? ¿Por qué los conjuros tienen resonancias misteriosas?

Siempre que los seres humanos juegan, aconsejan, curan, narran, trabajan juntos, conjuran la suerte, venden, memorizan, hacen rabiar o se emocionan, lo hacen con ayuda de repeticiones, acentos pautados, rimas… El ritmo tiene un papel fundamental en las cosas que decimos y repetimos.

Para explorar por qué y cómo nos entregamos de esta forma al ritmo verbal, el autor acude a psicólogos, lingüistas, antropólogos, folkloristas, neurólogos, científicos cognitivos, filólogos, filósofos, poetas o incluso músicos de rap. Con multitud de ejemplos del español de España y América, sin olvidar lo que ocurre en otras lenguas, Tengo, tengo, tengo explora canciones de dar palmas o de corro, conjuros, retahílas de sorteo, canciones de trabajo, refranes, rimas burlonas, trabalenguas, nanas, poesía de vanguardia, creaciones con palabras africanas o inventadas, versos mnemotécnicos, eslóganes publicitarios, subastas o retransmisiones deportivas, en un esfuerzo vasto e inédito por trazar el mapa de los ritmos lingüísticos, en el pasado y en la actualidad.

Tengo, tengo, tengo es una obra accesible a cualquier lector, y para su consulta cuenta también con un completo “Índice de materias y nombres propios”.

Como he hecho en alguno de mis libros anteriores, Tengo, tengo, tengo tiene varios niveles de lectura. En su edición en papel (o en ebook) es una obra ensayística, sin notas ni bibliografía, pero en esta misma web hay un extenso aparato de Notas, que remiten por un lado a una Bibliografía con dos centenares de entradas, la mayor parte correspondientes a obras presentes en Internet, y por tanto directamente consultables por el lector. Por otro lado, las notas van enlazando a audios y videos recopilados en una Lista de medios. Este aspecto, que permite al lector captar, más allá de las limitaciones del texto escrito, los ritmos vivos del habla, hace uso de una de las características más destacadas de la Web: su naturaleza de repositorio vivo del saber humano.

Por lo tanto, Tengo, tengo, tengo. Los ritmos de la lengua es un libro desplegado en tres dimensiones: la narrativa, la erudita y la sonora.

Bueno, que ustedes lo disfruten… Cualquier observación sobre la obra pueden dejarla en forma de comentario a este post.

Brangelina, Merkozy y otras amalgamas

29 abril 2012 14:14

Me sorprende el periódico de hoy con este titular: “Europa espera: Hollande o ‘Sarkopen’” (y obsérvense las pudorosas comillas con las que se presenta la amalgama de los nombres de “Sarkozy” y “Le Pen”).

Desde tiempo atrás se ha difundido Merkozy, para aludir al siniestro equipo de destrucción de la Europa social compuesto por “Merkel” y “Sarkozy”.

Creo que la moda de fusionar dos nombres propios comenzó en el campo de las revistas del corazón: Brangelina (que cuenta con entrada propia en Wikipedia) es el nombre de la pareja formada por “Brad Pitt” y “Angelina Jolie”, y parece haberse acuñado en el 2008. Tiene la variante Bradgelina.

Los nombres geográficos pueden también ser objeto de fusiones. Hace años se acuñó Eurabia para aludir a la Europa musulmana, uniendo “Europa” y “Arabia”. Es interesante la asociación de Arabia con el Islam, porque no es ni de lejos la zona donde más ciudadanos islámicos hay, aunque sí fue la patria de Mahoma.

Con la extensión de esta práctica, cualquiera propone una nueva amalgama, como por ejemplo Boniguren, de “José Bono” y “Eguiguren”. Etc.

Y tal vez los lectores pueden aportar otros casos.

Por una maldita coma…

06 febrero 2012 12:12

La verdad, es que hay gente muy mala… Y con mucho ingenio.

(Gracias a JASP por el envío).

Hijos de la flauta

15 enero 2012 17:17

De vez en cuando, una palabra se descompone, y una de sus partes empieza a funcionar para formar otras. Estos días estamos presenciando un fenómeno curioso. En un principio estuvieron los perroflautas, denominación sinecdóquica de una tribu urbana por los elementos que les caracterizaban. Pues bien: la parte final de la palabra, flauta, parece haberse convertido en identificador de un grupo como protestatario, “indignado” o similar. Esto en sí mismo es raro, porque los perroflautas si algo no eran es rebeldes contra el sistema, pero bueno: las palabras se contaminan por los contextos en que aparecen, y a veces acaban significando algo lejano. Ahí está el caso de patera, inicialmente ‘embarcación’ y luego, ‘lugar donde se hacinan inmigrantes’.

En castellano y en catalán yayo/iaio es una denominación familiar y cariñosa para abuelo, y a su vez abuelo también ha pasado a significar ‘persona de edad’. Pues bien: un grupo de personas mayores, con o sin nietos, y por supuesto sin flautas ni perros, pero luchadores por sus derechos contra el cierre de centros de salud, han escogido el nombre yayoflauta/iaioflauta para definirse. Arriba vemos una de sus manifestaciones en las que convive la denominación con dos iconos gráficos de la modernidad internetera: el hashtag o sostenido de las etiquetas de Twitter y la @ del correo electrónico. Tienen incluso un sitio web: http://www.iaioflautas.org.


(entrevista en Intervíu)

Por cierto, el activismo político de las personas de edad ha dado otras muestras de creatividad lingüística: en 1991 concurrió a las elecciones españolas el partido Panteras Grises. La denominación nació en realidad en EE.UU. en 1970, como Gray Panthers, claro juego de palabras (por las canas) con el movimiento negro Black Panthers

Había archivado la denominacion de yayoflauta como una curiosidad más, cuando la protesta de la policía autonómica catalana, los Mossos d’Escuadra me ha sorprendido en Twitter con este hashtag: “#mossoflautas“.

¿Habrá otros casos de utilización de -flauta para expresar rebelión o disconformidad? Agradeceré a los lectores que me notifiquen si se encuentran con alguno…

Corrupción y creatividad lingüística

07 diciembre 2011 17:17

Un frecuente reacción defensiva de las personas ante los desastres que les rodean es tomárselos a broma, y la lengua es un instrumento privilegiado para ello. Vamos a ver dos ejemplos.


La retro

Comencemos por el principio: para aludir a la obtención ilegal de dinero se suele utilizar la expresión “por detrás”, como se ve en este ejemplo:

Quien gratis atiende es porque nada vale… así de simple, aunque reciba un pago por detrás [comentario en un blog de veterinaria]

Y cuando se quiere indicar este hecho con un gesto, se pone la mano a la espalda con la palma vuelta hacia arriba (en el gesto de recibir algo clandestinamente): lo ha usado mucho el humorista Forges, como en el dibujo que encabeza este post.

Pues bien, en el uso que he registrado en Galicia hace un año (y que tal vez se dé en otros lugares), se equipara ese gesto a una máquina  muy utilizada en obras públicas, la retroexcavadora, que presenta una pala delantera y otra trasera, con lo que puede simbolizar perfectamente una transacción legal (“por delante”) unida a otra ilegal (“por detrás”).

Así, se dice de una persona que se recibió ilegalmente un pago que “usó la retro” (en apócope) o “la retroexcavadora”.


El caso Urdangarín

Como es bien sabido, el yerno del rey de España ha participado presuntamente en prácticas corruptas. La persona en cuestión ha sido jugador profesional de balonmano, y se ha sacado partido de este hecho, como en estos dos ejemplos de Twitter:

La columna del conocido colaborador de Público Ignacio Escolar recogía otro juego de palabras, ya desde su título: “El talonmano“:

Entre todos los trabajos destaca, por su valor simbólico, un estudio de 134 páginas por el que Telefónica pagó 106.720 euros. Se titula “El compromiso con los stakeholders” pero el subtítulo es mucho mejor: “Manual para la práctica de las relaciones con los grupos de interés”. Es un deporte de élites del que parece saber mucho Urdangarin. Hay quien lo llama talonmano.

La misma columna hablaba también de que en el caso del yerno real

Están imputados los responsables de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia que firmaron los contratos con esa ONG “sinónimo” de lucro [por “sin ánimo de lucro”]

¿Creación periodística? Más bien creo que bebido del pueblo… El talonmano circulaba por Twitter desde el 30 de noviembre al menos, atribuida a la revista El Jueves… “Sinónimo de lucro” es el nombre de un grupo musical, activo al menos desde el 2008.

Un caso diferente: en un blog republicano aparecieron los siguientes versos dedicados al personaje:

Dar pelotazos es su gran pasión,
es un atleta del mayor postín,
que igual puede atrapar un maletín
cuando se le presenta la ocasión.

(Los firmaba “Arturo del Villar, poeta republicano“). Recordemos que un pelotazo es, desde la primera edición del Diccionario del  español actual, 1999 (cito desarrollando las abreviaturas):

5 (coloquial) Ganancia rápida de dinero. Generalmente en la construcción PEGAR EL -. Frecuente con intención despectiva aludiendo a la poca limpieza.

(la RAE no recoge esta acepcion más que como enmienda a la 22ª edición, 2001, que se incorporará a la edición en curso: “coloq. Esp. Operación económica que produce una gran ganancia fácil y rápida”.).

Las citas que el diccionario de Manuel Seco aporta son de prensa de los años 1992 y 1993, de modo que la palabra llevaba al menos veinte años dando vueltas por ahí cuando la corrupción (presunta, por favor) de alguien que se dedicó profesionalmente a la pelota permitió la dilogía del primer verso: “Dar pelotazos es su gran pasión”.

También se pueden ver en Twitter desviaciones festivas de su nombre:

En fin… Puede que los lectores conozcan otras acuñaciones festivas referidas a un tema, la corrupción, que tiene bien poca gracia. Si es así, agradeceré que las cuenten en comentario.

El Banco de Satán

09 febrero 2011 12:12

Al comienzo del populoso Paseo de Gracia, en la ciudad de Barcelona, un individuo en silla de ruedas, rodeado de pancartas, inicia otra huelga de hambre. Si lo traemos a colación aquí (aparte de por difundir su situación) es por el bonito juego de palabras con el que ha rebautizado a la entidad financiera causante de sus males: Banco de Satán.

Para los amantes de esas cosas, señalaremos que los recursos que ha movilizado la transformación han sido la apócope seguido de metátesis recíproca (o de síncopa, dependiendo de si consideramos que la apócope produjo “Santa” o “Santan”). En cualquier caso: ¡qué hermosa transformación!

Para saber más, la web del ciudadano agredido: Lo estás permitiendo y el relato de sus males.

Y los turigrinitos…

31 agosto 2010 18:18

Este verano me ha sobresaltado un nuevo hallazgo léxico: turigrino, híbrido de turista y peregrino, que se aplica al que realiza el Camino de Santiago como turismo barato, y no guiado por la fe.

Ya hemos visto por aquí otros casos de palabras-maleta, incluso en topónimos, o nombres de lugar.

Mi entrevista en “La Opinión”

25 marzo 2010 14:14

Aprovechando que pasaba por La Coruña me ha entrevistado Isabel Bugallal en La Opinión. Como la entrevista es sobre todo de temática lingüística, aquí la reproduzco, aumentada con una imagen y enlaces.

He corregido pequeños errores, fruto de la transcripción de una entrevista oral y de las prisas periodísticas…

-¿Cómo puede hacer tantas cosas y mantener una bitácora (jamillan.com) tan amplia al día?

-Porque me gustan. Soy muy dado a aprovechar tiempos muertos como un viaje en metro, e ir haciendo cosas.

-Y escribe y publica en papel libros; cuentos, novela, ensayo, y hasta ha ilustrado alguno.

-Va por épocas, ahora estoy más volcado en el ensayo y las obras infantiles. La fotografía también me interesa: me ha permitido ilustrar de forma sui generis algún libro.

-¿Siempre lleva una cámara?

-Sí, eso es sagrado, porque nunca sabes cuándo puede saltar la oportunidad. Con la fotografía digital es comodísimo, puedes tirar las fotografías que quieras.

-¿El cartel más insólito que se ha encontrado recientemente?

-Un mensaje de amor de un chico a una chica. Decía: “Soy la guinda en tu sostén” [ver arriba]. Y la firma. ¿Precioso, no?

-Tampoco está mal el de la embajada de Rumanía que colgó en su bitácora.

-“Aquí no se hacen fotocopias, no hay esto, no hay lo otro, no tenemos cambio, no es la embajada de Rumanía”… Me encontré con carteles con todo tipo de negativas de gente que debe estar harta de que le pregunten.

-¿Fue lanzador de peso?

-De jovencito. Era una actividad atlética que me gustaba mucho. Es una mezcla curiosa de fuerza, agilidad y dinamismo que, cuando la descubrí, me emocionó. Lo dejé de practicar de joven pero me quedó huella, cuerpo de lanzador de pesos: un cuerpo un poco soviético.

-Y ahora es atleta de la lengua.

-Las palabras me interesaron siempre. Me gusta la historia de las palabras, descubrir carteles en la calle, oír cómo habla la gente. Sí, me hice un atleta de la lengua y, cuando me dejan, hablo muchísimo.

-¿De dónde le viene ese interés por el lenguaje?

-Vengo de una familia con una cultura verbal muy grande. En Navidades, por ejemplo, hacíamos concursos e inventábamos letras de villancicos. Uno de mis abuelos era traductor de Shakespeare, mi madre escribía libros para niños… En fin, estaba inmerso en una cultura muy relacionada con la lengua. Recuerdo cuando mi padre me contó la etimología de una palabra y descubrí de golpe que las palabras no fueron tal como las conocemos sino que tienen detrás una historia, a veces gigantesca, y que son historias alucinantes que van pasando de continente en continente a lo largo de los siglos.

-¿Van pasando y se producen las invasiones bárbaras?

-Las invasiones acaban siendo tan asimiladas que no son bárbaras. Una cantidad inmensa de palabras del español vienen del árabe, de lenguas germánicas, del italiano, del francés, muchísimas del inglés y, en cuanto pasan cincuenta o sesenta años, las sientes como propias. Si le dices a alguien que detective o tanque son palabras inglesas se quedaría sorprendido. Pasó siempre y no es un problema, al revés, acaba enriqueciendo la lengua.

-¿Qué hacer con los términos que han venido con las nuevas tecnologías?

Googlear o bloguear, ¿se quedarán en la lengua? Depende del azar. Google es un nombre propio pero hay otros muchos nombres de marcas que se quedaron, como celo o kleenex.

-¿La Academia peca a veces de tolerante con lo que no son más que modas pasajeras?

-Uno ha visto de todo. La función de la Academia es más bien ser notario. Ahora que hay muchos lingüistas allí y que son gente sensata, puede decir, ‘sí, esto es así y significa esto, pero es un uso de tipo vulgar’. Eso no estaría mal, pero, a veces, hace propuestas fallidas, como ciberpágina y el prefijo cíber- para todo, y la gente no la seguido. La lengua funciona por sufragio universal: si los hablantes quieren llamar a una cosa de una determinada manera, lo harán por encima de las academias y, si no, no habrá forma humana de que lo hagan.

-¿Es muy escrupuloso con la puntuación?

-Me parece un recurso absolutamente sutil y maravilloso. Soy cuidadoso cuando escribo porque una frase puede acabar diciendo una cosa completamente distinta. No es igual ‘Pedro es simpático. Pero un poco aburrido’ que ‘Pedro es simpático, pero un poco aburrido’. Con el punto estás insinuando una oposición grande y con la coma parece una cosa secundaria.

-¿El punto y coma se explota poco?

-No sólo en español, también en francés, en portugués, en las lenguas de origen latino. Es que fue de los signos de puntuación más tardíos en aparecer y está a caballo entre el punto y la coma. Hay autores como Bolaño o Vila-Matas que no lo usan jamás, sorprendentemente, porque a mí me ayuda mucho, sobre todo en las frases largas, con subordinadas o con adversativas. Es uno de los signos que se utilizan menos también por su dificultad.

-¿El epiceno ha muerto?

-El género gramatical es una cosa muy curiosa que está sometida a tensiones de los hablantes. Las mesas no son femeninas ni los coches masculinos.

-¿Qué opina de tratar de eliminar el sexismo en la lengua con ‘los y las’?

-Es evidente que una solución tan pesada no puede ser buena. Eso nos llevaría a cosas como ‘todos los padres y las madres de los alumnos y alumnas, junto a los profesores y profesoras de este centro…’ Son frases intragables, que nadie dice.

-¿Qué tal están escritos los periódicos?

-Para ser bestsellers diarios, bastante bien escritos están; los de calidad tienen un nivel razonable. Algo tiene que padecer la lengua si traduces a toda velocidad y a veces conviertes a bomberos en etarras.

-Usted empezó a trabajar como corrector, una figura que prácticamente ha desaparecido.

-Sí, y ha desaparecido -por presiones económicas- sobre todo en la prensa; en las editoriales, casi también, cuando el control de calidad es más necesario que nunca [para diferenciarse], ahora que cualquiera pu
ede crear un blog y escribir de lo que quiera.

-¿Augura una pronta desaparición del papel en prensa?

-Es una cuestión muy debatida pero el papel tiene unas ventajas que van a hacer que permanezca, aunque no en la misma forma. En el periódico te encuentras todo junto, los cines, los anuncios de pisos, las últimas noticas, los análisis y la opinión. Quizá pronto no sea necesario incluir anuncios o la cartelera porque estará en otros medios y hasta la tengas en tu teléfono.

-¿Las ediciones digitales se parecen todavía demasiado a las de papel?

-En gran medida, sí. La edición digital debe buscar su propio camino. No es hacer lo mismo y pegarle un vídeo encima. Debería sobre todo explotar los enlaces, una riqueza que el papel no puede tener.

-¿Las nuevas tecnologías cambiarán la forma de hacer literatura?

-Tanto como la literatura, no sé. Siempre hubo escritores que hicieron lo que les dio la gana, como Joyce, incluso cosas rarísimas. Lo que seguro que cambiará es la comunicación escrita. Ya está cambiando.

Sanhattan

25 abril 2009 17:17

Sanhattan es la denominación festiva que se da a una zona de Santiago de Chile en la que han proliferado los rascacielos (gracias, LIM). Es, evidentemente, la fusión entre las palabras Santiago y Manhattan.

Por aquí al lado hemos hablado alguna vez de las metamorfosis del nombre de Barcelona (y léanse sus sabrosos comentarios).