Parece que las editoriales miran a los blogs...

26 marzo 2007 14:11

¿Cuántos otros blogs habrán recibido un email con el asunto "Regalo de la Editorial XX"? Lo reproduzco, suprimiendo las informaciones que pudieran conducir a su identificación:
Estimado José Antonio,

Permíteme presentarme. Mi nombre es ***.

Llevamos desde hace un tiempo trabajando para la editorial XX, y una de las acciones que les hemos propuesto es tratar de mejorar su relación con la blogosfera y que algunos bloggers tengan acceso a sus publicaciones.

He seleccionado tu blog por la temática de actualidad y crítica social que reflejas y creo que te puede interesar la última obra de ***.

Nos encantaría que lo aceptases como regalo de la editorial, y si te apetece, compartas la experiencia con tus lectores. Para ello solo es necesario tu aceptación y tus datos de envío (y un número de teléfono para el mensajero) para hacerte llegar el ejemplar de forma totalmente gratuita. Puedes ampliar información al respecto en la web de la editorial.

Espero que aceptes la invitación, me envíes tus datos y disfrutes del libro.

Un saludo y gracias por tu atención
Es interesante que una editorial (importante) esté contando con los blogs dentro de su estrategia de comunicación. ¿Funcionará?

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Cerrar, ¿para qué?

11:05

Hay un valioso diccionario de términos literarios, Dicionario de Termos Literarios (en gallego), en la Red, en el Centro Ramón Piñeiro para a Investigación en Humanidades. Ya informamos sobre él cuando lo conocimos, hace cuatro años, porque tiene gran utilidad por su carácter amplio e informativo (y cualquier hispanohablante culto puede leerlo perfectamente).

Ahora ha cambiado de forma de acceso y de dirección, y se ha visto mejorado en las capacidades hipertextuales que antes le faltaban. Tiene unas dos mil entradas (de las letras A a la L, fundamentalmente), porque se trata de una obra en curso. Sin embargo, uno se encuentra con la desagradable experiencia de que se solicite registro para entrar. Es decir: hay que dejar un email y una clave.

¿Qué sentido tiene esto? El acceso se concede inmediatamente, como he podido comprobar, de modo que ni siquiera hay detrás un proceso (que también sería discutible) de "A este le dejo entrar ,a este no...". Si lo que se quiere es tener una base de direcciones de correos con algún fin, eso debería decirse, y por cierto, que debería haber alguna mención de la Ley de Proteccion de Datos.

Pero, aun en ese caso, ¿valdría la pena? ¿Cuántos usuarios desertarán de la consulta, hartos de dejar sus datos aquí y allí? Y aún peor: este procedimiento disuade a cualquiera de poner un enlace a ninguna de las entradas, ¿para qué, para forzar a quien lo siga a registrarse? Y por último impedirá a los buscadores indizar su riquísimo contenido...

Por otro lado, las entradas no tienen absolutamente ninguna indicación de bajo qué licencia están (¿pueden o no copiarse, incorporarse a otra obra manteniendo su referencia?, etc.).

Supongo que el Centro Ramón Piñeiro es una entidad pública (y digo supongo porque su web no dice nada sobre su status), pero séalo o no su política de difusión de una obra tan útil y extensa es aberrante. ¿No es mejor dejar abiertas sus obras, sin un registro que a nadie sirve y cuya existencia es negativa para su difusión?

Por desgracia, no se trata de un caso aislado, sino muy frecuente en instituciones públicas. Es una pena que esto empañe la buena noticia de que esta importante obra, ampliada y mejorada en muchos aspectos, siga en la Red.

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Páginas de guarda, 2

25 marzo 2007 13:17

ISSN 1669-9246

Acabo de recibir el número 2 de la revista Páginas de guarda, que editan en Buenos Aires María Marta García Negroni, Ana Mosqueda y Andrea Estrada, como ya saben nuestros lectores. Se trata de una revista dedicada al lenguaje, la edición y la cultura escrita. Este es el contenido de este número, dedicado a "Estilos y género":
La modalidad epistémica y la evidencia en un género científico oral
Liliana Cubo de Severino

Estilos retóricos y género científico: un caso de texto heteroglósico en la historia del discurso científico en la Argentina
Patricia Vallejos de Llobet

Gregorio Weinberg o el editor intelectual: entrevista de Fernando Esteves Fros

Lecciones de estilo (editorial)
Tomás Granados Salinas

La edición impresa, una cuestión de estilo
Silvia Senz Bueno

Análisis de una práctica letrada electrónica
Daniel Cassany

"Listos para leer", los nuevos desafíos del diseño: Dossier
Mónica López Ocón, Manuel Estrada, Jacobo Siruela, Jaume Vallcorba

La poética visual como género hibrido: en las fronteras entre el leer y el ver
Belén Gache
Como se ve, un interesantísimo conjunto de artículos. A riesgo de ser injusto, destacaré algunos:

El estilo editorial se ve analizado desde dos perspectivas distintas, pero convergentes, por
Tomás Granados Salinas y Silvia Senz Bueno.

El dossier sobre el diseño presenta una útil reflexión sobre la apariencia física de los libros (especialmente la cubierta) como elemento de transmisión de contenido y de diferenciación en el mercado. Quienes la formulan son editores y diseñadores con una práctica editorial destacable.

Belén Gache hace una incursión por un terreno que conoce bien, el de la poesía visual, y las "fronteras entre leer y ver".

Daniel Cassany hace una incursión por un campo tan interesante como poco estudiado: el de la lectura ligada a la interacción con sistemas automáticos (cajeros, expendedores de billetes...). Estos sistemas de alcance universal presuponen y exigen unos estándares de alfabetización y comprensión que en modo alguno se deben dar por supuestos en todos sus usuarios.

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El laptop de 100 dólares en Argentina

24 marzo 2007 09:33


La famosa experiencia impulsada por Negroponte y el MIT consistente en la creación de un portátil de bajo precio orientado a los alumnos de países separados por la brecha digital está pasando por una fase de implantación en Argentina, y Educ.ar, el portal educativo del estado argentino, ha convocado unos seminarios de presentación. El desembarco de este portátil en Argentina no vino sin resistencias. Como se escribía en Clarín en el 2001:
El prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) está ofreciendo a una docena de países, entre los figuran la Argentina, Brasil, Uruguay y México, un proyecto educativo por demás ambicioso, denominado "Una laptop por niño".

Como programa filantrópico propuesto por un país rico a otros que cobijan millones de pobres, resulta algo paradójico, porque arranca por una venta masiva. La idea de los del MIT es que estos países —entre los cuales está, por ejemplo, Nigeria— le compren no menos de un millón de unas computadoras portátiles a un precio muy barato: 100 dólares la unidad
Hoy, el proyecto está en países tan heterogéneos como Brasil, Nepal, Argentina, Pakistán, Uruguay o Libia.

Diego Levis, que asistió a estos seminarios de Argentina, presenta en su blog su experiencia sobre el ULN (Un Laptop por Niño, u OLPC en sus siglas inglesas) en estas dos entradas . Cito en extenso:
La duda, claro está, es si nuestra sociedad está preparada para una revisión tan importante del paradigma educativo basado fundamentalmente en la transmisión de conocimientos y en el trabajo individual de cada estudiante. No sólo se trata de formar adecuadamente a los docentes... Ojalá se consiga. Si cambiamos los valores desde los cuales enseñamos y aprendemos es casi seguro que terminanaremos cambiando no sólo la educación sino también la sociedad. La duda es si esta máquina, si este proyecto si esta manera compulsiva de incorporación en el aula (un millón de computadoras repartidas entre los escolares de 7 a 11 años del sistema público de educación en un período corto de tiempo puede considerarse casi un tratamiento de choque) son los adecuados para lograr esta transformación de la educación ¿El objetivo para comprar las máquinas y repartirlas entre los escolares es efectivamente cambiar la educación? ¿Y si sólo se busca hacer un gesto de prestigio político y cultural sin medir las consecuencias?
Alejandro Piscitelli, de Educ.ar, presenta un completo resumen de los planteamientos teóricos del aparato (se basa en el constructivismo de Piaget y Pupert), y del grado de desarrollo de sus distintos flancos, con especial referencia a los contenidos. Hay que tener en cuenta que el dispositivo está planeado (entre otras cosas) para ser un eficaz soporte de lectura, es decir: un auténtico e-book ("como libro electrónico la OLPC es tres veces más barata y llamativa que el Sony reader"), y que uno de sus objetivos es albergar libros de texto. OLPC, por otra parte "sólo conversa con proveedores en términos de una licencia del material bajo el formato GNU" (la licencia que tiene, por ejemplo, la Wikipedia). Como señala Piscitelli:
En este caso deseable se podrían almacenar grandes cantidades de contenido en repositorios compartidos para usos educativos, y aunque la OLPC como dispositivo fracasara, podríamos imaginar a corto plazo una disponibilidad de materiales educativos para usar en el aula realmente fantásticos e incomparables con nada de lo que tenemos hasta el momento.
Pero además, está el software multimedia que incorpora el sistema operativo, y que convertiría a estos aparatitos en una herramienta de creación.

Como vemos, el debate está abierto, pero la experiencia también, y ojalá en los próximos meses sepamos muchas más cosas sobre lo que se puede lograr con este aparato... y los sueños y las potencialidades que lleva detrás.

Hace una década, Roger Schank afirmaba que el ordenador era el Caballo de Troya: el niño aceptaba como mágica cualquier cosa que se le presentara dentro de una pantalla. Hoy podemos asegurar, con Negroponte: "La laptop de 100 dólares es un caballo de Troya, la parte de adentro es el niño con la laptop".

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Ring-riiiiing... Soy su autor predilecto

23 marzo 2007 11:35

Realmente, estamos en la era de la distancia. Tras la triste noticia de Ian McEwan dirigiéndose a sus lectores vía videoclip, veo ahora en Harper Collins un programa de Invite the autor (frecuente en muchas editoriales norteamericanas, cara a grupos de lectura, escuelas, etc. ). Pero Harper Collins añade un detalle curioso:
Le animamos a Invitar al Autor a la próxima discusión de libros de su grupo de lectura. Los autores participan por vía telefónica con un selecto número de grupos escogidos al azar.
¡Suerte! Y si le toca... ¡Ring-riiiiing!

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Manías del escritor

09:37

Llevo una buena época de serendipias en biliotecas digitales. En la recién estrenada Europeana caigo sobre Albert Cim, Le travail intellectuel: l'ordre, la clarté, l'écriture, manies des écrivains... , F. Alcan, París, 1924.

Albert Cim (1845-1924) aparece como autor de Le Livre. Historique. Fabrication. Achat. Classement. Usage et Entretien, y de la prometedora Amateurs et Voleurs de livres (ahora que los amigos de Trama y texturas planean hacer algo sobre robos de libros).

Tras un elogio, muy cartesiano, del orden y la claridad, el autor pasa a las manías y hábitos de los escritores, empezando por la propia escritura física (escritura es palabra bífida: se puede referir tanto al trazo de las letras como a la organización estilística del texto), con un elogio a los escritores con buena caligrafía, que empezarán por seducir a su protolector, el editor (p. 64):
Un manuscrit bien écrit, je veux dire d'une écriture élégante et parfaitement lisible, non surchargé de ratures et de renvois, a non seulement un aspect séduisant qui attire le lecteur, – le lecteur qui peut être l'éditeur, comme nous l'avons vu à propos d'Edgar Poe, – mais il offre cet avantage de mettre mieux en évidence les qualités de l'oeuvre.
Siguen luego las manías más notables: Balzac escribía sólo con plumas de cuervo, Julio Verne, a lápiz, y luego repasaba a tinta, etc.

La máquina de escribir ayuda a evitar terrible enfermedades profesionales de quienes escriben a mano:
La machine à écrire a un autre avantage, c'est de permettre d'éviter cette doulouréuse contraction des muscles de la main et des doigts connue sous le nom de crampe des écrivains. Cette maladie ou infirmité, dont nous voyons, entre autres, le critique Grimm, l'ami de Diderot, être atteint', s'observe chez les gens qui écrivent beaucoup et qui écrivent à main levée, c'est-à-dire sans appuyer l'avant-bras horizontalement sur la table, et qui font usage d'un porte-plume trop mince et de plumes trop dures. Mais la crampe des écrivains n'est pas due seulement à une fatigue physique, elle est due aussi à une cause psychique. La hâte de fixer sa pensée par des caractères graphiques amène l'écrivain à précipiter le mouvement et à modifier les conditions régulières des contractions musculaires nécessaires au port de la plume et à la confection des caractères.
En fin: ¡qué placer tener acceso a estos bonitos libros del pasado! Y además, en Europeana uno se lo puede bajar en PDF, leerlo en la pantalla, imprimirlo o cargarlo en un e-book, si le apetece.

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Prohibido prestar

08:41

Me escribe una bibliotecaria:
Mi nombre es Paula y trabajo en una modesta biblioteca de pueblo. Escribo porque deseo exponer mi más profundo rechazo e indignación ante un hecho que me resulta inaudito, así como asesoramiento al respecto. No se muy bien a quién debo acudir para realizar la denuncia pertinente (si cabe tal denuncia). Pero además considero el hecho que narraré bastante ilustrativo de la situación cada vez más absurda a la que se ve sometida el libro como objeto mercantil.

Recientemente hemos adquirido en la biblioteca una colección de cuentos tradicionales llamada Els nostres contes il·lustrats, editados por Edicions 62. Cuando me dispuse a leer las restricciones en materia de reproducción me encontré con el siguiente texto (lo copiaré de manera literal, para que no quepa ninguna duda al realizar la traducción del mismo):

"Són rigurosament prohibides, sense l'autorització escrita dels titulars del "copiright", sota les sancions establertes per la llei, la reproducció total o parcial d'aquesta obra per qualsevol procediment, incloent-hi la reprografia i el tractament informàtic, i la distribució d'exemplars mitjançant lloguer o préstec públics".

Traducido al castellano:

"Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del "copyright", bajo las sanciones establecidas por la ley, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier procedimiento, incluyendo la reprografía y el tratamiento informático y la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo público".

Es decir que ni siquiera contentos con prohibir la reproducción de la obra, se dedican a prohibir incluso su difusión y promoción a través del préstamo público o alquiler (algo que espero nunca se llegue a aplicar en el ámbito de las bibliotecas pública). Lo que me parece más indignante es que ni siquiera se tratan de cuentos originales, ni de adaptaciones de clásicos, sino que son simples traducciones literales de cuentos tradicionales (de los hermanos Grimm, de Andersen, anónimos) acompañadas, eso sí, de ilustraciones, que se suponen estas sí son originales y deduzco son las responsables de esta prohibición.

Ante este hecho las dudas que me asaltan son varias: ¿Acaso piensa la editorial que si la única manera de acceder a un libro es a través de su compra aumentará su volumen de ingresos? ¿Realmente les preocupa que la ciudadanía tenga acceso a las obras que publican? Y lo que me resulta más inquietante y sospechoso: ¿Hasta qué punto es legal limitar el préstamo de una obra adquirida legalmente por una biblioteca, más aún cuando su función (y obligación) es el préstamo de la obra misma?

Me gustaría saber por tanto quién defiende mis derechos y obligaciones como bibliotecaria ante tal limitación de mis funciones y por ende a qué organismo puedo dirigirme para exigir la revisión de estas prohibiciones.
Estimada Paula: la frase que citas aparece, en catalán o en castellano, desde hace mucho tiempo en libros de muchas editoriales. Estaban preparando el camino para lo que de hecho ha venido luego: el canon por préstamo. Ayer mismo apareció la noticia de que Europa expedienta a España por no aplicar el canon, que se ha fijado por ley en 20 céntimos de euro por ejemplar. Ya he dicho que me parece una vergüenza...

Fíjate que el caso que mencionas es todavía más doloroso, porque se trata de cuentos que, como bien señalas, son populares, es decir: que hemos ido haciendo entre todos, a lo largo de mucho tiempo, que luego recopilaron los Grimm, o Andersen, fallecidos hace mucho, y cuyos derechos se atan otra vez, incluso en la modalidad de préstamo en bibliotecas...

Sabes que hay un sitio web movilizado en contra del canon: adhiérete.

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Con Europeana abre la Biblioteca Digital Europea

22 marzo 2007 19:44


Navegación por un curioso volumen dedicado
(entre otras cosas) a las manías de los escritores


Acaba de abrir el prototipo francés para la Biblioteca Digital Europea, Europeana. Reúne "12.000 documentos libres de derechos tomados de las colecciones de la Biblioteca Nacional de Francia, de la Biblioteca Nacional Széchényi de Hungría y de la Biblioteca nacional de Portugal".

Los libros tienen un sistema de búsqueda en el interior de los facsímiles (vía OCR sin corregir) y descarga de PDF. Hay posibilidades de personalizarse un espacio para guardar referencias y búsquedas.

En realidad se trata de una interfaz que añade posibilidades de búsqueda a fondos electrónicos preexistentes de las bibliotecas que concentra. Progresivamente, se supone, otras bibliotecas europeas irán incorporando sus fondos a esta interfaz.

Como ejemplo, véase la compleja relación de Europeana con la versión digital de la BnF, Gallica:

Gallica est la bibliothèque numérique de la BnF. Elle donne accès à 90 000 documents imprimés et 80 000 images, sur un site indépendant d'Europeana.

Tous les documents numérisés par la BnF accessibles dans Europeana le sont aussi dans Gallica, mais selon des modalités de recherche et de consultation différentes.

Y hablando de licencias de utilización (tema candente aquí al lado), sin llegar al extremo de estampar su copyright sobre cada página, dice:

Puis-je réutiliser un document ?

La Bibliothèque nationale de France est titulaire des droits d'auteur sur le site Europeana. Pour un usage strictement privé, la reproduction du contenu de ce site est libre. Dans le cadre de communication, édition ou autres actions à caractère professionnel, ne sont autorisées que les courtes citations sous réserve de la mention BnF/Europeana.

Tout autre reproduction ou représentation, intégrale ou substantielle du contenu de ce site, par quelque procédé que ce soit, doit faire l'objet d'une autorisation expresse de la BnF.

Europeana se presenta mañana en el Salon del Livre de París. Le Monde califica al proyecto de "legado de Jean-Noël Jeanneney", a quien le toca jubilarse por razones de edad.

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Entrevista a Alejandro Katz

21 marzo 2007 20:06

Katz Editores es un sello muy joven, que ha sorprendido con una línea seria y rigurosa de libros de ensayo y debate intelectual, muy bien editados, y con una estrategia mixta española y latinoamericana. He disfrutado especialmente de dos de sus ediciones: Una historia simbólica de la Edad Media occidental, de Michel Pastoureau, e Inscribir y borrar, de Roger Chartier. Entre sus novedades están Chomsky y Foucault, Marramao, Dennett, Dahrendorf, ... Un placer para el intelecto.

La curiosidad por conocer el proyecto editorial de Katz Editores me ha llevado a plantear unas preguntas a su responsable, Alejandro Katz, quien ha tenido la amabilidad de contestarlas para los lectores de este blog.

* ¿Para quién publica Katz Editores?

Hemos intentado poner en marcha una editorial (para decirlo con jerga à la page) que fuera global en el espacio del idioma, con una dirección “deslocalizada”. “Global” en el espacio idiomático significa que intentamos armar un catálogo con contenidos que afecten a las comunidades académicas, intelectuales o, simplemente, lectoras, independientemente de su localización nacional. De todos modos, resulta claro que, al ser España el país que lidera la industria editorial en español, y al ser el mercado español el más competitivo y el más sofisticado, debíamos diseñar la editorial atendiendo a los estándares que el público español establece.

Por tanto, el diseño gráfico fue realizado en Barcelona, imprimimos sobre papel español (por una cuestión no sólo de calidad sino sobre todo de estabilidad de esa calidad), y tenemos ISBN español para el mercado español e ISBN argentino para el mercado americano. Hay obras (como el Pastoureau, o el Chartier) que hacemos en tapa dura para España, y en rústica para América, porque la diferencia de costo es muy grande y el efecto sobre el precio, en América, alejaría muchos lectores (aunque todo el resto de la edición es idéntica: también en América se utiliza papel español, el mismo diseño, etcétera).

* Pero, ¿dónde tiene su sede?

Tenemos oficinas en Madrid y en Buenos Aires, y representación en México y en Bogotá.

En cuanto a la “dirección deslocalizada”: eso es lo me toca a mí. El año pasado estuve casi la mitad del año fuera de casa, y la mayor parte de ese tiempo en España (estuve seis veces en el año, dos de ellas durante un mes, pero también tres veces en México, Bogotá, ferias de Londres, Frankfurt y Guadalajara, etcétera). Este año pretendo viajar un poco menos.

* Parece, entonces, que no se puede concebir el negocio editorial en un solo país...

Un proyecto editorial como el nuestro no puede tener éxito (y el éxito no es, para mí, más que la posibilidad de dar continuidad a la tarea) en un solo espacio nacional. Las comunidades se han fragmentado de tal modo, los saberes se han segmentado en grupos tan pequeños, que en un solo país no hay suficiente público (con la excepción, lógicamente, de algunos títulos) como para sostener una edición completa de la mayor parte de nuestros libros. Por tanto, la decisión de “globalizarnos idiomáticamente” tiene que ver no sólo con una vocación nómade, transfronteriza o como quieras llamarla, sino también con una estrategia de supervivencia del negocio.

* ¿Cómo está en la actualidad el público lector de Latinoamérica?

Argentina sigue teniendo una comunidad lectora, pero es pequeña y, en líneas generales, América no está ocupándose de los temas que verdaderamente importan (aunque creo que Brasil es una excepción): el populismo (de “derechas” o de “izquierda”) sigue teniendo una vigencia poderosa, que invade la agenda pública. El "progresismo de reaccionario", del cual son paradigmáticos los gobiernos de Argentina y Venezuela, destruye las instituciones y aleja al público de los verdaderos problemas de nuestro tiempo. El pensamiento no es un valor social, y la discusión pública está sumamente empobrecida. La cobertura de los diarios españoles está abierta al mundo y a las cuestiones que, de un modo u otro, definirán qué será de nuestra vida en esta tierra en los próximos años. Los diarios latinoamericanos, por el contrario, son provincianos, casi pueblerinos.

* Por volver sobre una categoría que has manejado antes: ¿qué peso relativo crees que ocupan en vuestro público las tres comunidades "académicas, intelectuales o lectoras"? Es decir: ¿qué porcentaje de vuestras ventas proviene de recomendación en universidades o similar, y cuánto sería "venta de impulso" en librerías?

No tenemos suficiente historia como poder responder claramente a esta pregunta. Nuestros primeros libros llegaron a las librerías en abril de 2006, y es necesario atravesar más de un ciclo académico (¡y nosotros todavía no atravesamos ni siquiera uno!) para saber qué ocurre con la prescripción académica. Creo, de todos modos (y está hipótesis deberá ser validada con más información empírica en el futuro) que las librerías juegan todavía, afortunadamente, un papel muy importante en la promoción de libros como los nuestros, y que la demanda que las buenas librerías pueden generar es mucho mayor que la que gran parte de los editores están dispuestos a reconocerles.

Presentación de Inscribir y borrar, de Roger Chartier.
Francisco Rico, el autor y Ricardo García Cárcel
en la Librería la Central de Barcelona (octubre del 2006).


* ¿En qué confías más para la promoción de tu catálogo? Listo, sin ánimo de exhaustividad: reseñas de prensa, anuncios en prensa general, boca-a-oreja, vuestra web, promoción en la Web (Google Libros, inserciones publicitarias), anuncios en revistas académicas (de historia, de filosofía...)

Intento responder, sin ánimo de exhaustividad, y no en orden jerárquico: no hacemos anuncios. No los hacemos por razones presupuestarias, pero en la decisión puede adivinarse cierta desconfianza hacia ese recurso para libros como los nuestros. Eventualmente, haremos publicidad en medios más especializados que la prensa general (revistas académicas, como tú mencionas, por ejemplo).

Creo, sí, que el boca-a-oreja es fundamental, pero debe ser activado para que se ponga en marcha. ¿De qué modo? Nuestra estrategia de comunicación, por llamarla de un modo un tanto pretencioso, se articula, por un lado, sobre un eje tradicional: reseñas de prensa, menciones de nuestros libros en el marco de artículos de opinión (ha ocurrido, en los últimos meses, que personas como Ramoneda, Cebrián o Estefanía mencionaran libros nuestros como apoyo de sus argumentos, y eso es de gran ayuda), visitas de autores (entre marzo y abril estarán en Madrid y Barcelona tres autores nuestros: Saskia Sassen, Otfried Höffe y el premio Nobel de Física Robert Laughlin; la visita a España de éstos últimos fue generada por nosotros, buscando aliados sin los cuales no podríamos hacerlo: el Instituto Goethe, en un caso, la Universidad Complutense, en otro).

Por otro lado, tengo gran confianza en la comunicación electrónica, siempre y cuando no sea invasiva y esté bien segmentada: tenemos una gran base de datos de lectores potenciales de nuestros libros, y les enviamos la información de las obras que creemos pueden ser de su interés. Eso, a la vez, genera tránsito en nuestra página web (en la cual no vendemos) y visitas a librerías. Estamos, también, considerando seriamente la posibilidad de ingresar en Google Book Search: creo que eso puede ser de gran ayuda.

* Antes de crear Katz Editores (un sello con el nombre de su artífice, como es tan tradicional en el mundo editorial), ¿qué otros proyectos editoriales te ocuparon?

Como todos (o como muchos) de los que estamos en este oficio, durante varios años transité por redacciones y proyectos editoriales y culturales diversos, principalmente en México y Argentina. Los veinte años anteriores a iniciar esta editorial estuvieron, sin embargo, dedicados al Fondo de Cultura Económica, cuya casa en Argentina dirigí durante quince años, y desde la cual me hice cargo del programa editorial de ensayo extranjero del Fondo.

* ¿Qué futuro vislumbras para esta nueva editorial?

En verdad, Katz Editores no se concibe a sí misma como una nueva editorial.

Si nos va a bien, es decir, si podemos seguir haciendo los libros que nos parecen necesarios, si podemos agregar valor para el lector y para la circulación de las ideas en nuestro idioma, no habremos sido más que una nueva metamorfosis de ese antiguo animal editorial que se llamó Taurus, Sur, Era, Alianza, Paidós... Pero, eso, finalmente, lo decidirán los lectores.

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El videoclip del escritor

08:38

Julie Bosman, en el New York Times, nos cuenta que los libreros americanos confían cada vez menos en las apariciones de autores en sus establecimientos, y que dichos acontecimientos atraen cada vez menos gente. Y menos, y menos. La verdad es que no todos los autores tienen "personalidades cautivadoras"...

Para arreglar las cosas, a algunos escritores empiezan a rebelarse contra el sistema tradicional: Ian McEwan se ha negado a hacer la tradicional gira por librerías para la promoción de su última novela. Para sustituirlo, la acreditada librería Powells, una librería independiente de Portland, Oregon, ha encargado una película de 20 minutos sobre él. La hará Doug Biro, que fue creativo de la RCA, y ha hecho clips sobre artistas como Christina Aguilera. Se estrenará el 1 de junio en Nueva York, en la BookExpo América, luego se proyectará en cincuenta librerías de todo el país, para acabar en el sitio web de Powells vía You Tube. El intento es que la película sea "entretenida": todo, menos "dos cabezas parlantes hablando de literatura".

Dos reflexiones. Sorprende un poco que el libro de McEwan, que va a salir en un sello de Random House, tenga esta promoción a cargo de la librería. Y: malos tiempos en los que la literatura tiene que defenderse, torpemente, a golpes de imagen...

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La novela del diccionario

19 marzo 2007 12:12


El hallazgo casual de un exlibris y una etiqueta de biblioteca en el ejemplar digitalizado de un diccionario mexicano del XIX dispara una investigación por la que desfilan editores, bibliófilos, una Wikipedia del XIX, clérigos corruptos, el emperador de México, subastas en Leipzig, la unión entre el telégrafo y el ferrocarril, y el amor de un profesional de éxito por su alma mater.

La "novela del diccionario" (bueno: su esbozo) está aquí al lado en dos partes: Entre las hojas, el fruto y El cable y los rieles. Que ustedes la disfruten.

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Útiles y herramientas

10:50

En la portada del sitio hermano Libros y bitios he incorporado algunas herramientas que creo que pueden resultar de utilidad para los lectores de este blog, y además son un ejemplo de recursos que se pueden incorporar fácilmente (y gratis) a cualquier sitio. Son las siguientes:

Buscador de Libros y bitios. Utiliza la Búsqueda personalizada de Google para lanzar búsquedas en el conjunto de los dieciséis sitios y blogs que más utilizo (incluido éste). Aún tiene algún bug en la página de respuestas, pero funciona razonablemente bien.

Selección de Libros y bitios. Usa la Google AJAX Search API para localizar noticias, utilizando palabras clave relacionadas con los contenidos de este sitio. Es un servicio beta ('en pruebas'), y todavía estoy probando con qué palabras clave funciona mejor, o sea que resulta doblemente beta.

Barra de libros. Ya hablamos de ella.

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Números y letras

18 marzo 2007 21:52


Una facecia recibida por email (gracias, Julieta) nos ilustra sobre algunos aspectos curiosos de la psicología de la lectura.

La mezcla de los dos códigos tipográficos, el de letras y el de números, conduce a un mensaje ininteligible, hasta que decidimos reinterpretar el segundo como si se tratara del primero. Una vez logrado, la lectura se desarrolla sin problemas (cursiladas del mensaje aparte). Por cierto, ¿quién puede descubrir la 3RRA7A del texto?

Sobre los números que quieren ser letras ya hemos recopilado algunos casos...

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Cómo escribir un bestseller

11:48


Desde hace algún tiempo, Martín en El ojo Fisgón se dedica a estudiar las fórmulas de escritura que conducirán a un bestseller (o eso piensan los autores, o sus editores...).

El plan está claro: primero escogemos un subgénero, por ejemplo, el "thriller religioso-místico", e indagamos en El ojo Fisgón su estructura. Para las peripecias humanas de fondo recurrimos a una de las treinta y seis variaciones de las situaciones dramáticas de Georges Polti.

Importante: una cubierta llamativa en la que se vean, por ejemplo, gotas de sangre salpicando un lienzo, y un título que parezca que ya lo hemos leído veinte veces, como El enigma Vermeer. Y voilà....

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La vergüenza de las digitalizaciones de la Nacional

16 marzo 2007 08:36

Sicalíptico (Barcelona) 1904

La Biblioteca Nacional de España (en cuya web campea el lema "Custodiamos Todos los Libros", con feo anglicismo ortotipográfico en las mayúsculas) acaba de inaugurar la Hemeroteca Digital. Ésta "supone el inicio del proyecto 'Biblioteca Digital Hispánica'" (no lo dice, pero se trata del eslabón español de la Biblioteca Digital Europea que propuso Jeanneney). Lo cuenta El País:
La Hemeroteca Digital nace como contenedor de los títulos más representativos de ese periodo. El Conciso, una de las cabeceras fundamentales para estudiar la época de las Cortes de Cádiz; El Pensamiento de la Nación, como ejemplo de prensa reflexiva y moderada de calidad literaria; la publicación satírica El Jorobado; la revista El Artista, en cuyas páginas publicó Espronceda por primera vez La canción del pirata... En total, 143 títulos y 500.000 páginas digitalizadas, que pueden consultarse a través de una aplicación que permite búsquedas por título, lugar y fecha. Las publicaciones están además en PDF con OCR. Eso significa que el usuario cuenta también con una herramienta para rastrear los temas que desee dentro de cualquier texto.
No se trata ni mucho menos de los primeros fondos digitalizados por la biblioteca. Ya existía, por ejemplo, el portal Clásicos de la Biblioteca Nacional (en colaboración con la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes), Tampoco son los primeros fondos hemerográficos digitalizados: ahí está la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica "un proceso de digitalización cooperativa del Ministerio de Cultura y las Bibliotecas Públicas del Estado", cuyos últimos datos hablaban de 2.100.000 páginas digitalizadas. Sobre la Hemeroteca dice El País:
Sólo se han atrevido a incluir aquellos editados hace más de 80 años, los que con seguridad están libres de derechos para difundirse sin problemas en la Red.
¿Libres de derechos?

El pie de cada página lleva el copyright de la Biblioteca Nacional. ¿Qué significa eso? ¿Acaso la obra, por el hecho de digitalizarse, ya no está en el dominio público? ¿La digitalización está sirviendo en la práctica para privatizar un contenido que era libre de derechos? En vez de alentar a la difusión o incluso al negocio (como propugnaban los ministros de Cultura europeos) a partir de los fondos propiedad de todos, ¿se aprovecha la digitalización para encerrarlos entre cuatro candados?

Nada dice sobre la reproducción de estas digitalizaciones la normativa de la propia biblioteca, que atiende sólo a las hechas por encargo, y para las que hay que rellenar un impreso de solicitud de reproducción de fondos (donde hay que indicar si se quiere para fines de investigación o publicación). No me parece pertinente esta intromisión administrativa en ningún caso (ya se trate de repreducciones de encargo o de las que uno se encuentra ya hechas en la web), pero, insisto, no se dice nada sobre qué se supone que se puede hacer con estas digitalizaciones de fondos en el dominio público hechas con dinero público.

He hecho una pregunta específica sobre este tema al email de consultas de la Biblioteca, y mantendré a los lectores informados sobre la respuesta.

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Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn

15 marzo 2007 22:20


Estupenda orgía lovecraftiana en La petit Claudine. Es el 70 aniversario de la muerte del escritor: comentarios, comics y el Commonplace Book (su libro de apuntes literarios)...

Aportaré mi granito de arena. Hace años me tocó dar una conferencia en Providence, Rhode Island, en la Brown University. Para mi sorpresa poca gente parecía conocer allí a Lovecraft. Indagando, indagando, descubrí que el salón de actos donde iba a hablar se erigía sobre lo que fue la casa de Lovecraft (hoy absorbido por el gran campus de la Brown University). Excuso decir la emoción que me embargó al pisar sitio tan señalado, y mi decepción a ver que mi charla académica no era turbada por ningún fenómeno paranormal, y ni siquiera por un leve atisbo de hedor a pescado...

Estos años de explosión blogosférica más de una vez he pensado en Lovecraft. En la biografía por Sprague de Camp que publicó Valdemar se habla mucho de la actividad de Lovecraft en la prensa amateur, la cual según su biógrafo, le procuró tantas satisfacciones como tiempo y energías le quitó para su obra. Mmmm... prensa amateur: ¿no era una auténtica precursora de los blogs? Como tantas otras cosas de la Internet, he aquí una tradición de comunicación escrita no profesional que se reedescubre en la Red: no es que los blogs hayan inventado una cosa nueva: hacen algo que era habitual (en Estados Unidos), por otros medios. He aquí una pequeña biografía del autor que habla de esta actividad de Lovecraft.

Ah, y a Lovecraft se debe uno de los más famosos libros inexistentes (aunque... ¿quién sabe?): el Necronomicon.

Es difícil explicar a personas que no leen ni ciencia-ficción ni obras del género de "terror" por qué valdría la pena leer a Lovecraft. Podríamos apuntar que pocas veces se ha dado un mayor maridaje entre vida y obra literaria, y que su obra rozó algunas zonas inquietantes de la relación del hombre con el mundo. Pero, claro, ésta es sólo la opinión de un fan.

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Manejar las ideas

08:50


Manejar, del italiano maneggiare significa propiamente 'Usar algo con las manos'. "Manejar las ideas" es propiamente un oxímoron, ¿o no?

El trabajo intelectual, la investigación humanística llevan siglos manejando ideas en distintos soportes: escritas en papeles, volcadas a gráficos... ¿No sería hora de que la tecnología más reciente nos... echara una mano? He aquí un prototipo que nos presenta Jeff Han (demo).

Y, sí, la referencia a algo que sale en la película Minority Report es inevitable. (Gracias, Domenico Fiormonte).

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Los 36 argumentos

14 marzo 2007 09:34

¿Alguna vez le ha parecido que la película, novela u obra de teatro que veía/leía se parecía considerablemente a otra? Muchas veces, ¿no? Y es lógico: a partir de una leyenda medieval sobre dos amantes de trágico destino, Masuccio Salernitano escribe una obra, que reescribe Luigi da Porto, que reelabora Matteo Bandello, y en la que se basan para escribir sendas piezas Lope de Vega (Castelvines y Monteses) y Shakespeare (Romeo y Julieta), y luego sobre ese cañamazo se bordan cosas como West Side Story.

Esto son épocas pasadas (se dirá, con razón): el acervo de temas de antes de la aparición del copyright, reelaboradas libremente, y luego las versiones y homenajes a las grandes obras del pasado. De acuerdo. Pero también puede darse el caso de que un autor, sin decir ni pío, le birle el argumento a un más o menos coetáneo...

O bien... O bien es posible (seguro, vamos) que el conjunto de las situaciones dramáticas (de "argumentos" reducidos a su esqueleto) no sea infinito, que la combinatoria de encuentros, tragedias, felicidades y destinos sea en el fondo muy limitada, y que si analizamos formalmente las situaciones posibles lleguemos sólo a un puñado de variantes. ¿Por ejemplo, treinta y seis?

Vía el interesante blog de El Águila Ediciones llego a un post sobre los ingredientes de las obras dramáticas, y por él me entero de que el clásico The Thirty-Six Dramatic Situations de Georges Polti se ha traducido al español, en las ediciones de La avispa (supongo que el enlace anterior conduce a su catálogo, porque es una web de una notable confusión).

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La Tierra vista desde los libros

13 marzo 2007 18:37

Ya conocemos las aplicaciones de Google Maps unidas a Google Libros: libros con mapas de los sitios aludidos en ellos (hasta hace poco no se podían ver estos mapas accediendo desde España: ahora parece que se ha normalizado).

Sobre esta base Matthew Gray ha hecho un bonito experimento: cartografiar las menciones de lugares en los libros digitalizados por Google, y además hacerlo cronológicamente. A lo largo de un siglo (aquí reproducimos sólo la imagen inicial y la final) se puede ver cómo avanzan las menciones de los lugares en los libros. La intensidad de cada pixel es proporcional al número de veces que se menciona un lugar (un conjunto dado de coordenadas) en todos los libros de Google Books Search.

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Erratas medievales

17:58


Studiolum ofrece un bonito post sobre las erratas en el siglo XIII. Fueron detectadas en un manuscrito parisino del siglo XIII, con las Epístolas de San Pablo comentadas verso a verso por Pedro Lombardo. El manuscrito (como era habitual en los ambientes universitarios) fue copiado por el sistema de pecia: las hojas se repartían entre diferentes copistas, con el objeto de acelerar el trabajo. Luego el miniaturista dibujaba las iniciales, las copias se revisaban y se reunía la obra.

Como demostración de que los "duendes de la imprenta" (en inglés, printer's devil) existían incluso antes del invento de Gutenberg, este manuscrito medieval presenta erratas: unas corregidas y otras inadvertidas. Se deben a que el autor de las iniciales ilustradas se confunde al introducirlas. A veces sobre la marcha rectifica el error, pero en otras ocasiones el fallo permanece hsata que el stationarius ("el bibliotecario responsable de la distribución de las hojas, y por tanto de la revisión de las copias") lo advierte y enmienda.

En el caso reproducido arriba, el ilustrador interpretó "...alutatio" como si fuera "Laudatio", término muy frecuente, e introdujo la L tanto en el texto paulino (izquierda) como en el comentario (derecha). El stationarius detectó el segundo y lo enmendó encima con tinta negra, mientras que el error de la izquierda se mantuvo...

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La historia digitalizada (y abreviada)

11 marzo 2007 10:15


Con este título provocador, Katie Hafner publica un artículo en el New York Times sobre el paso de archivos al medio digital. Es una pieza muy informativa que merece leerse deternidamente. Por un lado, recoge testimonios sobre hasta qué punto los elementos que no están digitalizados pueden caer en la más completa oscuridad para los investigadores (y en esa situación están muchos pequeños archivos locales, museos de escritores, etc.). Pero por otro lado los costes de digitalización son muy grandes:
Sólo el escaneado: de $6 a $9 para una diapositiva de 35 milímetros, de $7 a $11 cada página de papeles presidenciales, de $12 a $25 para piezas tamaño póster. Y el coste del escaneado puede ser sólo una parte relativamente menor del gasto completo de digitalizar y hacer accesible por línea.
A falta de digitalizaciones completas, la puesta a disposición digital de las relaciones de documentos de un archivo puede ser una ayuda eficaz.

Un problema de este artículo (frecuente, por otra parte) es llamar digitalización tanto a la reproducción fotográfica de un documento, como a la conversión del mismo en texto buscable gracias a un OCR (reconocedor óptico de caracteres) . Los servicios que rinden uno y otro sistema son muy diferentes, pero el segundo pude ser mucho más caro, y llevarse a cabo difícilmente sobre materiales impresos remotos.

En vista de que no se puede digitalizar todo, una reflexión que empiezan a hacer los más responsables (como la directora de la Library of Congress) es fijarse en qué necesitan los usuarios:
Estamos tratando de hacer un trabajo mejor de comprensión de los tipos de información que la gente está buscando en la Web, y los tipos de búsquedas que traen gente a los locales de la biblioteca.
Lógico, ¿no? Pero no es raro ver grandes proyectos de digitalización que no tienen ni idea de qué harán luego los usuarios con ellos...

Otro problema grande de las digitalizaciones son los materiales sujetos potencialmente a copyright:
Un estudio publicado en 2005 por la Library of Congress y el Council on Library and Information Resources encontró que alrededor del 84 por ciento de las grabaciones históricas de sonidos que recogen jazz, blues, gospel, country y música clásica en los Estados Unidos hechos entre 1890 y 1964 son virtualmente inaccesibles.
¿Cuál es el volumen de documentos y libros que quedan por digitalizar? Inmenso, a pesar de los esfuerzos realizados. Google ha digitalizado ya un millon de libros, decenas de miles de revistas científicas y ahora está digitalizando millares de patentes, hasta 1790.

El esquema que reproduzco parcialmente (accesible desde la primera página del artículo) muestra una estimación de fondos digitalizados en los Estados Unidos y de fondos pendientes de ello.

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La barra de libros de Google

08 marzo 2007 17:12


Google Libros ha sacado una pequeña aplicación que permite meter sus resultados de búsqueda en una página web. Se trata de la Book Bar, que se puede crear mediante un sencillo Wizard. El código generado se pega en el sitio web, y en éste se genera una estantería virtual con resultados de la búsqueda que se haya introducido. Aquí se puede ver un ejemplo que he creado con las claves: library, publishing, reading, ebook, edición, writing, lectura, escritura, biblioteca.

Dependiendo de los resultados que obtenga la búsqueda, la barra va rotando las cubiertas de los títulos. Al pasar el ratón por encima se puede ver el título y al hacer clic en la cubierta se accede o bien a la totalidad del libro o bien a parte de él (dependiendo de si el libro está o no en el dominio público, o del acuerdo con sus editores).

Por cierto, la base de libros de Google Books se amplía de nuevo con la incorporación al proyecto de la Bayerische Staatsbibliothek (Biblioteca Estatal Bávara), que

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¡Funciona!

09:11

Uso mucho el reciclado. Me encanta que algo que yo no use encuentre utilidad para otra persona, y nunca he vacilado en incorporar a mi vida algo que otro ya no quería usar. Una de las interfaces más útiles para estos intercambios es, sencillamente, la calle. Uno deja en ciertas esquinas determinadas cosas y puede estar seguro de que durarán "menos que un merengue a la puerta de un colegio" (en la expresión consagrada, y probablemente obsoleta).

Con los libros ocurre exactamente lo mismo. O más. En determinados momentos de mi vida me he visto impulsado a reducir el volumen de mi biblioteca. Uno de mis procedimientos ha sido normalmente acudir a un librero de viejo. Me saco unas pelillas (que gastaré inmediatamente en más libros), y las obras volverán a encontrarse con su público, gracias a los sitios especializados: los tenderetes callejeros, el Mercat de Sant Antoni (Barcelona), la Cuesta de Moyano (Madrid), etc. Pero para pequeñas cantidades, o con libros que no quiere ni el librero de viejo, utilizo el mismo procedimiento: una bolsa, y a la esquina de la calle.

No duran nada. Alguien puede preguntarse que quién querrá los gruesos tomos de Teoría y Crítica Literaria de los que me desprendí cuando abjuré de ciertos errores de juventud. Sabe Dios. Un día coincidí en una comida con el responsable de saldos de libros en El Corte Inglés (no caeré en el eufemismo común en la prensa de decir "unos grandes almacenes": sólo hay unos). Le pregunté algo que siempre había querido saber: ¿siempre encuentran comprador para estos libros en saldo?, ¿incluso para los de egiptología o resistencia de materiales?. "Claro", me dijo, "siempre y cuando se baje lo suficientemente el precio: se vende todo". A ese precio bajo, bajísimo, de cero euros, mis libros en la calle es lógico que no duren nada...

Uno de los usos habituales en los que usan la calle como Gran Intercambiador, cuando depositan un electrodoméstico, un ordenador, etc., es dejar un cartel que diga: "Funciona". Así, el transeúnte sabe que no está ante una chatarra, útil sólo para los recuperadores de metal (que pueden desguazar un televisor antiguo en dos minutos), sino ante un aparato quizás no de última hora, pero sí utilizable. Esta imagen de los aparatos con el cartel encima me asaltó cuando bajaba ayer una bolsa de libros a la esquina.

Y entonces pensé: un libro no necesita encima el cartel de "Funciona". Cualquiera sabe que puede cogerlo, abrirlo, e inmediatamente la alineación de letras empezará a destilar sus contenidos en la mente del lector. El libro siempre funciona. El buen libro de papel.

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Redes de libros

06 marzo 2007 18:46

Para la lectura, la recomendación de nuestros amigos y conocidos cumple un importante papel (Jesús Contreras, "La lectura y sus circunstancias", en La lectura en España. Informe 2002). Estas redes informales de información pueden a veces aprovecharse para actividades de animacion, como en los clubs de lectores alentados por bibliotecas.

Como era inevitable (y natural), estas dinámicas entre lectores saltan a la red, por ejemplo, en los sitios web donde escriben fans. A ello se suma que tanto bibliotecas virtuales como librerías en la red habilitan foros en los que los lectores pueden intercambiar opiniones.

Dentro del movimiento que se conoce como web social (aplicaciones Web que permiten expandir el alcance de las relaciones entre personas), hay sitios generales que permiten también compartir opiniones sobre libros, como Listal y MySpace (que mencionábamos en relación al servicio de HarperCollins para dar acceso a páginas de sus libros).

Pero también han empezado a surgir sitios dedicados específicamente a las comunicaciones entre lectores. Entre ellos están Goodreads, LibraryThing y Shelfari.

Shelfari, por ejemplo, permite que el usuario se construya estanterías virtuales (shelf es 'estantería') para enseñar qué libros está leyendo, y dar sus opiniones: en la imagen superior, la usuaria Sthurner, que tiene una notable actividad. Las estanterías que ha hecho cada usuario luego pueden colocarse en su blog (por cierto, las nuevas estanterías dinámicas de Google Libros, de las que hablaremos, también pueden situarse en blogs y otras páginas).

Goodreads, el sitio más reciente, permite proponer libros para la venta o el cambio. LibraryThing, por último (que es el que tiene, ya desde su nombre, un aspecto más "bibliotecario") ofrece su servicio como una forma de catalogar los propios libros en línea... y dejar que los demas disfruten de esa catalogación. Presumen de tener más de once millones de libros de sus usuarios catalogados.

Todos estos sitios, gratuitos, basan su modelo de negocio en servir de pasarela para la venta de libros en Amazon o Barnes and Noble. Alguno de ellos ofrece servicios avanzados (como ampliar el número de libros que se pueden alojar), por el pago de una módica cantidad.

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Ponga un libro en su sitio

09:58


Muy escaso eco ha despertado el anuncio hecho la semana pasada por dos grupos editoriales gigantes, Random House y HarperCollins, de que permitirían la búsqueda en el interior de sus libros en Internet. Como decía la nota de Reuters:
Ambas compañías llegan tarde a las búsquedas de libros por línea. Amazon ha permitido a sus compradores hojear páginas de un libro desde el 2003, y Google desde el 2005.
El servicio de Random House, llamado Insight, permitirá a librerías de la red y buscadores acceder al contenido de sus libros. Por su parte , el de Harper tiende a que los fans y páginas personales tengan fácil insertar páginas de sus libros (ejemplo).

Com dice la aséptica nota de Reuters, hay un problema con el tiempo. Ya Simon and Schuster estaba en el año 2000 suministrando banners y fotos de cubiertas a los fans de Stephen King para que se fabricaran sus propias páginas personales. Esta es una imagen capturada el dos de marzo del 2000 (¡pura arqueología!) dando elementos a los fans para que hablaran del experimento de King Riding the bullet.

Sí: el efecto multiplicador de fans, blogs, clubs (y otros anglicismos monosilábicos) es muy grande, y esto que ahora se llama Web 2.0 y antes no se llamaba de ningún modo sólo va a seguir creciendo. Por cierto: Rupert Murdoch es el dueño tanto de HarperCollins como del sitio de comunidades MySpace (al que van muy específicamente destinados los widgets de hojeo de libros de esa editorial). Parece que las sinergias con el mundo editorial no van sólo por la línea de los conglomerados multimedia...

Respecto a la existencia de diversos sitios que den acceso a distintos corpus de libros digitalizados (en vez de uno solo que abarque todo), parece una estrategia a priori tan buena como cualquier otra... Ya veremos a qué lleva en la práctica...

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Un ojo en los negocios...

09:31

... y otro en la literatura. Ésta es la caracterización del editor para Gaston Gallimard, pero el agente Guillermo Schavelzon la hace suya en una extensa entrevista de Martín Gómez en el blog (dedicado al mundo editorial y librero) El ojo fisgón. Resumimos:
Un agente literario es un representante de escritores que tiene como misión conseguir el mayor número de lectores posible en todos los idiomas y en todo el mundo para los escritores que representa [...].

M.G.: ¿Cuáles son las consecuencias de la concentración de la industria editorial sobre el trabajo de los agentes literarios?

G.S.: La gran concentración que se ha producido y que sigue avanzando país con país genera situaciones que en América Latina recién se comienzan a ver pero que son muy claras en España, en Estados Unidos fundamentalmente, en toda Europa y últimamente en Francia —un país donde hasta hace un par de años no había agentes y que los editores consideraban territorio intocable—. Debido a ello el negocio del libro, por llamarlo de alguna manera, se concentra en empresas que no tienen un dueño-editor visible, como sí lo tenían antes las editoriales. Me refiero a ese patron en el sentido francés, a ese hombre al que le interesaba la literatura, al que todos reconocían y podían ver. Entonces las editoriales pasan a ser sociedades de capitales anónimos con participación de grupos de inversión cuyo único objetivo es la rentabilidad porque eso es lo que exigen los accionistas para que las acciones no se caigan. Estas empresas tienen actividades múltiples en diferentes áreas de negocio. Por ejemplo, el 70 % de libros que se publican hoy en Francia vienen de editoriales que están en manos de un grupo que tiene fábricas de aviones, armas y misiles, cadenas comerciales, revistas, radio y canales de televisión. Al ser la rentabilidad el objetivo principal, la presión con respecto a los beneficios es prioritaria porque el director tiene que aportar al grupo un margen por lo menos igual al de los otros negocios. Entonces se comienza a presionar al equipo editorial para que haga libros de gran venta, lo cual va modificando las características del editor. Los editores tradicionales se van y surgen nuevos editores muy ligados al mercado, al marketing, a lo que el público quiere leer y a proveer lo que la gente quiere comprar en lugar de hacer nuevos aportes culturales y literarios. En general no les va mal, aunque sin duda esta situación produce un daño cultural tremendo porque al no haber nuevas propuestas de lectura el agente literario comienza a tener una relación más complicada con el editor. Cada vez más los editores acuden a los agentes para hacerles encargos del tipo “busco libros que tengan una trama vinculada a la iglesia, con un poco de sexo y con el descubrimiento de un viejo manuscrito, etcétera” y al final te definen un Código Da Vinci y piden que el agente les consiga eso. Por supuesto que hay excepciones de todo tipo. En algunos grandes grupos hay editores de lujo y, además, están las editoriales pequeñas y medianas que, como dice Jorge Herralde, siguen publicando “lo que nadie quiere leer”.

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La noche del eclipse

04 marzo 2007 09:37


En la noche de ayer, mientras observaba el precioso eclipse de luna y me ejercitaba en las difíciles artes de la fotografía astronómica (véase la muestra), me vinieron a la mente imágenes que no tenían mucho que ver con los cuerpos celestes.

La redacción de la entrada de ayer sobre el canon de las bibliotecas me había llevado a leer la pieza de José Luis Sampedro, y algo en ese proceso me activó el centro de la memoria relacionado con ellas, de modo que estuve parte del día de ayer (y de la noche) recordando, a veces involuntariamente, las muchas bibliotecas por las que he pasado.

La primera de todas, en Valdepeñas (lugar en el que pasé unos años de la infancia): recuerdo cómo mi madre me llevó a la biblioteca, me presentó a su encargada y, tras mencionarle algunos libros que había leído cuando tenía mi edad, me dejó librado a mi curiosidad y a los buenos oficios de la bibliotecaria. Iba una tarde a la semana (¿los jueves?) y ahí leí muchísimo.

Mi segundo recuerdo es en los años 70, cuando de la mano de mi carnet universitario pude entrar en la Biblioteca Nacional de Madrid, y en la de la sección filológica del Consejo Superior de Invetigaciones Científicas de Duque de Medinaceli. En la primera de ellas leí la trilogía de Asimov, Fundación, no sin despertar la suspicacia de los empleados, que insistían en que no se podían leer "novelas". "¡Señor mío!", creo recordar que dije, "es para un trabajo de curso sobre la Utopía de la asignatura de Antropología Filosófica!". "Ah, bueno...!", me respondió, pero en sus ojillos sabios de empleado antiguo pude ver que quedaba prendida una chispa de duda...

En el Consejo me leí todas las novelas de los Siglos de Oro, una tras otra, y fue por lo siguiente: nuestro profesor, Juan Manuel Rozas (qué maravilla la Wikipedia, que ha permitido crearle una entrada), había señalado la existencia en una obra de un escritor a caballo entre el XVI y el XVII de un curioso vocabulario teatral (cambaleo, bululú, etc.) y había propuesto como trabajo de curso averiguar si eran usos específicos del autor, o si eran palabras de uso más extendido. No se me podrá acusar de enemigo de los textos digitales, esa revolución, pero entonces no los había, y siempre bendeciré esa circunstancia, que me obligó a leerme, uno tras otro, incontables libros, rastreando esas palabras... y de paso encontrando muchas otras, por serendipia.

Una circunstancia de las bibliotecas del Consejo era el empecinamiento funcionarial en hacerme rellenar (a mí, que iba diariamente) cada vez, para pedir cada libro, una ficha completa con todos mis datos. Vivía entonces en la calle Infanta María Teresa, de larguísima escritura, y recuerdo que escogí entre mis domicilios anteriores el de calle más breve, y, así, fue la calle Huesca la que figuró en todas mis fichas...

Y me pararé aquí, por el momento.

Uno de los agravios que siento ante el canon por préstamo de libros es como autor. Durante años, uno de mis placeres al publicar un libro era no sólo verlo en las librerías, sino pensar que esperaría a otros lectores en bibliotecas de pueblo, de barrio o de universidad. Esto era parte del pacto implícito entre el autor y el Estado, el sistema, o llámese como se quiera: que mis libros quedarían gratuitamente a disposición de quien quisiera leerlos. Es un abuso romper ese pacto unilateralmente, ni aunque el dinero del canon lo pague directamente el Estado, en vez del lector (hasta ahí podíamos llegar...).

Uno de los problemas de estos cánones (y pienso también en el que grava los dispositivos idóneos para la copia no autorizada) es su carácter estadístico, en las trampas sinecdóquicas que plantea
:
"hay gente que copia, luego que paguen todos los que podrían copiar.. ya calcularemos cuánto". Con este canon bibliotecario propongo un acuerdo: los autores que editamos antes de su existencia podremos ser leídos gratuitamente, sin ninguna contraprestación. Quienes publiquen a partir de ahora, que digan claramente si quieren percibir dinero por el préstamo de sus libros.

Parece justo, ¿no?

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¿Son poco útiles las licencias no comerciales?

03 marzo 2007 15:23

Por Barrapunto me entero de iniciativas para recomendar que no se utilice la licencia no-comercial de Creative Commons (como ésta misma, a la que está sujeta este sitio web, blog incluido).

Hace poco respondíamos aquí mismo a las preguntas de un profesor sobre cómo publicar sus obras, preguntas que son las mismas que mucha gente puede hacerse, y la cuestión del uso comercial es una de las primeras que se plantean. La verdad es que los argumentos que expone este artículo, "Los argumentos a favor del uso libre: razones por las que no usar una licencia Creative Commons -NC", son de gran interés.

Lo repito siempre: la cuestión de las licencias es un problema añadido a los muchos que tienen las personas que crean y que difunden sus obras. Tiene que ver con problemas abstractos (propiedad intelectual, explotación de la obra) sobre los que la mayor parte de la gente no piensa nunca; pero, por otra parte, ¡qué placer contribuir desde la reflexión y desde la práctica a la creación de un nuevo estado de cosas en el que desaparezcan muchas de las trabas actuales a la circulación de la cultura!

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Contra el canon de las bibliotecas

14:04

Ha surgido una movilización contra el pago de canon por préstamo en las bibliotecas españolas (para quien no conozca el tema recomiendo leer también los comentarios al post). Hay un sitio web contra el canon, y desde la lista Iwetel se ha hecho una petición de adhesiones. (Vïa Addenda).

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Ha aparecido Trama&Texturas

01 marzo 2007 20:34

Foto de Chema Madoz, en el primer número

Ya ha aparecido el primer número de Trama&Texturas, que anunciábamos hace semanas (pero es que las cosas de átomos funcionan más lentas que las de bitios...). Un proyecto que ya calificamos de necesario, y que nos llega con unos contenidos atractivos en lo conceptual y en lo formal (el dossier fotográfico de Chema Madoz).

He empezado a leerlo y
—junto a cosas preciosas me encuentro con algo que ya oí de viva voz hace meses, pero que visto por escrito sorprende más aún. Lo plantearé como un enigma. ¿Qué editor (excelente por otra parte) se mete con los proyectos de digitalización de libros caricaturizándolos sin saber muy bien de qué habla? Y otro: ¿qué escritor (excelente por otra parte) compara —para cargárselos lo transitorio de los blogs con... ¡¡Shakespeare y Cervantes!! ?

Bienvenidos los espacios de reflexión y debate, porque expondrán las ideas a la intemperie...

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Tercer debate sobre el futuro del libro

10:43

Organizado por Google y por la UOC, el pasado día 8 tuvo lugar en Barcelona un nuevo debate sobre el Futuro del libro. Como lo cuenta muy bien Tökland (videos incluidos), paso a ellos directamente con este enlace.

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