Interferencias del inglés en el castellano

06 mayo 2011 12:12

Punto y coma, el excelente boletín de los traductores españoles de las instituciones de la Unión Europea, acaba de lanzar su número 122, en el que destaca el artículo “Castellano doblado. Interferencias del inglés en el castellano contemporáneo”, de Juan Luis Conde.

El punto de partida es muy claramente purista:

el problema real es que cada término importado del inglés por los papanatas (economistas, periodistas, tecnócratas, negociantes, tenderos o simples indocumentados con trascendencia pública) cae sobre la lengua de llegada como un obús que deja a su alrededor un socavón de silencio en forma de palabras extinguidas. La fascinación por el neologismo imanta la imaginación verbal y la reseca. Como sucede a menudo con una especie foránea que se trasplanta, en torno a cada importación se rompe el equilibrio ecológico, crece el desierto y surge una nueva lengua para el intercambio habitual sin la flora ni la fauna autóctonas, irremisiblemente depauperada.

EL conjunto de ejemplos que se aportan es muy curioso, y abarca no sólo el léxico, sino también las construcciones sintácticas. He aquí un ejemplo:

la tipología del castellano impone que el rechazo a algo o alguien se exprese detrás del nombre de la cosa rechazada, igual que decimos «Tonterías, ninguna», u «Hoy póngame plátanos, pero naranjas, no», o «Perros, no» (con o sin coma). Sin embargo, en las manifestaciones de los tiempos en que escribo esto, leo otra manera de poner las cosas: «No a la guerra de Irak», «No al laicismo agresivo», «No a las drogas», etc. La negación se antepone y se liga sintácticamente.

No se trata de que este nuevo procedimiento para eslóganes de condena o rechazo sea, digamos, incorrecto o agramatical. Aunque peregrino y merodeante, siempre ha estado disponible. Se trata de que el viejo modo expresivo ha desaparecido del uso. ¿Qué ha sucedido? Ha sucedido que han empezado a traducirse palabra por palabra lemas originados en los Estados Unidos (en cuya lengua, la negación precede a lo negado: No dogs, No war, No nukes, etc.)

Sólo un ejemplo más (porque el artículo merece leerse en su totalidad):

la dificultad para percibir sintagmas con significado conjunto y depender de la traducción palabra a palabra ha transformado el uso del verbo «soler» en castellano, disparándolo. La frase «You used to smoke» no se traduce «Tú solías fumar», sino «Antes fumabas». Del mismo modo, no se hace justicia a la frase I used to go there when I was a child traduciendo «Solía ir allí de pequeño», sino «De pequeño, iba allí». No parece comprenderse que la traducción del verbo auxiliar used to no es otro verbo, sino un adverbio o su equivalente expresivo.

Bien: repito que el artículo compendia un interesante conjunto de datos. Para mi sorpresa, no pocas de las construcciones marcadas por Conde como forzadas, nuevas, o más frecuentes ahora que antaño, sonaban normales a mis oídos y competencia de hablante (o para no mentir, muchas sonaban normales hasta que reflexionaba un momento).

Pero el artículo me ha hecho reflexionar. Es cierto que la influencia del inglés, a través de traducciones descuidadas o por pura ósmosis, dado que nos rodea de tantas formas, es muy grande. Es también posible que esté arrinconando formas anteriores de decir las cosas, pero ¿es eso malo?, o incluso ¿es evitable? ¿No será un accidente más en la historia compleja y mestiza del español? Revisar las críticas pasadas sobre la degradación de nuestra lengua nos lleva a una postura más bien cauta al respecto.

Una observación final: el problema no es sólo la influencia del inglés (que por otra parte, de la India a Australia, de un Cambridge al otro no es una lengua monolítica) sobre las otras lenguas, sino también la contraria. Es sabido que un porcentaje altísimo del inglés que se habla en el mundo es entre anglohablantes no nativos: el “inglés internacional” es una variante particular de la lengua inglesa, hasta tal extremo que un anglohablante nativo que escriba para el International Herald Tribune sufrirá una severa corrección de estilo para adaptarse a un inglés que, en realidad, no se habla en ningun sitio.

Y no sólo eso: las frases inglesas con que queremos que nuestros visitantes anglófonos (y alemanes, y finlandeses) nos entiendan, con frecuencia tampoco son muy inglesas. Cuando el ascensor de mi estación de metro advierte “Tancant portes”, “Cerrando puertas”, y finalmente “Closing doors” (en vez de “[The] doors are closing”), está contribuyendo un poco más a la ceremonia de la confusión, o tal vez a la fiesta de la cohabitación de lenguas que lleva milenios celebrándose…

¿Cuántos telediarios?

29 abril 2011 20:20

En las novelas cursis, en los poemas del siglo antepasado (como testimonia Adolfo Llanos y Alcaraz en La mujer en el siglo diez y nueve, véase arriba), en los tangos del siglo pasado era frecuente contar los años de las señoritas por “primaveras”. Por otra parte, los años de los toros bravos se cuentan por hierbas (acepción séptima enmendada), dado que la hierba brota una vez al año.

Desde hace pocos años vengo oyendo la expresión “a X le quedan dos telediarios“. Como los telediarios se emiten dos o tres veces al día (no lo sé bien: nunca he tenido televisión), la frase, que literalmente equivaldría a ‘unas horas’, viene a significar ‘muy poco tiempo’.

Estaciones del año, aparición de las gramíneas anuales, programas televisivos… ¿Hay otros fenómenos periódicos que se usen en expresiones para contar el tiempo?

El “cigarrón”

28 abril 2011 10:10

Los cambios en la morfología de las lenguas suelen ser escasos, a diferencia de los de vocabulario. Pero por estos días puede estar aflorando uno (agradezco el dato a Agustín García).

En el español de España existía desde hace años botellón para aludir a la reunión de gente (normalmente jóvenes) con el objeto de consumir bebidas alcohólicas, por lo general al aire libre. Pues bien, acaba de acuñarse cigarrón, término con el que se hace referencia a la concentración de personas al aire libre (por lo general en el exterior de establecimientos de bebidas), para fumar, dado que una reciente ley impide hacerlo dentro de los bares.

¿Existen otras formaciones en -ón que aludan a reuniones de gente con algún fin específico? O, por decirlo en otras palabras, ¿es el sufijo -ón añadido a un sustantivo una derivación productiva para expresar acciones colectivas? ¿Pueden nuestros lectores aportar otros ejemplos?

Fotografía: Ricardo Sánchez Belmont

Sobre la Ortografía de la Academia

09 abril 2011 18:18

José Martínez de Sousa ha escrito una excelente reseña sobre la nueva Ortografía académica (gracias por la noticia, Silvia Senz).

Martínez de Sousa, como bien saben nuestros lectores, es una autoridad en temas de lengua escrita y ortografía, por lo que su juicio es muy de tener en cuenta. Señala en este texto varias de las inconsistencias de la Academia en cuestión normativa, ortográfica y tipográfica. Hay también interesantes críticas a la edición de la obra: la falta de un índice de conceptos, la habitual y académica ausencia de bibliografía (un tema sangrante y reiteradamente denunciado) e incluso errores en la confección del índice general.

El Archivo Gramatical de la Lengua Española

03 abril 2011 15:15

Acaba de concluirse el proyecto AGLE, Archivo Gramatical de la Lengua Española, de Salvador Fernández Ramírez.  Pero ¿qué es este archivo?. Hace más de ochenta años

el gramático español Salvador Fernández Ramírez (1896-1983) comenzó a recopilar en fichas que él llamó cédulas todo un conjunto de fenómenos de la lengua con la intención de que le sirvieran de corpus para la confección de la gramática que planeaba. A su muerte sólo había aparecido un volumen de la Gramática española, quedando los restantes en distintos estadios de elaboración. Cuatro más fueron viendo la luz, hasta completar la edición de la obra gramatical de don Salvador; sin embargo, los materiales brutos que la alimentaron, el riquísimo fichero que él había formado durante casi cuarenta años, aún podía ser de utilidad.

El AGLE es, precisamente, la edición digital ordenada de ese fichero. El párrafo que he citado proviene del Prólogo al AGLE que, como su director editorial, escribí en 1995. Su información se puede completar con el Prólogo a la Pimera Edición que escribieron Ignacio Bosque y Maite Rivero.

La edición electrónica de este archivo la concebimos Ignacio Bosque y yo hace la friolera de veinticuatro años (sí, un cuarto de siglo): en 1987. El proyecto lo acogió primero Taurus Ediciones cuando fui su director editorial (1988-1992), y luego pasó al Instituto Cervantes, donde tuvo primero una edición en papel y otra electrónica, para DOS y Windows, en disquete y CD (1995), y por fin la definitiva por línea, dentro del Centro Virtual Cervantes, cuyo proyecto dirigí entre 1996 y 1997. El AGLE ha estado primero bajo la dirección de Ignacio Bosque (hasta mediados del 2002) y luego de Manuel Leonetti. Tras tantas vicisitudes, aquí está por fin, concluido el

Archivo Gramatical de la Lengua Española

El próximo viernes 8 de abril, a las 12 de la mañana,  se presenta en el Instituto Cervantes (sede de Alcalá de Henares, Libreros 23) el proyecto AGLE de Salvador Fernández Ramírez, a cargo de Ignacio Bosque y Manuel Leonetti. La presentación tendrá lugar en el seno del encuentro Yo, gramático/a.

http://www.cervantes.es/

Los nombres de los colores

24 marzo 2011 19:19

Un gráfico interpreta el primer capítulo de mi libro El candidato melancólico (que, por cierto, da nombre a este blog). Se trata de “En el arco iris“, sobre los nombres de los colores.

Lo ha hecho Iñaki Berazaluce en Cooking Ideas.

Traducir, traducir…

23 febrero 2011 20:20

La siguiente cita proviene de la reseña que hace Luis Arranz Notario de la traducción de la biografía de Deleuze y Guattari escrita por François Dosse (Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica):

Por si fuera poco [el estilo poco comprensible del autor], la traducción, cuajada de americanismos, hace particularmente abstrusa y aleatoria la posible significación de los apartados filosóficos.

No sé si he entendido bien: la traducción que publica la rama argentina de una editorial mexicana, ¿no puede tener americanismos? ¿Qué querría que tuviera?: ¿madrileñismos, tal vez?

El Banco de Satán

09 febrero 2011 12:12

Al comienzo del populoso Paseo de Gracia, en la ciudad de Barcelona, un individuo en silla de ruedas, rodeado de pancartas, inicia otra huelga de hambre. Si lo traemos a colación aquí (aparte de por difundir su situación) es por el bonito juego de palabras con el que ha rebautizado a la entidad financiera causante de sus males: Banco de Satán.

Para los amantes de esas cosas, señalaremos que los recursos que ha movilizado la transformación han sido la apócope seguido de metátesis recíproca (o de síncopa, dependiendo de si consideramos que la apócope produjo “Santa” o “Santan”). En cualquier caso: ¡qué hermosa transformación!

Para saber más, la web del ciudadano agredido: Lo estás permitiendo y el relato de sus males.

Mi análisis de las declaraciones de Mourinho

06 febrero 2011 14:14

El País de hoy contiene el reportaje “1.000 minutos con Mourinho (y su teatro)“, de Diego Torres, que  recoge un pequeño análisis lingüístico que hice sobre las declaraciones de Mourinho (el entrenador del equipo de fútbol Real Madrid, para quien le ocurra lo que a mí, que prácticamente no lo sabía).

Dice así:

El lingüista José Antonio Millán […] nunca le prestó atención a Mourinho hasta esta semana. El jueves, tras estudiar sus conferencias, Millán ofreció un análisis específico: “Él habla bastante bien el español, como muchos portugueses. Pero a veces no se le entiende muy bien. Incurre en imprecisiones y ambigüedades que creo que él usa cuando quiere oscurecer el mensaje”.

“Su tono general es despreciativo siempre”, prosigue Millán. “En la locución es frío, con pocos tonos emocionales. Incluso cuando dice enunciados emocionales en su contenido no lo son en su forma. Usa elementos emocionales: ‘Estoy triste, estoy triste’, repite, cuando descubre que el Madrid no le dejará ser seleccionador de Portugal. Sin embargo, él nunca es emocional. Habla como un robot”.

“Lo dice todo con soberbia. Casi siempre se sitúa por encima de todos, en una posición privilegiada, excepto cuando le interesa, que lo hace por debajo”, apunta Millán. “Por ejemplo, cuando dice: ‘No tengo nada que justificar’. Él no responde ante nadie. Es como el personaje de Winston Wolf en Pulp fiction: ‘Yo solo arreglo problemas”.

Millán destaca la manera sutil en que Mourinho lanza sus mensajes políticos: “Dice: ‘Soy el entrenador del Madrid. Yo no puedo hablar con el presidente’. Ahí se pone por debajo. Hace una yuxtaposición y deja que la contradicción absorba la mente de quien lo oye. Repite mensajes por activa y por pasiva. Es machacón con variaciones”.

Y usted, ¿por qué me tutea?

05 febrero 2011 20:20

En lo que creo que es la nueva página web de la Fundéu, institución dedicada a cuestiones de corrección idiomática, veo un uso que me pone los pelos de punta: el tuteo indiscriminado a todo mortal que pose sus ojos en ella:

Envíanos tu consulta

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Hazte detector del club

Y la mejor

Consulta el Manual del Español Urgente [sic, por el anglicismo de las mayúsculas en el título] [sic, por la falta de coma] donde podrás consultar [sic, por la repetición del verbo] información

Como ya he tratado el tema en mi Manual de urbanidad y buenas maneras en Internet (ap. 5.4), me limitaré a repetirlo:

Pero hay también otros lugares donde ese tratamiento [el “usted”] es obligado, por ejemplo, en las webs, donde no se sabe (por definición) quién va a llegar. En una web o en un blog para público juvenil puede valer:

"Haz tus comentarios"

Pero en cualquier otro caso se impone el tratamiento de usted:

"Haga sus comentarios"

Claro, que a lo mejor esta nueva página se dirige básicamente a los jóvenes…