Los wikis son (como casi nadie ignora) sistemas de edición de páginas web públicas, abiertos a cualquiera que desee modificar su contenido. El wiki más famoso es la
Wikipedia,
gigantesca enciclopedia colectiva que, sorprendentemente,
funciona, y de modo muy
ágil.
Lentas, pero seguras, diversas instituciones están empezando a usar wikis para sus propios fines. Voy a destacar dos bien distintos.
La
Fundéu (fundación de la agencia periodística EFE que lleva años velando por la calidad del lenguaje periodístico) promueve la
Wikilengua del español, que se presenta oficialmente el 10 de enero en la
Casa de América de Madrid. El proyecto invita a participar a:
autores, traductores, editores, lingüistas, correctores, profesores, estudiantes, periodistas y en general todas las personas interesadas en la lengua, individualmente o como parte de una entidad, que quieran compartir sus conocimientos con cientos de millones de hispanohablantes
Los temas propuestos son cuestiones de uso, sintáctico o léxico, neologismos, adaptación de nombres propios extranjeros, cuestiones (orto)tipográficas y en general las muchas dudas que se suscitan en el uso de la lengua. No es que faltaran lugares donde debatir estos temas (ahí están, desde hace una década, los
foros del Centro Virtual Cervantes) o hacer consultas (ahí están los diccionarios de la
Academia), pero
Wikilengua tiene la pretensión de unificarlos enciclopédicamente con la participación de una amplia base de usuarios.
Por otra parte, la
editorial Santillana, bien conocida en el ámbito de la educación, ha lanzado la
Kalipedia, que se presenta como una enciclopedia temática, de consulta gratuita, adaptada al nivel de la Enseñanza Secundaria. Es una enciclopedia tutelada en sus contenidos, que sólo los profesores pueden proponer modificar, y que aporta numerosos recursos didácticos. Su propósito es también crear comunidades en torno a sus temas. En sus propias palabras:
Con una navegación sencilla e intuitiva, Kalipedia está organizada en artículos temáticos completados con materiales multimedia a los que se puede acceder cómodamente, aun con unos conocimientos informáticos muy básicos. Gracias al buscador o al menú de materias, la navegación se ajusta temáticamente a las asignaturas de enseñanza secundaria.
La idea que está detrás de proyectos como estos es asimismo la que animó a la creación de
Citizendium como evolución de la Wikipedia: hacer un proyecto enciclopédico con más control editorial de la autoría y menos anonimato en las intervenciones. La duda que surge sobre estos intentos es que están jugando con los mecanismos de participación del público general. Quienes escriben en la Wikipedia saben que sus aportaciones, que pueden ser anónimas, serán corregidas o no por otros usuarios, pero no van a tener un filtro editorial externo (aunque hay debate interno sobre la pertinencia de un
proceso de aprobación). En otras palabras: ¿sabes tú, editor, más que yo sobre numismática visigoda (o dicotiledóneas tropicales)? La revisión entre iguales es bienvenida, aunque puedan surgir diferencias de escuela o perspectiva, pero para un control vertical de los contenidos ya están las editoriales, los medios de comunicación y, en general, el mundo exterior.
Por otro lado, una cosa es aportar los esfuerzos de uno a un proyecto común y otra, hacerlo para beneficio de una institución. Wikipedia es una
fundación, pero la percepción de sus colaboradores no es de que están trabajando para ella, sino para la comunidad. Éste es el reto que tienen que conseguir las instituciones que piden la colaboración desinteresada de su público: que el fin de esta colaboración se perciba como suficientemente altruista.
Con todas estas reflexiones por delante, bienvenidos sean proyectos de la envergadura de
Wikilengua del español y
Kalipedia, que van a ser sin duda muy útiles para enriquecer la Internet en español.
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