El nombre del partido

04 febrero 2015 11:11

El nombre del partido” es un artículo que he publicado en la sección Tribuna de Opinión de El País, con fecha 3 de febrero de este año, .

Ahí hablo sobre diversas paradojas y evoluciones en las denominaciones de los partidos políticos.

Vale la pena detenerse un momento en el nombre del partido Syriza, en realidad una coalición con distintos constituyentes. El nombre es un acrónimo de Συνασπισμός Ριζοσπαστικής Αριστεράς, Synaspismós Rizospastikís Aristerás, que suele traducirse como “coalición de la izquierda radical”. Pero ¿por qué “radical”?

En el griego Ριζοσπαστικής, Rizospastikís, encontramos la raíz “raíz” (valga la redundancia), que también estaba en griego clásico y aparece en términos españoles como rizoma. Radical tiene en efecto estos sentidos:

Perteneciente o relativo a la raíz.

Partidario de reformas extremas, especialmente en sentido democrático.

Extremoso, tajante, intransigente.

El problema es que, como dice la Coordinación Terminológica del Parlamento Europeo (según supe a través de Alicia Martorell):

The word “radical” in the title was interpreted in the different countries according to their political history and parties. In most countries it tends to be used as a synonym for “extreme”. Not in Greece though, where the word radical is a less radical term than in other languages.

Vale la pena leer íntegro el breve artículo, que pone de manifiesto lo complejo de traducir vocabulario político…

A raíz de la aparición del artículo, distintas personas me han notificado nombres curiosos de partidos y otras organizaciones políticas:

Lo Que Diga Balaguer, un movimiento de República Dominicana (gracias, JMCR)

José Antonio Labordeta acuñó el término informal Izquierda Depresiva Aragonesa (gracias, DG)

Jaroslav Hasek fundó el Partido del Progreso Moderado en el Marco de la Ley con el objeto de ridiculizar el marco político de la época (gracias, MZ)

Que te duermas…, II

19 diciembre 2011 10:10

En el principio fue un libro que se le ocurrió a Adam Mansbach, mientras intentaba que su hija se durmiera. El post “Que te duermas…, I” del blog de al lado cuenta su historia editorial. Aquí nos interesará su traducción.

Go the f**k to sleep, o sea: Go the fuck to sleep, se convierte en castellano en Duérmete ya, ¡joder! (Mondadori), aunque una traducción igualmente exacta habría sido Duérmete de una puta vez.

Este tipo de tacos tienen dos características curiosas: por una parte, son elementos superfluos: la frase puede prescindir de ellos, sin que padezca el sentido (aunque sí la carga expresiva y despectiva): “Duérmete ya”, “Duérmete de una vez”. Por otra parte, son palabras que han perdido su significado, se han desemantizado, como se comprueba viendo que no funcionan al sustituirlas por sinónimos: *”Duérmete ya, ¡copular!“, *”Duérmete de una prostituta vez”.

Pero el ancho cauce de nuestra lengua (sobre todo la vulgar o popular) hace que en su seno existan diferencias. En América el título ha tenido que ser otro: ¡Duérmete, carajo! (Penguin, USA). Sorprende ver que en la cubierta, que en las demás ediciones que conozco oculta el taco, aquí lo muestre en su integridad. ¿Es carajo en América una palabra menos tabú que joder en España? Tal vez los cultos lectores de este blog (entre los que, me consta, hay muchos americanos) puedan aclarármelo.

En catalán, el título es Collons, posa’t a dormir (Mondadori), y de nuevo la ilustración vela púdicamente el exabrupto, que el genio de la lengua en este caso quiere al principio de la frase. La expresión “collons” equivale al castellano “cojones”, que se usa también como exclamación despectiva. Tanto en una como en otra lengua, su sentido ha perdido toda relación con las glándulas masculinas .

Elisenda Roca lo lee muy bien:

 

Dors et fais pas chier es el título de la edición francesa de Grasset:

Chier es la forma vulgar de ‘defecar’. Como se ve, hemos cambiado de campo semántico: del sexual al excretorio. Pero utilizada en frases como ésta, su sentido es equivalente al castellano (despectivo) “joder”: “Duerme y no me jodas”. Pero también podría haberse traducido como Endors-toi bordel!

Fai ‘sta cazzo di nanna, reza la edición italiana de Mondadori. “Sto cazzo di” se usa con mucha frecuencia con el sentido de ‘esta mierda de’. Cazzo es el órgano sexual masculino, el pene. Por cierto, resulta curioso que en español, por el contrario, sea más despectivo el órgano femenino (coñazo) que el masculino (cojonudo).

“Far la nanna” es ‘dormir’. En resumen: ‘duérmete de una puñetera vez’ (¿me equivoco, o la expresión italiana es menos fuerte que la traducción española?).

En portugués (Arte Plural Edições) la traducción es Vai Dormir, F*da-se, o sea: Foda-se, y el hispanohablante culto no dejará de reconocer la raíz latina  fodere, cuya descendencia, “joder”, ha aparecido también en la traducción española. En la cubierta el editor ha hecho uso del tradicional asterisco para suprimir una vocal en la mala palabra, en vez de la luna de las otras ediciones.

Por último, Verdammte Scheiße, schlaf ein! reza la edición alemana de Dumont. No sé mucho de la lengua de Hölderlin, pero reconozco Verdammte, ‘maldita’, y Scheiße, ‘mierda’. Y sí, schlaf es ‘dormir’. ¿”¡Joder, duérmete!”?

De este modo, palabras que designaban contactos carnales, órganos sexuales y excrementos, despojadas de su sentido primario y convertidas en meras expresiones de irritación, acompañan la carrera internacional de este curioso libro. Y este sería el fin de la historia de no ser porque…

La misma editorial Akashic Books saca la versión del libro ad usum Delphini. Al parecer, los padres acostumbraban a leer el libro, dulcificado sobre la marcha, a sus tiernos hijos, y  esta nueva edición les facilita el trabajo. Aún no ha salido a la calle, pero ya se puede ya encargar en Amazon. En cierto sentido, Seriously, just go to sleep es la traducción de Go the fuck to sleep, la traducción a una lengua en la que no hay tacos, los padres nunca pierden la paciencia y las cosas se dicen dulcemente.

Seriously, just go to sleep podría ser en español En serio, que te duermas… Pero mucho nos tememos que la variedad de las versiones del título de esta secuela a lo largo y ancho del mundo no será ni mucho menos tan divertida como la de la primera obra.

La interlengua al descubierto

10 septiembre 2011 19:19

Cuentan quienes saben de estas cosas que cuando se adquiere una segunda lengua uno habla (y quizás tambien entiende) desde un curioso constructo a mitad de camino entre la lengua materna y la nueva, y que se denomina interlengua.

Este sistema lingüístico (o más bien sucesión de sistemas, pues cambia a medida que se progresa en la adquisición) no es algo percibible o estudiable directamente, por la sencilla razón de que no se manifiesta. Ahora bien (y para eso están los escritores): un autor es muy libre de plasmarla en un relato para describir cómo se desenvuelve un hablante imperfecto de inglés. Esta raro tour de force lo he encontrado en un cuento del excelente autor argentino Fogwill, “Muchacha punk

–¿Qué usted quiere? –Nada, sentarme… Estar aquí como una sustancia de hecho… –dije en cachuzo inglés.

Sin duda mi acento raro acicateó los deseos de saber de la gorda: –¿Dónde viene usted de…? –ladró.

La pregunta era fuerte, agresiva, despectiva.

–De Sudamérica… Brasil y Argentina –dije, para ahorrarles una agobiante explicación que llenaría el relato de lugares comunes. Me preguntaba si era inglés: se asombraba “¿Cómo puede venir uno de Brasil y Argentina sin ser británico?”, imaginé que habría imaginado ella.

¿Sería un inglés? –No. Soy sudamericano, lamentado –dije.

–Gran campo Sudamérica –se ensañaba la gorda.

–Sí: lejos. Así, lejos. Regresaré mes próximo –le respondí.

–Oh sí… Yo veo dijo la gorda mirando fijo a la cara de sapo que hamacó su cabeza como si confirmase la más elaborada teoría del universo. Entonces habló por vez primera y sólo para mí mi Muchacha Punk. Tenía voz deliciosa y tímbrica en este párrafo: –¿Qué usted hace aquí? –quiso saber su melodía verbal.

–Nada, paseo –dije, y recordé un modelo que siempre marchó bien con beatniks y con hippys y que pensé que podía funcionar con punks. Lo puse a prueba: –Yo disfruto conocer gente y entonces viajo… Conocer gente, ¿Me entiende?… Viajar… Conocer… ¡Gente!.. ¿Eh.? ¡Ah..! ¡Así..! ¡Gente..!

Funcionó: la carita de mi Muchacha Punk se iluminaba. –Yo también amo viajar –fue desgranando sin mirarme–. Conozco África, India y los Estados (se refería a USA). Yo creo que yo conozco casi todo. ¡Yo no nunca he ido yo a Portugal! ¿Cómo es Portugal? –me preguntó.

Compuse un Portugal a su medida: –Portugal es lleno de maravilla… Hay allí gente preciosamente interesante y bien buena. Se vive una ola en completo distinta a la nuestra…

El bowdelizador que bowdlerice…

10 enero 2011 11:11

Hace poco salió a la luz la noticia de que en una obra de Mark Twain se iban a suprimir expresiones presuntamente racistas.

En la versión inglesa de esta noticia, una palabra me llamó la atención:

Being an iconic classic, however, hasn’t protected “Adventures of Huckleberry Finn” from being banned, bowdlerized and bleeped. It hasn’t protected the novel from being cleaned up, updated and “improved.”

El verbo to bowdlerize (‘censurar una obra literaria’) se usa en honor de Thomas Bowdler, quien creó una edición de las obras de Shakespeare notablemente dulcificada.

Las derivaciones a partir de un nombre propio (de una figura histórica o de ficción)  son frecuentes en español: onanismo, chauvinista, rocambolesco, aunque la mayoría son sustantivos. Verbos hay menos: donjuanear.

Mi pregunta es: ¿qué figura de la cultura en lengua española merecería dar lugar a  un verbo que indicara la acción de censurar una obra?

Traducción y cultura

02 junio 2010 22:22

¿Qué hay en una traducción? A esta pregunta intentamos contestar, desde diversas perspectivas, desde este blog y el de al lado.

Un reciente hallazgo me ha hecho plantearme una cuestión: la de los distintos registros de original y traducción, dependiendo del destinatario previsto.

Nueva York es una ciudad completamente bilingüe inglés/castellano. Las comunicaciones de tipo oficial lo mantienen escrupulosamente. Este cartel de obras, que vi por distintos lugares, reza en inglés:

To anonymously report
unsafe conditions at this site
call 311

La traducción española dice:

Para reportar condiciones peligrosas
en un sitio [de] trabajo llame 311
no tiene que dar su nombre

Pasemos por alto algún calco sintáctico (“llame 311”), o la curiosa aparición del genérico “en un sitio [de] trabajo” (frente al específico “at this site”), para ir a lo que me interesa ahora. La traducción podría haber rezado: “Para reportar anónimamente condiciones peligrosas”. ¿Por qué se ha parafraseado en “no tiene que dar su nombre”?

Tengo una teoría: a la población hispana de Nueva York  se le ha atribuido un nivel cultural bajo. El adverbio “anónimamente” se ha evitado a propósito, por juzgarlo poco comprensible, y por eso se ha recurrido a la explicación. Lamentablemente, creo que también habría muchas personas anglohablantes (sobre todo las que no tienen el inglés como primera lengua, y Nueva York es una ciudad de inmigración) que tropezarían asimismo en el “anonymously”. ¿Por qué no se les ha ahorrado?

El desconocido hermoso

09 mayo 2009 14:14

No me resisto a reproducir un spam de los muchos que llegan a mi buzón, éste se ha debido de generar mediante un traductor automático del ruso al castellano (a lo mejor pasando por alguna lengua intermedia). La foto venía con el mensaje.

Por el saludo el desconocido hermoso, sere contenta por nuestro conocimiento me llamo Anastasiya.

Busco la mitad unica e inconfundible. Busco no simplemente al hombre mi busco al amigo, el amigo verdadero a toda la vida. Mi la muchacha caliente, carinosa, tierna. A mi de 27 anos.

Es poco sobre mi: amo crear el conforte, me gusto cuando las casas bien y tranquilamente, en la medida la muchacha seria, responsable, correcta. Excepto este mi romantico, sensible, que comprende y emocional. Se tener relacion con el humor con los problemas y ser alegre. Para mi en la soledad la vida pierde el sentido mi se marchito como la florecita. A proposito de la simplicidad puedo decir que mi abierto como el libro. Es necesario solamente leerme. Si es interesante conocerle sobre aquello entonces escriban!

Con la impaciencia enorme espero la respuesta.

Cartas persas

03 mayo 2009 9:09

[Siento haber publicado por error una primera versión incabada de este post].

La aparición de un libro mío traducido al persa o farsi me ha llevado a refrescar (o adquirir) algunas nociones sobre esa lengua.

En primer lugar, el persa es una lengua indoeuropea, y podríamos decir que prima segunda del español.

Estas son las relaciones entre algunas de las doce familias de lenguas descendiente del indoeuropeo (sigo a Juan Carlos Moreno Cabrera, El universo de las lenguas, Madrid, Castalia, 2003):

Familia romance
*subgrupo íbero-romance
— área catalana
— área española

Familia germánica
* Subfamilia occidental
— Alemán
— Inglés

Familia irania
* Subfamilia occidental
— Persa

El hecho de que el persa se escriba en caracteres árabes, o de que sus hablantes practiquen la religión islámica no implica que la lengua pertenezca al grupo de las lenguas árabes.

El persa nos legó un cierto número de palabras, entre las que están:

bazar
caravana
cipayo
chacal
chal
hurí
jaque
julepe
sah
sátrapa
tafetán
tambor
tiara

¿La “lectora de e-books”?

01 febrero 2009 17:17

La expresión e-book en inglés y libro electrónico en español son ambiguas: se pueden referir tanto al artefacto electrónico como a la propia obra en formato digital. Esta peculiaridad proviene de la propia palabra libro, que también puede aludir tanto al contenido como al continente (en el comienzo de este artículo presento la ambigüedad).

Ahora que ya hay varias marcas de dispositivos lectores a la venta en España, y que habrá más, y que en formato de libro electrónico está hasta García Marquez, podemos pensar si la situación puede aclararse. Por ejemplo, dejando “libro electrónico” para la obra y “lector” para la máquina (como los franceses: lecteur de livres électroniques).

O ¿por qué no usar “lectora”?

Los artefactos que nos ayudan en el hogar suelen tener género femenino: la lavadora, la secadora, la nevera, la batidora, … La razón (digo yo) es que se sobreentiende “máquina”: “la máquina de lavar”. En algún caso son masculinos (como el microondas), pero es porque se sobreentiende “horno”. Por otra parte, ya existe lector como artefacto, en el sentido de “lector de CDs”. ¿Por qué no especializar entonces lectora para los dispositivos dotados de pantalla que permiten leer libros?

Me encantará oír las opiniones de los lectores.

Jaime el Gaitero

10 noviembre 2008 15:15


En el blog de aquí a al lado he publicado un post sobre materiales del archivo de La Vanguardia. Dije:

El segundo caso, visto en El blog ausente, se titula “Tras las huellas de Jaime el destripador”. Un precioso post sigue las huellas en La Vanguardia de los crímenes de Jack the Ripper, malidentificado como The Piper, y en consecuencia bautizado periodísticamente como “Jaime el Gaitero”. Arriba, la noticia el 6 de octubre de 1888. Naturalmente, la prosa del momento deparará experiencias inolvidables a los lectores, como los “policías velocipedistas” que, desde los crímenes, recorren los barrios de mala fama.

Aparte de la divertida confusión Ripper/Pipper, lo que me ha hecho mucha gracia es recordar la época en que se traducían los nombres propios de persona y los apellidos a veces se adaptaban a la escritura y pronunciación española. Para mí, Jules Verne fue siempre Julio Verne, aunque ya conocí La cabaña del tío Tomás como La cabaña del tío Tom. ¿Cuándo acabó del todo esa práctica? Probablemente los lectores tengan una idea, y podrán aportar otros ejemplos…

Traduccion… automática

30 julio 2008 15:15


De entrada, el asombroso ejemplo superior, tomado de Boing Boing. Al parecer, el restaurante chino quiso traducir su nombre (escrito en carateres chinos) al inglés. Alguien usó los caracteres de entrada a un sistema de traducción automática… y el sistema contestó con un mensaje de error, que el usuario tomó como una respuesta. (Gracias, Juan).

Pero (toda tecnología tiene sus pros y sus contras), el Semanario de Literatura Recreativa recuerda cómo los sistemas automáticos de traducción “dotan de un súbito voltaje poético a textos en apariencia triviales”:

The sighs are going to air and air!
Tears are water and go to sea!
Tell me, woman, when love is forgotten
Do you know where to go?

¡Feliz agosto!