JRJ sobre la lectura y los libros

09 noviembre 2006 10:10

Estos días, en la Residencia de Estudiantes de Madrid tiene lugar una completa exposición sobre Juan Ramón Jiménez. La revisión de su obra, a cincuenta años de que le fuera concedido el premio Nobel, le confirma como el grandísimo poeta que fue, y que reconocieron todos los que convivieron con él y de él aprendieron: prácticamente toda la Generación del 27…

JRJ sabía mucho de libros, como recuerda Andrés Trapiello en su precioso libro Imprenta moderna, recientemente editado por Campgrafic. Su implicación con ellos no fue sólo como creador (cuidó sus propias ediciones), sino que dirigió durante años las publicaciones de la Residencia de Estudiantes, y además influyó sobre impresores y editores (como Manuel Altolaguirre).

Pero Juan Ramón también leía, y atesoraba libros. El bello catálogo (algo a lo que ya nos tiene acostumbrada la Residencia) contiene, entre otros materiales de interés, un apartado sobre “La biblioteca de Juan Ramón Jiménez”, debido a Soledad González Ródenas. ¿Qué pensaba el poeta sobre la lectura?:

Los que tienen bibliotecas numerosísimas y presumen de leerlo todo, mienten. Tienen sólo una cultura superficial, de índice, de mariposeo. Con lo que hay que hacer en el día ?leer, escribir, correjir, pensar, poner en limpio, estudiar idiomas, visitas a un museo, a un concierto, a una mujer, a un amigo, comer, bañarse, pasear algo, dormir? no hay tiempo sino para leer bien pocos libros.

Y además la lectura puede ser una experiencia tan intensa como breve: “Una pájina bella me llena todo un día. Cargarla con otras, me parece un crimen estético”.

Gran conocedor de la tipografía y diagramación, JRJ llega a decir:

Como todas las cosas del mundo, los libros emanan su sustancia y no hay que leerlos para valorarlos, a veces, cuando se tienen los sentidos aptos para la emanación estética. La disposición de la caja, la cubierta, el título, el tamaño de las palabras, etc., todo unido representa, súbitamente, su valor.

Entre los proyectos vitales de Juan Ramón estuvo su biblioteca. Se conservan incluso diagramas de los muebles y la disposición que quería para ella. No se trataba, como se ha visto, de un simple depósito de libros, sino de un lugar de ordenación, contemplación y contacto ?casi de ósmosis? con los objetos-libro. La guerra le privó de los millares de volúmenes que había reunido, y tuvo el dolor de ver sus obras saqueadas, dispersas y vendidas.

Terrible destino para alguien que disfrutaba y sentía de tal modo el contacto con sus libros. Su declaración programática sobre cómo leía tiene algo muy valioso para quienes acusan a la lectura en la Red de fragmentaria:

Me basta con leer de todos ellos, aunque no los lea todos ellos, como me basta el beso de amor, la mano de la amistad, la puesta de sol, sin tener todos los besos, todas las manos, todos los ocasos.

3 comentarios

Salut Vila dijo...

Le felicito por el artículo. Me ha gustado como describía esta faceta para mi desconocida del poeta Juan Ramón Jiménez. Me ha aportado inspiración y conocimiento. Inspiración para poder crear nuevas clases de dinamización a la lectura en la escuela en la cuál trabajo y que lleva el mismo nombre del escritor. Y conocimiento que me servirá para hablar de su figura en la biblioteca del centro escolar.

12 noviembre 2006 00:33
Adriana dijo...

Lindísimo artículo. Nací y vivo en la Argentina. “Platero y yo” (debería usar cursiva, pero como no puedo, uso comillas) me acompañó durante mi educación primaria. Y tal como dice el cibernauta que ha escrito antes que yo, es una faceta desconocida que valió la pena haber descubierto gracias a su blog.Cordialmente,

20 noviembre 2006 23:41
javier e dijo...

Muy bueno y muy poco valorado en nuestro país.

18 febrero 2007 12:31