7 claves para tuitear profesionalmente

27 enero 2014 11:11

Por supuesto, uno puede usar Twitter para lo que quiera: charlar con los amigos, comentar el último episodio de la serie favorita, publicar poemas o retransmitir un partido de fútbol… Pero si uno lo que quiere es hacer un uso profesional de la herramienta, descubriendo y comentando materiales interesantes a los seguidores, se imponen ciertas cautelas.

Veamos el tuit superior: no nos dice gran cosa. ¿Dónde ha salido esa noticia?, ¿proviene de una fuente fiable (como una revista científica) o de una popular o periodística? El contenido al que lleva el enlace ¿estará en español o en otra lengua?

Hay que tener en cuenta que la mayoría de las personas cuando se asoman a su cuenta de Twitter encuentran una infinidad de tuits de muy distintas procedencias. Para ayudar a nuestros seguidores deberemos convertir los 140 caracteres en algo informativo.

He publicado unos 6.000 tuits, y he leído muchísimos más, y los puntos que siguen resumen lo que he aprendido en la práctica. Se aplican a un tipo muy concreto de tuit: el que remite a un artículo o noticia en la Web.

1) Cite el título o alguna frase clave

Y hágalo en la lengua original de la fuente: de esa manera, el lector sabrá que la web citada en el ejemplo inmediato está en inglés:

2) Añada, si lo ve oportuno, algún comentario

Eso siempre resulta de ayuda: uno puede tuitear una noticia porque esté de acuerdo con ella, por todo lo contrario, porque le haga gracia…

3) Diga siempre la fuente de la noticia

Eso ahorra tiempo a su lector: de la primera ojeada sabrá de dónde proviene el artículo o la noticia que está tuiteando. En un día determinado puede haber multitud de tuits sobre un tema candente: quizá todos transmitan esencialmente la misma información, pero puede ser útil saber de dónde la ha tomado cada uno. La URL del enlace no siempre lo indica, porque abundan las direcciones acortadas.

Para indicar la fuente yo uso el separador vertical | (hay quien usa también -, y algunos servicios automáticos la citan precedida de “vía”) . Si la fuente de lo tuiteado tiene cuenta de Twitter propia, procuro citarla; de esa manera consigo al menos dos cosas: que el origen de la noticia tuiteada sepa por el propio Twitter que le han citado y que el lector, si quiere, pueda explorar la time line de origen.

4) Y, si es un dato que valga la pena, también su autor

Del mismo modo, es preferible indicar su dirección Twitter.

5) Indique siempre que pueda si ha llegado a través de otro tuit

Si la información que tuitea la ha sacado de otro tuit, indique siempre el origen. Yo lo hago mediante el signo > , que remite a la punta de una flecha o a la v de “vía”. Aparte de ser una cortesía mínima, de nuevo esto puede permitir al lector descubrir una cuenta de su interés.

¿Por qué digo “siempre que pueda”? Porque a veces no queda sitio, o uno tuitea en el metro y hay poco tiempo, y entonces se puede sacrificar esa información.

6) Use hashtags

Es decir,  ponga el signo # delante de palabras clave. Yo procuro convertir en tags palabras que forman parte del enunciado:

Pero si no es posible, las añado al final:

Aquí estamos ante un problema bien conocido: los hashtags sirven, entre otras cosas, para seguir temas en Twitter. Pero las etiquetas están en una lengua determinada, y puede que el texto tuiteado esté en otra, lo que significa que uno tiene que elegir. Yo escojo poner todos mis etiquetas en español, porque la mayoría de mis seguidores usan esa lengua, aunque tuitee noticias en inglés. Y utilizo hashtags con acento, aun cuando Twitter no trata bien los caracteres acentuados, porque creo que forman parte de nuestra lengua.

Además, mis hashtags tienen otra misión: crear una base de datos de los enlaces de mis tuits en Delicious (uso Packrati para pasar mis tuits a Delicious). Otro día hablaré más despacio de ello.

7) Marque los destinatarios especiales

Si quiere que en una cuenta concreta lean su tuit, ponga su nombre precedido de “c/c” (= “con copia”), para que no parezca que es la fuente de la noticia.

A estas siete claves podríamos añadir otra

Prescinda de cualquiera de estas normas cuando le haga falta

A veces uno se limita a retuitear un tuit interesante, incluso si éste no indica autor ni fuente, o es poco claro. Sencillamente, si no hay tiempo, es mejor hacer eso que dejar sin referenciar una información potencialmente útil para nuestros seguidores.

Y recuerde: un tuit completo es más trabajoso, pero si uno tuitea para con fines profesionales, para prestar un servicio a otros, vale la pena…

 

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Sobre el plagio

13 enero 2014 11:11

Dentro de las actividades del Año Avellaneda, aquí va la versión actualizada y ampliada de un artículo mío:

Cuestión de comillas.
El plagio, o las numerosas maneras de no ser original.

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Bienvenidos al año Avellaneda

07 enero 2014 11:11

Como nadie ignora, Miguel de Cervantes publicó en 1605 El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Nueve años después, en 1614 (hace ahora cuatro siglos), un tal Alonso Fernández de Avellaneda dio a la luz el Segundo tomo del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Al año siguiente, Cervantes respondía al usurpador de su personaje en la segunda parte del Quijote… 

El Quijote de 1605 está presente en la continuación de Avellaneda y ésta en la segunda parte cervantina (1615), constituyendo todo un juego literario de espejos. En el “Prólogo” que escribí hace años para una edición del Quijote apócrifo resumo esta apasionante historia.

Acaba de empezar el año 2014, cuarto centenario de la aparicion del Quijote de  Avellaneda. Le dimos la bienvenida adelantada en el seminario “El Quijote, narración transmedia (de Cervantes a Avellaneda, y más allá)”, que en octubre pasado congregó en Madrid a un plantel de especialistas de lujo. En el seminario se abordó la relación que existe entre el préstamo literario en los Siglos de Oro y algunas prácticas contemporáneas como las narrativas transmedia y el fanfic.

Pues bien: a lo largo de este año avellanedesco me propongo, con la consabida irregularidad, y la lasitud propia de los tiempos que corren, ir tocando en este mismo blog y aledaños algunos temas suscitados por la obra de Avellaneda, a saber (y sin pretensiones de exahustividad): autoría, originalidad, hurto literario, copia y emulación, préstamo, escritura en los Siglos de Oro, parodia, pseudónimo, autoría digital, narración transmedia, fanfic, y un amplísimo y desordenado etcétera. Me acompañarán en esta tarea ciertos amigos y tal vez algunos espontáneos. Permanezcan atentos a sus pantallas…

Y bienvenidos al año Avellaneda.

Fotografía: escaparate de bazar chino de Barcelona, con busto modernista del Quijote; diciembre del 2013.

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