Umbral, in memoriam

30 agosto 2007 21:21

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=-1cTIUc7cJc]
Javier Pérez de Albéniz tiene en El Mundo un blog absolutamente recomendable, El descodificador, en el que realiza una crítica constante y certera a TVE, o sea, la televisión pública española, vamos: la que todos pagamos (veáse el post de hoy: Viva la muerte). Pues bien, hace un par de días ha dedicado una bonita entrada al recientemente desaparecido Francisco Umbral: Maestro, sin discusión.

En él, aparte de reivindicar la obra del escritor, recuerda una famosa escena: el programa de televisión en el que Umbral protestó porque ahí había ido “a hablar de su libro”, y el tiempo pasaba y nadie le preguntaba nada sobre él… Pero bueno… ¿qué se creía Umbral? La televisión es la que manda, y si por excepcion llaman a un escritor, que se conforme con las migajas de tiempo que le den, en vez de protestar. ¿Quién se creía que era Umbral?: ¿un futbolista?, ¿un torero? Por suerte, la intervención de una maleducada Mercedes Milá intenta poner las cosas en su sitio.

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Extraño caso de cuneiforme véneto

30 agosto 2007 20:20


Errando por las calles de la bella población de Feltre, en el Véneto, mis ojos se detuvieron en unas placas de mármol que, a primera vista, daban la impresión de estar grabadas en una escritura desconocida. Era una especie de cuneiforme menudo y rabioso, que no pude identificar, ¿sería una muestra del antiguo lenguaje de la zona, el venético? Calle tras calle, casa tras casa, las lápidas emitían su ininteligible mensaje.

Por fin, la vista de un altorrelieve con el León de San Marcos destruido a martillazos me dio la clave: las tropas de Napoleón, que ocuparon la región en 1797, habían censurado las muestras de adhesión a la República de Venecia en muchos de los lugares por donde pasaron. Igual que la efigie del león alado, las inscripciones que expresaban la fidelidad de Feltre a la República habían caído bajo la piqueta. Al destruir las letras, preservando sin embargo los adornos grabados y las mismas lápidas, los anónimos censores habían manifestado la misma fe que quienes las habían trazado: que las letras esculpìdas en piedra representan la permanencia de las ideas que cobijan.

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Historia de la Editorial Joventut/Juventud

30 agosto 2007 19:19

Hace poco más de un año se presentó en la Universidad de Barcelona la tesis doctoral de Mònica Baró Llambias Les edicions infantils i juvenils de l?Editorial Joventut. 1923-1969. Por fortuna, está toda disponible en el sitio de Tesis doctorals en xarxa, donde no sólo hay tesis de universidades catalanas, sino también de otros lugares de España (gracias a Silvia Senz por la noticia).

Los estudios sobre la edición contemporánea española están aún a un nivel muy inicial. El panorama es prácticamente el mismo que señalaba aquí al lado hace pocos años José Antonio Cordón. A los factores intrísecos que señala este mismo autor (falta de interés del sistema de investigación por esta materia) se unen los extrínsecos: los archivos de las editoriales suelen ir a parar al cubo de la basura. Lo comentábamos hace poco a propósito de Iréne Nèmirovsky.

Pues bien, uno de los factores que han contribuido a hacer posible esta tesis es el hecho de que el archivo de la Editorial Joventut/Juventud se ha preservado en el Arxiu Nacional de Catalunya. Todo estaba allí: desde la documentación interna de control de la edición (que en alguna ocasión ha servido para asignar autoría a obras anónimas), hasta materiales publicitarios y promocionales (los catálogos que aparecen en la ilustración superior), pasando por correspondencia con autores, agentes, editores… En fin: toda la compleja actividad que supone la creación y el mantenimiento de una línea editorial.

La tesis contiene datos apasionantes tanto para los estudiosos de la edición en general como para quienes están interesados en la literatura infantil y juvenil. ¿Habrá que repetir una vez más el valor que tiene la difusión digital de estas obras de investigación?

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Dino Buzzati

29 agosto 2007 14:14

¡

La ciudad de Belluno, al pie de las gigantescas Dolomitas


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Cerca de la ciudad italiana de Belluno, en San Pellegrino, he podido conocer la casa de verano donde nació, vivió temporadas y trabajó el escritor Dino Buzzati (gracias a K., M. ¡y D.!).

Dino Buzzati (1906-1972) es un autor muy estimable, uno de los pocos que Borges consideraba que se salvarían de entre sus coetáneos. En él reconoce la influencia de Kafka y de los surrealistas, pero la verdad es que su obra es muy personal.

El gabinete de Buzzati


La más famosa de sus novelas es El desierto de los tártaros. Por suerte, la editorial madrileña Gadir está traduciendo al español y editando muchas de sus obras. Entre ellas confieso tener especial predilección por Un amor, una novela extraña, quizás poco buzzatiana, sobre la pasión destructora de un hombre de cierta edad hacia una joven prostituta.

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E-books que huelen a libro

28 agosto 2007 11:11

Hay gente para todo… Cuenta CanalPDA:

Un distribuidor de libros electrónicos se preguntaba cuáles eran los motivos para que los estudiantes continuaran comprando libros, incluso cuando estos eran más caros que las ediciones electrónicas. Lo preguntaron y muchos respondieron: el olor. Los libros, ya sean nuevos o viejos, deben oler.

Pensando, pensado… han encontrado la solución. Con la compra de cada libro electrónico ofrecen la posibilidad de recibir un adhesivo que, colocado en el equipo utilizado para la lectura, recreará el universo olfativo necesario para que cualquier bibliófilo se sienta como si tuviera su joya más preciada delante de su nariz.

Además se abren otras posibles vías de expansión de la idea: los olores personalizados. La mayoría prefiere libros que huelan a humedad, pero también hay que prefiere otros tipos de personalidad organoléptica: café, pan recién hecho, galletas…

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Depósito Legal Digital

28 agosto 2007 10:10

Antes de su (poco llorada) dimisión, la directora de la Biblioteca Nacional de España, Rosa Regás anunció que preparaba una ley de Deposito Legal “para introducir y actualizar todo lo relacionado con la publicación electrónica y asegurar, además de la preservación nacional documental, la preservación digital”.

El Depósito legal es un procedimiento, ligado a la creación de las grandes bibliotecas nacionales, mediante el cual el editor deja cierto número de ejemplares de cada publicación. De ese modo, el Estado puede preservar la producción bibliográfica. Desde hace muchos años se viene hablando de extender este procedimiento también a las obras electrónicas, que en su momento aparecieron bajo la forma de CD-ROMs, entre otras. Las cosas de la legislación van muy despacio, tanto que si ahora se contempla este depósito en la Ley llegará tarde: la inmensa mayoría de la producción electrónica ya está en la Red, y no en soportes locales.

¿Se puede preservar la Red? Probablemente sí, pero el procedimiento, más que de Depósito Legal, parece ser de recolección o harvesting de lo que hay en la Web. Es lo que hace la Biblioteca Nacional de Cataluña, por ejemplo, en su proyecto PADICAT.

Bienvenido sea cualquier procedimiento de preservación de la inmensa masa cultural y documental que se está generando en forma electrónica, pero no caigamos en la tentación de adaptar instrumentos nacidos para otro fin, y cuya pertinencia para los nuevos medios es escasa. ¿Puede jugar la Biblioteca Nacional de España un papel eficaz en la gestión de la memoria electrónica? Sí, siempre y cuando no cometa errores graves en esa tarea, responda con agilidad a las necesidades reales y reciba los medios adecuados.

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Ah, A…

27 agosto 2007 17:17


En curioso paralelismo con el monumento de Brossa, esta muestra de land’s art de Albert Girós.

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Los desafíos de Google Libros

25 agosto 2007 11:11

La siempre interesante First Monday ofrece un artículo de Paul Duguid. “Inheritance and loss. A brief survey of Google Books” (Herencia y pérdida, breve revisión de Google Libros).

La tesis del autor es que en la Web la calidad es algo que surge o por innovacion o por herencia. El proyecto de Google Libros hereda, según él, el prestigio de las instituciones bibliotecarias, pero tiene fallos en la forma de tratar “ese extraño objeto, el libro”. Para demostrarlo Duguid escoge un ejemplo un tanto tramposo, el Tristram Shandy, libro que, como es bien sabido, reúne algunas idiosincrasias tipográficas y juegos con el mismo soporte-libro, pero en fin: detecta una serie de errores en la digitalización de la obra.

La moraleja que extrae el autor es que Google Libros es un proyecto que está abordado más como un sistema de gestión de información que como una biblioteca, y de ahí provienen errores en el manejo de un objeto, el libro, que es más complejo de lo que parece, y que cuenta con una larga historia de organización (por ejemplo, metadatos sobre los volúmenes que constituyen una obra) que el proyecto ha ignorado.

Personalmente, y al margen de que esos errores existan (como he tenido ocasión de declarar cuando me he encontrado con alguno), creo que el proyecto es en sí mismo una bendición, y que da acceso, ahora mismo, a una ingente cantidad de obras que exigirían, si no, visitas a lugares distantes para su consulta. No hay que olvidar que se trata aún de un proyecto calificado como Beta (es decir, en fase de pruebas), y que muchos de los aspectos comentados podrán corregirse, aunque probablemente, y dado que estamos hablando de una digitalización de (probablemente) millones de libros, no todos.

El proyecto Google Libros, en su vertiente bibliotecas, es lo más parecido que hay a una acción altruista. Aunque hay enlaces a la compra de los libros mostrados (de donde sin duda Google puede sacar beneficios), las páginas que muestran los libros escaneados y pasados por OCR en las bibliotecas de todo el mundo que colaboran con Google están libres de anuncios. La comunidad intelectual, que ha hecho de los libros durante siglos su instrumento de trabajo intelectual, hace muy bien en señalar las fallas y los errores que encuentren en el proyecto, en la certidumbre de estar colaborando en algo de donde todos saldremos beneficiados.

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El blog que se apagó

22 agosto 2007 7:07

¿Donde van los blogs que se apagan? Como género, un blog es por definición infinito, o mejor dicho, indefinido hacia adelante: mientras las ganas y el cuerpo aguanten. No aguantó el de Pedro de Miguel, Peter.

Un post en el blog, que adivino hecho por mano ajena, contó el 12 de agosto que había fallecido en Pamplona. La verdad es que, como género periódico y muchas veces teñido de autobiografía, su blog algo había dejado traslucir: unos meses de silencio, una vuelta lenta a la publicación, y alguna confidencia, como la que contenía el post Animoterapia:

No estás del todo bien: debilidad, cansancio. Estás, vaya, hecho unos zorros. Entonces llega el optimista:

-Te veo bien.

Estás a punto de decirle que se limpie las gafas, que vaya al oculista, que tenga más pesquis, pero optas por poner tu peor cara, para infundir compasión.

-En serio, te veo mucho mejor que la semana pasada.

La semana pasada zampabas alubias, ibas al monte, leías incluso a Philip K. Dick.

-Además, hay que tirar para alante. Luchar.

No sé a qué se refiere el sano con lo de “luchar”. Se imagina que la enfermedad es como un combate de boxeo: te dan pero contestas, te tumban pero al caer le pones la zancadilla al rival. A un pastillazo respondes con un palíndromo.

-Pues mira -le dices al optimista-, estoy bastante jodido, lo que pasa es que me ves con buenos (y miopes) ojos.

Y entonces viene lo que más temes: la palmada en la espalda, el codazo cómplice en los riñones, el puñetazo cariñoso en el hombro:

-Venga, chaval.

La enfermedad es una lucha contra los sanos.

Le vi una sola vez en mi vida: me antologó en un par de ocasiones, nos enviábamos nuestros libros. No hace falta ver mucho a otra persona para sentirse próxima, incluso muy próxima a ella. Cuando descubrí que había hecho un blog me alegré mucho: así tenía ocasión de leer, con la periodicidad incierta propia de esas cosas, sus escritos, mínimos y bilbaínos. Sí, porque a pesar de titularse Letras enredadas y subtitularse Nudos de literatura entre la red y el papel hablaba realmente sobre lo que le apetecía, y sobre Bilbao. Alguna vez puse comentarios en su blog, y él lo hizo en el mío, y, cuando venía a cuento, nos citábamos: en fin, la típica relación entre dos escritores de la red.

Se acabó, pues. ¿Dónde van los blogs que se apagan? ¿Permanecen en ese sitio extraño y accesible mientras alguien (el administrador, un amigo, un pariente) los mantiene? ¿Duermen en algún archivo de sitios web? ¿O incrementan el número de enlaces muertos y páginas no disponibles que hace de la red un inmenso osario?

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HarperCollins + iPhone

21 agosto 2007 10:10


Diversos blogs han recogido la iniciativa de HarperCollins de ofrecer extractos de sus libros en el navegador Safari del iPhone de Apple. El Blog Mashable resume iniciativas de otros editores, como Penguin, para sacar partido de la Internet móvil y las redes sociales.

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