Ciberokupa

30 abril 2007 7:07

¡Triste sino el del lector/escribidor bífido, al tiempo electrónico y tradicional! A las angustias del transporte de libros y estanterías (pues no se mantienen los unos sin las otras) se unen las de la persona privada de su conexión y de su IP, condenado a errar parasitando WiFis o a teclear en locutorios polvorientos, desparramando una nube de contraseñas por teclados ajenos.

Gracias por los mensajes de aliento. Por aquí pasa gente que ha movido también libros…

Metadanzas

28 abril 2007 15:15

Tras lo dicho antes. Los libros tetrificados en cajas. Las cajas tetrificadas primero en el elevador de las mudanzas, luego en el seno insondable del camión capitoné. Luego, el camión tetrificado entre el tráfico.

En general, no muy buen día.

Agentes, ¿para qué?

26 abril 2007 17:17

Le Monde des Livres publica hoy un reportaje de Alain Beuve-Méry:”A quoi servent les agents littéraires?“. En Francia, como muchos lectores saben, no existe la figura del agente literario (que empezó en Norteamérica y ha tenido un gran desarrollo en la edición en español). El problema se ha planteado cuando agentes extranjeros han comenzado a representar a los autores franceses. Los editores tradicionales no quieren intermediarios entre ellos y sus autores, y muchas veces actúan ellos mismos promocionando a sus autores en el exterior, es decir: de hecho son sus agentes. Y no les ha ido mal, dado la gran frecuencia con que libros franceses se traducen a otras lenguas.

Por otra parte, la tarea de selección que realizan los editores ¿no es también un servicio del tipo del que prestan los agentes? Y caro: Albin Michel recibe 5000 manuscritos por año, cuyos informes de lectura cuestan hasta 140.000 euros

Y todo ello en un panorama progresivamente complicado: Olivier Cohen, director de las éditions de L’Olivier, opina:

El sistema francés no ha funcionado tan mal hasta ahora. Eso sí: descansa sobre el postulado de que no puede haber conflicto de intereses entre autor y editor […] La creciente complejidad de los derechos secundarios (bolsillos, traducciones, audiovisual, Internet, etc.) obliga obliga ya a los editores a modernizarse y a aceptar que el reparto de los beneficios esté claramente a favor del autor- lo que ocurre en materia de derechos audiovisuales, en la que la parte del autor puede llegar al 70%.

Para apoyo del lector

26 abril 2007 13:13


Una posibilidad teórica en el campo de las publicaciones electrónicas es que se suministren herramientas que ayuden al lector, por ejemplo: diccionarios accesibles en salto hipertextual. Digo “posibilidad teórica” porque no se ve con mucha frecuencia…

El New York Times lleva en sus páginas una advertencia que reza: “para encontrar información de referencia acerca de las palabras usadas en este artículo, haga doble clic sobre cualquier palabra, frase o nombre. Se abrirá una nueva ventana con una definición de diccionario o entrada de enciclopedia”.

Y así es: sobre el editorial de hoy, “Armas y más armas” hago clic en gun y me aparece una ventana con definición y entrada enciclopédica de gun control, que efectivamente era el concepto clave del artículo. Este servicio lo proporciona Answers, y curiosamente tiene patrocinador: se advierte que “las herramientas del artículo están patrocinadas por” y sigue una web de películas.

Comunicaciones A.I.

25 abril 2007 12:12

En los interesantes Avisos. Noticias de la Real Biblioteca (publicación bellamente impresa, pero también accesible digitalmente: púlsese la solapa Avisos en el ángulo superior izquierdo) descubro un artículo sobre “Marcas manuscritas postales en la Real Biblioteca”, por Fernando Alonso García. El artículo está en el número 47, lo que aclaro porque alguna desafortunada decisión en el diseño del sitio impide enlazar directamente a sus contenidos internos.

Pues bien: el mencionado artículo estudia un terreno curioso y lejano: la protohistoria del correo, a través de las marcas postales, especie de antepasado de los sellos que indicaban, de forma manuscrita, la cantidad que había que pagar en destino. El autor analiza los primeros ejemplos conservados, como un sobre circulado el 16 de octubre de 1461, entre Barcelona y Gerona, o la carta, custodiada en la Real Biblioteca, circulada el 13 de septiembre de 1545 entre Colonia y Valladolid, con importe de medio real (en la imagen).

El establecimiento paulatino de un sistema estandarizado de correo fue uno de los hitos más importantes de las comunicaciones A.I (antes de Internet). Son muy valiosos estudios como éste, que permiten ir desentrañando el entramado de un sistema que permitía a los particulares, con el apoyo del Estado, comunicarse con sus contemporáneos repartidos por toda la geografía.

Comisión Española sobre la digitalización

24 abril 2007 14:14

Ha salido en el BOE del 30 de marzo la creación de la “Comisión Española sobre la digitalización y la accesibilidad en línea del material cultural y la conservación digital”, convocada por el Ministerio de Cultura.

Encuadrada dentro de las medidas conducentes a la Biblioteca Virtual Europea, esta comisión tiene que estudiar temas especialmente importantes, entre otros el tratamiento que se da a los materiales en el dominio público en las instituciones públicas.

Sin querer presuponer nada sobre el trabajo de una comisión en las que están presentes importantes instituciones, sorprende la ausencia de representantes de los usuarios del material cultural digitalizado. ¿Y el punto de vista de quienes pueden usar, explotar didáctica o comercialmente, o añadir valor a estos archivos digitalizados? ¿No interesa? Me atrevería a decir que en un panorama con tantos proyectos de digitalización públicos y privados avanzando simultánea y a veces concurrentemente la pregunta esencial es: “digitalizar, para qué?”.

Es una pena que esta necesaria iniciativa de recopilación y reflexión sobre la digitalización de material cultural nazca tan curiosamente podada en este aspecto.

¿De qué estamos hablando?

24 abril 2007 8:08


Mientras que está muy bien disponer de recursos en línea, tener bibliotecas enteras digitalizadas e intercambiar información y opiniones con todo el mundo, conviene no olvidar la realidad de las infraestructuras. El mapa superior muestra los recursos de Internet (caslculados por número de direcciónes IP) en todo el mundo: Europa (22,5%) y Norteamérica (55,9%) suman más de las tres cuartas partes, seguidas de Asia con el 14%. El apagón del Sur frente al Norte salta a la vista de forma brutal (vía Barrapunto).

Mudanza

23 abril 2007 14:14


El Día del Libro me sorprende, por una especie de maldición, empaquetando libros para cambiarme de casa.

Para ello debo practicar el ejercicio de tetrificación o tetrisización de volúmenes (en alusión al juego del Tetris, que persigue el empaquetado sólido de figuras geométicas). Así descubro lo útiles que son los crisolines para rellenar los huecos dejados por otros libros: véase la ilustración superior (en primer término, un ejemplar de Gracián que compré en el Rastro, que sirvió para que alguien depositara sobre él una maceta, a juzgar por las huellas de su cubierta).

Aparte de las tropecientas cajas de libros, transporto un objeto del tamaño de una caja de puros: es mi disco duro externo, repleto de obras digitales.

Si hay un momento en el que incluso un amante del libro tradicional bendice las obras digitales es una mudanza…

23 de abril

23 abril 2007 8:08


En el Día del Libro.

Leer en voz alta

22 abril 2007 10:10

El diario La Vanguardia (aunque no en su versión digital, o tan bien escondido en ella que no lo he podido encontrar) aparece hoy, dentro de su sección de opinión Temas de Debate (págs. 30-1), una entrega sobre “Leer en voz alta”.

En ella hay un artículo mío, “Lectura compartida”, sobre la experiencia de leer libros a los hijos en edades en que normalmente ya no se hace. Extracto aquí un pasaje:

Poco a poco, casi sin darnos cuenta (porque el entrelazamiento de la vida de nuestros hijos con la nuestra es un gran misterio), ya teníamos libros con letras grandes, ya distinguían la o redonda de la i con un puntito, ya reconocían algunas palabras, ya leían dificultosamente, ya te corregían cuando te confundías en una palabra, ya leían de corrido, ya devoraban los libros… Llegados a este punto, era el momento de dejarlos solos. ¿O no?

Tenían ocho o nueve años. Habíamos pasado de los ositos a las brujas, de las brujas a los piratas, a los bosques de Narnia, a los tramperos del Canadá. Habíamos navegado, luchado, explorado pirámides juntos, bajado al centro de la Tierra… ¿Y ahora íbamos a separarnos? Se suponía que uno no leía a los niños “mayores”, aunque… ¿por qué no? Los padres de niños de la edad de los míos estaban dejando de leerles, o quizás los hijos no querían ya que se les leyera…

Y, de golpe, lo vi clarísimo. Había que seguir.

Al lado, un artículo de Manuel Guerrero, “Vuelta a la poesía oral”, reflexiona: “¿Por qué renunciar al aprendizaje eficaz y al saber profundo que proporciona el arte verbal?”.