Leer en voz alta

22 abril 2007 10:10

El diario La Vanguardia (aunque no en su versión digital, o tan bien escondido en ella que no lo he podido encontrar) aparece hoy, dentro de su sección de opinión Temas de Debate (págs. 30-1), una entrega sobre “Leer en voz alta”.

En ella hay un artículo mío, “Lectura compartida”, sobre la experiencia de leer libros a los hijos en edades en que normalmente ya no se hace. Extracto aquí un pasaje:

Poco a poco, casi sin darnos cuenta (porque el entrelazamiento de la vida de nuestros hijos con la nuestra es un gran misterio), ya teníamos libros con letras grandes, ya distinguían la o redonda de la i con un puntito, ya reconocían algunas palabras, ya leían dificultosamente, ya te corregían cuando te confundías en una palabra, ya leían de corrido, ya devoraban los libros… Llegados a este punto, era el momento de dejarlos solos. ¿O no?

Tenían ocho o nueve años. Habíamos pasado de los ositos a las brujas, de las brujas a los piratas, a los bosques de Narnia, a los tramperos del Canadá. Habíamos navegado, luchado, explorado pirámides juntos, bajado al centro de la Tierra… ¿Y ahora íbamos a separarnos? Se suponía que uno no leía a los niños “mayores”, aunque… ¿por qué no? Los padres de niños de la edad de los míos estaban dejando de leerles, o quizás los hijos no querían ya que se les leyera…

Y, de golpe, lo vi clarísimo. Había que seguir.

Al lado, un artículo de Manuel Guerrero, “Vuelta a la poesía oral”, reflexiona: “¿Por qué renunciar al aprendizaje eficaz y al saber profundo que proporciona el arte verbal?”.

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6 comentarios

pepita pulgarcita dijo...

Claro que hay que seguir. En casa, somos siete hermanos, mi padre nos leía de pequeños y luego nos leíamos entre nosotros y nos seguimos leyendo cuando se tercia, cuando volvemos a dormir juntos. Mi hermana mayor es la que mejor leía, y nos hacía ciclos, las mil y una noches en mil y una noches… Pero no sólo cuentos, novelas enteras, de cualquier cosa.Al irme del nido tuve que buscar alguien que siguiera leyéndome, menos mal que di con M, que lee en voz alta de maravilla y a veces hasta consigue que no me quede dormida.

23 abril 2007 12:34
imma dijo...

Gràcies,en llegir el teu article he recordat l’agradable sensació de la mare llegint i explicant-nos contes de sempre… Tant de bo pugui transmetre aixó als que m’envolten!

23 abril 2007 21:19
Gpunto dijo...

En el siglo XIX era normal leer en voz alta en tertulias galantes, También pagaban un lector entre los cigarreros cubanos, para que les leiera mientras trabajaban, y se leía en el refectorio de los conventos. Quizá la radio y la tele, ocupen hoy ese sitio, pero dado los bodrios que lanzan, puede que se acerque el momento de volver a leer en voz alta, puede que ya no podamos pues la mayoría no sabemos leer en voz alta y menos entonar y dar expresividad. ¿Por que no los libros sonoros que se hacen para los ciegos?¿Alguien ha escuchado alguno?Yo he probado con los programas de sonorizción de textos y el resultado es cansino.

24 abril 2007 14:21
Ana Lorenzo dijo...

En Libro de Notas dan un enlace a tu artículo: http://www.almendron.com/tribuna/?p=15146Por cierto, es muy bueno; tienes razón: ¿por qué dejarlo? Y sobre todo ¿por qué dejarles con libros que abandonan si juntos los disfrutamos todos? Yo recuerdo haber redescubierto libros y autores al haberlos leído para mis hijas. Es cierto, además, que lo de poner voces distintas hay que hacerlo con prudencia, sin ser un circo (bueno, excepto el que haya nacido con la voz de un cómico), porque así, sin exageraciones, lo disfrutan más. Yo lo notaba en las risas cuando leíamos Fray Perico, Mon Petit y el guerrillero Martín, y lo noto ahora, en la cara medio de sorpresa medio de terror de los cuentos de Poe o de Cortázar. Fracasé con La náusea y ni te cuento con El innombrable con mi hija mayor; yo pensaba que la crisis existencial se presentaba a los doce o trece años, pero debe de ser diferente en cada persona ;-)Un beso.

25 abril 2007 20:26
p i r e n e 1 9 7 9 [at] h o t m a i l . c o m dijo...

En Alemania hay mucha costumbre de lectura en voz alta. Existe incluso un verbo específico para esa acción, un compuesto de leer: “vorlesen”, algo así como “leer ante”. En la programación cultural abundan las “Lesungen” o lecturas, en las que los escritores ofrecen al público fragmentos de sus libros. Y, además, en las librerías hay siempre una sección de audiolibros no sólo dirigida a lectores ciegos sino al mercado de los lectores en general.Observando todo esto, un chileno que vive en Berlín me explicaba su teoría sobre cómo los alemanes están más educados que nosotros en la capacidad de escuchar una lectura.

03 mayo 2007 11:04
Anonymous dijo...

Buenas Tardes. Me gustaria saber si alguien conoce un foro o sitio de internet en donde se organicen encuentros para lectura en voz alta utilizando recursos como paltalk o skype. Me gustaria sumarme a esa experiencia o porque no, iniciarla. Mi correo electronico es lemorales@walla.com. Gracias

30 mayo 2007 23:57