IKEA como síntoma

07 noviembre 2011 9:09

#ebook #estantería
Estaba la librería Billy (arriba), que IKEA empezó a hacer en 1979, y que se había convertido en un estándar. La noticia es que desde este año (dice Lauren Collins en New Yorker, accesible sólo a suscriptores) el modelo es más ancho, porque “es lo mejor para exhibir bibelots y fotos de boda en una época en que el material de lectura de la gente reside cada vez más en discos duros”.

He citado con frecuencia a Anne Fadiman, Ex Libris: Confessions of a Common Reader (ed. esp. en Alba), en una frase feliz que traducida pierde el juego de palabras: hablando de sus padres dice que “their selves were on their shelves”: ‘sus yoes estaban en sus estanterías [de libros]’. Pues bien: si eso es así, los yoes contemporáneos han perdido espacio para libros…

El blog Chron resume algunas opiniones que ha despertado este cambio de IKEA: parece que la estantería seguirá siendo amigable, al menos para los coffee table books, o sea para los libros gordos con ilustraciones, o sea, prácticamente para no-libros.

Los comentarios están cerrados.