El Libro del Cielo

16 diciembre 2006 17:17


El artista chino Xu Bing creó su obra Tianshu, literalmente, “El Libro del Cielo”, a lo largo de un trabajo de varios años (1997-81), en los que grabó bloques de madera con caracteres, para luego formar páginas con ellos e imprimirlas en papel de arroz, y acabar constituyendo una serie de volumenes al más clásico estilo chino (concretamente, de finales del periodo Ming). El problema es que los ideogramas que contienen los libros no existen: combinan elementos presentes en caracteres chinos reales, pero carecen de significado. El Libro del Cielo está mudo…

La sensación que debe de proporcionar a los lectores chinos será con seguridad sorprendente, porque estarán en un clima de familiaridad gráfica, al borde del sentido, pero sin penetrarlo jamás. Además, estos libros creados por Xu Bing presentan una disposición familiar: “sus partes y elementos son reconocibles, como por ejemplo: prefacio, índice, texto principal, comentarios, citas, y demás. Estas partes están relacionadas, y presentan coherencia interna (los ‘títulos’ en el índice concuerdan con los que parecen en el cuerpo del texto). […] La encuadernación del libro, volúmenes encerrados en una caja de castaño, está de acuerdo con lo que se esperaría de una obra enciclopédica y autorizada”.

El artista, que vive fuera de China hace años, presenta su obra bajo la forma de instalaciones como la que se ofrece en la imagen inferior (gracias por la pista a El Objeto A).


Al hilo de las lecturas que han conducido a la redacción de esta entrada tropiezo con este precioso blog, dedicado al uso incorrecto de los caracteres chinos en la cultura occidental. Sí: desde los objetos “chinos” como jarrones y ropas, hasta los tatuajes, nos rodea un universo de ideogramas falsos, mudos, sin sentido (más allá de decir “vengo de Oriente”), que este blog se encarga de rastrear…

3 comentarios

Sergio B. Landrove. dijo...

Aunque no sé si con los ideogramas chinos se conseguirá un efecto semejante me recuerda a los experimentos de Lear y Carrol en inglés. Al Ourensano Juan (o Xan) de la Coba que llevó Torrente Ballester a La Saga/Fuga de J.B. como José Bastida, a los camelos o momeciclos de Jardiel Poncela, a algunos textos de Cortázar… es una sensación curiosa la de leer “camelos”. Escribió Sánchez Ferlosio:Digo la TARA, y no me entiende nadie; digo LA TARA Y LA REJAMA, y ya me entienden muchos; digo por fin LA TARA LA REJAMA EL TOMERO Y EL ROMILLO y veo que me entienden todos. El injusto poder de convicción de los sistemas viene del hecho –por lo demás, epistemológicamente necesario- de que el cerebro humano sea tan inercialmente, tan formalísticamente, analógico y combinatorio.(Vendrán más años malos y nos harán más ciegos. R.S.F. Destino, 1993)Gracias por el blog.

18 diciembre 2006 19:36
José Antonio Millán dijo...

La jitanjáfora, el glíglico… Sí: tema precioso, que no tengo más remedio que llevar al blog de al lado.

19 diciembre 2006 10:46
Anonymous dijo...

Buenos días, le escribo porque cogí la palabra ” REJAMA ” en su texto. Soy francesa y no conozco el significado de esta palabra. Gracias por escribírmelo, por favor.Wismes@free.fr

19 febrero 2007 17:27