La poda de los clásicos

02 mayo 2007 21:21

La siempre interesante (y Petite) Claudine se nos descuelga con una cuestión candente. ¿Podar los clásicos? ¿Adaptarlos para que los lea quien jamás los habría leído en su extensión original? ¿No abrirá eso la puerta a versiones ad usum delphini (recuerdo una edición de My secret life que llevaba la tranquilizadora indicación “abridged, but not expurged [abreviado pero no expurgado]”)?

¿Es mejor leer una versión resumida de Moby Dick o no leer nada del libro? Si se abrevia, ¿qué queda de las intenciones del autor? Si íntegro no se vende, ¿qué queda del negocio del editor?

¿Se pueden hacer películas, adaptaciones teatrales, series televisivas de una novela y no se va a poder hacer una versión resumida?

Es un tema tan, tan, pero tan complejo, que (como se ve) lo resuelvo a golpe de preguntas…

19 comentarios

el llibreter dijo...

Pudiendo tener un Picasso en casa, ¿quién se conformaría con una postal?Saludos cordiales.

02 mayo 2007 23:34
Raúl Luceño dijo...

Esta cuestión me recuerda a una parecida que me surgió cuando El País (no hace mucho, de hecho, no sé si seguirá vigente) sacó la colección ‘Mis Primeros Clásicos’ destinada a los niños, en la que se adaptaban títulos como El Quijote, Lazarillo de Tormes o El Fantasma de Canterville al público infantil.Es un poco lo mismo, ¿no? y se demuestra que una obra se puede “mutilar” en función del público. Ahora, el problema puede radicar en cómo se adapten las obras y en pensar, continuando con el ejemplo de El País, que porque un niño se lea ese librito de El Quijote se ha haya leído la obra real de Cervantes. Todo el mundo ha de ser consciente de que no es así. Luego la gente que apueste por esas revisiones que no se tire luego el pego…En fin… Saludos!!

02 mayo 2007 23:48
José Luis RdC dijo...

Pones un ejemplo (Moby Dick) que dan ganas de gritar: sí, que lo resuman. Es un novela magnífica pero hinchada… como una ballena. ¿Porqué no se van a podar los clásicos? Claro que sí. Ver la peli es mejor, así se queda uno con lo principal, ya sabe de qué va la historia y no tiene que molestarse en dedicarle un tiempo mejor empleado en otras cosas y una inteligencia de la que a lo mejor se carece. A mí me parece bien que se poden los clásicos, como si le quieren poner Cervantes a un champú.

03 mayo 2007 01:31
Buk dijo...

Aishhh…no me entusiasma demasiado la idea de mutilar los libros. ¿Cómo decidir que parte es la que sobra y cual es la imprescindible? Cierto es que a la hora de hacer una película ya se realiza esa selección, pero no es menos cierto que las películas basadas en un libro no suelen estar a la altura de la obra.En mi opinión, lo que está escrito, escrito debe quedar.SaludosBuk

03 mayo 2007 11:27
Gorki dijo...

Creo que los clásicos necesitan como mínimo una adaptación profunda para ser comprensibles al ciudadano medio. Yo de joven he leido la Iliada y me pareció interesantísima. Estoy seguro que era una adaptación ¿Hay alguien que no tenga formación clasica que pueda leer la Iliada actualmente?

03 mayo 2007 17:09
Ana Lorenzo dijo...

Yo estoy en contra de la poda de lo que sea: clásicos o modernos. Que lo lea cada uno cuando le llegue el momento. Pero quizá estoy en contra porque vivimos en la sociedad de la adaptación de todo: mi hija mayor y yo leíamos juntas El principito y tuve que ir a su colegio a que la eximieran de la lectura de ¡la adaptación para niños! de la obra. De los «clásicos» de El País, mejor no hablar; las adaptaciones eran como esos cuentos malos de quioscos de «Pulgarcito», que como un niño los lea, andará preguntándose qué narices hizo el autor para pasar a la historia de la literatura.Ahora, siempre hay excepciones; una buena versión libre o una poda realizada por un escritor con sensibilidad puede abrir las puertas a un lector y engancharle para siempre a la lectura. Creo que tu abuelo lo hizo nada menos que con El Quijote, ¿no, José Antonio? Un beso

04 mayo 2007 10:30
Fernando dijo...

Lo que sobra también puede formar parte del encanto de una obra. O de sus defectos.Ya que el llibreter habla de Picasso, pongamos un ejemplo: ¿acaso no sobrarían algunas pinceladas en Picassos, Manets, Kandinskys…? ¿Podrían sobrar compases en obras de Mahler, Stravinsky, Berlioz…? Y a ningún director de orquesta ni melómano nadie se le ocurríría planteárselo.Quizá haya una obsesión tal en el fomento de la lectura que intente llevarla a lugares (personas) donde no puede prosperar.

04 mayo 2007 10:56
Pablo Tökland dijo...

Pues yo abogo por una solución intermedia… Podar un clásico (cualquier texto) siempre queda feo… Sin embargo pueden plantearte textos puente, potenciadores de exploratorias tangentes: Que ayuden a su lectura, con resúmenes, comentarios y “otras” lecturas… Recuerdo haber hechado mano de alguno de ese tipo para trabajar en tercero de BUP “La de Bringas”… Y la verdad es que me fue tan útil que me entraron ganas de leerla……Más que despedazar Moby Dick, algo en plan “Acercarse a la Gran Ballena Blanca, y no morir en el intento”…Saludos de Tökland, JAM

04 mayo 2007 15:40
santiago dijo...

al hacer libro que es versión o inspiración de otro libro, el resultado es que ahora hay dos libros. ¿porqué hablar de poda?

05 mayo 2007 10:46
José Antonio Millán dijo...

Muy interesante conjunto de opiniones en torno al tema. Empezaré confesando que mi propio abuelo (como descubrió Ana Lorenzo) podó el Quijote (lo recuerdo aquí) . El resultado y la técnica que usó me parecen muy buenos, pero no puedo ser objetivo respecto a eso…Es cierto que a partir de una obra se pueden hacer otras, como dice Santiago, que no son la misma. Hace poco veíamos el caso de Romeo y Julieta. El problema parece estar en que esas prácticas se consideran “cosas del pasado”.Podríamos complicar (o aclarar) la cosa aún mas pensando, no en una adaptación, sino en una simple traducción. El lector de la última traducción al inglés del Quijote tiene claramente un texto más accesible que el lector hispanohablante que se acerca al texto original…

05 mayo 2007 13:13
David Paradela López dijo...

Como Ana Lorenzo, estoy en contra de podar. Que cada cual lea cuando le llegue el momento… si le llega. Tampoco es ningún pecado que uno no lea el Quijote, de todos modos la fábula le es conocida porque forma parte del acervo cultural del ciudadano medio. Respecto a las adaptaciones, creo que no es comparable: adaptar ua novela al cine o al teatro es (debería ser al menos) un ejercicio de creación, no simple poda y reformulación. El caso de la traducción (yo mismo me gano el pan traduciendo) es más espinoso, y creo que merece comentario aparte y no unas pocas e improvisadas líneas. Saludos.

05 mayo 2007 16:22
Gorki dijo...

La adaptación o acercamiento de los clásicos al lector actual, se puede hacer bien o mal, como todo. Partiendo de que se haga bien, yo soy partidario, pues no veo por qué vamos a privar de su lectura a personas de amplia cultura pero no especializado en el tema. Al igual que se traducen, se pueden actualizar el contenido, pues el autor da por supuesto conocimientos, (como léxico, tareas relacionadas con oficios y la agricultura, mitología griega, frases hechas, refranes etc.), que entonces eran normales y hoy el lector medio no tiene, no por ser menos culto, sino por vivir en otro siglo.

06 mayo 2007 20:58
santiago dijo...

Parece que hay una ética o moral de la lectura y la escritura. ¿Se puede estar a favor o en contra de que alguien lea algo? ¿Por qué a veces hay culpa al no leer un libro entero, o leer una versión “podada”? ¿Se retuercen en la tumba los autores cuando ven sus libros replicados de mala manera?En el mundo de la música, en cambio, el versioneo es una práctica que se celebra, y los intercambios traspasan todos los géneros (incluyendo los populares a los académicos y viceversa). Quizá la literatura aprenda a ser menos rígida en estos aspectos. “Me gusta sentir que Albinoni debe estar muy contento en su tumba de saber que lo popularizamos así a través de este samba” Dice Vinicius de Moraes en relación a una versión (Como Dizia o Poeta) que él hace de un tema del músico del Barroco y a quien Vinicius llama compañero de trabajo.Como asocio la lectura al placer, no creo en culpas, no creo que se pueda estar en contra de que alguien escriba algo.Hay un caso, sin embargo, en el que entiendo que se pueda alguien molestar y es cuando se publica un libro como si fuera otro. En Colombia en una época ocurría, se vendían ediciones escolares de libros conocidos y no se dejaba muy claro que se trataba de una versión corta y muy descuidada. Una problemática de ética de tipo comercial con estorpicios en el mundo de la lectura.

07 mayo 2007 00:04
santiago dijo...

… ¿y qué pasa si la versión corta es mejor -sea lo que sea que eso signifique- que el libro primitivo?Por otro lado, gracias a versioneos (desde traducciones, resúmenes, buenas y malas interpretaciones) de textos griegos a manos de árabes la gran tarea de la ciencia occidental pudo recomenzar.Y ni hablar (nunca mejor dicho) de la literatura oral, la mitología, los memes, en donde de alguna forma todo es versioneo.De nuevo: la literatura escrita y el mundo editorial podrían aprender a fluir más. Y es evidente que las tecnología de red pueden ayudar.

07 mayo 2007 16:10
Ana Lorenzo dijo...

Acerca de las adaptaciones de los clásicos, en concreto para niños y jóvenes, hay un artículo muy interesante de Jaime García Padrino en http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12142742029037162321435/p0000002.htm#32 .Respecto a lo que dices, Santiago, de que los autores no se revolverán en sus tumbas; no, no creo, supongo que no perderán el tiempo en tonterías semejantes ;-) Pero estar en contra, sí se puede, sobre todo cuando una tiene hijos y va a la biblioteca y se deja aconsejar por la bibliotecaria: «¿Sabes cuál de todos estos tiene los cuentos de Andersen pero los de verdad?» «Sí, llévate estos dos volúmenes.» Y cuando empiezo a leerle a mis hijas La sirenita me pareció un timo, pero además terminaba en versión Disney, con boda y todo. Ni os cuento ya lo de Los zapatos rojos que yo disfruté como un cuento de terror (con su moralina, sí, pero terror, al fin y al cabo), y aquí ni había ángel vengador que la condenara a bailar «hasta que la piel se le adhiriese a los huesos», ni verdugo que le cortase los pies. Se aburrieron como ostras. Conseguí luego la versión traducida sin censura y les encantó. A eso me refiero cuando digo que esoy en contra de podas y adaptaciones: no hay que quitar a una obra lo mejor que tiene; o al menos hay que avisarlo. En adaptaciones de la Biblia para niños, por ejemplo, quitan el precioso pasaje en donde Job se lamenta de no haber muerto en el vientre de su madre: pura filosofía existencial; luego se extrañarán de que los adolescentes no lean poesía ni teatro ni autores como Becket o Sartre. Un saludo

07 mayo 2007 19:06
santiago dijo...

Comparto contigo la aversión al mundo disney, pero tu queja se dirige a la bibliotecaria y no a quien creo o ayudó a crear el libro versionado (mientras no sea éste quien indujo a aquélla en el error). Lo que dices se puede aplicar también a alguien que pide en la biblioteca la versión empalagada y por error o mala intención le dan la original. Un padre podrá molestarse cuando su hijo le pregunte por qué Moises se avergonzó de ver a su padre desnudo, cuando lo que pidió en la biblioteca fue una “versión para niños” de la Biblia.Es decir, lo correcto o incorrecto de la situación, en el caso que planteas, está por fuera de lo literario.Sigo mis argumentos-ejemplo: ¿no es parte de la obra de Platón una versión de lo que Socrates no escribió? Una versión corta de algo puede ser una excelente invitación. El personaje del Quijote es delicioso, pero no le pidas a un niño que lea los dos tomos, ya llegará el momento en el que podrá disfrutarlo en su versión total (Así me pasó a mí al menos). De esta forma tuve dos lecturas y las dos me gustaron.Puse en google [libros “supera al original”] y sólo me sale información de diseño, música, libros en relación a películas y viceversa… ¿Alguien sabe de alguien que haya dicho que un libro versión/imitación haya superado al original? ¡Ayuda!

07 mayo 2007 21:16
José Antonio Millán dijo...

Bueno: creo que (por volver sobre un ejemplo que ya he citado) el Romeo y Julieta de Shakespeare supera a los varios originales.El Fausto de Goethe es mejor que el de Marlowe, aunque ambos toman leyendas anteriores.Pero creo que en el mundo de la música pasa exactamente igual que en el de lo literario: hasta hace cosa de un siglo se consideraba que cualquiera podía “versionar” cualquier melodía, pero ahora, ¡atrévete a meter unos compases del “cumpleaños feliz” (canción que tiene propietario) en una película!

08 mayo 2007 18:02
La Raguna dijo...

Fardar de leer clásicos dice bastante de una persona, es decir, ¿lees porque te gusta y quieres conocer, o para acertar las preguntas del Trivial delante de tus amigos? También deja bastante que desear una persona que califica a los demás por los libros que ha leído o ha dejado de leer. No veo mal que se adapten obras, siempre que, como ya se ha comentado, no se hagan pasar por sus versiones originales. Considero mucho más graves algunas traducciones que se hacen, que desvirtúan aquello que el autor quería decir y que te quitan las ganas de seguir leyendo. Y con respecto a los cuentos me gustaría hacer una reflexión. Estoy de acuerdo con lo dicho por Ana Lorenzo, hemos edulcorado los cuentos y les hemos desprovisto de su contenido real. Ahora, una de las muchas funciones de los cuentos, ha sido, es y será educar y moralizar a quienes lo escuchan o leen. Las historias que nos cuentan configuran el imaginario social del grupo cultural en el que vivimos. Y muchas de esas historias nos muestran claros ejemplos de sumisión, maltrato y una grave desigualdad entre géneros y razas. Una persona adulta es capaz de acercarse de manera crítica a ellos. Un niño no y tampoco debemos quitarle la magia del cuento racionalizándolo. Hay un cuento que me encanta, pero que cada vez que cuento lo modifico ligeramente. En él si la pobre campesina es capaz de hilar un montón de madejas en tres noches será recompensada casándose con el rey, si no le cortan la cabeza. Pero nadie le preguntó a ella si esa es la recompensa que querría, su futuro es decidido por su madre y el rey. Al final, gracias a un duende, consigue salvarse y el final feliz del cuento es, evidentemente, su casamiento con el rey. Pero, feliz ¿para quién? No me parece justo y está dando un mensaje muy claro a las niñas, así que cuando yo lo cuento la recompensa es que el rey sacará de la pobreza a esta familia, pero no sometiendo la vida de la joven campesina a un matrimonio forzado y que debe asumir como feliz. ¿Se removerán los autores en su tumba contra esta rebelión?

10 mayo 2007 15:06
Anonymous dijo...

Hace poco leí un texto suyo que hacia referencia a la posibilidad de resumir libros y su impacto de producirse. Pasaron varios días y el tema sigue rondando mi cabeza.Mi pequeña reflexión sobre el tema es categórica: un libro resumido se convierte en otra cosa que la que originariamente el autor escribió. Se produce una completa desnaturalización, una desvirtuación de la obra original. ¿Puede haber alguna duda al respecto? No acepto el argumento de que dicho resumen allanaría la lectura a gente no acostumbrada a leer, el fin no justifica los medios.Disculpe si esta devolución tardo un poco en entregarse.Desde Buenos Aires, Argentina, lo saluda atte. Gonzalo

18 mayo 2007 06:21