El “Spotify” de los libros

25 octubre 2010 9:09

Se ha dicho muchas veces que una de las soluciones que tiene el mundo del libro es seguir alguno de los modelos de negocio de la música. Por ejemplo: ¿qué tal Spotify?

Se anuncia la aparición de una iniciativa creada en España: 24symbols, cuyo sitio web (aún sin funcionalidades) ya está abierto. Citamos de él:

24symbols es una solución para leer y compartir libros digitales, que funciona en cualquier dispositivo de lectura con conexión a internet y que permite a cualquier usuario disponer de un catálogo internacional y multi-editorial de contenido.

[…] Mediante un modelo freemium: El modelo free permite a los usuarios leer gratis a cambio de la presencia de publicidad contextual no intrusiva, y el modelo premium permite disponer de funcionalidades avanzadas y lectura sin conexión mediante una cuota de suscripción.

Lo dicho, es el modelo Spotify que, por cierto: ¿por qué no podría funcionar aplicado a los libros? Lo único que hace falta son editores… o autores que cedan sus derechos para esta aventura, por una parte, y anunciantes que quieran apostar por el público lector. El principio de lectura “en streaming”, sin descarga del archivo, parece similar al que aplicará Google Editions, y reduce el peligro de la circulación no autorizada de libros. Y, como no podía faltar en los proyectos contemporáneos, se complementará con una red social propia más conexión a las existentes.

El nuevo sitio, sobre cuyos orígenes y participantes nos cuenta Expansión, estará en funcionamiento a principios del 2011.

11 comentarios

Gorki dijo...

Al menos es un intento de encontrar respuesta a la pregunta del millón de los e-Book, ¿Quién Paga?.

Sin embargo creo que aún no ha llegado la gran respuesta a este tema. (Que por supuesto, yo no tengo)

25 octubre 2010 09:59
Isabel dijo...

Sin duda, es el modelo que sí puede funcionar para los libros.

25 octubre 2010 10:41
jincho dijo...

Es interesante; al menos como sustituto de las bibliotecas públicas.

Lo de los editores, no tiene nombre. Están repitiendo paso por paso los errores de las industria del disco: primero negaron la realidad, creyendo que a ellos no les afectaría. Ahora, cuando les ven las orejas al lobo, se dedican a atacar a los usuarios por la “piratería” ( Lo del Sr Lara y Cela “No es importante”), a proteger sus obras con drm que las encarecen y que frenan el negocio, a intentar legislar en contra de sus clientes, y lo siguiente, será sin duda lloriquear al gobierno de turno pidiendo un canon (POR CIERTO, ME ALEGRO ENORMEMENTE DE QUE LA UE HAYA TUMBADO AL MENOS UNA PARTE DEL CANON EN ESPAÑA) por lo mal que le van sus otrora florecientes negocios…..

Caerán igual…..

Saludos.

25 octubre 2010 14:05
Silvia dijo...

Por lo que entiendo, se permite leer pero no poseer. ¿Y dónde debe ir el que quiera poseer y acumular sine die material bibliográfico digital?

25 octubre 2010 15:19
Julieta Lionetti dijo...

Tú los has dicho: lo único que falta (al igual que en Libranda) son los propietarios de copyright decididos a participar en una aventura. Los propietarios, en general, no son muy dados a las aventuras, sea su propiedad mueble, inmueble, tangible o intangible.

Los contenidos *internacionales* que se prometen provendrán de modelos similares (desconocidos hasta ahora)o el emprendimiento madrileño se verá en berenjenales legales más espesos que los de Google Books. Espero, por la ambición denotada por el proyecto, que siempre celebro, que tengan los recursos para soportarlo.

En nada es similar esta propuesta a Google Editions, a excepción del streaming. Google Editions, por lo poco que sabemos de momento, no tendrá versiones freemium. Esto es, no funcionará con suscripciones a partir del reclamo de quitar la publicidad contextual. En Google Editions se pagará por cada título por el derecho a visión; un derecho que, en teoría, es inmarcesible… hasta que lleguen los abogados del derechohabiente y digan que el contrato de cesión ha caducado y arruinen varios pasteles al mismo tiempo.

Un sitio que funciona con una lógica bastante similar a la de Symbol24 es Scribd, que es una suerte de YouTube de las palabras, aunque se puede leer online o elegir descargarse el archivo. Otros sitios de contenidos, aunque no de libros, funcionan con la lógica del freemium (que no es otra que la de la TV por cable): si te suscribes te quito los horribles anuncios de en medio. Uno de ellos es SlideShare.

Otro no al proyecto madrileño y las opciones freemium. Cada vez está más claro que la publicidad no funciona: la gente no pincha en los anuncios. Esto es, si el grueso de los usuarios decide que aguantarse los anuncios bien vale conseguir el contenido gratuitamente, los números no cierran. Sospecho que la publicidad nunca fue eficiente, solo que ahora eso se puede medir y controlar.

Esta sospecha mía no hay por qué no proyectarla al vasto mundo de los lectores (usuarios)que visiten sitios como Symbol24. Esto es, la promesa de librarlos de la publicidad contra el pago de una suscripción se les aparecerá como una falsa promesa. No porque no la cumplan, sino porque el intercambio que sugiere está vaciado de contenido desde su misma formulación.

Los modelos de agregación –al que parece de alguna manera responder Symbol24– que están dando buenos resultados se dan mercados de nicho no se basan en la promesa de quitar la molesta publicidad a cambio del pago. La promesa es la de mantener actualizado al suscriptor sobre todas las novedades que se presenten en su campo de interés. La editorial O’Reilly es el ejemplo más perfecto de un modelo viable. Pero no todo el mundo publica libros de ciencias de la computación.

26 octubre 2010 04:50
Isabel dijo...

Jincho:

Triste es alegrarse de la posible caída de la industría editorial de nuestro país (cometan los errores que cometan).
Ojalá no caigan los editores (y con ellos miles de puestos de trabajo).Ojalá sean capaces de reconvertirse con éxito. Parece que son muchos los que, como el de Napster, esperan la caída…triste.

Isabel Prada

http://www.diariocrítico.com

26 octubre 2010 12:14
Gorki dijo...

Cada vez está más claro que la publicidad no funciona: la gente no pincha en los anuncios

No indico de quien des este comentario, porque lo he oído en cien sitios diferentes, es uno de los tópicos de Internet.
¿Pincha alguien en una camiseta que lleve un jugador de fútbol? – No, por supuesto que no.
Pues el derecho para poner una marca en esas camisetas vale fortunas.

¿Por qué piden a la publicidad en Internet, lo que no piden a la publicidad en cualquier otro medio?. Pinchar en el anuncio y la posibilidad de vender al instante, es POR DEMAS de la publicidad lo que ofrece Internet.

Por otra parte, no es cierto que la gente no pinche en los banner, es que lo que el banner promete no interesa. A la página más vista de mi blog, se llega solo pinchando un banner, es el Índice de los post que escribo de Jardinería.

¡¡¡A mi, mo me van a convencer de que los bammer no se ven o no se pinchan!!!. Lo que pasa, es que lo que ofrecen los banner no interesa al lector. Así de simple. (quien quiera le doy datos de esta información)

26 octubre 2010 15:15
Isabel dijo...

Gorki :

Sí deseo datos de la información que comentas…

26 octubre 2010 19:12
jincho dijo...

@ Isabel Prieto: Quizás no he sabido expresarme con la debida precisión, pero lamento que hayas interpretado( Muy sesgadamente, creo) que yo me “alegre de la posible caída de la industría editorial de nuestro país”. Creo que yo no he puesto exactamente eso. Si lees mi comentario con atención, de lo que me alegro y mucho, es de lo del asunto del canon( por motivos profesionales he tenido que usar muchos cds y dvds para cosas de mi trabajo que nada, absolutamente nada, tenían que ver con obras protegidas con derechos de autor).

Y respecto del asunto de las editoriales, dos cosas; la primera, si, me encuentro especialmente cabreado por un hecho particular, al sentirme estafado, muy estafado, por una compra que he realizado a través de Libranda. Concretamente una compra en la que en ningún momento se me informó de que el archivo que compraba estaba más protegido que Fort Knox, y sólo se podría visionar – que no es lo mismo que leer – en el ordenador, no en mi Kindle DX ni en el irex iLiad. Asunto concluido: NUNCA más volveré a comprar nada que contenga las DRM del ADE de adobe.

Por otra parte, creo que la caida de las editoriales existe, existirá, y es más, es necesario que exista. La llamemos caida o reconversión, ó una mezcla de ambas, es lo de menos, pero sospecho que la industria editorial dentro de 20 años será necesariamente muy, pero que muy distinta de la actual. Y errores, si que están cometiendo, sin duda, siendo los dos principales el precio y las drm.

@ Julieta Lionetti: Efectivamente, la publicidad parece que sólo la ha conseguido rentabilizar a gran escala Google. Desconozco, evidentemente cual es el modelo de negocio óptimo para sustituir al del libro en papel.

Saludos.

26 octubre 2010 23:07
Gorki dijo...

Isabel
Entra en mi blog, mándame un comentario en cualquier post y te contesto por correo, porque el tema de los banners se sale de la problemática de este blog y dudo que sea de interés para el grueso de los lectores de Jamillán.

27 octubre 2010 10:10
Isabel dijo...

Gracias, Gorki. Ahora mismo lo hago.

27 octubre 2010 11:51