Libro: el sarcófago abierto

21 febrero 2008 10:10

En 1680 el impresor Alonso Víctor de Paredes escribió de su propia mano (componiéndolo letra a letra con los tipos de su imprenta) un tratado sobre la fabricación de libros. En él declaraba:

Asimilo yo un libro a la fábrica de un hombre, el cual consta de ánima racional […] y cuerpo galán, hermoso y apacible. Esto hizo su Majestad como Dios y todopoderoso. Nosotros como humildes y flacas criaturas procuramos formar un libro perfectamente acabado el cual constando de buena doctrina y acertada disposición del impresor y corrector, que equiparo al alma del libro, e impreso bien en la prensa, con limpieza y aseo, le puedo comparar al cuerpo airoso y galán.

Si el libro es el cuerpo (y “cuerpos de libros” se decía, por “volumenes”, en nuestros Siglos de Oro), ¿cuál es exactamente el alma? Y, ¿puede hacer algo ésta sin aquel?

Esto es lo que explora mi artículo Libro: el sarcófago abierto, que se publica aquí al lado. Su texto proviene de la intervención de apertura de la Book Conference 2007 (Madrid, 20 de octubre). Ha aparecido por primera vez en el número 4 de la Revista Texturas.

5 comentarios

Gorki dijo...

Me ha encantado. Me has hecho sentir como la pitonisa que usa una guija llamada Google Books, para invocar el alma errante de los libros. Escuchad, espíritus de los libros, por el poder que me concede Google convoco a quienes sepáis algo sobre el “Caballero de Olmedo”, el “pato a la naranja”, o los “ofidios, del desierto”, Presentaros súbito Muy bonito, pero se te ha olvidado indicar otra característica de los espíritus, atraviesan las paredes. No hay barreras físicas que puedan evitar que fluyan por donde quieran. Una vez desprendidos de su cuerpo físico, el espíritu fluye por el espacio sin que nadie pueda erigirse en su dueño. ¿Cuando se dará cuenta de ello la SGAE?

21 febrero 2008 23:07
Anita dijo...

¿Y los libros que pueblan nuestros sueños de acciones y personajes? ¿NO equivalen a las apariciones del más allá…?

22 febrero 2008 13:28
Mauro dijo...

¿Y los libros, digamos galantes, que insuflan nuevo ánimo a miembros mortecinos? (no digo más para no pecar de obsceno y que Millán me lo censure). Ejemplo del poder del espíritu sobre la materia!

22 febrero 2008 20:52
José Antonio Millán dijo...

Ojo, que sólo censuro comentarios cuando son blogspam… Algunos aviesos, del estilo de: “¡Estoy completamente de acuerdo contigo! Fíjate en: [aquí una dirección web]”. Entonces vas y es un sitio porno, o de venta de relojes…

22 febrero 2008 20:56
viraven dijo...

Me encantó este texto.Aporto esta frase, citada en el blog de Pablo Valle http://valleyoftears.blogspot.com:… y el libro corporal descuadernaron… (“La crucifixión”, anónimo mexicano, siglo XVII) Muchos saludos desde Buenos Aires,Virginia Avendaño

26 febrero 2008 18:27