Materias en el Barómetro de Hábitos de Lectura

13 febrero 2008 11:11


En mi post de presentación de datos del Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros en 2007 incluía unas dudas metodológicas acerca de las materias. Las repito aquí:

Me causa cierta perplejidad el alto porcentaje relativo del teatro (casi como el de la poesía), que creo que no responde a la realidad observada en librerías, en la oferta editorial y a mi alrededor. Éste es un resultado continuado de estos estudios: ¿no se tratará básicamente de lectura de teatro por prescripción del sistema educativo, y por tanto no debería estar en esta categoría?

El concepto de ensayo (como género literario) me parece difícilmente aprehensible, y lo mismo díría de “Humanidades y ciencias sociales”: ¿estamos leyendo como locos sociología, antropología e historia? Lo dudo… ¿No será que entran en esta categoría desde panfletos políticos escritos por periodistas, hasta libros de New Age? Creo (y me gustaría que alguien lo confirmara) que se están utilizando las clasificaciones temáticas del ISBN, que por una parte considero obsoletas, y que por otra los editores (y siento decirlo) asignan de forma poco cuidadosa…

He recibido una respuesta de Juana Vidal, Directora Técnica del Estudio (hecho por la empresa Conecta):

Sobre la asignación de materias hay que comentar que esta la hace el entrevistado y luego se depura en el análisis pero no depende exclusivamente del ISBN.

Sobre la lectura de teatro, casi la mitad de los que han mencionado leer teatro está en el tramo de edad de 14 a 24 años. Parece lógico suponer y asi lo confirman los datos, que lo habrán leído por motivo de estudios pero eso no cambia la clasificación: La casa de Bernarda Alba, El tragaluz, La dama del alba, etc. son obras de teatro independientemente de los motivos de lectura.

Sobre humanidades, se lee mucho la Biblia y el Evangelio pero también libros de historia de España y biografías. Se mencionan mucho los libros de Eduardo Punset, de Luis Rojas Marcos y como no, tambien los escritos por periodistas políticos, de tanto exito en la actualidad.

Quizás lo más difícil de definir sean los libros de ensayo. De momento esos son los resultados y se intentará profundizar más en próximas ediciones.

Agradezco la respuesta, que aclara algunas cosas. Creo, a la vista de lo expuesto, que la clasificación que se utiliza adolece de algunos problemas: Enseñanza (unida, un tanto extrañamente, conLibros prácticos) deja fuera las lecturas de prescripción: el teatro, pero sin duda también poesía y novela.

¿Tiene ventajas metodológicas obrar así? Yo creo que perturba el conocimiento del mercado. Para mí es clave separar la lectura por prescripción (= libros de texto + lecturas recomendadas en el sistema educativo, en donde entraría sin duda parte del libro infantil) de la lectura por impulso. En esta última habría que meter libro práctico, y además no utilizar categorías-cajón de sastre que nada significan, como Ensayo o “Humanidades y ciencias sociales”, que enmascara Religión y Autoayuda, entre otras categorías de interés.

En fin: queden estas notas para mejora futura de estos estudios. El Barómetro ha tenido una evolución clara a lo largo de su existencia, y entre todos podemos conseguir ir afinando sus resultados.

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