El escritor y el encargo

31 octubre 2006 19:19

Hace pocos días, en la presentación del libro de Llàtzer Moix sobre Eduardo Mendoza, Mundo Mendoza, su autor declaraba, sin pudor ni ostentación, que él libro había surgido de un encargo editorial. Es infrecuente. El encargo editorial y que el autor lo confiese.

Pero repesco ahora en la sección Nubarrones de la revista Las nubes (habrá que bajar hasta media página hasta encontrar el epígrafe “Escribir”) un texto de Elisenda Julibert, cuyo último párrafo dice:

Tal vez esta inevitable obscenidad de la escritura explique por qué algunos escritores, como Roland Barthes, han afirmado que no encuentran especial placer en escribir sin más, sino que prefieren escribir por encargo. Por lo menos, al escribir por encargo uno se siente como un artesano de la escritura pero no como un parásito o como una araña que tejiera su tela verbal con una mezcla de sus desechos y los de las presas que devora.

A mí, particularmente, me encantan los encargos.

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3 comentarios

Raúl Tristán dijo...

El encargo debe ser del agrado y línea del escritor, de lo contrario se siente como una obligación.Tengo un contrato para escribir por encargo una biografía novelada, ¡y muy pocas ganas de comenzarla!.Saludoswww.raultristan.com

02 noviembre 2006 12:24
José Antonio Millán dijo...

Amigo Raúl: es cierto. Si un encargo no apetece, o queda fuera de los usos de uno, más que un placer es un fardo pesadísimo.Pero a veces hay un editor sensible y que te conoce, que te propone una cosa estupenda que ni se te había ocurrido… ¡Ése sí!

02 noviembre 2006 12:33
Mariano Boza dijo...

Al hilo del tema de la entrada, ¿sabe dónde podemos encontrar ejemplos de “hojas de encargo” o algún tipo de documento -y no me refiero al contrato propiamente dicho- donde se encargue a un autor algún trabajo menor: una colaboración en una revista, realizar el prólogo en una obra, escribir un artículo en el catálogo de una exposición…

Muchas gracias

19 julio 2011 14:29