Compra-venta en la Universidad

09 enero 2007 8:08

A través de Libros & Tecnología llego a la Bolsa de Libros de la Universidad de Granada, punto de encuentro entre estudiantes que tienen alguna obra que vender y los que quieren comprar un libro determinado. Estas bolsas han venido existiendo como encuentros presenciales, o en las páginas de publicaciones locales, pero la flexibilidad y facilidad de acceso de la Web puede dar a estos lugares de compra-venta un éxito inesperado… Además, la pertenencia de compradores y vendedores a una misma comunidad favorece sin duda las transacciones (sin envíos enojosos de libros por correo, sin pagos a distancia…): el contacto por hotmail o por el móvil, una simple cita en el bar de la facultad, y ya está…

En estos momentos hay listados en Granada casi centenar y medio de libros de un puñado de asignaturas (entre demandas y ofertas). Desde el punto de vista humano y ecológico, esta solución sólo merece felicitaciones, aunque probablemente moleste profundamente a más de un librero y editor universitario. Pero lo dijimos hace mucho tiempo: el conjunto de lecturas curriculares de los estudiantes universitarios es un candidato perfecto para la impresión sobre pedido de dossieres personalizados por asignatura, con obras y partes de obras, que luchen simultáneamente contra fotocopias y contra circuitos alternos de distribución. Parece, sin embargo, que los impedimentos para conseguir este tipo de edición deben de ser grandes…

El lector ideal

08 enero 2007 9:09

Letras enredadas publica el cuestionario que Vladimir Nabokov proponía a sus alumnos sobre las cualidades del buen lector. El malvado profesor (una de las personas del mundo que más ha sabido sobre la lectura y la escritura) , ofrecía diez, entre las que los alumnos debían escoger 4. He aquí algunas:

2. El lector debe ser socio de un club del libro.
4. El lector debe identificarse con el o la protagonista.
6. El lector debe tener memoria.
8. El lector debe haber visto antes la película basada en el libro.

El resto, en la entrada del blog.

Rilke & Balthus

07 enero 2007 12:12

¿Es una ilusión mía, o aumenta el número de libros ilustrados que se editan en España? Me llega ahora noticia de un futuro lanzamiento de Artemisa Ediciones: Mitsou, historia de un gato seguido de Cartas a un joven pintor, de Rainer Maria Rilke, ilustrado por un jovencísimo Balthasar Klossowski de Rola (que luego sería conocido como Balthus), con traducción y prólogo de Juan Andrés García Román.

Memorias de un autoeditor en Lulu, V

06 enero 2007 13:13

¿Por dónde íbamos? Tras la entrada anterior de la serie, y dadas las dudas que me embargaban, pedí ayuda a un amigo, experto en librería y co-blogger. Su respuesta ha sido extensa y pormenorizada. Como está disponible en el enlace anterior, me limitaré a recoger algunos hilos de ella. (Para no liar más las cosas, centraré todo el proceso en España, aunque lo que diga podrá ser extrapolable, con sus correspondientes modificaciones, a otros países).

Al parecer, el proceso de obtención de ISBN de autor-editor en España debe de ser mucho más fácil de lo que yo pronosticaba, dado que según Con Valor “en España existen más autores editores (15.000 aproximadamente) que editoriales privadas (5.000 en número redondos)”. Sin embargo, Lulu no distribuye en tiendas virtuales ni en librerías libros que no tengan un ISBN USA asignado (si entiendo bien sus condiciones), de modo que para mí las opciones son:

  1. ISBN de Lulu o USA asignado por Lulu. Tu libro se incluirá en librerías virtuales (ojo: Amazon y compañía pueden decidir no aceptar tu libro, aunque Lulu dice que “De acuerdo con nuestra experiencia, casi siempre lo incluyen“) o físicas (no aclaran la cuestión, pero dado que el ISBN es de USA, fundamentalmente de allí).
  2. ISBN español de autor-editor. Pero entonces lo único que puedes hacer es hacer pedidos a Lulu de lotes de tu libro, y dejárselos a una distribuidora o librería de España.
  3. Sin ISBN, y entonces lo único que podrías hacer es regalárselo a tus amigos, o venderlos en top manta.

Es decir, y resumiendo, las opciones que una persona que haga su libro en Lulu tiene a su disposición son las que aparecen en este cuadro:

En fin, para terminar transcribo un comentario de Con Valor, en el que no dejo de percibir cierta zumba respecto a los autores-editores (personas hacia las que tengo a priori tanta simpatía como hacia los autores-autores o a los editores-editores, es decir: toda la del mundo… mientras lo confirmen sus obras).

Casi, con toda seguridad por lo que te cuesta un ISBN yanki podrías haber realizado aquí tu ejemplar con algunos de los servicios locales de Impresión bajo demanda que tan buena capacidad tienen de adecuarse a las necesidades de los maravillosos editores privados y autores-editores.

Bueno: en España hay muy buenos proveedores de impresión sobre pedido, pero que yo sepa ninguno proporciona el servicio de que diagrames tu obra por línea, ni la pone luego a la venta ejemplar a ejemplar (pagándote tus beneficios), ni permite su descarga por línea, ni eventualmente te la coloca en Amazon o en ciertas librerías. Todas estas cosas juntas (o una combinación de ellas) son las que brinda Lulu, y ningún proveedor local, y por eso nos estamos tomando la molestia de explorar sus posibilidades.

El País de los editores

06 enero 2007 12:12

¡Qué barbaridad! El primer número del año del suplemento de El País Babelia está dedicado casi por completo a los editores: a los recientes (Nuevos en la estantería), a los exitosos (De la resistencia al exito), a los que descendieron (Cambio de papeles), o a los octogenarios (La ironía y el honor).

Extractos significativos:

“En los últimos años sale una editorial a la semana”.

“La distribución es sin duda el eslabón más débil de la cadena. Yo tengo dadas de alta 1.400 distribuidoras y así no hay quien trabaje. Tenía que ser como en Alemania, donde se tienen dos o tres”.

“No son tantas las librerías que nos interesan. Entre 300 y 500, y conocerlas facilita mucho las cosas”.

Además, y por esas casualidades de la vida, en la sección de Cultura se hacen eco de la mala situación de los traductores (Traducciones crecientes, dinero menguante), entre otras cosas por el nuevo sistema de cómputo de su trabajo del que ya hablamos aquí. Pero lo más triste es la entrevista con la traductora de Tolkien, Lem y muchos otros, Matilde Zagalsky, a la que no quedan beneficios, a los 92 años, por la labor realizada y las ventas millonarias de los libros que tradujo.

La industria editorial, en punto muerto

05 enero 2007 21:21

Extenso artículo de María Jesús Perez en ABC con este mismo título. Algunos extractos:

El motivo de mayor preocupación entre los empresarios del mundo editorial español en los últimos años ha sido, y sigue siendo, la falta de crecimiento continuado. La industria, dicen, está ampliamente consolidada, pero falta una clara y definitiva expansión. De hecho, el sector lleva estancado diez años, con un crecimiento anual del entorno del 1%, según los datos aportados por el último Estudio sobre Comercio Interior del Libro en España realizado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). Durante el ejercicio pasado, facturó 2.933 millones de euros, un 1,8% más que en 2004. Rozó los 70.000 títulos editados (un 2,6% más que un año antes) y de los 321 millones de ejemplares editados se vendieron algo más de 230 millones, casi un 3% menos que en 2004.

El presidente de la FGEE y del Grupo Santillana, Emiliano Martínez, explica que la causa del escaso crecimiento se debe a que el sector librero es ya un «mercado maduro», y, si bien está «relativamente satisfecho» con su evolución, faltan cosas por hacer. Por ejemplo, los expertos coinciden en que la reducción del canal de distribución más tradicional, el de las librerías, empobrece el servicio al ciudadano. «Es causa de preocupación la pérdida de presencia de las librerías tradicionales, que siguen cediendo terreno en su desigual batalla con las grandes cadenas y los hipermercados. Con todo, las librerías cuentan aún con un 48,8% de la cuota de mercado, si bien han cedido dos puntos», apostilla el presidente de la FEGG.

La lectura es mi país

05 enero 2007 10:10

En una fuente infrecuente, la revista del Centro de Educació de Personas Adultas Yucatán del Centro Penitenciario Madrid V: De Paso, número 1, leo un precioso artículo de Michèle Petit, antropóloga del Centro Nacional para la Investigación Científica de París (gracias a Kepa Osoro por darme a conocer la publicación).

Petit habla de la relación de los emigrantes, de las personas desplazadas, con la lectura. Su título lo dice casi todo: “La lectura es mi país”. Proviene de lo que dijo a la autora una joven emigrante: “La lectura es mi país, nada me falta cuando leo. El tiempo desaparece. Y no dependo de nadie al hacerlo”. Y resume:

Lo que yo he aprendido en mis investigaciones es que para una parte de las chicas y los chicos de padres emigrantes, la lectura –aunque se practique de vez en cuando– contribuye de manera notable a una recomposición de las formas de pertenencia, a una conjunción de los universos culturales, a una elaboración de una identidad plural, abierta. Cosas que, por supuesto, no resultarán suficientes para compensar las exclusiones y reclusiones de las que ellos y ellas son objeto, pero que les permiten resistir mejor, contar con un margen de maniobra. No sentirse condenados a vagar.

Editoriales cartoneras

04 enero 2007 15:15

Una edición de Sarita Cartonera. Fuente.


Me informa Silvia Senz sobre la existencia de estas editoriales latinoamericanas que producen libros a partir de materiales reciclados que les proporcionan los cartoneros, personas que recorren las calles recogiendo papeles y cartones para revenderlos.

Están (que sepamos) Eloísa Cartonera, argentina, la peruana Sarita Cartonera y la boliviana Yerba Mala Cartonera. La forma de operar es más o menos la siguiente: se compran cartones a los cartoneros (a un precio superior al que ellos obtienen normalmente). Con ellos se elaboran manualmente las cubiertas: ahí intervienen artistas, pero también jóvenes cartoneros, que de este modo descubren una nueva forma de expresión y de trabajo. Las tripas del libro se hacen aparte, como páginas fotocopiadas o reproducidas con cualquier otro procedimiento, que luego se grapan y se encolan a la cubierta. Las editoriales cartoneras publican a escritores desconocidos o poco divulgados, pero también editan obras de autores de fama (como el argentino César Aira). Los autores renuncian a sus derechos en favor del proyecto.

“Pasan el tiempo sin lo sentir”

04 enero 2007 14:14

El hombre que vive ocioso, y no quiere, siquiera un pedazo del día ocuparse en leer algún libro de buena doctrina, más ocasión habría de llamarle bruto animal, que no hombre racional, porque el hombre cuerdo, más se ha de preciar de lo que sabe, que no de lo que tiene. No podemos negar a los que leen en buenos libros, sino que gozan de grandes privilegios, es a saber: que desprende bien a hablar, pasan el tiempo sin lo sentir, saben cosas sabrosas para contar, tienen osadía de reprehender, todos huelgan de los oír, donde quiera que se hallaren se han de señalar, a ninguno pesa de los conocer, muchos se huelgan, de con ellos se aconsejar: y lo que más es, que no son pocos los que sus ánimas, y haciendas huelgan de se les encomendar.

Antonio de Guevara, Aviso de privados y doctrina de cortesanos (Valladolid 1539), “Argumento”.

Guíese usted mismo…

03 enero 2007 17:17

La Moleskine de Van Gogh. Fuente


Las guías de ciudades son un género delicado. Exigen una puesta al día constante y una previsión muy fina sobre los intereses de sus usuarios. No es igual una guía de París para compradores compulsivos que para amantes de la arquitectura, o del vino. O de los paseos románticos… Hay guías de datos, factuales, y hay otras que transmiten atmósferas. Unas recogen con cuidado el pasado literario (como veíamos hace poco), mientras que otras están engolfadas en la historia del lugar. ¿Cuál es la suya?

Dicen que Aldous Huxley dijo que para un viajero con buen gusto la única guía útil sería la que él mismo ha escrito. Quizás con esta idea en mente, Moleskine (la marca tradicional de cuadernos de notas que suministró soportes de creación a escritores como Hemingway o artistas como Van Gogh) ha sacado a la calle una serie de guías de ciudades. O, mejor dicho, esqueletos de guías de ciudades: cartografías, páginas en blanco, otras tranparentes para superponer sobre los planos, páginas con solapas con signos predeterminados o personalizables… En resumen, toda la estructura de una guía, dejada en blanco para que la complete el viajero.

La idea es muy bella (aunque su realización puede resultar más laboriosa de lo que el comprador preveía): uno pasea por Lisboa, o por Barcelona, y va anotando hitos, señalando en el plano, clasificando datos. Las categorías pueden no ser las estándares (Alojamiento, Comidas, …), porque el autor es muy libre de crear otras (Lugares melancólicos, Graffiti, …). Los más artísticos podrán completar las descripciones con dibujos o bosquejos de lo reseñado, mientras que los viajeros digitales se conformarán con anotar los números de archivo de las fotos obtenidas in situ.

Es bonito imaginar el retorno a una ciudad con la guía que uno mismo comenzó en un viaje anterior, para añadir nuevos datos. O la utilización de un solo ejemplar por los miembros de una familia, que de esa forma irían completando colectivamente la visión del lugar. También puede imaginarse que la guía que un viajero experimentado ha completado a lo largo del tiempo será solicitada en préstamo por los amigos que viajan al mismo destino (“Toma, pero cuídamela, ¿eh?”). Al final, una de estas guías mimadas, cuidadas, llenas de informaciones de interés, puede que consiga despertar el interés de un editor, y entonces se imprimirá y se cerrará el círculo.