¿Cuánto valen mis libros?

14 julio 2007 18:18


Los de la joven Chris Leung de EE.UU. valen 9.000 dólares nuevos y 2.300 usados. ¿Cómo se sabe? Gracias a Gurulib, sitio web que ayuda a catalogar tu biblioteca personal utilizando los datos de las bibliotecas públicas, Amazon, y otras fuentes de información bibliográfica. A partir del ISBN, Gurulib consigue estos datos y una foto de la cubierta, y además permite organizar los libros, discos, juegos, … con arreglo a la metáfora de la estantería: uno puede colocar cierto tipo de libros en la “estantería de madera”, otros en la “roja”, etc. A partir de ahí uno puede exhibirlos ante los amigos, contar qué está leyendo,… y conocer qué otras personas tienen una biblioteca personal como la de uno.

Ya hemos visto algún otro caso de sitios web que te permiten catalogar y compartir tus propios libros. Pero además Gurulib permite recuperar la información de un libro a partir de la foto del código de barras hecha con un móvil: uno puede ir a una librería, sacar una foto del código y comprobar si su precio es correcto (nos cuenta el Bibliómano).

El desorden creativo, o las condiciones materiales

10 julio 2007 10:10

En el precioso blog Semanario de literatura recreativa leo una entrada sobre las condiciones materiales de la creación intelectual, o sea el sitio en el que escriben quienes escriben. ¿Qué dice el despacho de Unamuno (en la imagen) sobre sus procesos intelectuales?, ¿y sobre el ritmo de su prosa? Un post que merece una lectura detenida…

Revista digital en la universidad de Salamanca

09 julio 2007 8:08


Una buena noticia, que se desdobla en un par de buenas noticias más. Ha aparecido una revista corporativa de la Universidad de Salamanca. Se trata de una revista digital, llamada EnRed.

La Universidad de Salamanca no es sólo la universidad más antigua de España, sino también la editorial más antigua. Es un placer ver cómo utiliza las posibilidades de los medios de difusión actuales para informar sobre su actividad.

Pero además, la revista utiliza una concreta licencia de Creative Commons. Una gran cantidad de creadores ya están haciendo uso de estas licencias, que permiten compartir sus obras con arreglo a las condiciones que cada uno decide fijar. Verlas en uso en esta revista demuestra que detrás del proyecto hay una voluntad de insertarse en las prácticas más avanzadas de la sociedad digital.

Para redondear la presentación, en el primer número aparece un artículo de Fernando Carbajo, especialista reconocido en el mundo de la propiedad intelectual, sobre las licencias Creative Commons desde el punto de vista legal.

Bienvenida la iniciativa, y enhorabuena.

Máquina para hacer libros

08 julio 2007 14:14

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=JMFh5axDKWU]

En El bibliómano recogen la noticia de esta máquina que hace libros en la Public Library de Nueva York:

Está instalada en la Biblioteca Pública de Nueva York, que pone a disposición de los lectores 200.000 títulos sin copyright para imprimir. La Espresso Book Machine, basada en el sistema On Demand Books, tarda de 6 á 8 minutos en sacar un libro en rústica de 200 páginas. Mucha publicidad sobre el primer paso de esta “editora automática”, que para muchos significa un momento histórico en el mundo del libro. (Una buena información de la noticia, con links suficientes, en Book Patrol).

Los libros de Cortázar

06 julio 2007 16:16


En Barcelona, en el Centro Cultural de Círculo de Lectores (Consell de Cent, 323), y hasta el 21 de julio, hay una pequeña pero exquisita exposición sobre la biblioteca de Cortázar, hoy donada a la Fundación March, y que ha comisariado Jesús Marchamalo.

La muestra reúne libros de Cortázar (traducciones y ediciones variadas), otros ajenos que le dedicaron sus autores, pero sobre todo libros que leyó Julio Cortázar, y que anotó sobre la marcha. Sus comentarios son tanto circunstancias de la lectura (“Leo en un restaurante de Rothemburg. Hace frío. Mucho Weiss Wein”, en un volumen de Pedro Salinas) como juicios sobre las obras: un “maravilla” al lado de estas estrofas:


¿A qué obra pertenecen? Nada más fácil: la búsqueda de un verso en Google nos lleva a unas
Concordancias de Lorca (y de otros muchos poetas), que lo identifican como perteneciente a Poeta en Nueva York.

Por último, la exposición reúne algunas muestras de esos otros seres simbióticos con el libro: los objetos abandonados entre sus páginas: un billete de un barco, una hojita con anotaciones…

Cultura escrita: Congreso en Madrid

05 julio 2007 16:16

CONGRESO INTERNACIONAL LITTERAE X

Cultura escrita: nuevas perspectivas, nuevos retos


10, 11 y 12 de SEPTIEMBRE de 2007
Círculo de Bellas Artes, Sala María Zambrano, Madrid
(Inscripción, en el propio Círculo)


Décima edición de LITTERAE, Seminario sobre Cultura Escrita
Directores: Emilio Torné (UAH), Enrique Villalba (UC3M).
Secretaria: Vanessade Cruz (UC3M)


LUNES 10 de septiembre
Modera: Enrique Villalba
09,30 h Bienvenida.
Conferencia de Inauguración:
Ricardo García Cárcel: Cultura escrita e Historia cultural
Ofelia Rey, Métodos y fuentes de la Cultura escrita
María Luisa López-Vidriero, Historia y sociología de la lectura
Francisco Gimeno Blay, “Scribe ergo quæ vidisti”. Contextos histórico-sociales de la escritura
16,30 h. Coloquio


MARTES 11 de septiembre
Modera: Emilio Torné
10,00 h.
Antonio Viñao, Cultura escrita e Historia de la Educación
Juan Pimentel, “Nullius in Verba”. Escritura y narrativas de la RevoluciónCientífica
Víctor Infantes, Cultura escrita y la nueva Bibliografía
Pedro M. Cátedra, Cultura escrita e Historia de la Literatura
Elisa Ruiz, Cultura escrita: la relación de la forma y el sentido en la producción manuscrita
16,30 h. Coloquio


MIÉRCOLES 12 de septiembre
Modera: Vanessa de Cruz
10,00 h.
Jean-François Botrel, La historia de la cultura escrita española del sigloXIX: balance y perspectivas
Jesús Martínez Martín, La revolución de la cultura escrita en el siglo XX
José Antonio Millán, La era de las máquinas lectoras
Antonio Rodríguez de las Heras, Las nuevas formas de la Cultura escrita
13,00 h, Coloquio
17,00 h. Conferencia de clausura
Roger Chartier, Cultura escrita: nuevas perspectivas, nuevos retos. Un balance final

Javier Candeira sobre las novedades

05 julio 2007 11:11

Javier Candeira, especialista en comunicación digital y autor de uno de los artículos más leidos de esta web: La Web como memoria organizada, contesta a una entrevista en Consumer.

Si, como dice usted, cada vez parece más claro que Internet va a ser actor principal en el siglo XXI, ¿cómo se explica que todavía tenga tan mala prensa?

La mala prensa de Internet se explica de muchas maneras, que todas son la misma: nos fijamos demasiado en las virtudes de lo que ya tenemos y en los defectos de lo nuevo. Hace poco Michael Gorman, un editor de la Enciclopedia Britannica, escribió un artículo contra la Wikipedia en el que básicamente la ponía a caer de un burro.

Clay Shirky le contestó con otro artículo del que sólo hace falta citar el título: ‘Old revolutions good, new revolutions bad’ (Las revoluciones antiguas son buenas, las nuevas revoluciones son malas). Esto es algo que llevamos diciendo, de una manera u otra, muchos observadores de Internet. Cory Doctorow, novelista y editor del popularísimo blog Boing Boing, lo explica diciendo que los libros de imprenta eran peores que los hechos a mano pero que triunfaron precisamente porque ese ‘ser peores’ en lo que los libros a mano eran buenos (de pergamino, grandes, iluminados a mano) les permitían ser buenos en lo que los libros manuscritos no podían serlo: eran pequeños, ligeros y baratos.

La revolución de la imprenta se disparó de verdad el día en que la imprenta de Francesco Griffo publicó volúmenes que cabían en la alforja de un caballo; el libro portátil creó la lectura privada, en silencio (antes la lectura se realizaba en voz alta, en comunidad), y con ello creó el germen del individualismo moderno, de la Ilustración, de todo aquello que hoy disfrutamos aunque lo demos por descontado.

Con Internet y las nuevas tecnologías pasa un poco lo mismo: son peores que las antiguas en las cosas en que las tecnologías antiguas eran buenas. Pero esto les permite ser mejores en cosas nuevas: el correo electrónico no es fetichizable como las cartas de papel (uno no puede guardar unas cartas de amor de la abuela, envueltas en un lazo, con aroma de violetas), pero es más rápido y más conveniente.

Como resultado, ahora la gente se escribe y lee más cartas que en ningún momento desde que se tuvo acceso al teléfono. Lo curioso es que la gente tiende a ser platónica, y a unir en sus cabezas lo bueno (útil) con lo bueno (moral). Yo creo que la mentalidad de ‘horror sin cuento’ atribuida a Internet viene también, al menos en parte, de ese “eso no vale para nada”, proyectado al ámbito de lo moral.

Esto tampoco es nada nuevo: Cervantes escribió una fantástica sátira sobre lo malas que pueden ser las novelas, y cómo pueden llevarnos a la locura, y ahora los Ministerios correspondientes nos dicen que por favor, por bien de todos y de nosotros mismos, leamos más. Y todos los ejemplos que nos ponen son de libros de ficción.

En el metro de Madrid hay carteles con comienzos de libros y, por cada ejemplo de ensayo o de poesía, hay diez novelas. Lo mismo con los tebeos (“corrompen a la juventud”) y con la tele (“¡la caja tonta!”, “¡telebasura!”), mientras que el cine es ahora el ‘séptimo arte’. Habría que ver qué se pensaba de los cinematógrafos en sus comienzos.

Así que no es de extrañar que ahora digan que los videojuegos sorben el seso, o que Internet es el comienzo de todos los males. No sólo no es de extrañar, sino que era de esperar. No por ello tienen razón en sus quejas, pero sí que tienen una justificación para quejarse: la tradición histórica.

Google Libros, ahora con texto

04 julio 2007 10:10


Como bien saben nuestros lectores, Google Libros ha venido ofreciendo el texto íntegro en PDF de las obras fuera de copyright. Aunque por muchos conceptos esto fuera una bendición, esta forma de dar acceso a los libros digitalizados en el proyecto no dejaba de tener sus críticas, entre otras que el PDF suministrado no permitía buscar palabras dentro de él (la búsqueda debía de hacerse a través de Google Libros). Es decir: lo que se daba era la foto del libro, en vez de su texto buscable.

Como cuenta Dirson, ahora los libros fuera de copyright se ofrecen con la opción de ver el texto, página a página. El OCR (reconocimiento óptico de caracteres) que ha aplicado Google es la técnica que permite pasar de la imagen del libro:
al texto electrónico (buscable, copiable…):

DICCIONARIO ETIMOLÓGICO que en rigor merezca tal título,
no lo posee hasta ahora lengua alguna, ni lo poseerá en
mucho tiempo. En efecto, para llamarse con toda propiedad
etimológico un Diccionario, además de contener la lista
alfabética completa de las voces primitivas y simples,
deberia consignar respecto de cada una de ellas las particularidades
siguientes: .*
Su etimología inmediata, ó, mejor dicho , su origen
inmediato, su última procedencia, esto es, la indicación
de la lengua de que se hubiese tomado ó proviniese inmediatamente,
poniendo á continuación la voz de correspondencia
ó la voz equivalente en dicha lengua.
2.” En qué época se habia tomado.
3.” Su significación recta ó primitiva cuando fue admitida,
justificándola con la cita de algún texto impreso, y
aun manuscrito, siempre que fuese de autoridad competente.
4.* La primera forma que en la pronunciación, y por es
crito, tuvo aquella voz al tomarse de la lengua de origen
inmediato, y las alteraciones ortográficas ó prosódicas que

(El ejemplo corresponde a un Diccionario etimológico de la lengua Castellana).

El OCR de los libros no es perfecto, sobre todo en impresiones antiguas, con letras irregulares, pero muchas veces es suficiente para una búsqueda, para copiar un párrafo, etc.

Sería mejor obtener el texto digital íntegro, en vez de página a página, pero esta nueva posibilidad supone un salto cualitativo en el servicio que presta Google a la comunidad de lectores y estudiosos.

Los libros de artista de Bela Gold

03 julio 2007 8:08


Bela Gold es una artista nacida en Argentina y afincada en México desde hace tres décadas. Su obra, muy relacionada con la temática del Holocausto, ha adoptado con frecuencia la forma de libro.

Ya sea a través de la concentración (libros que son masas de piedra, como la obra representada aquí, un bloque dibujado al grafito, de 30 x 30 cm) , o de la expansión (libros en abanico, desplegables en acordeón, bordados en tela), el contenedor básico de nuestra cultura está presente en su reflexión artística.

Aquí una selección de sus libros (gracias Libia Brenda).

Comunicación viciada

02 julio 2007 11:11


Supongamos que cada vez que voy a comprar el periódico el kioskero me ofrece un chicle. A la tercera, le digo: “No gracias : si quiero uno ya se lo pediré”. Y el kioskero, si no es un negado, capta el mensaje.

El texto electrónico es una materia dinámica, que presenta rasgos muy útiles, como la interactividad con el lector. Esto ha hecho que se use especialmente en situaciones de diálogo con un usuario. Pero en la comunicación escrita deben imperar principios análogos a los que se tienen en la oral. Por ejemplo: no ser pesados, no repetir las mismas cosas una y otra vez.

La web del Open Bank (una institución que opera únicamente de forma remota) hace lo siguiente cada vez que uno pide hacer una transferencia: interpone una pantalla ofreciendo un envío automático de un SMS de aviso de las transferencias. Yo no lo quiero, y pulso el no, pero a la siguiente transferencia, me lo vuelve a preguntar, y a la otra y a la otra, y a la otra… Hay tantas soluciones que da hasta risa proponerlas. Por ejemplo: una línea donde diga “Para obtener notificación por SMS haga clic aquí”.

Otra mala practica: colocar un anuncio cuando uno pulsa la orden de efectuar una transferencia. Veamos: el clic es la orden para que parte de mi dinero vaya a otro lugar; meter ahí un anuncio intersticial va contra las reglas más elementales no sólo de la ergonomía, sino de la comunicación general. ¿Se ha efectuado la transferencia? Si cierro la ventana del anuncio, ¿sigue su camino la transacción? ¿Debo hacer clic de nuevo en la orden de transferir?

El texto y los clics son los únicos medios de contacto entre un banco (o cualquier institución virtual) y sus clientes. La mala gestión de la comunicación digital, viciándola con repeticiones, clics innecesarios y publicidad, sólo redunda en perjuicio del cliente.