El cerebro lector
10 septiembre 2009 9:09
La revista francesa de divulgación científica Science & Vie ha publicado este agosto un reportaje sobre la lectura en pantalla (al que llego vía La Fuille).
El artículo es una buena presentación de los factores neurológicos y perceptivos que hacen de la lectura una actividad tan compleja, pero también informa de algunas investigaciones empíricas sobre la lectura digital.
Partiendo de informaciones del LUTIN, Laboratoire des Usages en Technologies d’Information Numérique, organismo del CNRS, se informa de los malos efectos que tiene el paso de páginas en los ebooks sobre la memorización del párrafo en curso. Estos se deben al lapso de tiempo que transcurre entre la orden y el paso de página, así como al fundido en negro que tiene lugar entre medias. También se afirma que la rapidez de lectura baja en un 25% frente al papel.
4 comentarios
holabueno al final el cerebro se adapatará,lo hemos hecho siemprepero yo prefiero el libroy su olor, con su tactoun abrazo
Es interesante el articulo de Science et Vie, no tanto por las conclusiones como por las preguntas a las que se intenta dar respuesta.Se podia anticipar que cualquier extrañeza respecto al papel tendria que arrojar peores resultados , aunque el libro da una sensacion de "posesion" del texto probablemente no asequible a una pantalla.La inferior velocidad de lectura en un 25% la achacaria a la menor familiaridad en la rutina lectora y que la practica y evolucion tecnica bien podrian difuminar.
Los procesos cerebrales de percepción, memoria y aprendizaje funcionan como funcionan y no se adaptan al medio de un día para otro; no evolucionamos tan deprisa. Para que se entienda: si creamos un dispositivo de lectura cuyo manejo requiere que el lector tenga 12 dedos y dos ojos, no desarrollaremos dos dedos y un ojo más para adaptarnos al dispositivo. Es el dispositivo el que tiene que tener en cuenta cómo es y funciona su usuario y adaptarse a él; en este caso, debe tener en cuenta la psicobiología humana en el campo de la precepción, la memoria y el aprendizaje y adaptar sus características para que la asimilación de contenidos (e incluso su disfrute) sea óptimo. Por desgracia, pese a su relevancia, la relación entre formulación y presentación material del texto y cognición no es un asunto de particular interés entre profesionales de la edición, ni su estudio está especialmente desarrollado en el mundo hispano. Pocos cursos y posgrados en edición incluyen algo sobre legibilidad y comprensibilidad. Ni siquiera los trabajos desarrollados en un campo de aplicación como la edición-lectura fácil han llegado todo lo lejos que se esperaba.Os dejo la versión castellana del manual de LF de referencia. No es gran cosa, porque se trata de un mero prontuario, pero algo es algo:http://www.ceapat.org/mostrarDocumento.do?idDoc=200709070001
Es interesante que el cerebro, cuando lee en papel, parezca sentirse cómodo y relajado y active unas zonas, mientras que cuando lee en una pantalla, con hipertexto y proliferación de información, active muchas más zonas y estas sean de las que usa para tomar decisiones complejas. Creo que fue en el blog de Los futuros del libro donde leí algo de que, una vez que el ser humano ha interiorizado la capacidad de leer (lo ha aprendido y asimilado bien), pasa a hacerlo con la zona del cerebro en que se registran las acciones automáticas: como la memoria automática. A mí en el mismo sitio donde lo he leído, el estudio, Science et Vie http://pvevent1.immanens.com/fr/pvPage2.asp?puc=2232&pa;=2ν=1, seguro que si me hacen la prueba, salen señales sinópticas de lectura y de decisiones complejas (cada vez que tenía uqe ver por dónde seguía el texto, ignorar esas dianitas que aparecían, abstraerme de los ladillos o destacados, abstraerme de las flechas de la página siguiente y anterior, del retour, etc.: me resultaba poco legible.Y me he dado cuenta de que tu blog, JAM, me resulta más cómodo de leer que el mío, que tiene tantas cosas a la derecha (el mío, no el tuyo). A ver ahora cómo arreglo eso :-(Silvia, gracias por el enlace. Un beso.