El marcapáginas, y otras publicidades

10 julio 2012 10:10


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He hablado un par de veces de Hibris. Revista de Bibliofilia, bimensual editada en Alcoy (Alicante). Por el momento se publica sólo en papel, aunque me informan de que planean colgar en su web números atrasados. En el último número (65-66, septiembre-diciembre 2011) hay varios artículos de gran interés.

Uno de ellos es “Crónica de una señal anunciada: el biblión de los Manuales Soler”, de Concepción del Valle, que estudia la promoción que realizaba el editor barcelonés Manuel Soler desde finales del XIX, sobre todo con exitosa colección Manuales Soler luego rebautizada como Manuales Gallach, y por fin integrados en Espasa-Calpe, que los comercializó hasta los años 50. Pues bien: los Manuales Soler tuvieron un despliegue publicitario asombroso, con anuncios incluidos en otras publicaciones de la casa, regalos, cupones para conseguirlos, e incluso un mueble para agruparlos todos (la Enciclopedia Espasa también adoptaría luego ese poderoso argumento de venta).


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La difusión de los manuales se equiparaba, en la publicidad interior de los mismos (por lo general en las guardas), con el avance de la patria:

LA SIGUIENTE DEMOSTRACIÓN GRÁFICA DEL AUMENTO DE LECTORES  ES UNA PRUEBA DE QUE ESPAÑA PROGRESA
[sic, por tanta versal].

Por cierto; el histograma situado al pie de la página, que ilustra el aumento del número de lectores, que es vagamente proporcional al tamaño del personaje ilustrado, es toda una joya de la arqueología de la representación de datos. Además, obsérvese que los pocos que comienzan a leer los Manuales son ricos y eclesiásticos, y al final hay hasta un agricultor… [Esta imagen es la única que he encontrado, y si un lector en cuyo poder obre un Manual Soler con esta publicidad en las guardas me facilita una reproducción mejor se lo agradeceré eternamente]:


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Otro recurso promocional, nos dice Concepción del Valle, eran las postales humorísticas, que recalcaban el regalo. En una de ellas, un niño le dice al otro:

Oye, mamá ya no le riñe a papá si compra libros. ¡Como que los compra a la casa Sucesores de Manuel Soler de Barcelona y los regalos se los queda mamá!

Pues bien: uno de los obsequios era un marcapáginas, el primero que se registra en el mundo editorial español, y el primero con nombre propio: biblion (o biblión, como también lo escriben). Se presenta bajo los nombres de señal y de punto de lectura, lo que parece indicar cierta vacilación, o una terminología no asentada. La autora ha recopilado los siguientes nombres para el artefacto:

registro,
punto de libro
señal
guía de lectura
indicador
señalador
marcador

y los más infrecuentes

sujetador
marcapautas
indicador para señales
memorándum

En 1903, dice la autora, el impresor Víctor Oliva usa el anglicismo book-mark y el catalán senyal de plana (que sólo utilizó él). El que más se ha asentado hoy en día es marcapáginas, que creo de origen francés (marque-page o marque-pages, como este antiguo sitio web de coleccionista).

La casa Soler intentó el término biblión, que como sabemos tampoco se impuso, y lo ensalzó de esta manera:

Más que orientarse a recordar el punto donde se dejó la lectura, el biblión parece orientado al trabajo de estudio o consulta, como se ve por este ejemplo del folleto promocional:

Por su tipología, el biblión pertenece a los marcapáginas exentos (a diferencia de la cienta de registro y el punto de cursor); externo, porque se coloca en el corte delantero del libro, en vez de albergarse en  su interior; y lineal, porque apunta a una línea concreta del texto (en vez de señalar una página entera):

Para terminar, haré una referencia de pasada al futuro (o quizás el presente) de los marcapáginas en el medio digital: en iBooks para iPad una pulsación coloca en las páginas deseadas esta esqueuomórfica cinta:

Acudiendo después al menú de Marcadores, se pueden ver todas las páginas donde se ha llevado a cabo esta operación.

Coda: más marcapáginas, o como se llamen, en este blog:

Ring, riiiing… ¡Marchando!
Regalar saber
Marcapáginas

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Un comentario

Manuel Gil dijo...

Me ha resultado extraordinariamente interesante el post. Creo que el tema de la evolución de la publicidad del libro y en el libro (muchísimos libros hasta los años 50 llevaron publicidad de otros productos en la contra, por ejemplo, y nadie se extrañaba)es un tema muy poco estudiado. Quizá sería un texto interesante para Tipos Móviles si estas en ello.
Un abrazo y excelente post.

20 julio 2012 17:44