Diccionario demoniaco de la edición

24 febrero 2008 16:16

Inspirado en The Devil’s Publishing Dictionary, Leroy Gutiérrez escribe un divertido Diccionario demoniaco de la edición (y segunda entrega). He aquí algunas perlas:

Autor. 1. Persona en extremo generosa que lo único que desea en la vida es compartir sus experiencias y conocimientos con sus semejantes. No le interesan ni la fama ni la fortuna. 2. Individuo que se dedica a escribir textos, aunque siempre piensa que escribe libros. 3. Aquel que considera que su libro, el que le editara a regañadientes un editor, no está siendo distribuido eficientemente, promocionado enérgicamente, comprado cuantiosamente y, por supuesto, leído fervorosamente. 4. Fase adulta de la evolución de un escritor. 5. Trastorno psicológico consistente en pensar que todo lo que se escribe debe ser publicado y leído.

Corrector. 1. Persona que sufre de una monomanía (obsesión-compulsión) relacionada con la sintaxis, la gramática y la ortografía. 2. Individuo que padece de un apetito morboso por el estilo y los textos bien escritos. 3. Profesional que vaga por las editoriales ofreciendo sus servicios, que nadie entiende, y que le pagan en especias, a veces libros, a veces café. -de estilo. Persona que sólo habla de ser más consiso, preciso y claro. -de pruebas. Individuo que se empeña en que un texto puede no tener erratas.

Y una muestra del predecesor inglés:

Agent – that person an author pays 15% of their writing income. The agent in return lives in New York, makes many phone calls, eats lunch with editors, goes to industry conferences and keeps the author away from the editor.

Edición “eletrónica”

18 noviembre 2007 11:11

Una página de la edición en Internet de El País de hoy que nos recuerda algo a veces olvidado: para la edición electrónica hacen falta todos los controles de calidad de la edición tradicional.

Y además los tecnológicos…

Páginas de Guarda en la red

26 octubre 2007 9:09

El primer número de la excelente revista Páginas de Guarda ya está accesible en la red en PDF, en Dialnet. Páginas de Guarda, editada en Buenos Aires, está dedicada a la edición y cultura escrita. (Vía Addenda y Corrigenda).

Noticias como ésta complacerán a nuestros lectores: no todo el mundo tiene acceso a una biblioteca, no todo el mundo está en una institución con suscripciones. La política de publicar en Internet con un lapso de tiempo desde la primera aparición de la revista permite preservar ventajas para los suscriptores y compradores (que al fin y al cabo sostienen la publicación, y acceden a ella antes), pero permiten retrospectivamente que un público potencialmente altísimo llegue a la revista.

Y, como ya sabemos, desde el punto de vista de los autores, la visibilidad que da la Red no se obtiene de muchas otras maneras. De este número 1 recién re-aparecido, me apresuro a recomendar el artículo de María Marta García Negroni y Andrea Estrada sobre corrección (e hipercorrección) de estilo, y el de Marina Garone sobre tipografía de lenguas ágrafas.

Día del corrector

01 octubre 2007 15:15

No sabía que existía el “Día del corrector”. Parece ser el 27 de octubre, fecha en la que nació el humanista neerlandés Erasmo de Rotterdam (1467-1536), quien también se desempeñó como corrector.

Con tal motivo, la Unión de Correctores convoca una “Gincana de erratas”.

Los participantes podrán enviar fotografías de erratas que encuentren en las calles de cualquier rincón de España. Faltas de ortografía, problemas de puntuación o errores que aparezcan en paredes, vallas publicitarias, tablones de anuncios, letreros de calles y monumentos,…

Les van a inundar…

Los desafíos de Google Libros

25 agosto 2007 11:11

La siempre interesante First Monday ofrece un artículo de Paul Duguid. “Inheritance and loss. A brief survey of Google Books” (Herencia y pérdida, breve revisión de Google Libros).

La tesis del autor es que en la Web la calidad es algo que surge o por innovacion o por herencia. El proyecto de Google Libros hereda, según él, el prestigio de las instituciones bibliotecarias, pero tiene fallos en la forma de tratar “ese extraño objeto, el libro”. Para demostrarlo Duguid escoge un ejemplo un tanto tramposo, el Tristram Shandy, libro que, como es bien sabido, reúne algunas idiosincrasias tipográficas y juegos con el mismo soporte-libro, pero en fin: detecta una serie de errores en la digitalización de la obra.

La moraleja que extrae el autor es que Google Libros es un proyecto que está abordado más como un sistema de gestión de información que como una biblioteca, y de ahí provienen errores en el manejo de un objeto, el libro, que es más complejo de lo que parece, y que cuenta con una larga historia de organización (por ejemplo, metadatos sobre los volúmenes que constituyen una obra) que el proyecto ha ignorado.

Personalmente, y al margen de que esos errores existan (como he tenido ocasión de declarar cuando me he encontrado con alguno), creo que el proyecto es en sí mismo una bendición, y que da acceso, ahora mismo, a una ingente cantidad de obras que exigirían, si no, visitas a lugares distantes para su consulta. No hay que olvidar que se trata aún de un proyecto calificado como Beta (es decir, en fase de pruebas), y que muchos de los aspectos comentados podrán corregirse, aunque probablemente, y dado que estamos hablando de una digitalización de (probablemente) millones de libros, no todos.

El proyecto Google Libros, en su vertiente bibliotecas, es lo más parecido que hay a una acción altruista. Aunque hay enlaces a la compra de los libros mostrados (de donde sin duda Google puede sacar beneficios), las páginas que muestran los libros escaneados y pasados por OCR en las bibliotecas de todo el mundo que colaboran con Google están libres de anuncios. La comunidad intelectual, que ha hecho de los libros durante siglos su instrumento de trabajo intelectual, hace muy bien en señalar las fallas y los errores que encuentren en el proyecto, en la certidumbre de estar colaborando en algo de donde todos saldremos beneficiados.

Participación en El País

22 abril 2007 9:09

El Diario El País está reforzando sus líneas de participación. Además de aumentar el número de blogs (en los que participan muchas de las firmas habituales del periódico), ahora “invita a los internautas a convertirse en reporteros”, a traves de la sección Yo, periodista:

ELPAIS.com incentivará además la participación premiando las mejores aportaciones (fotos, vídeos, textos) que lleguen a Yo Periodista, una sección concebida para recoger las noticias que ofrezcan los lectores. Los internautas pueden ofrecer sus exclusivas a través de Internet o mediante un mensaje multimedia de móvil al 7750 con la palabra clave PAIS. Un grupo de periodistas de Prisacom filtrará luego las informaciones para asegurarse que sean veraces y no dañen el honor de terceros.

Esta sección no es para opinar; es para dar información. Ésta es una oportunidad para que los ciudadanos se sientan informadores, y ejerzan de ello. Asimismo, los lectores están convocados, también, a expresar los comentarios que les sugieran las informaciones que de este modo vayan sucediéndose en ELPAIS.com. Entre las secciones abiertas figuran: Fotodenuncia, Medio ambiente, Manifestaciones

Las informaciones tienen que estar redactadas de forma clara y sencilla, y han de ser veraces. No pueden atentar contra el honor de terceras personas. Todos estos requisitos serán vigilados y reforzados por un equipo de periodistas.

¿Tendremos así lo mejor de los dos mundos: la agilidad de los ciudadanos de a pie, armados sólo con un teléfono móvil con cámara, más el control de calidad de las redacciones profesionales? ¿O es tan solo el deseo de aprovechar los movimientos participativos (que algunos llaman Web 2.0) para generar contenido a bajo coste, y de paso evitar que vaya a otros sitios (por ejemplo, a los propios blogs de los internautas)?

Jornadas sobre edición en Madrid

16 abril 2007 11:11

Del 23 al 27 de abril, en el Ateneo de Madrid, organizadas por el Ateneo, Ediciones Trea y Cálamo y Cran, tendrán lugar las I Jornadas sobre edición, De la palabra al libro, que comenzarán el lunes 23 a las 20 horas con la entrega de la medalla de plata del Ateneo de Madrid a José Martínez de Sousa, quien hablará sobre“La Academia y su obra en los albores del siglo XXI”.

Martes, 24 de abril, 19.00 horas “AUTORES” Intervienen: Eric Frattini, Alberto Gómez Font, Ricardo Menéndez Salmón. Modera: Alejandro Sanz

Miércoles 25 de abril, 20.00 horas “TRADUCTORES, CORRECTORES, REDACTORES Y DOCUMENTALISTAS” Intervienen: Daniel Cassany, Mario Fernández, Mª Teresa Gallego y Antonio Martín. Modera: Juan Miguel Sánchez Vigil.

Jueves 26 de abril, 20. 00 horas “EDITORES” Intervienen: Álvaro Díaz Huici, Rafael Díaz Santander, Carolina Reoyo. Modera: Alejandro Sanz

Viernes 27 de abril, 20.00 horas “LA EDICIÓN DIGITAL” Intervienen: Emiliano Bruno, Ignacio Fernández, José Luis Poveda. Modera: Antonio Martín.

Además, habrá unas jornadas matinales sobre “Cómo se hace un libro” (asistencia gratuita, para inscribirse llamar al teléfono 91 4291750 extensión 1).

Páginas de guarda, 2

25 marzo 2007 13:13

ISSN 1669-9246

Acabo de recibir el número 2 de la revista Páginas de guarda, que editan en Buenos Aires María Marta García Negroni, Ana Mosqueda y Andrea Estrada, como ya saben nuestros lectores. Se trata de una revista dedicada al lenguaje, la edición y la cultura escrita. Este es el contenido de este número, dedicado a “Estilos y género”:

La modalidad epistémica y la evidencia en un género científico oral
Liliana Cubo de Severino

Estilos retóricos y género científico: un caso de texto heteroglósico en la historia del discurso científico en la Argentina
Patricia Vallejos de Llobet

Gregorio Weinberg o el editor intelectual: entrevista de Fernando Esteves Fros

Lecciones de estilo (editorial)
Tomás Granados Salinas

La edición impresa, una cuestión de estilo
Silvia Senz Bueno

Análisis de una práctica letrada electrónica
Daniel Cassany

“Listos para leer”, los nuevos desafíos del diseño: Dossier
Mónica López Ocón, Manuel Estrada, Jacobo Siruela, Jaume Vallcorba

La poética visual como género hibrido: en las fronteras entre el leer y el ver
Belén Gache

Como se ve, un interesantísimo conjunto de artículos. A riesgo de ser injusto, destacaré algunos:

El estilo editorial se ve analizado desde dos perspectivas distintas, pero convergentes, por
Tomás Granados Salinas y Silvia Senz Bueno.

El dossier sobre el diseño presenta una útil reflexión sobre la apariencia física de los libros (especialmente la cubierta) como elemento de transmisión de contenido y de diferenciación en el mercado. Quienes la formulan son editores y diseñadores con una práctica editorial destacable.

Belén Gache hace una incursión por un terreno que conoce bien, el de la poesía visual, y las “fronteras entre leer y ver”.

Daniel Cassany hace una incursión por un campo tan interesante como poco estudiado: el de la lectura ligada a la interacción con sistemas automáticos (cajeros, expendedores de billetes…). Estos sistemas de alcance universal presuponen y exigen unos estándares de alfabetización y comprensión que en modo alguno se deben dar por supuestos en todos sus usuarios.

Erratas medievales

13 marzo 2007 17:17


Studiolum ofrece un bonito post sobre las erratas en el siglo XIII. Fueron detectadas en un manuscrito parisino del siglo XIII, con las Epístolas de San Pablo comentadas verso a verso por Pedro Lombardo. El manuscrito (como era habitual en los ambientes universitarios) fue copiado por el sistema de pecia: las hojas se repartían entre diferentes copistas, con el objeto de acelerar el trabajo. Luego el miniaturista dibujaba las iniciales, las copias se revisaban y se reunía la obra.

Como demostración de que los “duendes de la imprenta” (en inglés, printer’s devil) existían incluso antes del invento de Gutenberg, este manuscrito medieval presenta erratas: unas corregidas y otras inadvertidas. Se deben a que el autor de las iniciales ilustradas se confunde al introducirlas. A veces sobre la marcha rectifica el error, pero en otras ocasiones el fallo permanece hsata que el stationarius (“el bibliotecario responsable de la distribución de las hojas, y por tanto de la revisión de las copias”) lo advierte y enmienda.

En el caso reproducido arriba, el ilustrador interpretó “…alutatio” como si fuera “Laudatio”, término muy frecuente, e introdujo la L tanto en el texto paulino (izquierda) como en el comentario (derecha). El stationarius detectó el segundo y lo enmendó encima con tinta negra, mientras que el error de la izquierda se mantuvo…

¿Internet o biblioteca?

18 enero 2007 7:07

Fuente. El mensaje de la pantalla es: “Notas: véase en otra parte”.

Vía la página de la CEGAL llego al artículo “Diez razones por las que Internet no sustituirá a las bibliotecas tradicionales” publicado en TeleSur (Venezuela), que es traducción y resumen de un artículo del Decano de Servicios Bibliotecarios en la Universidad de Winthrop en el estado de Carolina del Sur, Mark Y. Herring, en el sitio de las Bibliotecas americanas.

Herring declara que Internet nunca podrá sustituir a las bibliotecas, y que ambas son complementarias, afirmación muy razonable, pero que tal vez hay que repetir, dadas las cosas que se oyen a veces. Aporta diez razones, y para matizarlas conviene tener en cuenta que habla desde la perspectiva de una gran biblioteca universitaria norteamericana. Resumo: no todo está en Internet, y gratis (gran parte de las revistas académicas y profesionales son de pago). Internet no indiza todo: hay cosas a las que no accede ningún buscador. Internet no tiene control de calidad (y aquí se pasa el buen decano: “Cualquier tonto puede subir cualquier cosa a la Web y, hasta donde yo sé, todos lo hacen”).

Un punto muy importante es el control de calidad en las digitalizaciones: con frecuencia, dice, en las revistas digitalizadas que se compran, faltan artículos, o en los artículos faltan las notas, o gráficos, o estos son ilegibles… También cambian constantemente las revistas que integran los paquetes de digitalizaciones adquiridos, o los números de las revistas. Desde 1970 se han publicado 50.000 títulos académicos al año, pero de ese millón y medio de títulos, sólo hay 20.000 en la Red, por motivos de copyright. Los lectores de e-books son caros y malos para la lectura, los libros son realmente portátiles, etc.

El ideal de Herring parece ser “una biblioteca tradicional con, por supuesto, un fuerte componente electrónico”, porque “La Internet es maravillosa, pero decir, como hacen algunos, que está convirtiendo en obsoletas a las bibliotecas es tan tonto como decir que los zapatos han hecho innecesarios los pies”.