Walt Whitman por Walt Whitman y Cadenas

09 diciembre 2009 9:09

Un nuevo aliento de poesía, vitalista y sensual, individualista y exultante, nació con la obra de Walt Whitman (1819-1892). Hojas de hierba, la obra en la que trabajó toda su vida, fue presentada al mundo hispano por el poeta José Martí, y Borges tradujo sus poemas.

En 1873, Whitman se retiró a Candem, Nueva Jersey, con un ataque que le redujo a la invalidez. Para el poeta, activo y andariego, eso fue un gran revés: “qué felicidad reside en los pies y las rodillas, cuánto depende de nuestros poderes de locomoción”, diría. Sin embargo, su estado de postración le permitió tener largas conversaciones sobre su vida y su obra, que fueron posteriormente publicadas y que ahora Pre-Textos edita, en selección y traducción del poeta venezolano Rafael Cadenas: Habla Walt Whitman (Valencia, 2008). [Gracias a Luis Muñoz por prestarme tu ejemplar: te lo devuelvo en cuanto nos veamos].

El poeta comenta el título original de su obra (Leaves of Grass), y sus reflexiones se pueden traducir perfectamente al castellano: “‘Hojas de hierba, decían, no hay hojas de hierba; hay briznas (spears) de hierba, esa es su palabra, Walt Whitman: briznas, briznas’. Pero Briznas de hierba no habría sido lo mismo para mí. Etimológicamente hojas es correcto, —los hombres de ciencia la usan así—. Me atuve tenazmente a hojas, hojas, hojas, hasta que el título pudo cuidarse solo”.

En un escritor que había dicho “odio las comas mal puestas” no sorprende encontrar estas reflexiones sobre el proceso de edición:

¡Y qué tribu es la tribu de los correctores de pruebas! Creo que algunos hombres, algunos escritores, le deben gran parte de su reputación a la excelencia de sus correctores de pruebas, a su vigilancia, a su consejo. ¿Quién puede hacerles justicia a los listos, agudos intelectos de los hombres de este linaje, su considerada paciencia, el gran a alcance de su visión? Se les concede poco crédito, son desdeñados, no se les da importancia, se les ofrecen argucias. Durante veinte años he tenido más o menos en mente decir mi palabra —decir lo que sé— sobre los correctores de pruebas; es una deuda que he debido pagar hace tiempo.

Y por último, vemos estas reflexiones (Whitman tuvo que costear y editarse él mismo la edición de su libro):

Mi teoría es que el autor podría ser hacedor hasta del cuerpo del libro: parar los tipos, imprimir el libro en una prensa, ponerle una cubierta, todo con sus propias manos, aprendiendo su oficio de la A a ala Z, todo lo referente a él. El artesano literario no debe ser tan inútil con sus manos.

 Bueno: ¿acaso no hacemos todo con nuestras propias manos quienes escribimos en la Web?

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Los libros de Cortázar, más cerca

27 noviembre 2009 9:09

Hace dos años glosé una exposición barcelonesa sobre los libros de Cortázar: “La muestra reúne libros de Cortázar (traducciones y ediciones variadas), otros ajenos que le dedicaron sus autores, pero sobre todo libros que leyó Julio Cortázar, y que anotó sobre la marcha”.

Por fortuna, El Centro Virtual Cervantes ha hecho una versión virtual de la exposición comisariada por Jesús Marchamalo, que permite acercarse al contenido de los libros que poseyó el autor argentino. Por ejemplo, las anotaciones (ya conocemos algo sobre quienes escriben en los libros): la imagen superior es de un ejemplar de Poesía y literatura de Cernuda. El comentario de Cortázar es bastante revelador…

Un tipo de anotación de gran interés es la que dirige a los editores y correctores, a veces denominados por su nombre y apellido. La imagen inferior pertenece a Confieso que he vivido, de Neruda (Seix Barral, 1974):

Cuestión aparte son los objetos encontrados en el interior de los libros, como la flor seca en una Anthologie des poètes du xix siècle:

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¿Qué funciona mal en Google Libros?

07 septiembre 2009 9:09

The Chronicle of Higher Education acaba de publicar un interesante artículo sobre Google Libros, escrito por Geoffrey Nunberg, de la Escuela de Información de la Universidad de California en Berkeley: “Google’s Book Search: un desastre para los investigadores“.

Comencemos por el principio: con sus cerca de diez millones de libros digitalizados, y lo avanzado de sus desarrollos, está claro que previsiblemente no habrá otra biblioteca digital similar a la de Google en muchos años. De ahí la importancia de todas las cuestiones que la afectan, ya sean de retribución, privacidad… o de calidad.

¿A quién está orientado el servicio de Google Libros, en su doble vertiente de obras digitalizadas en una treintena de bibliotecas del mundo, y de obras cedidas por sus editores y autores? Buena pregunta, que podemos contestar de soslayo: ¿a quién está dirigido el buscador Google?: a todo el mundo. Pues también la búsqueda de libros intenta prestar servicios a los estudiantes, a los investigadores… y al público en general.

El problema, dice Nunberg, y no es el primero, es que Google no ha tenido en cuenta (o no lo suficiente) la especificidad del objeto-libro, que tiene detrás varios siglos de organización y clasificación que ha dado lugar a un corpus considerable de informaciones sobre las obras, que hoy llamamos metadatos: fecha, editorial, edición, autoría, clasificación temática, … Y los que hay en Google Libros, en opinión del autor, son pésimos. En una presentación disponible por línea se recogen ejemplos de malos metadatos.

En vez de recoger informaciones preexistentes en el universo bibliotecario, Google ha adoptado una postura mixta; por una parte ha utilizado datos sobre las obras, pero enfocadas a un publico general: así, utiliza clasificaciones temáticas del estilo de las que organizan los libros en una librería… no muy buena. Por otra parte, ha intentado que la información del interior de las obras se autoorganice mediante procedimientos algorítmicos semejantes a los que le han permitido indizar un corpus mucho más complejo: el de la Web. Pero el resultado no es todo lo bueno que podría ser, ni para los investigadores ni para muchos estudiantes.

Cualquiera que haya utilizado un poco Google Libros estára de acuerdo en que hay cosas extrañas y otras que funcionan mal. Los errores podrán irse arreglando (aunque parece que esta no es una tarea prioritaria), pero hay cuestiones de fondo que exigirían un giro en el proyecto. Sí: ya sabemos que el público potencial de este servicio es amplísimo, pero las cientos de miles (por no decir millones) de obras raras, antiguas, especializadas, en lenguas muertas, de siglos pasados que alberga Google Libros, ¿a quién van a servir, si no es a los investigadores?

No habíamos imaginado que pudiera existir una maravilla como esta biblioteca quasiuniversal, pero ahora que está a nuestro alcance, podemos pedir que funcione.

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Mientras tanto… ¿qué ha pasado con la Wikipedia?

02 septiembre 2009 9:09

 

Las noticias de la Wikipedia han tenido un sesgo argentino este verano, porque en Buenos Aires se reunió la conferencia anual Wikimanía. En ella surgió de nuevo el tema de la censura al contenido por parte de los editores de la enciclopedia colaborativa. Fue nada menos que Richard Stallman, el guru del software libre, quien abordó la cuestión de la censura a los enlaces hacia rebelion.org en la Wikipedia en español.

Mientras tanto, la Fundación detrás de la Wikipedia daba un paso más hacia el control de los contenidos, poniendo barreras para la edición de las entradas dedicadas a las personas vivas, en la edición en lengua inglesa.

Claramente hay una tensión entre las dinámicas abiertas y colaborativas que han dado grandeza a esta enciclopedia, y los problemas de ser uno de los sitios más visitados del mundo, cuyos fallos y debilidades ahora adquieren notoriedad instantánea. El número de participantes se ha estancado, en las versiones en varias lenguas (la Wikipedia en español acaba de alcanzar el medio millón de artículos en ocho años de vida). Pero si los grupos de controladores autoerigidos en tales ponen trabas a esa dinámica de escrituras y correcciones continuas que ha sido el alma de la enciclopedia, corren el peligro de destruirla.

Y hoy mismo ha trascendido que la Fundación Wikimedia ha empezado a contratar consultores para crear un plan estratégico a cinco años vista. Nada hay de malo en preguntar a consultores, pero muchos temen que la profesionalización de esta gran obra colaborativa acabe ahogándola…

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Pe?as arriba

01 abril 2009 9:09


Una alerta de un amiga (gracias, Simona) me ha llevado a ver la cubierta de esta edición de Peñas arriba, de José María de Pereda, en Amazon. Ejem…

Pero lo curioso es que en una búsqueda de este libro en Amazon UK esta edición sea la más barata de los libros nuevos. ¿Quién la ha hecho? La editorial inglesa Echo Library, especializada en libros en letra grande, en el dominio público, y que imprime bajo demanda. En su catálogo, de inglés y español, no está sólo Pereda, sino también Pérez de Ayala, Concha Espina, Galdós y una selección de textos históricos y raros…

No sé si habrá mucho negocio internacional en los libros en español libres de derechos y en letra grande, pero si lo hay, sé perfectamente quiénes no se lo están llevando: las editoriales de países hispanohablantes.

Por cierto: hace años que no la releo, pero ¡qué novela más bonita es Peñas arriba…!

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Los comentarios

12 enero 2009 9:09

Los comentarios son una parte esencial de la comunicación en la Web: trazan una red de rutas superpuestas a los blogs o a las noticias… Matizan, complementan, critican, atacan o apoyan: son la sal de la Red. A través de los enlaces de sus firmas llegamos a territorios nuevos, curioseamos sobre las otras vidas de quienes los escriben, saltamos en viajes no previstos.

Cierto que en los blogs muy populares y de temáticas muy amplias los comentarios pueden suponer todo un trabajo de moderación para los responsables. De hecho, algún blog de mucha fama los ha suprimido. Pero en general son bienvenidos; hay incluso alguna campaña encaminada a concienciar sobre la importancia de los comentarios, con banners y todo:


Pues bien: hay un curioso proyecto editorial, Muumuu, que utiliza los comentarios como medio base para que le propongan originales para publicación (vía BookTwo):

Para ofrecer un original a Muumuu House encuentra una persona que haya sido publicada o que tenga alguna relación con ella y lee su blog. Si te gusta, deja comentarios sinceros y naturales, expresando lo que sientes. Antes o después alguien asociado con Muumuu House leerá tus comentarios, hará clic en tu nombre y leerá tu blog. Si a esa persona le gusta tu blog lo suficiente, entonces se lo dirá a otras personas y en algún momento a alguien le apetecerá escribirte un email y entonces ocurrirán otras cosas, incluyendo quizás ser publicado por Muumuu House. Creo que es más natural. Apoya una mentalidad de ‘no hay bueno o malo en arte’, probablemente es más rápido y más efectivo que enviar por email y tener a gente leyéndolos y respondiéndolos, y creo que disminuye la soledad, el aburrimiento y la desesperación más efectivamente que las propuestas ‘normales’.

Bueno: no está mal. De momento, se conseguirá dar animación a las páginas web de los autores de la casa, y por otra parte, a través de un simple comentario se puede saber mucho sobre la persona que escribe (y su estilo): es un buen medio de filtrado, y más llevadero que enfrentarse a una pila de originales por leer (una de las tareas editoriales que personalmente considero más penosas.

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Wikipedia y la Coca-Cola en África

01 mayo 2008 11:11


Hace pocos días se difundió la noticia de que una parte de la Wikipedia alemana (la segunda en extensión del mundo, tras la inglesa) iba a ser publicada en forma de libro por la editorial Bertelsmann, parte de un gigantesco grupo mediático internacional.

Destacan varios aspectos en esta operación:

¿El libro de la Wikipedia? Pues sí: el libro sigue siendo una buena herramienta de consulta, y además: ¿verdad que sigue existiendo muchísima gente sin acceso a Internet, o con poca familiaridad en su uso?

Los artículos que van a ser editados (50.000 de las 700.000 entradas de la versión alemana) serán los más consultados en la enciclopedia en el periodo 2007/8. Dado que los datos de acceso a la Wikipedia son públicos, bien podríamos decir que la selección de entradas para publicar de una de las editoriales mundiales más especializada en obras de consulta… la han hecho los propios usuarios de la Wikipedia.

Bertelsmann, eso sí, revisará las fuentes y la información contenida. Mmmm… sería interesante saber si los errores o carencias detectadas las incorporarán los redactores de Bertelsmann a la versión on line.

Esta es la primera vez que se edita en papel. De los 19,95 euros de su precio de venta, un euro irá destinado a la fundación sin ánimo de lucro que sostiene la Wikipedia alemana. Pero en realidad la licencia de la Wikipedia permite la republicación total o parcial, incluso con fines comerciales, lo que quiere decir que, incluso sin esa donación, cualquier editor podría imprimir parte de la Wikipedia en forma de libro.

El hecho de Wikipedia esté bajo ese tipo de licencia es con frecuencia mal entendido, y he leído críticas al respecto de esta operación de Bertelsmann. Pero el que un proyecto creado por voluntarios sirva a alguien para enriquecerse no es un desdoro… si con ello se consigue que el proyecto se difunda. De hecho hay argumentos a favor de que se permitan usos comerciales incluso a digitalizaciones hechas con dinero público

De hecho, en el mundo en que vivimos, parece ser mejor ligar la distribución de bienes (sean materiales o intelectuales) al comercio que a otro tipo de impulsos: véase si no lo que ocurre con la Coca-Cola y África. O, sin ponernos extremos: ¿qué será mejor, que los habitantes de países en vías de desarrollo no puedan acceder al saber destilado gratuitamente por los colaboradores de la Wikipedia, o que haya dos, tres, cuatro editoriales compitiendo con extractos impresos de la obra con distintos criterios y precios?

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Los anacolutos de Ruiz Zafón

17 abril 2008 10:10

Del blog de Arcadi Espada en El Mundo este maligno (por lo certero) comentario sobre Ruiz Zafón:

El Magazine del periódico publica un adelanto de la nueva novela de Ruiz Zafón. Este escritor es un caso serio: al parecer vendió diez millones de ejemplares de su anterior obra, La sombra del viento. Diez millones por 14,5 euros son 145 millones de euros. Es mucho movimiento.

Desconozco las razones del éxito de Ruiz Zafón. Supongo que tendrán que ver con la escritura, aunque no sé bien en qué sentido. He leído la presentación que hace en el periódico de su próxima novela y su prosa es muy escolar, aunque vete a saber tú cómo está ahora la escuela. Respecto a la escritura, sin embargo, mucho más interesante y significativo es el fragmento de la nueva novela que publica el Magazine:

Una madrugada desperté de golpe sacudido por mi padre, que volvía de trabajar antes de tiempo. Tenía los ojos inyectados en sangre y el aliento le olía a aguardiente. Le miré aterrorizado y el palpó con los dedos la bombilla desnuda que colgaba de un cable. –Está caliente. Me clavó los ojos y lanzó la bombilla con rabia contra la pared. Estalló en mil pedazos de cristal que me cayeron en la cara pero no me atreví a apartarlos.

Etcétera. Es realmente malo. Pésimo. Siete líneas. Palpó con los dedos, declara. Las bombillas son de cristal, descubre. “Mil pedazos”. “Clavó los ojos”. “Inyectados en sangre”. Y estos poderes del muchacho que en una habitación a oscuras ve en los ojos de su padre hasta las venillas. La cuestión principal no es que Ruiz Zafón sea un hórrido escritor. En los negocios esto no es importante. La cuestión principal atañe a sus editores: que después de haberse embolsado alrededor de 70 millones de euros con su primer libro no le hayan comprado al pobre Ruiz Zafón un equipo de correctores o al menos un programa informático de nivel medio. La dejadez editorial (que lo hayan abandonado con sus innumerables anacolutos y sus gozosos problemas de raccord) es lo realmente sorprendente. A menos que la dejadez no sea causa, precisamente, del éxito.

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Aparece Ediciona

15 abril 2008 13:13


Presentada como “la web de los profesionales del mundo editorial”, acaba de abrir sus puertas Ediciona, un proyecto del Grupo Intercom pilotado por Arantxa Mellado con la vocación de ser un punto de encuentro entre muy diversos profesionales (de ilustradores a traductores o correctores) y distintos tipos de empresas (de editoriales a servicios editoriales).

A juzgar por el buen resultado obtenido en las semanas previas, de “apertura no pública”, los profesionales del sector encuentran útil un sitio gratuito que puede ser a la vez foro de debate, escaparate personal, bolsa de empleo, lugar de información profesional y un amplio etcétera.

Pregunté la semana pasada a Arantxa Mellado en Barcelona sobre el “modelo de negocio” que había detrás, a lo que me respondió cautamente que la primera intención del sitio era “crear comunidad”, y que luego “ya se vería”. El Grupo Intercom creó InfoJobs, exitosa bolsa laboral, y tiene entre sus empresas a sitios de formación como EMagister, con lo que se puede adivinar cuál puede ser alguna de las vías de rentabilización futura del nuevo servicio.

Ediciona es un proyecto muy bien planeado, con muchos elementos de la llamada “Web 2.0” (para participación e interacción de sus miembros), con lo que sólo podemos felicitarnos de que exista esta nueva herramienta de contacto y acción en el sector editorial, útil potencialmente tanto para profesionales autónomos como para empresas.

El sitio nace con vocación hispanoamericana (en realidad, para muchos efectos, hay un solo mercado, editorial y de servicios, formado por España y Latinoamérica), y de hecho, prevé abrir próximamente una versión brasileña.

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Los cajones del escritor (digital)

28 marzo 2008 9:09


Estoy en el proceso de promoción de un nuevo libro (como quizás algunos lectores hayan notado), y en medio de él he tenido ocasión de reflexionar sobre lo que podríamos llamar “la huella digital de los libros en papel”. Tengo por costumbre concentrar en un directorio los elementos relacionados con cada libro en el que estoy trabajando (y, si la cosa se complica mucho, creo subdirectorios dentro de él). Pues bien: me he dado cuenta de que su contenido sigue pautas muy similares casi en cada libro que he hecho.

Los primeros archivos (cronológicamente hablando) son la propuesta que he enviado al editor y a mi agente: un libro con este título provisional, de tal extensión, para tal público… En esta fase suelo tener ya un documento Notas.doc donde voy acumulado de forma desordenada ideas, referencias y demás. Puedo tener también un borrador del contrato, que me ha pasado mi agente.

En la siguiente fase ya aparecen borradores de la obra, que voy rotulando con números correlativos (en este caso Manual de urbanidad 1.doc, Manual de urbanidad 2.doc, etc.). Sí, podría trabajar en un solo documento, pero entonces correría el riesgo de no poder encontrar fragmentos o ideas que había descartado en estadios anteriores..

En un momento dado (el borrador 6, o el 12, depende de la obra), empiezo a mandarla a los amigos y parientes que hacen de protolectores, o sea: conejillos de indias. Rotulo con su nombre los envíos, lo que luego me sirve para no olvidarme a nadie en los agradecimientos.

Aparecen a continuación sus respuestas: algunos me devuelven mi original en Word comentado y otros reúnen en un email las cosas principales. Y por fin genero el Manual de urbanidad OK.doc, que es el que mando a mi agente a y a mi editor. Por fortuna (porque mis editores suelen ser puntillosos), me mandan nuevas sugerencias, y estas constituyen un nuevo archivo, por ejemplo: Manual de urbanidad OK tras editor.doc.

Bien, bien: ya estamos en camino. Aparecen entonces PDFs de las pruebas, que leo y contesto, y luego mi documento con el índice de conceptos (mientras pueda, prefiero hacerlo yo). Hay luego otro archivo con mis sugerencias para textos de contraportada y solapas, y por último uno titulado Envíos para prensa.doc: la lista de críticos y personas a quien enviárselo.

El conjunto de documentos que he ido generando en el proceso de escritura, junto con el correo electrónico relacionado y algunos otros elementos (como marcadores de sitios web, y páginas guardadas en mi disco duro, si ha habido un trabajo de investigación), son realmente la radiografía del proceso de creación autorial y del trabajo editorial.

Estos archivos digitales deberían tener un lugar donde custodiarse, igual que hay archivos a donde van a parar los papelotes de los escritores de antaño. Si no, se corre el riesgo de que cuando se quiera revisar esta época, falten los documentos que mejor podrían explicarla. Y no lo digo por mí, sino por los muchos escritores e investigadores de valía que en España y en Latinoamérica hoy trabajan, sobre todo, en soporte digital.

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