“Más ensucia que limpia la casa”

22 diciembre 2010 9:09

La criada y la escoba

Cierta criada la casa barría
con una escoba muy puerca y muy vieja.
«Reniego yo de esta escoba —decía—;
pues con la basura y pedazos que deja
allí donde pasa,
más ensucia que limpia la casa».

Los remendones, que escritos ajenos
corregir piensan acaso de errores,
suelen dejarlos diez veces más llenos…
Mas no hay miedo que de estos señores
dijere yo nada:
que se lo repita por mí la criada.

(Tomás de Iriarte, 1782)
Recopilación de José Antonio Sánchez Paso

Los problemas del ePub

29 noviembre 2010 9:09

La mayoría de las obras para e-books hoy en día van a parar al formato ePub, que es redimensionable en cuanto al tamaño o cuerpo de la letra y cuyas líneas pueden “fluir” en los distintos tamaños de pantalla. El DRM o protección anticopia es independiente del formato, y los distintos distribuidores de e-books en ePub lo pueden añadir a sus archivos.

El ePub es un estándar mantenido por el International Digital Publishing Forum (IDPF), que es una asociación de la que forman parte numerosas empresas e instituciones, desde gigantes como Google o Microsoft hasta otras más pequeñas. Los miembros son sobre todo de países anglosajones, aunque hay alguno francés, y uno solo español, Santillana en Red.

El formato plantea algunos problemas en general, y otros concretos para el español (agradezco a Nuria Villagrasa Valdivieso que me hablar por primera vez de este asunto). Desde el punto de vista de la ortotipografia de nuestra lengua, las rayas o guiones largos que se usan a modo de paréntesis o en los diálogos (y que deben permanecer pegados a la palabra a la que preceden o a la que siguen), se separan cuando se encuentran al final de línea. Véase la ilustración de arriba.

La poesía o el teatro plantean también numerosos problemas en un formato planteado para texto seguido que fluye: sangrados, estrofas, versos repartidos entre dos personajes…

La acción respecto a este formato, auténtico estándar de la publicación digital, debe ser doble: intervenir en la modificación del formato para que respete las peculiaridades tipográficas de nuestra lengua, y trabajar para adaptar los géneros más complejos tipográficamente a sus limitaciones. ¿Saben nuestros lectores de alguna editorial o institución que esté trabajando en ello?

El problema es que muchos libros impresos ya están pasando a formatos electrónicos (y conocemos las dificultades que eso conlleva), mientras que otros están editándose en paralelo para papel y para e-book. Mi segunda pregunta para nuestros activos lectores: ¿se está impartiendo en algún lado la formación que permitiría a los antiguos correctores/redactores supervisar la calidad de un libro electrónico?

“Ha de tener el oído atento a lo que lee”

20 octubre 2010 9:09


El corrector (de que hubo antiguamente y hay muchos graduados en las universidades en diferentes ciencias) ha de saber Gramática, Ortografía, Etimologías, Apuntuación, colocación de acentos, tener noticia de las Ciencias y buenas letras, haziéndose capaz de asumpto del libro que se imprime, conocimiento de Autores, de caracteres griegos y hebreos, cifras médicas, astrológicas, abreviaturas escolásticas, reglas de música para libros de canto […], elocución y arte para emendar barbarismos, solecismos y otros defectos que se cometen en latín y romance, saber el comportamiento de las planas, para que salgan en orden, y numerosos, y cuenta para los folios. Demás desto ha de tener el oído atento a lo que lee, la vista a lo que se mira: el entendimiento a la contextura de lo que se corrige para emendar faltas, y tanta atención que cualquiera defecto corre por su cuenta

(Gonzalo de Ayala, siglo XVII)
Recopilación de José Antonio Sánchez Paso

“El texto no lo reconoce ni su padre”

13 octubre 2010 10:10


Los escritores, por lo común, corregimos las pruebas de nuestras primeras ediciones y a veces, ni eso. Las que siguen las dejamos al cuidado de los editores quienes, quizá por aquello de su conocida afición al noble y entretenido juego del pasabola, delegan en el impresor, el que se apoya en el corrector de pruebas que, como anda de cabeza, llama en su auxilio a ese primo pobre que todos tenemos quien, como es más bien haragán, manda a un vecino. El resultado es que, al final, el texto no lo reconoce ni su padre: en este caso, un servidor de ustedes. Los libros, con frecuencia, mejoran con esta gratuita y tácita colaboración, pero los autores rara vez nos avenimos a reconocerlo y solemos preferir, quizás habituados por la soberbia, aquello que con mejor o peor fortuna habíamos escrito.

(Camilo José Cela, 1989)
Recopilación de José Antonio Sánchez Paso

“Aborrezco la mecanografía”

30 septiembre 2010 9:09


Unas palabras ─más de cuatro─, mi estimado y paciente colaborador, sobre su función respecto a mis artículos. En los que, ya impresos, suelen aparecer erratas que si son leves, como una de hoy en que aparece resuelve donde escribí revuelve, otras obedecen, me figuro, a no tener a la vista, al corregir las capillas, mis originales y observar ciertas peculiaridades, algunas heterográficas, de este mi dialecto personal que el otro día me dijo Menéndez Pidal que es un supercastellano. Así, un día cuando yo escribí engeño, añadiendo que es voz desaparecida, me pusieron ingenio, que es la actual; otra vez pusieron desesperado donde yo decía desperado; en mi artículo sobre el mozo de la pedrada [se refiere a un individuo o mozalbete que, para exteriorizar su protesta por las interminables discusiones en el Congreso, lanzó al hemiciclo una piedra, con el estrépito consiguiente], se me corrigió el malencónico ─que es la forma corriente en el campo salmantino─ por el oficial melancólico. Y etc.

Le ruego, pues, que tenga a la vista mis originales, ya que es naturalísimo e inevitable que el tipógrafo se deje llevar de lo corriente y lea lo que está habituado a leer. Y no pretendo que se me respeten ciertas peculiaridades heterográficas como escojer, cojer, recojer, lijero, etc. (como acentúo telegrama, y así lo pronuncio).

Y a este caso, le contaré lo que una vez me ocurrió al enviarme segundas pruebas de un libro. En el que yo suprimía ¡claro está! todas esas letras absurdas como las p, b, y s de septiembre, obscuro, inconsciencia, suscriptor, etc. Había tachado una pe de septiembre, y en segundas pruebas me la vuelven a colar con un marginal “¡ojo!”. Volví a tacharla, y el “¡ojo!”, y en vez de éste, puse: “¡oído!”.

Y basta de tiquismiquis gramaticaleros. Procuro escribir con estas patitas de mosca lo más claro posible ─aborrezco la mecanografía tanto como la telefonía─ y espero que me tolerarán mis dialectalismos individuales y hasta mis peculiaridades heterográficas.

Le saluda,

Miguel de Unamuno

(1932)
Recopilación de José Antonio Sánchez Paso

“Una atención muy exacta y prolija”

22 septiembre 2010 9:09


Igualmente se debe distinguir en las impresiones lo material y formal de ellas. Los defectos en lo material se deben atribuir al impresor; los de lo formal al autor; verdad es que éste debe también velar sobre lo material, porque a nadie incumbe más que a su dueño el que la obra salga con la mayor perfección; y a no poner un sumo cuidado y vigilancia le aparentarán los impresores (como hace la mayor parte de los artesanos), bondad en lo que no la tiene, precisándole a pasar por defectos que conocen bien los facultativos; pero que ellos, por no confesar sus descuidos, ni detener por poco tiempo la prensa, procuran disimular. Para que un libro salga impreso con alguna hermosura, requiere una atención muy exacta y prolija de parte de todos los que manejan la impresión, y aun así a veces no alcanza: tal es la limitación de talentos aun de los hombres muy avisados.

(Fray Francisco Méndez, 1796)
Recopilación de José Antonio Sánchez Paso

Los derechos del lector (digital)

20 septiembre 2010 9:09

En el cada vez más interesante blog Libros en la Nube se recogen unos “derechos del lector” que ha divulgado un fabricante de lectores, no muy famoso:  Kobo.

He aquí su enunciado:

1. Derecho a bajar los libros al dispositivo.
2. Derecho a subir libros en el dispositivo.
3. Derecho a conservar su biblioteca.
4. Derecho a la libertad de movimiento.
5. DRM solo cuando es necesario, pero no innecesarios DRM.

A estos derechos se añaden otros que Julieta Lionetti recoge de Mike Cane:

1. A una cubierta digna.
2. A un índice (con enlaces a los capítulos respectivos).
3. A una maquetación correcta.
4. A subrayar pasajes (y mantenerlos en la privacidad).
5. A marcar tantas páginas como se quiera.
6. A copiar pasajes.
7. A ilustraciones legibles (por medio de zoom o de enlaces).
8. A la corrección tipográfica previa (un ebook con más de 10 erratas debería ser reembolsable).
9. A una pantalla libre de reseñas de promoción.

Y concluye Julieta:

Ningún ereader cumple con todos estos derechos. Muy pocos ebooks cumplen con otros. A medida que los libros digitales vayan ganando mercado, los editores tendrán que tomárselos en serio o aceptar que por un archivo descargable mal configurado y sin cuidado editorial no habrá nadie dispuesto a pagar.

“Gente dotada a la vez de pasión y distancia”

15 septiembre 2010 9:09


Entre nosotros se publican muchos libros que están zurcidos o amañados, o que contienen errores gramaticales tremendos o faltas de ortografía, y nadie dice nada, ni se lleva las manos a la cabeza, ni hace ejercicios de alta indignación intelectual frente a la invasión chabacana de los ignorantes con éxito que ceden al capricho de publicar novelas.
Hay traducciones al español tan increíblemente malas que parecen hechas por un estudiante de grado elemental al que han encerrado a pan y agua y con un mal diccionario, y en libros de editoriales que parecerían fuera de toda sospecha no es infrecuente encontrar a un personaje “preveyendo” algo o sintiéndose “más mayor” que otro. Nadie está a salvo del error, ni del despiste más disparatado: precisamente por eso, porque quien escribe a veces no sabe alejarse de su trabajo lo bastante como para advertir algunas equivocaciones, un libro debe pasar por las manos de editores y correctores, de gente dotada a la vez de pasión y distancia.
(Antonio Muñoz Molina, 2000)
Recopilación de José Antonio Sánchez Paso

El ojo del corrector

20 enero 2010 9:09

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=TSeTLb9MMyQ]

A través de Addenda & Corrigenda llegamos a dos noticias sobre el mundo de la corrrección corrección. En la primera (arriba) asistimos a un análisis de los movimientos de los ojos de dos sujetos diferentes: un lector avanzado, pero no especializado, y un corrector. El estudio se ha hecho a través de un sistema de seguimiento de los movimientos oculares (eye tracking).

La conclusión es clara: es corrector realiza un auténtico escaneado del texto, mientras que el lector general lo recorre más bien a grandes rasgos.

Como complemento (lamentable), véase este artículo del diario francés Liberation sobre la mala situación laboral de los correctores, debido a que se prescinde cada vez más de su intervención en el proceso editorial.

El Lucanor dudoso

16 diciembre 2009 10:10

El Conde Lucanor en la Bbilioteca Virtual Cervantes

Leo un artículo sobre La ciudad digital de Julio Ortega, con quien suelo estar de acuerdo. Pero dice:

Cualquiera que haya buscado los relatos del Conde Lucanor en la Red, sabe que aparecerán veinte versiones dudosas.

Busco por título en el ISBN (base de datos de libros editados) español. Me salen varios lucanores de editoriales muy conocidas, y luego otros de los siguientes sellos:

Vosgos, Editorial Aguaclara, Círculo de Amigos de la Historia, Editorial Mediterráneo-Agedime, S. A. de Promoción y Ediciones, Cooperación Editorial, Ediciones Nobel, Editorial Órbigo, Editorial Pliegos, Compañía Europea de Comunicación e Información, Nuevas Ediciones de Bolsillo, Linkgua Ediciones, Almadraba Editorial, Ediciones Auriga, Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Empresarios del Comercio del Libro, Club Internacional de Libro División Coleccionables, Edimat Libros, Ediciones Tárraco, Hijos de José Bosch, Edicomunicación, Ediciones Distribuciones Fraile, International Book Creation, M.E. Editores, Nueva Generación Editores, Libros Raros y Antiguos, Perea Ediciones, Editorial Casals y Editora Distribuidora Maves.

Me pregunto: ¿cuántas ediciones dudosas habrá entre ellas?