¿Estábamos tan mal en lectura en el informe PISA?

12 junio 2008 9:09

Todos los medios comentaron (y este blog recogió) la mala posición que había alcanzado España en las pruebas de Lectura PISA. ¿Es realmente así?

Acaba de llegar a mi conocimiento este artículo: Las diferencias entre regiones y países en las pruebas PISA, Julio Carabaña. Esta es su presentación: El presente estudio evalúa el grado en que PISA logra estos objetivos.

Sus resultados más destacables son dos. El primero es que, en los tres estudios PISA realizados hasta la fecha, España ha quedado en la media de la OCDE, confundida en un solo grupo muy compacto con casi todos los países europeos avanzados. El segundo es que las grandes diferencias encontradas entre países y regiones no se explican por las características de sus escuelas y sólo en parte se deben a la composición sociocultural de sus poblaciones.

La lectura es una habilidad (o, por mejor decir, una suma de habilidades) muy complejas. Por esta razón su medida es igualmente complicada. Pero además, y en lo que respecta a la nterpretación de los resultados de encuestas como las de PISA, caben muchas cautelas. El profesor Carabaña expone algunas muy bien fundamentadas.

La tentación ante interpretaciones catastrofistas, como las que sugieron a raíz del Informe (y que Carabaña rebate), es introducir cambios en los sistemas de enseñanza. Tal vez sería apresurado hacerlo. En palabras de la presentación:

El segundo [resultado] es que las grandes diferencias encontradas entre países y regiones no se explican por las características de sus escuelas y sólo en parte se deben a la composición sociocultural de sus poblaciones. De lo cual se deriva la conclusión práctica de que las reformas, las innovaciones y los cambios en la enseñanza tienen, por regla general y salvo prueba en contrario, más costes que beneficios. La principal conclusión práctica de este estudio es que las evaluaciones PISA tienen una utilidad eminentemente preventiva. Si PISA no distingue la eficacia de las diversas políticas y prácticas educativas, hay que ser muy prudente al sustituir unas por otras. Antes de innovar, convendría probar si lo nuevo funciona mejor que lo viejo.

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Un comentario

Honorio dijo...

De mis 40 años he pasado más de 20 de estudiante, y certifico que el estado permanente de cambio que se vive en la enseñanza es perjudicial para la educación; el constante cambio no sólo de planes de estudios, sino hasta de conceptos y finalidades no hace más que marear a profesores y alumnos. Si para mí supuso un trauma el que el complemento directo fuera rebautizado como objeto directo (o al revés, no me acuerdo), cuánto no supondrá a los alumnos actuales el baile de “paradigmas educativos” entre LOE, LOGSE, LRU, LOU, LORLOU, etc…

12 junio 2008 12:22