El arte de vender libros al hombre fatigado

12 noviembre 2009 9:09

En Estados Unidos acaba de aparecer un libro dedicado a la historia de la publicidad de libros en ese país. Su autor es Dwight Garner, quien (nos enteramos por Paper Cuts) es el responsable del rastreo de publicidad en el New York Times que dio lugar a una interesante antología de anuncios de libros.

La obra, se llama Read Me. A Century of Classic American Book Advertisements, es decir: Léeme (¿recuerdan el reciente post sobre los libros solicitadores?). Un siglo de anuncios clásicos de libros americanos. Su introducción está accesible por línea.

Uno de los primeros casos norteamericanos de éxito fue La cabaña del tío Tom, publicada en 1852 en forma de libro tras haber salido el año anterior por entregas en una revista. La respuesta del público fue muy grande (300.000 ejemplares inmediatamente vendidos) y su aparición provocó que se escribieran en vez de las breves noticias habituales en prensa, largas columnas empujando a su lectura. El eco fue tan grande que en seguida aparecieron canciones, muñecas y todo tipo de lo que hoy llamaríamos merchandaising en torno a la obra. La publicidad no hizo más que reflejar y explotar este estado de cosas.

Pues bien: el libro de Garner se inscribe en la oleada moderna de comercio del libro que inauguró este éxito, aunque centrado en el siglo XX. Su reflexión es básica para recordar cómo muchos libros hoy famosos no existieron hasta que el complejo aparato de publicidad y promoción no hizo su trabajo.

Pero además aporta datos preciosos sobre la construcción social de la lectura.El ejemplo inferior (de 1934) muestra el anuncio de “La biblioteca del hombre de negocios fatigado”: “Por el bien de su salud, por el bien de su trabajo, descubra el secreto de de muchos hombres famosos que refrescan sus mentes con libros excitantes como éste”. ¿Se imaginan una publicidad actual que haga hincapié en que la lectura refresca?

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