Benjamin, sobre el libro

01 enero 2011 15:15

Interrumpo el descanso festivo para recomendar encarecidamente una muestra que alberga el Círculo de Bellas Artes de Madrid: Walter Benjamin, constelaciones, bajo la dirección de Juan Barja. Por suerte, y para las personas que no puedan desplazarse a la capital de España, se puede visitar íntegramente en la Web.

Constelaciones es una obra audiovisual que utiliza obras coetáneas del filósofo Walter Benjamin para ilustrar y desarrollar algunos de sus temas. El resultado es francamente sugerente.

El Atlas reconstruye de forma hipertextual las conexiones entre temas benjaminianos, a través de una constelación de citas. Como es bien sabido, la cita era una de sus armas favoritas para el pensamiento:

Hubo de ser [Kraus] el desesperado el que, por su parte, descubriera en la cita una fuerza no de conservar, sino más bien de purificar, y de destruir y sacar de contexto; la única que infunde todavía la esperanza de que algunas cosas sobrevivan a este escaso espacio temporal, precisamente porque las han sacado de él.

Los lemas presentes en Atlas son navegables por conceptos, de los que hay varios centenares, que se entrelazan a través de otros que aparecen en sus inmediaciones (véase la imagen inferior). Pues bien, precisamente bajo el lema libro descubrimos estas dos espléndidas citas:

La historia de la literatura tendría que empezar por estudiar las estructuras de venta […], para así, en lugar de contemplar una y otra vez las mismas cumbres, investigar la estructura geológica sobre la que descansa la montaña del libro.

y

El libro es ya una anticuada mediación entre dos […] sistemas de ficheros. Pues sin duda todo lo esencial se encuentra guardado en el fichero del investigador que escribió el libro, y el erudito que lo estudia lo va asimilando a su fichero.

Es sombroso hasta qué punto el brillante pensamiento de Walter Benjamin sigue resultando iluminador para nuestra época y sus inquietudes.

Me voy a permitir aquí una nota personal. Como director editorial de Taurus tuve el placer de continuar la publicación en español de los escritos de Benjamin que había iniciado Jesús Aguirre en los años 70 bajo el título general Iluminaciones. Es un placer ver cómo la obra de Benjamin sigue desplegándose…

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5 comentarios

Alvi dijo...

Es cierto, muy actual y la exposición (real y virtual) es estupenda. El mundo de la imagen y la palabra tal como lo veía Benjamin es como lo estamos experimentando nosotros en muchos aspectos.

La versión hipertextual del Atlas, muy adecuada para visitar esos lugares comunes que se despliegan en conceptos extendidos por las citas, formando una red, un mundo de pensamiento…

02 enero 2011 14:09
Novedades literarias dijo...

Siempre me gustó Benjamin. “La obra de arte en la época de su reproductividad técnica”… ¿cuánto hubiera podido extender este tema hoy en día, con Internet?

05 enero 2011 16:41
precarisimo dijo...

Walter Benajamin con su buen ojo, se fijó en la fotografía como arte. Me gusta mucho su escritura: frases lapidarias y pensamiento fragmentario. Fue fumador de hachís. Que tal vez conociese en Ibiza aquel largo verano de 1931.

Esta cita suya me gusta mucho:

“La investigación apasionada, por ejemplo, de fenómenos telepáticos no nos enseña sobre la lectura (un fenómeno eminentemente telepático) ni la mitad de lo que aprendemos sobre dichos fenómenos por medio de una iluminación profana, esto es, leyendo. O también: la investigación apasionada acerca del fumar hachís no nos enseña sobre el pensamiento (que es un proceso narcótico eminente) ni la mitad de lo que aprendemos sobre el hachís por medio de una iluminación profana, esto es, pensando. El lector, el pensativo, el que espera, el que callejea son tipos de iluminados igual que el consumidor de opio, el soñador, el ebrio. Y, sin embargo, son profanos. Para no hablar de esa droga terrible, nosotros mismos, que tomamos en la soledad.”

De su ensayo sobre el surrealismo en “Imaginación y sociedad”.

06 enero 2011 04:04
jamillan dijo...

Gracias, Precarísimo: mire por dónde, la lectura como telepatía (que reivindica Stephen King en “On writing”) tiene un precedente ilustre…

07 enero 2011 19:10
precarisimo dijo...

De nada, JAM. La líneas de fuga son impredecibles, felizmente.

Pero Walter Benjamín es ilustre. hoy. En perspectiva, con lo que sabemos, no lo fue. No alcanzó plaza académica, y tuvo que dedicarse al periodismo. Siempre fue precario. Y un condenado… hasta que topó con aquella pistola en una pensión de Port Bou. Cuando sus sesos se estamparon contra un cristal, o una pared.

A mí me molaría leer un relato de Stephen King sobre la muerte de Benajamín. Un maridaje postmoderno.

07 enero 2011 23:57