¿Qué pasará con nuestras queridas librerías?: T&T 14

07 marzo 2011 9:09

Acaba de aparecer el número 14 de la revista Trama y texturas, monográfico sobre un importante tema: “Jaque o gambito. Librerías y entorno digital”:

Ricardo Nudelman: Cuando todos los libros sean electrónicos
Joaquín Rodríguez: The Book Plus Business Plan (B+Bp)
Elia Fernández: Al abordaje
Paulo Cosín Fernández: Los retos del sector ante las revoluciones de nuestro tiempo
Juan Miguel Salvador: Nuevas librerías para nuevos escenarios
José Antonio Vázquez: El regreso al futuro de las librerías independientes
Arantxa Larrauri: Las librerías ante el futuro digital
Bernabé Naharro Sanz: Manifiesto neolibrero
Martín Gómez: Los desafíos para la librería
Manuel García Iborra: ¿Qué será de las librerías en el futuro digital?
José Manuel Anta: El futuro digital y la mutación de las librerías
Antonio Rivero Rodríguez: El horizonte digital y las librerías
María Moreno: Hábitats
Antonio Ramírez: Un mundo que se estrecha
Enrique Redel: Cruzar el Rubicón
Lola Larumbe Doral: Libreros de papel
Jesús Manuel Pinto Varela: El libro electrónico: ¿qué será de nosotros?
Marcelino Elosua: Ventaja competitiva: de la capacidad de distribución al marketing digital
Ramiro Domínguez: El mundo del libro y el mundo del ‘e-book’
Ramón Alba: ¿De qué hablamos cuando hablamos del libro?
Philippe Hunziker: Mundo digital y librería en los confines de la hispanidad
Marco Antonio Coloma: Un campo en disputa
Javier López Yáñez: Las ferias del libro ante el futuro digital: el papel de las librerías

El blog Antinomias Libro ha recopilado una serie de citas destacadas de algunos autores de este número, cuya consulta es muy recomendable (la frase que da título a este post proviene del artículo de Ricardo Nudelman, del FCE, que abre el número).

En el mismo post de Antinomias, Manuel Gil desvela la composición de los suscriptores a la revista:

  • 50% Bibliotecas públicas y académicas.
  • 30% Particulares a título personal.
  • 6% Instituciones (Institutos Cervantes, Centros Culturales de España en el extranjero, organismos oficiales de América Latina).
  • 6% Librerías y libreros
  • 5% Prensa cultural, periodistas, escritores.
  • 3% Editoriales

Aun pensando que parte de esos “particulares a título personal” puedan ser también editores o libreros, sorprende la escasa proporción que estos dos profesionales presentan en el total de suscriptores. Es verdad que en el momento actual hay una cobertura constante de hechos nacionales e internacionales del mundo del libro a través de numerosos blogs, y que incluso la prensa generalista cubre intermitentemente este terreno (con mejor o peor acierto), pero no deja de ser una pena…

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2 comentarios

Xavier Agenjo Bullón dijo...

Yo seguiré visitándolas, pero me temo lo peor. Creo que sólo las librerías que ofrezcan valor añadido sobrevivirán. Eso valor añadido que era el librero con criterio y bien informado (he puesto que era, es un lapsus significativo) y que nos hacía preferir unas librerías a otras, tendrá que añadirse a la red, al sitio de la librería; reseñas, criticas, alertas, etc. ¿Pero no harán esto mismo los editores en línea o las propias editoriales? Especializarse es otro camino. Y otro, distinto, lo siento por qué yo soy un liberal manchesteriano y no lo puedo ocultar, rebajas, libros que no se han devuelto a las editoriales, etc. Creo que el precio fijo se volverá contra los libreros. Quizá tomar ejemplo de las librerías de viejo, me niego a llamarlas de otra manera…

09 marzo 2011 19:22
Biblioantique dijo...

Me apasionan los libros. Unos más por el contenido, otros por el continente… Digo esto porque cuando voy a una librería (sobre todo de viejo) disfruto más que un veinteañero en un centro comercial. Me lo paso pipa. Igual que un apasionado del arte cuando visita un gran museo.

Y precisamente creo que podrá ser una variable futura de las librerías. Muchas desapareceran, como lo hace el libro impreso, otras se transformarán de uno u otro modo en eso: museos de libros. Donde el librero explicará a los chavales de los colegios cómo el tipógrafo realizaba tal trabajo o el encuadernador empleaba tales materiales, mientras observan un Quijote del XIX tras una vitrina.

11 marzo 2011 21:23