¿Por qué tantos libros sobre el estilo?

25 septiembre 2015 13:13

En el curso de los últimos cinco años en España han aparecido (o se han reeditado) los siguientes libros: Español con estilo, Libro de estilo urgente, Las 500 dudas más frecuentes del español, El buen uso del español, Cómo escribir correctamente, Guía práctica para escribir mejor, Libro del español correcto, El nuevo español y el uso correcto de nuestro idioma, Manual de estilo de la lengua española, Escribir en Internet. Guía para los nuevos medios y las redes sociales, Hablar y escribir correctamente, Nuevo diccionario de dudas y dificultades de la lengua española, Guía práctica de escritura y redacción, Manual de escritura académica y profesional, Estilo rico, estilo pobre. Todas las dudas: guía para expresarse y escribir mejor, Cómo escribir claro, 199 recetas infalibles para expresarse bien. A los que hay que sumar alguno de título más sonoro: Las 101 cagadas del español. Reaprende nuestro idioma y descubre algunas curiosidades. A ellos hay que añadir al menos uno más que nos consta que verá la luz antes de que acabe el año.

Casi cuatro títulos por año… Parece que aquí tenemos un problema.

Sobre este tema he publicado una extensa recensión de cuatro obras en el semanario Ahora. Estos son los libros que reseño:

Steven Pinker, The Sense of Style: The Thinking Person’s Guide to Writing in the 21st Century, Nueva York, Viking Penguin, 2014. 360 págs.

Estrella Montolío (dir.), Manual de escritura académica y profesional, vol I: Estrategias gramaticales, vol. II: Estrategias discursivas, Barcelona, Ariel, 2014. 584 y 464 págs.

Luis Magrinyà, Estilo rico, estilo pobre. Todas las dudas: guía para expresarse y escribir mejor, Barcelona, Debate, 2015. 272 págs.

Mary Norris, Between You & Me. Confessions of a Comma Queen, Nueva York, W.W.Norton, 2015. 228 págs.

Y éste es el comienzo de mi artículo:

¿Por qué hay tantos libros de estilo, o similares? La respuesta corta (y malévola) es que hay un buen número de gente que cree que escribe bien, y los demás mal, y se apresura a emprender una cruzada. Una respuesta más larga y bienintencionada es que escribir bien es realmente difícil, con lo que personas o instituciones en posesión de las habilidades pertinentes se ofrecen para dar las claves que permitan a otras menos dotadas, o con menos experiencia, hacerlo adecuadamente. Otra forma de verlo: la gente, por lo general, duda de sus habilidades lingüísticas, y por tanto busca la ayuda de los expertos a la hora de expresarse por escrito. Y en el transfondo hay dos perspectivas, o ideologías. La primera dice que hay una forma correcta de escribir, y otras que no lo son. La segunda cree que hay que utilizar sin apriorismos los recursos que proporciona la lengua, aunque algunos carezcan de larga tradición en ella, en función de los propósitos que se plantee el escrito y a quién vaya dirigido. Entre estos dos polos suelen oscilar los tratadistas de tan delicado tema, respectivamente dictaminando y reflexionando.

El artículo completo está en la revista Ahora, número 2.

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