Menú (tipográfico)

13 octubre 2007 10:10


Poema visual de Carmen Peralto, en El fantasma de la glorieta.

La letra e

29 septiembre 2007 10:10


El artista Justin Quinn reproduce maniáticamente la obsesión del capitán Ahab de Moby Dick a través de la conversión de todas las letras de cada uno de los capítulos de la novela en repeticiones de la letra e (la más frecuente en inglés…. y en español), con las que traza cartografías imaginarias (¿cartas marinas, mapas de escollos?). Vía.

Para leer ¿más deprisa?

15 septiembre 2007 10:10


Ha habido distintos intentos de mejorar la capacidad de lectura, pero hasta el momento no me había encontrado con Zap Reader. Partiendo del texto de una página web, el sitio de Zap lo proyecta sobre la pantalla, palabra a palabra, en un tamaño grande, y a una velocidad parametrizable (por defecto 300 palabras por minuto).

El programa tiene algunas sutilezas, como la administración de pausas tras los principales signos de puntuación, pero globalmente creo que a los lectores avanzados no les ayuda mucho. La razón es que quien lee con soltura jamás decodifica el texto ni letra a letra ni palabra por palabra, sino más bien en una serie de bloques (aquí hemos contado algo sobre la mecánica de la lectura). Ese procedimiento de lectura, unido a técnicas más depuradas, como la “lectura en diagonal” (que nos permite detectar en un párrafo palabras interesantes) hace que la dosificación, aunque sea rápida y legible, del texto con cuentagotas, no ayude demasiado.

Por otra parte, la macroestructura del texto (párrafos, sangrados, etc.) es otra eficaz ayuda a su comprensión, que perdemos cuando leemos de esta forma.

Aquí lo podemos probar Zap Reader aplicado a una entrada del blog Serendipity.

Ah, A…

27 agosto 2007 17:17


En curioso paralelismo con el monumento de Brossa, esta muestra de land’s art de Albert Girós.

A(h)…

17 agosto 2007 20:20

Merece un monumento, ¿no? (Gerona, 2006).

De la presbicia y otras indignidades

04 agosto 2007 12:12


Optotipos. Fuente


El New York Times recorre en un largo artículo las ignominias de la vista cansada de la mano de Katie Hafner. Quienes ronden por arriba o por abajo la cincuentena (y en los países desarrollados somos un montón, por obra y gracia del baby boom), están teniendo considerables problemas con cartas de restaurantes, prospectos de medicamentos, etiquetas de productos y teléfonos móviles, todos ellos con cuerpos o tamaños de letra muy por debajo del umbral de percepción de los ciudadanos de edad, digamos, media…

Desde restaurantes que imprimen cartas en letra grande hasta los que ponen a disposición del público gafas “de farmacia” para quienes las han olvido en casa; desde quien distingue el gel del champú contando el número de letras de la etiqueta, hasta el que ha repartido diez pares de gafas por todo su entorno vital, el artículo revisa las estrategias de los emisores y receptores de mensajes escritos para tener una vida más fácil. Entre los primeros, claro están los editores y libreros especializados en libros en letra gorda, como Large Print Bookstore de Denver.

El medio electrónico tiene la ventaja, si los diseñadores lo permiten, de que se puede aumentar el cuerpo del texto. Lo comentábamos en un post de hace casi un año, “El tamaño del texto“. Pero los nuevos artefactos no parecen tenerlo en cuenta, si vemos el dato de que la American Foundation for the Blind ha elevado una queja ante las autoridades federales contra Motorola, Smasung y otras compañías, por no tener en cuenta en sus pantallas a las personas con pérdidas de visión, cuenta el Times.

Tipografía contra la falsificación

18 julio 2007 11:11


Como es bien sabido, cada tipografía construye el conjunto de los números y las letras del abecedario (y otros signos), bajo unos rasgos comunes. Es frecuente, por ejemplo, que la F sea igual que la E sin el trazo horizontal inferior, que la C sea como una O abierta, etc. Esta uniformidad, que en textos para lectura es imprescindible, puede ser un problema en caso de sartas alfanuméricas con fines de identificación, por la facilidad para ser alteradas. Sin ir más lejos: las matrículas de los coches.

El gobierno alemán quiso evitar que las placas pudieran ser transformadas por el sencillo recurso de pegar una tira de esparadrapo, y sustituyó la tipografía DIN por la FE-Mittelschrift, en la que cada signo tiene una forma diferente. FE significa Fälschungs-Erschwert, es decir: difícil de falsificar. La paradoja (comenta Javier Cañada en El Cosmonauta siguiendo a SpiekerBlog) es que un falsificador podría inventarse un signo de forma completamente nueva, pero diferente a los otros, y a la policía le costaría reconocerlo como falso.

Ahora bien: hoy en día las matrículas tienen como principales lectores no a humanos, sino a las máquinas que las leen en los accesos a aparcamientos, fotografías para multas, etc. Y ellas podrán recordar bien la forma única de cada letra (recuerda un comentario a SpiekerBlog).

Letras en acción

27 mayo 2007 8:08


Me manda Gloria un enlace a este corto, recogido a través de Llámame Lola; se trata de un

proyecto realizado por los estudiantes Boca (aka Marcos Ceravolo) y Ryan Uhrich para la asignatura de Motion Design en el Programa de Diseño Digital de la Vancouver Film School. La pieza creada a tal efecto se llama Typographics, y es una composición en motion graphics que gira en torno a la tipografía. El objetivo de esta producción es realizarla con la tipografía como principal recurso de diseño, para concienciar al espectador acerca de la evolución y las principales características de la misma. Según sus autores, la voz en off y la música tienen ciertas reminiscencias a los anuncios radiofónicos de la década de los cincuenta.

La obra juega con la autorreferencia (por ejemplo: el kerning, o ajuste del espacio entre letras, se explica con la la palabra kerning) y tiene partes francamente buenas.

Rompecabezas de papel

13 mayo 2007 10:10


Dos tendencias opuestas recorren la Historia: la papirogenia y la papiroclasia. Por la primera, los Estados y los gobernantes se dedican a crear incontables documentos agrupados en archivos y bibliotecas. Por la segunda, de vez en cuando se dedican a destruirlos: quemarlos, despedazarlos, darlos al fuego o al olvido.

Numerosos profesionales se ganan la vida honradamente con trabajos encaminados en una u otra dirección. A ello tenemos que añadir quienes se esfuerzan por pasar hacia atrás la película de la destrucción y recuperar lo perdido.

Entre estos hay que destacar el esfuerzo hercúleo por reconstruir parte de los archivos de la policía secreta de la Alemania comunista, la Stasi, reducidos a cachitos cuando la caída del régimen. La Stasi acumuló gran cantidad de informes sobre los ciudadanos bajo sospecha (como se ve en la muy estimable película La vida de los otros), y el intento de reconstruir los que fueron destruidos (dice Nature, vía El País) se está llevando a cabo con la ayuda de un software especial.

Cada pedacito se escanea por las dos caras y luego un potente cluster de ordenadores analiza forma, color, textura, escritura manuscrita, tipografía, y así hasta 25 factores, y propone su colocación en un punto del rompecabezas.

En realidad, nada nuevo: procedimientos tan sofisticados ya se aplicaron a fragmentos de los famosos manuscritos del Mar Muerto, aunque en ese caso se llegó a estudiar el ADN de las cabras que prestaron su piel a los pergaminos, como conté hace años (apartado Cabras de Qumran).

La protoimprenta

14 abril 2007 9:09


Leo en This is not a weblog:

el primer libro impreso datado fue el Libro de Salmos de Maguncia el cual fue publicado por Fust y Schoeffer en 1457. El mismo es una obra de notable belleza y excelente composición. Tambien las biblias de 36 y 42 líneas, impresas por el mismo taller evidencian un desarrollo de la técnica tipográfica ya avanzados. Nada sabemos de los intentos y pruebas anteriores que fueron necesarios para desarrollar este arte.

Según relata este interesante no-blog sobre tipografía, los primeros balbuceos de la nueva técnica se situarían en Holanda, y son híbridos entre el sistema de bloque (en el que cada página se grababa en una pieza de madera y se transfería por frotado) y el sistema de tipos móviles y prensa.

¿Alguien quiere ampliar sus conocimientos sobre esta apasionante etapa? Nada más sencillo: existe íntegra en la red la obra de Adrian Wilson y Joyce Lancaster Wilson, A Medieval Mirror, Berkeley, University of California Press, 1985, que contiene capítulos sobre la imprenta en los países Bajos a través de las ediciones del libro Speculum Humanae Salvationis, entre 1324 y 1500 (en la imagen, una de ellas).

¿Y quién ha pretado semejante servicio a la comunidad de estudiosos?: las eScolarship Editions, parte de la California Digital Library, que contienen más de quinientas obras accesibles íntegramente al público (aparte de otras exclusivamente para miembros de la Universidad).

Y hablando de servicios: llegué a This is not a weblog a través de E-pigraphia, “bitácora de inscripciones, filacterias y demás escrituras expuestas”, a donde me condujo Grafosfera, “bitácora sobre cultura escrita”.