Mario Muchnik sobre el libro y la técnica

11 marzo 2008 20:20

En el número de febrero, 134, de la estupenda Revista de Libros (pero accesible sólo en papel: luego hablaré de eso) hay un artículo de Mario Muchnik: “El libro y la técnica, una cuestión de vida o muerte”. Su principio es sobrecogedor:

Hace ya muchos años que entrar en una librería es cosa de valientes. Tiene poco de sorprendente que la gente “lea poco”. No es para menos: la oferta es tan enorme, la preparación media de los libreros de hoy es tan escasa y el afán editorial de vender es tan irrefrenable que cualquier supermercado de alimentación está mejor ordenado y es más amigable con la clientela que la librería media.

Prosigue Muchnik comentando el precio de los libros: “el producto cultural más barato del mercado”, precisamente por la posiblidad de su uso por múltiples personas y su permanencia. Pasa luego a tratar el precio fijo, para terminar exponiendo cómo hoy el sistema está pensado para vender los libros que más se venden. Los autores menos vendidos (como Beckett) están progresivamente desterrados de los libródromos. Su confinamiento a las pequeñas librerías exige al editor una reducción de la tirada. Y ahí entran las “nuevas técnicas”. El resto del artículo es una defensa apasionada de la “impresión a pedido”.

El artículo termina con una referencia al Rapport Livre 2010: Pour que vive la politique du livre, del gobierno francés, que propone la creación de una etiqueta LIR (Librería independiente de Referencia) para los establecimientos que mantengan un fondo de calidad y no se dejen arrasar por los best-seller. Ello contribuiría a clarificar el mercado:

Estoy refiriéndome, en definitiva, a una separación clara de géneros, que no existe hoy. Es difícil que en un concierto rock intercalen la sonata Claro de luna de Beeethoven. Sin embargo, eso es precisamente lo que sucede en las librerías.

La unión de estos establecimientos, la impresión bajo pedido y la Internet garantiza, para Mario Muchnik, un futuro mejor para el libro. Nada nuevo, quizás, para el lector asiduo de este blog, pero alegra leerlo de la mano de Muchnik, editor clásico, curtido donde los haya, y que ha padecido mucho bajo el sistema vigente.

(Coda: Me encanta Revista de Libros, y en ella he colaborado más de una vez. El ser una publicación patrocinada por la Fundación Caja Madrid le permite tener un precio casi simbólico (3,5 euros). Pero tiene una mala política en la Red: sólo incluye en su web dos o tres artículos por número. Por ejemplo, el artículo de Mario Muchnik no está disponible. Se ha comprobado en repetidas ocasiones que la apertura del contenido a la Web no quita público a la revista en papel. En un caso como éste, en que además la publicación está felizmente subvencionada, no perderían nada y sí ganarían visibilidad para la revista y para sus autores abriendo su contenido).

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10 comentarios

seleucus dijo...

El problema sigue siendo que el duo distribuidor-librero se lleve el 60% del PVP.

12 marzo 2008 00:02
Gorki dijo...

Discrepo del anterior comentarista. El libro no es caro comparado con el precio de otros bienes que compiten con él, en el campo de la literatura, las revistas, y en el campo del regalo social, ramo de flores, bombones o vino. El como se distribuyan el precio del libro entre los miembros de la cadena de distribución es algo que a mi, como lector, no me afecta.El problema es que hoy una librería no puede pretender tener en almacén ni el 10% de la producción anual cuando un libro tiene de vida útil comercial de tiempo indefinido, Aun se venden los libros de Salgari o las leyendas de Becquer.Cómo resolver este problema. Indudablemente la impresión bajo demanda. Y es más, sino lo lo hacen nos acostumbraremos a buscar los libros fuera de las librerías y los encontraremos en Amazon y cada vez más en el P2P.¿Donde encontrar hoy el Lazarillo de Tormes, o La Vida es Sueño?

12 marzo 2008 09:25
Silvia Senz dijo...

Y, además de un circuito propio, promover una norma de calidad de procesos y servicios que les permitiera certificarse, como han hecho las empresas de servicios de traducción, aún les ayudaría más a distinguirse.

12 marzo 2008 11:36
Anonymous dijo...

Acerca de que en las librerías “la oferta es tan enorme” no estoy de acuerdo, pues prefiero poder elegir a que no me den opción. Si que entiendo que el librero haga una selección en base al criterio de la librería, mas dentro de el ha de intentar tener lo máximo.Lo mismo se puede aplicar a la queja mayoritaria de que en este país se edita mucho. Pues mejor, más donde escoger, ahí viene una de las tareas del librero, seleccionar según su criterio y espacio. Sobre la impresión a pedido, es algo que me gusta ya que nos ahorraríamos mucho del tiempo que perdemos en que el distribuidor sirva el libro, pero hay un tipo de libros en que es necesario el hojearlo antes, aparte del placer de tocarlo, olerlo, hojear uno y otro, etc. Además, habría que tener varias opciones de impresiones a pedido, no vayamos a tener todos los libros iguales. Saludos, Ramón

12 marzo 2008 12:14
jincho dijo...

Otra pata de esta extraña ecuación es el posible impacto de los lectores de ebooks…..En USA, Hachette ya distribuye entre sus propios editores el lector de Sony. ¿Cuanto tardará en llegar al gran público?. ¿Hará obsoleta a la impresión bajo demanda antes de que esta se asiente?.Saludos

12 marzo 2008 15:09
Anita dijo...

Ramón: la impresión bajo pedido no excluye la posibilidad de que haya en ciertas librerías un libro para oerlo, etc. Pero tienes mucha razón e lo de que podría haber dos (o más?) versiones posibles para ciertos libros, y esto la tecnología lo permite.

12 marzo 2008 19:07
Mario dijo...

Si una publicación pagada por la Fundación Cajamadrid no puede estar íntegramente abierta en la web, ¿cuál puede estarlo?

12 marzo 2008 22:05
Bernard-Louis dijo...

LIR: sugerente acrónimo.¿Dónde hay que firmar para que sea una realidad?Como suscriptor a esa revista, prescindo de su consulta en la web pero como bien dice, por ese precio, por cinco mil y pico de pesetas, merece la pena tenerla. Después editan un cedé con todo el contenido cada cierto tiempo y es un auténtico lujo consultarlo.Saludos.

13 marzo 2008 00:45
Marta Reguero dijo...

Una humilde sugerencia: y para poder disponer de amplios catálogos y de todos los títulos que van saliendo no podría tenderse a una especialización de las librerías? al igual que en ZARA no espero encontrar un equipo para practicar natación, o al igual que mi abuelo no se viste en SPRINGFIELD, ¿sería otra opción la de que las librerías pudiesen especializarse? supongo que no sería válido porque el negocio es difícil de matener. Pero al menos que no se argumente en contra de que los títulos puedan tener más vida por no poder almacenarlos y comercializarlos más tiempo.

13 marzo 2008 16:33
Bernard-Louis dijo...

Vale, Marta, todo dependerá de la población lectora. Donde vivo, toda librería que ha surgido especializada se ha ido al garete. Pero claro, vivo en Jaén n.p.Saludos.Me quedo con el acrónimo LIR… es tan sugerente. (de verdad)

14 marzo 2008 01:30