Para evitar la oscuridad

18 junio 2010 9:09

Tan temprano como en 1813, el gobierno de Estados Unidos creó un programa para descentralizar y difundir la información oficial. Durante siglos las bibliotecas norteamericanas han preservado todo tipo de documentación. Pero hoy en día, gran parte de ella es nativa digital. Magnífico, ¿no?

Pues no tanto: ¿cómo cerciorarse de que lo que alguien dijo en determinada comisión del Congreso no ha sido alterado? Esto no es una preocupación conspiranoica: James Jacobs, bibliotecario de las Bibliotecas de Stanford University afirma:

Ha sucedido antes. Desde mediados de la década de 1980 hasta final de los 90 la American Library Association publicó un informe anual con ejemplos de lo que el gobierno no quería que los ciudadanos conocieran, con oscurecimiento consciente del registro. Sucede más de lo que nos gustaría.

Para evitar esto se ha creado LOCKSS (Lots of Copies Keep Stuff Safe, ‘Muchas copias aseguran las cosas’ ), un consorcio internacional con base en Stanford, que agrupa más de 200 bibliotecas universitarias que recolectan y preservan contenido electrónico. Más detalles en el artículo “Stanford helps to digitally preserve mountains of documents” (gracias, Adán Griego).

¿Y quién asegura que los contenidos de los libros digitalizados no han sido alterados? Por supuesto, la existencia del mismo libro en papel. No: la digitalización de una obra no debe ser nunca excusa para descartar su original…

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3 comentarios

Elena Rius dijo...

Un asunto preocupante, este de la preservación de documentos en la era digital. Como dice el interesante artículo que citas: “Nadie sabe cómo preservar los bits digitales a largo plazo. Internet tiene 25 años, Google sólo 10 (¡cielos!).” Inquieta pensar que, como dice Jacobs, la mayoría de páginas web desaparecen en pocos meses y muchas otras se convierten en “cadáveres del ciberespacio”. ¿Qué pasará dentro de cincuenta años, o de cien? ¿Quedará algún rastro de todo lo que circula por el ciberspacio? ¿Y esos cadáveres?

18 junio 2010 13:56
Gorki dijo...

Estoy de acuerdo en líneas generales con los riesgos “conspanoicos” que acechan a los ficheros digitales, salvo en la linea final.

Hoy el “original” es el fichero digital, el libro es una “copia” creada a posteriori de ese “original”. En ese sentido, no es prueba de cambios realizados en el “original”, pues puede haber sido editado DESPUES de los cambios y que por ello puede que tenga más valor documental los ficheros digitales con contenido común guardados en 200 bibliotecas de diferentes universidades.

18 junio 2010 16:02
Oscar dijo...

No seria de extrañar que asi sucediera. Temo sin emabrgo, que la herramienta funcionara en tanto sea para evitar pequeñas correcciones, pero un gran encubrimiento pasara sin mas el filtro.

31 octubre 2010 21:17