Más sobre Dirae

16 mayo 2011 9:09

Se preguntaba Silvia en un comentario al post anterior, sobre Dirae, cómo habría que clasificar este diccionario. Creo que la respuesta es sencilla: es un diccionario digital.

¿Y cuál es un buen diccionario digital, sea en CD-ROM o en la Web? De nuevo la respuesta es sorprendentemente simple: el que permite el acceso a sus datos de todas las maneras posibles. Los diccionarios en papel son en el fondo un conjunto de fichas, encuadernadas juntas por comodidad, y por lo tanto sólo pueden dar acceso desde el lema ordenado alfabéticamente. Pero en formato digital, el acceso es ilimitado. O debería serlo…

Hay que darse cuenta de que interfaces como el de la RAE para su diccionario en línea lo único que hacen es dificultar el acceso a algo que podía ser plenamente consultable. Imaginemos que tuviéramos el Diccionario de la Lengua Española editado simplemente en páginas HTML, y que hubiera una lista general de palabras con enlaces a cada entrada. Esta sencilla interfaz daría al consultante las mismas facilidades que la actual aplicación, pero permitiría además que el que quisiera conocer el vocabulario relacionado, por ejemplo, con el río, buscara simplemente en qué páginas estaba la palabra. Pues bien: eso es lo que hace Dirae y no se puede hacer con el DRAE en línea.

La Academia no está sola en esto: muchos editores de obras digitales restringen artificialmente sus capacidades para limitar su utilidad, por motivos comerciales. Así, ahora tenemos DVDs que se pueden ver en una zona del planeta pero no en otra, libros que se pueden leer sólo en un dispositivo, canciones que sonarán sólo en un aparato, etc. Paradójicamente, y dado que el acceso abierto a las obras digitales está resuelto tecnológicamente desde hace décadas, los mayores esfuerzos de los editores de hoy se dirigen a limitarlo…

Vamos, como si siglos después de la invencion de la imprenta, de golpe nos vendieran un diccionario con las páginas cubiertas por un cartón en el que hubieran practicado una ventanita, y sólo pudiéramos leer el texto que aparece a través de ella, moviéndola trabajosamente de una esquina a otra, de arriba a abajo de la página…

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3 comentarios

Gorki dijo...

Tienes toda la razón, pero mientras lo entiendo perfectamente, (aunque ne moleste,)en una empresa privada que tiene la intención de comercializar más adelante y obtener mayor beneficio, pues alfin y al cabo esa es su misión). ¿Por qué lo hacen las instituciones? ¿Que piensa ganar el Museo del Prado, La Real Acadenia o la Biblioteca Cervantes, poniendo chinas en el camino de los contribuyentes?

Yo cuando ne tropiezo en una de esas chinas solo capto el desprecio de los dirigentes de esas instituciones por quienes les damos de comer.

16 mayo 2011 11:40
Dubitador dijo...

Coincido con la opinion de Gorki.
En todas partes, en todo ambito e instituciones publicas lo que mas me molesta es la actitud del personal dedicada a vigilarnos a los usuarios. La RAE, el Prado… tienen encomendada la mision de cuidar el asunto que tienen a su cargo, a protegerlo del resto del pais.

17 mayo 2011 02:14
Silvia Senz dijo...

Gorki: tienes toda la razón. Y ya no es sólo desprecio; es ignorancia del feedback que crea la difusión del conocimiento, cómo contribuye a mantenerlo y alimentarlo. Cerrar accesos es cerrar vías de desarrollo.

18 mayo 2011 09:12