Vicente Rojo: cincuentenario de Ediciones Era

14 octubre 2010 9:09

Foto de Carlos Cisneros en La Jornada

El sello mexicano Ediciones Era acaba de cumplir 50 años. Milenio online ofrece una entrevista con uno de sus creadores, el editor, diseñador, tipógrafo y artista Vicente Rojo.

Hace cincuenta años yo hacía mis diseños para el INBA y Difusión Cultural de la UNAM, pero como independiente, porque no estaba en sus plantillas. Los hacía en la Imprenta Madero, que era pequeña y tenía algunas horas libres que yo pensé aprovechar para editar algunos libros, ese es el origen de ERA, uno de los trabajos de los que más orgulloso me siento.

No sabía a dónde podía llegar con esa idea, afortunadamente tuve el apoyo de los hermanos Expresate: Jordi, Francisco y Neus y del padre de ellos, don Tomás, uno de los dueños de la librería y de la imprenta Madero, quien a pesar de que el proyecto debió parecerle una locura de jóvenes —ninguno de nosotros había cumplido treinta años— nunca nos negó su ayuda.

Cuando comenzamos a publicar, Neus estaba —creo— en Estados Unidos, afortunadamente llegó a los siete u ocho meses y se hizo cargo de la editorial. Por mi parte, busqué la colaboración de mis amigos de La Ruptura, de la Revista de la Universidad y de México en la Cultura, en especial de Fernando Benítez, autor de nuestros dos primeros libros.

Durante todo ese tiempo, Neus y yo íbamos orientándonos sobre las posibilidades de mantenernos como una editorial independiente y pequeña, pero ERA fue creciendo y aparecieron nuestras primeras colecciones, como Alacena, que publicaba a los más jóvenes: Juan García Ponce, José Emilio Pacheco, Sergio Pitol, Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis…

A Neus y a mí —sobre todo a ella— nunca nos ha gustado hablar de ERA, porque pensamos que de una editorial es muy fácil conocer la historia si se estudia su catálogo, ahí están los temas y autores que ha publicado. Así que si alguien quiere saber cómo han sido los cincuenta años de esta editorial tiene que recorrer su catálogo, ahí está lo que que ha sido y seguirá siendo, ahí están por ejemplo Los indios de México de Fernando Benítez o las obras completas (26 tomos) de José Revueltas, autores como Augusto Monterroso y Gabriel García Márquez… en fin, son muchos y es muy delicado seguirlos nombrando porque siempre quedarán algunos pendientes.

Bonita frase: “de una editorial es muy fácil conocer la historia si se estudia su catálogo”… Pero muchas de las editoriales históricas españolas, reducidas ahora a sellos de un gran grupo, no conservan su catálogo, es decir, su memoria.

http://www.jornada.unam.mx/2009/12/21/index.php?article=a08n1cul&section=cultura

“El texto no lo reconoce ni su padre”

13 octubre 2010 10:10


Los escritores, por lo común, corregimos las pruebas de nuestras primeras ediciones y a veces, ni eso. Las que siguen las dejamos al cuidado de los editores quienes, quizá por aquello de su conocida afición al noble y entretenido juego del pasabola, delegan en el impresor, el que se apoya en el corrector de pruebas que, como anda de cabeza, llama en su auxilio a ese primo pobre que todos tenemos quien, como es más bien haragán, manda a un vecino. El resultado es que, al final, el texto no lo reconoce ni su padre: en este caso, un servidor de ustedes. Los libros, con frecuencia, mejoran con esta gratuita y tácita colaboración, pero los autores rara vez nos avenimos a reconocerlo y solemos preferir, quizás habituados por la soberbia, aquello que con mejor o peor fortuna habíamos escrito.

(Camilo José Cela, 1989)
Recopilación de José Antonio Sánchez Paso

¿Editar para el aparato o para la página virtual?

12 octubre 2010 9:09


El nuevo Samsung Galaxy Tab

Este breve y sabroso post de Exact Editions surge de la presentación de uno de los muchos tablets que van a ver la luz en los próximos tiempos. La reflexión es que el iPad no va a estar solo, sino que surgirán numerosos tablets con pantalla táctil de diferentes tamaños (5″, 7″, 9″, 11″, …) y, lo que es más importante, distintas proporciones.

Adam Hodgkin toma como ejemplo la nueva aplicación para iPad de la revista Esquire (las revistas con predominio visual son uno de los nichos más importantes para el aparato de Apple). El resultado es excelente, incluyendo la interactividad (véase abajo), pero se trata de una aplicación que hay que programar/diseñar prácticamente número por número, y que además está centrada en las proporciones y tamaño del iPad. ¿Quién podrá mantener esto cuando se abra el abanico de formatos de salida?

Obsérvese que este problema es el mismo que ya hemos pasado varias veces en las historia de las aplicaciones, desde hace más de una década: CD-ROMs de juegos o educativos orientados sólo a una proporción de pantalla, luego páginas web que se descomponían cuando el usuario cambiaba el tamaño del navegador previsto, y ahora obras para dispositivos lectores sólidamente centrados en uno de ellos. Editar para el aparato nunca ha sido la solución…

Aparece Trama y Texturas, 12

11 octubre 2010 9:09

Presenta el siguiente Sumario:

Joseph Conrad: Los libros
Jean-Marie Gustave Le Clézio: Pequeña apología del libro
Margarita Valencia: El fin de la Edad del Libro
Robert Darnton: El futuro de las bibliotecas
Julieta Lionetti: Máquinas de leer
Marco Cassini: La edad de la inocencia (agosto)
Francisco Javier Jiménez: El editor independiente: ¿solo ante el peligro? De la autopromoción a la creación de comunidades
Julia Otxoa: Poética de lo invisible
Mike Shatzkin: Libro electrónico y derechos de autor
David Bellos: Yo, traductor
Íñigo García Ureta: El despertador
James Bridle: Lo que los editores pueden aprender de Allen Lane: valentía
Charles Dudley Warner: La responsabilidad de los escritores
Libros y blogs

La revista se puede comprar en el sitio de la editorial; a mitad de precio en formato electrónico en el sitio de eBook de la asociación ARCE (aunque veo que aún no está colgado este número). Artículos de los números anteriores se pueden encontrar en abierto en el blog de la revista.

Pasar de p-book a e-book

08 octubre 2010 9:09

En el blog Tinta-e leo una entrevista [a Jaume Balmes] sobre las dificultades, y por tanto costes, de convertir un libro impreso (p-book) en uno digital (e-book). La cuestión no es en absoluto baladí, porque gran parte de los libros digitales que se están creando en la actualidad provienen de libros impresos, hechos en un momento en el que ni se pensaba en que migrarían a otra plataforma, y con frecuencia se parte del archivo creado en una aplicación de maquetación.

La entrevista recorre problemas impensados en la conversión, como las versalitas, y analiza distintas herramientas para llevarla a cabo, con sus ventajas e inconvenientes. Resalta en cualquier caso la necesidad de retocar manualmente el código obtenido.

También se examina la cuestión de las ilustraciones, y las dificultades que se plantean para que sean visibles en distintos medios: desde en la rica pantalla de un iPad hasta en los pocos tonos de gris de la tinta electrónica.

Un post que aclarará conceptos a quienes trabajan en estas conversiones, pero muy recomendable también para que quienes no saben nada del asunto tengan un atisbo del berenjenal en que se puede convertir. Por cierto: también reflexiones útiles para aquellos que crean directamente un e-book, en vez de partir del impreso.

“Quisiéramos que los libros se describieran”

06 octubre 2010 9:09


Los catálogos tienen un encanto especial. Se pueden leer por el principio, por el fin o por el medio. No es preciso que guardemos orden en su lectura […]. Los catálogos más admirables son los de los libros. Quien ame apasionadamente los libros encontrará en un catálogo, a cada paso, motivos de sorpresa, de asombro, de codicia, de pasmo y de admiración. Este libro que se anuncia en el catálogo que tenemos entre las manos, ¿es realmente la edición que codiciamos? De tal obra existe una edición fraudulenta; hay también una edición del mismo año que la que nosotros ansiamos; pero con una variante de importancia. Además, en esta edición anunciada, ¿estará el retrato del autor y la tasa y la fe de erratas que en algunos ejemplares se han suprimido?… Quisiéramos que los libros se describieran y extractaran de tal modo que no fuera necesario comprarlos.

(Azorín, 1925)
Recopilación de José Antonio Sánchez Paso

¿Como quién escribo?

05 octubre 2010 9:09

Ahora puede saberlo (si es que escribe en inglés): introduzca unos párrafos de su obra en I Write Like y el programa le dirá a quién se parece su estilo.

He hecho la prueba con una breve carta de negocios que había recibido, y la respuesta ha sido clara: ¡escribo como Dan Brown!

La verdad es que hay muchos factores estadísticos que se puede considerar que forman parte del “estilo” de un autor: léxico, pero también estructura de las frases, longitud media, etc. Pero este programa no acaba de hacerlo muy bien: una nota en el blog Paper cuts cuenta cómo alguien introdujo unos párrafos de “La caída de la casa Usher” de Poe (autor que figura en la nómina de estilos de la aplicación) y se atribuyeron a Conan Doyle.

En realidad (y como se comprueba en la página de respuesta del programa) la cosa no pasa de ser una ingeniosa forma de publicitar libros sobre cómo escribir y publicar…

Fomento de la lectura

04 octubre 2010 9:09

Los hermanos Marx en Una Noche en la Ópera

Cualquier persona usuaria de iPhone o iPad que haya querido descargarse la aplicación iBooks para libros habrá visto cómo se le proponia la lectura y aceptación de un acuerdo. Esta pieza de legalés ocupa en formato iPhone casi setenta páginas, que se reducen a la mitad si se leen en formato holandesa: 1.300 líneas de apretado texto.

¿Quién dice que a los usuarios de dispositivos digitales no se les anima a la lectura?

233 libros

01 octubre 2010 9:09

Acaba de aparecer en beta (como debe ser) 233libros.com.

Se trata de un sitio web que trata de utilizar los recursos de redes sociales para recomendar (o todo lo contrario) títulos concretos.Se presenta como “el primer proyecto literario 2.0.”, lo cual es como mínimo exagerado, dados los precedentes ajenos y propios.

Así se autodescribe:

Es un web sobre libros donde lo que prima es la decisión del lector. Con este proyecto se pretende hacer un escrutinio de la literatura actual, algo similar a lo que ya hicieran el cura y el barbero en el Capítulo VI del Quijote. En 233libros.com los lectores deciden. Puedes votar qué libros merecen el castigo del fuego o cuáles merecen un lugar en las bibliotecas. Cuando un libro llega a 233 votos negativos se quema en la hoguera. Si recibe 233 votos a favor, se envía para siempre a nuestra Biblioteca.

Como no se le habrá escapado al lector, 233 grados centígrados equivalen, sí, a 451 Fahrenheit, la temperatura a la que arde el papel.

De cada libro se ofrece una sinopsis, sin firma, que parece más bien el texto de la solapa. No hay enlaces ni a las webs de las editoriales ni a las de los autores.

La participación no exige registro, ni para votar ni para comentar, lo cual favorecerá la participación, a costa tal vez (como suele suceder en estos casos) de la calidad de las intervenciones. El sitio tiene fácil navegación, por títulos o por géneros, y buen aspecto general.