“Ganar dinero escribiendo”

23 marzo 2011 9:09

Sólo hay un modo de ganar dinero escribiendo, y es casarse con la hija de un editor.

(George Orwell, 1933)
Recopilación de José Antonio Sánchez Paso

BookCamp, encuentro en Barcelona

22 marzo 2011 9:09

Del 24 al 26 de marzo tendrá lugar en Barcelona el segundo BookCamp, coincidiendo con la edición 2011 de Kosmopolis. La Festa de la Literatura Amplificada. Según los organizadores:

El BookCamp Kosmopolis es un encuentro informal en el que los participantes eligen los temas de los que quieren hablar. La primera edición, el pasado octubre, fue todo un éxito; ahora llega la segunda edición coincidiendo con Kosmopolis. La Fiesta de la Literatura Amplificada. Si eres editor, bibliotecario, diseñador, lector o escritor, si te gusta la literatura y tienes interés en la dramaturgia, las vanguardias literarias, el spoken word o el slam, ahora tienes la oportunidad de proponer una sesión de trabajo o de debate en torno a estos temas o cualquier otro que tenga relación con las letras. Porque el BookCamp Kosmopolis lo haces tú: tú eliges el tema, tú coordinas el debate; tú participas y descubres nuevas ideas; tú compartes y aprendes.

Entre la veintena de sesiones previstas se encuentran:

estrategias para ser leídos

debate sobre nuevas iniciativas para compartir contenidos digitales (PirateBox y BookLiberator)

derechos del lector digital

social publishing

DRM

clubs de lectura por línea

libros de artista

hacia un futuro sin libros en las bibliotecas

etc.

Habría podido poner más tags al pie, pero creo que con estas basta…

Cómo ven los editores españoles su futuro

12 febrero 2011 9:09


De la galería de ojos de mi sección visual

Por presión popular comento lo que se dijo en la jornada Los retos del negocio editorial, organizada por Expansión, que reflejé en un post anterior: “Si editaramos en inglés, ya estaríamos muertos”.

Los editores están al menos diagnosticando bien sus problemas. Ven que es inviable mantener el mismo modelo de negocio. Y claro: les parece “inconveniente” la entrada de players como Telefónica, Apple o Google, pero ¿qué van a hacer?.

No tienen soluciones, o las que ven son un espejismo: poner la esperanza en esos “nuevos contenidos atractivos que hasta ahora el libro tradicional no podía incorporar” (Edhasa) lleva a los editores a un nuevo terreno, el de la producción multimedia (animaciones, videos, etc.), carísimo y en el que los editores no tienen know how. Ya vivimos esa misma situación cuando los CD-ROMS en los 90, y sabemos cómo acaba. Además estos libros aumentados suelen ser inútiles y decepcionantes.

Dicen que el libro electrónico no debe entenderse como “la mera transcripción tecnológica de un contenido creado y pensado para otro soporte y otros clientes” (Planeta). ¡Claro que no!: tiene que ser la buena transcripción tecnológica (¡no esos epub llenos de errores!) de un contenido creado y pensado para el lector. Punto. Aunque (sigue Planeta) de prolongarse esta situación, “venderemos el mismo contenido a precios distintos y se quedarán con el más barato”. Sorprende ver esta falta de confianza en su producto tradicional, el buen libro de papel: lo que ocurrirá es que venderán el mismo contenido en varios formatos, y se seguirán vendiendo muchos libros de papel (auque quizás no tantos como ellos querrían…).

Sí: “Si editaramos en inglés, ya estaríamos muertos”. El español ha sido una barrera de entrada, pero ya están ahí Google Ebookstore, Amazon a punto, desembarco generalizado de editoras bajo demanda (Palibrio y Xinxii), … En la lista LUN: lengua, uso y norma Silvia Senz ha planteado crudamente la cuestión: La “lengua común”, ¿salvaguarda de la industria editorial catalano-española? Una muestra:

Basta que núcleos de producción editorial tradicionales como México o Argentina recuperen lo bastante su industria para que lo que sale de España no llegue allí. […] Basta, pues, con que Apple, Google y otros “monstruos” llegados de lejanas tierras imiten la iniciativa de los “publishers” norteamericanos, contraten los derechos de publicación (de obras originales en castellano o de traduciones al castellano) para diversos países, creando su red mundial de colaboradores (traductores, correctores, adaptadores…) y produzcan así sus propias localizaciones para comerse casi enterito ese pastel idiomático que la federación española de gremios editoriales, creyéndose (ingenua y cínicamente) propietaria del idioma, cree conservar.

Hoy por hoy los editores en papel, secundados por los agentes y con la complicidad implícita de autores y derechohabientes extranjeros, detentan los derechos digitales de los libros cuyos derechos impresos poseen. Es decir: el editor X publica la novela Y en papel y la agente sólo venderá los derechos digitales de Y al mismo X. Luego Y puede (y suele) hacerle poco caso al canal digital: su negocio está en otra parte. Pero esto puede cambiar, por ejemplo, cuando los propietarios extranjeros de los derechos se pregunten cómo están obteniendo rendimientos digitales tan malos por sus libros. El troceo de los derechos en una lengua por países o zonas (derechos en español para Argentina, o México, o para América Latina, o para España, vendidos separadamente), que hasta ahora ha sido una  estrategia de los propietarios y sus agentes para sacar más dinero a los libros tradicionales, no tiene ningún sentido en el mundo digital, y desaparecerá; en el nuevo mercado realmente global habrá una ventana para editores arriesgados en español, vengan de donde vinieren.

Mientras tanto, y en lo que atañe a libros en papel, seguimos en un sector con mala información comercial, mala información a los clientes, con libros convertidos en un cocktail de datos y con una estructura de distribución que a nadie satisface (ni a clientes ni a vendedores).

La solución debería ser doble: por una parte mejorar el circuito del libro de papel, y sus correlatos de información digital, para conservar en buen estado ese precioso nicho, en vez de defraudar al comprador y enervar al librero. Por otra crear una oferta amplia, barata y de calidad de libros electrónicos. Ninguna de las dos interesa a quienes ya ocupan mesas de novedades en las librerías, y saben que van a seguir haciéndolo. Ambas interesan a todos los demas.

Para usar materiales con licencia: Open Attribute

11 febrero 2011 9:09

Entre las muchas ventajas del navegador Firefox se encuentra la posibilidad de instalar add-on (complementos) de todo tipo. Ya vimos uno que permitía “pasar páginas“.

El que presentamos ahora, Open Attribute (que he conocido por la lista IWETEL), tiene la función de facilitar la cita y referencia de materiales con licencia Creative Commons, de la que hemos hablado abundantemente. Recordemos que España ha venido siendo el país con más obras bajo esa licencia.

Una vez instalado el complemento, cuando uno llega a una página con materiales sujetos a alguna licencia, la barra del navegador muestra a la derecha el círculo con el anagrama CC (ver imagen). Al hacer clic en él se despliega un menú con enlace a CC. Si se desea, el botón de “Copiar atribución” pone en el portapapeles la URL de referencia y la licencia que lleva. He aquí un ejemplo de cómo referencia un post de este blog:

Work found at http://jamillan.com/librosybitios/2011/02/si-editaramos-en-ingles-ya-estariamos-muertos/ / http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/es/

Esperemos que pronto haya una versión en español y otras lenguas peninsulares, porque es muy útil para incorporar la atribución a documentos en los que citemos otras obras.

En las primeras pruebas he detectado algún fallo. Los post de blogs como los de este sitio son identificados adecuadamente, pero no ocurre igual con las páginas web que indican la licencia únicamente en la portada (requisito que, si no me equivoco, basta desde el punto de vista legal), porque  la licencia no aparece en cada una de ellas. También me ha fallado en mis fotos de Flickr, dado que no ha reconocido su licencia.

En resumen: un paso más para hacer más cómoda la utilización de Creative Commons.

“Cualquiera puede construir un grueso volumen”

09 febrero 2011 9:09

Prolifera este sistema de producir libros ensartando artículos en su mayor parte ya publicados por autores diversos en diferentes lugares. La idea inicial que dio origen a los primeros «readings» merecía gratitud (y sigue mereciéndola cuando se realiza correctamente): se trata de reunir trabajos fundamentales sobre un autor o una materia en un volumen accesible al interesado, ahorrándole el tiempo y el esfuerzo de acudir a revistas y publicaciones dispersas, difícilmente accesibles a veces. En el ámbito literario español, la colección «El escritor y la crítica» que Ricardo Gullón dirigió con mano segura en la editorial Taurus, es realización consumada de tan benemérita idea.

Pero a nadie se le oculta que ese método de componer libros juntando fotocopias puede conducir a excesos, incluso a abusos, cuando, por ejemplo, el antólogo o compilador o recopilador (porque tal es el papel de quien, a lo anglosajón, se denomina «editor») adiciona más que selecciona, y elige trabajos mediocres para entretejerlos con otros valiosos, degradando así estos sin aumentar el valor de aquéllos. Con la actual superfetación crítica, absolutamente inatajable, cualquiera puede construir un grueso volumen que, a lo culto, […] puede denominarse «suma», y a lo indocto, tocho.

(Fernando Lázaro Carreter, 1993)
Recopilación de José Antonio Sánchez Paso

Libros multimodales

07 febrero 2011 11:11

Van apareciendo ejemplos de obras que constituyen realidades mixtas: en papel, en la Web y en redes sociales; del autor y abiertas a la colaboración; textuales, gráficas y audiovisuales. Aportaré dos ejemplos.

La izquierda reaccionaria, de Horacio Vázquez Rial, un proyecto de Pensódromo 21. En palabras de sus creadores:

Con este título iniciamos un proyecto de nueva edición con la característica de ser un planteamiento realmente multiformato. El desarrollo del tema que propone Horacio Vazquez-Rial, “la izquierda reaccionaria”, no sólo va a tener lugar en formato libro ni, desde luego, únicamente en soporte papel. El libro es capital, es cierto, también en sus diferentes versiones electrónicas, pero como editores no vamos a quedarnos limitados al esquema tradicional de comercialización y venta del libro sino que vamos a trabajar un desarrollo radial de la propuesta: conferencias, videoconferencias, materiales audiovisuales (programas de entrevistas, debates, documentales, etc.), contenidos fragmentados para universidades, materiales para medios…

El silencio se mueve, de Fernando Marías es, en palabras de Victoria Fernández,

Un proyecto innovador, que ha sabido conjugar, con gran acierto, buena literatura y nuevos elementos narrativos -un cómic (magnífica la recreación del estilo años cuarenta[muestra en la ilsutración superior)]), un breve guión de cine, recortes de periódico, una web (http://www.elsilenciosemueve.com) y un blog de Javier Olivares (http://elenigmapertierra.blogspot.com)- que permiten a los lectores descubrir pistas y nuevas perspectivas del relato, y que, en definitiva, lo enriquecen y amplían (a destacar el blog de Olivares, una auténtica “novela dentro de la novela”, que se lee con pasión).

“Las manías de los autores”

26 enero 2011 9:09

[Los] coqueteos, las manías de los autores son el peso cotidiano de los editores. El gran Flaubert mismo refunfuñaba a menudo ante Michel Lévy: «El acento circunflejo de Salambô no tiene ninguna curva, no hay nada más púnico; lo quiero más abierto», escribía en 1862.

(Pierre Assouline, 1987)
Recopilación de José Antonio Sánchez Paso

Crear un libro por “crowdfunding”

17 enero 2011 9:09

El crowdfunding, o ‘financiación en masa’, es un sistema mediante el cual un creador propone una obra y abre un proceso para que quien quiera apoyarla contribuya con una cierta cantidad. En el fondo, no es muy distinto a la “suscripción previa” con la que autores y editores desde hace décadas o siglos han pedido al público que financie una obra que si no, no podría existir.

El mundo digital puede ofrecer procedimientos que conviertan este apoyo en algo flexible y dinámico. El nuevo sitio Verkami (muy bien concebido) ofrece a cualquiera la posibilidad de crear un proyecto, dimensionarlo y contactar con su público potencial para obtener financiación. La característica interesante es que si no se logra llegar a la cantidad deseada en el periodo de tiempo estipulado, los contribuyentes a la causa recuperan el dinero, y se acabó. Si se logra llegar a la cantidad, Verkami recoge su comisión, la pasarela de pago bancaria la suya, y el neto resultante queda para el proyecto.

Muchos tipos de obras pueden ser objeto de esta financiación colectiva. Una de los más antiguas en España es la película El Cosmonauta, que aúna el crowfunding con las licencias Creative Commons. Pero también se puede aplicar a libros…

Victor Pàmies es el creador de un excelente portal dedicado a refranes catalanes. Ahora tiene un proyecto en Verkami, un libro que reúne una recopilación de dichos y refranes sobre el ojo:

La idea és finançar l’autoedició d’un llibre d’unes 150 pàgines, en format diccionari, amb pròleg, introducció, cos del diccionari, índexs idiomàtics finals i bibliografia utilitzada sobre dites i frases fetes sobre l’ull.

Hacen falta 200 personas que aporten, cada una, 20 euros, y que recibirán a cambio sin gastos un libro dedicado más una versión digital en PDF. Pero se admiten aportaciones desde los 5 euros (cuyos donantes recibirán un punto de libro en PDF) hasta 100 (8 libros dedicados).

La tirada total será de 500 ejemplares (por motivos de coste), por lo que quedarán unos 300, cuyos ingresos constituirán el posible beneficio final del autor.

El proyecto, que el autor difunde en redes sociales y desde sus blogs,  ha pasado ya el ecuador de la recaudación en sólo siete días de los cuarenta de que disponía. Ojalá cubra pronto la totalidad, y se demuestre que existe un nuevo camino en la siempre cambiante relación entre autores y su público.

El archivo de la Balcells

10 enero 2011 9:09

En la pasada Navidad se ha conocido la venta del archivo de la agente literaria Carmen Balcells al Ministerio de Cultura, por tres millones de euros. Iba a decir que es un placer que un archivo tan rico se conserve en nuestro país, aunque ya veremos: a lo mejor una universidad americana se apresuraría a poner en línea sus contenidos, en condiciones mejores que lo que suele ocurrir con nuestros centros. Esperemos que lo que se ha pagado sea un precio “de mercado”, porque, total, la Balcells podía haberlo regalado, y porque hay por ahí editoriales históricas cuyos archivos han desaparecido (¿dónde está el de Espasa, o el de Gredos, por ejemplo?), y que se habrían podido conseguir gratis. Pero un archivo no es una acumulación de papeles: es necesario personal y procesos de catalogación y puesta a disposición del público. Se afirma que, este “fondo podría convertirse, en un futuro, en un centro nacional dedicado a la creación, la edición y la industria editorial“. Obsérvese el condicional de podría: cuándo podría, con qué dotación. Ojalá llegue a existir, aunque, insisto, puede que para cuando lo hayan hecho, haya desparecido todo resto de los archivos de las editoriales históricas. Y, por cierto, ¿qué pasa con el Archivo de Preservación Digital que también prometió el Ministerio?

Se ha jaleado mucho el número de premios nobel que encierra: Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Vicente Aleixandre o Camilo José Cela. Pero me da la impresión de que sus materiales (cartas, borradores, etc.) no podrán ser hechos públicos más que negociando con elos o sus herederos… ¿tal vez a través de su agente? ¿O en el precio de compra se incluye el derecho de difusión pública? Y por último, el archivo parece que redicará en Alcalá de Henares, que “no en vano es la cuna de Cervantes”, como dice el Director General del Libro. No sé: también podría radicar en Valladolid, dado que por ahí pasa el Pisuerga…

Pero dada la unanimidad satisfecha con la que se ha jaleado esta compra y sus circunstancias, creo que mis reservas sólo son fruto del estado obnubilado que producen las fiestas.

“Es justo que un autor agradezca”

15 diciembre 2010 9:09

Agradecimientos. Es bueno, es elegante, es justo que un autor agradezca la ayuda que cierta gente le haya prestado en la redacción de su texto. Suele hacerse al final del libro, aunque en muchos casos, sobre todo en el extranjero, la página de agradecimientos se pone al principio.

Hay casos, no obstante, en los que los agradecimientos alcanzan proporciones faraónicas. En el mundo académico se raya lo grotesco: el rector, el decano, una docena de colegas, la bibliotecaria, media docena de estudiantes aventajados, los bedeles, algunos amigos, la esposa, los hijos, hasta el perro… es como si el autor hubiera hecho muy poco, como si casi todo hubiera sido hecho por una miríada de ajenos que, sin firmar el libro y, por consiguiente, sin cobrar derechos, asumieran la responsabilidad de la obra.

Ello no es bueno ni elegante ni justo.

(Mario Muchnik, 2002)
Recopilación de José Antonio Sánchez Paso