Las etiquetas de los lectores

12 mayo 2008 11:11


Hay un procedimiento muy extendido en la llamada “Web social” o “Web 2.0”, que es el etiquetado: los usuarios marcan cosas con sus etiquetas o tags para que luego ellos mismos (u otros) las encuentren. Hay sitios para etiquetar cualquier tipo de contenido (como Del.icio.us) y otros que utilizan las etiquetas para conjuntos específicos.

Los libros son uno de estos casos. Los pueden etiquetar los usuarios de una librería virtual como Amazon, igual que los del sitio de catalogación de bibliotecas personales LibraryThing (a la que ya conocemos por su reconstrucción de bibliotecas del pasado).

Pues bien: Tim Spalding, creador de LibraryThing ha publicado un interesante post comparando qué han etiquetado del mismo libro los usuarios de Amazon y los de su sitio. El libro es Godless: The Church of Liberalism, de Ann Coulter; el enlace anterior lleva a las etiquetas de Amazon (imagen superior), y el siguiente a las de LibraryThing (imagen inferior).

Spalding observa primero que las etiquetas (más de 800 en Amazon) tienen una estructura familiar: hay pocas con muchas apariciones (odioso, 140, mentiras, 110, propaganda, …) y muchísimas que aparecen una sola vez. Pero lo más sorprendente es el tipo de etiquetado en uno u otro sitio. La obra es controvertida, pero los lectores de Amazon la etiquetan con juicios de valor, mientras que los de LibraryThing lo hacen con conceptos más objetivos (adscripción de género y tema, por ejemplo).

A diferencia de los metadatos bibliotecarios, que pertenecen a conjuntos cerrados y consensuados, el etiquetado social permite crear etiquetas prácticamente ad hoc. Y este libro de Ann Coulter es un ejemplo perfecto del uso que hacen de esta libertad distintos tipos de lectores.

Wikipedia y la Coca-Cola en África

01 mayo 2008 11:11


Hace pocos días se difundió la noticia de que una parte de la Wikipedia alemana (la segunda en extensión del mundo, tras la inglesa) iba a ser publicada en forma de libro por la editorial Bertelsmann, parte de un gigantesco grupo mediático internacional.

Destacan varios aspectos en esta operación:

¿El libro de la Wikipedia? Pues sí: el libro sigue siendo una buena herramienta de consulta, y además: ¿verdad que sigue existiendo muchísima gente sin acceso a Internet, o con poca familiaridad en su uso?

Los artículos que van a ser editados (50.000 de las 700.000 entradas de la versión alemana) serán los más consultados en la enciclopedia en el periodo 2007/8. Dado que los datos de acceso a la Wikipedia son públicos, bien podríamos decir que la selección de entradas para publicar de una de las editoriales mundiales más especializada en obras de consulta… la han hecho los propios usuarios de la Wikipedia.

Bertelsmann, eso sí, revisará las fuentes y la información contenida. Mmmm… sería interesante saber si los errores o carencias detectadas las incorporarán los redactores de Bertelsmann a la versión on line.

Esta es la primera vez que se edita en papel. De los 19,95 euros de su precio de venta, un euro irá destinado a la fundación sin ánimo de lucro que sostiene la Wikipedia alemana. Pero en realidad la licencia de la Wikipedia permite la republicación total o parcial, incluso con fines comerciales, lo que quiere decir que, incluso sin esa donación, cualquier editor podría imprimir parte de la Wikipedia en forma de libro.

El hecho de Wikipedia esté bajo ese tipo de licencia es con frecuencia mal entendido, y he leído críticas al respecto de esta operación de Bertelsmann. Pero el que un proyecto creado por voluntarios sirva a alguien para enriquecerse no es un desdoro… si con ello se consigue que el proyecto se difunda. De hecho hay argumentos a favor de que se permitan usos comerciales incluso a digitalizaciones hechas con dinero público

De hecho, en el mundo en que vivimos, parece ser mejor ligar la distribución de bienes (sean materiales o intelectuales) al comercio que a otro tipo de impulsos: véase si no lo que ocurre con la Coca-Cola y África. O, sin ponernos extremos: ¿qué será mejor, que los habitantes de países en vías de desarrollo no puedan acceder al saber destilado gratuitamente por los colaboradores de la Wikipedia, o que haya dos, tres, cuatro editoriales compitiendo con extractos impresos de la obra con distintos criterios y precios?

La Britannica, más accesible

23 abril 2008 10:10

Hoy, día en que se conmemora tanto la muerte de Cervantes como la de Shakespeare, me complace utilizar este último enlace para que los lectores puedan llegar a la extensa entrada sobre el bardo de Stratford-upon-Avon en la Encyclopaedia Britannica, hasta hace nada reservada a suscriptores…

La famosa enciclopedia que deleitara a Borges fue editada primero en papel, luego en CD-ROM y por último en la Web, con sus entradas completas accesibles sólo mediante suscripción. Pero la edición de las obras de consulta y referencia (como bien saben nuestros lectores) ha experimentado grandes cambios con la llegada de la Web y sobre todo con la existencia de la Wikipedia. Ello ha conducido a importantes modificaciones en el comportamiento de sus editores: el último de nuestro entorno fue que la Enciclopedia Catalana abrió sus páginas.

La Britannica no era una excepción; como dice David Corral:

Por cada página vista sobre Britanica.com, se ven 184 en Wikipedia. Este dato supone que mientras la prestigiosa enciclopedia británica tiene 3,8 millones de visitas en un mes, Wikipedia alcanza 21 millones de usuarios.

Pues bien: la afamada Britannica había venido defendiéndose de esta situación con inteligencia: por ejemplo, del año pasado proviene su acuerdo con Google para permitir a los usuarios que así lo desearan añadir sus resultados a las búsquedas.

Pero ahora ha optado por un astuto movimiento: permitir a los editores de webs (que pasan un pequeño proceso de seleccion) que se registren gratuitamente durante un año, pero además que puedan enlazar a cualquier artículo de la enciclopedia, y que sus lectores puedan llegar hasta la versión íntegra, algo antes reservado sólo para suscriptores y que incluye no sólo el texto de la enciclopedia, sino acceso a artículos de revistas seleccionados y enlaces de la Web. Esto es válido para cualquier tipo de entrada, desde Shakespeare hasta pinball machine.

Arriba, todo lo que se ve de un artículo cuando se entra directamente. Abajo, vista parcial del mismo artículo (con las referencias complementarias a la derecha) en visión de suscriptor o… a través de este blog.


¿Qué gana con esto la Britannica? Notoriedad, page rank y quizás nuevos suscriptores. ¿Qué pierde?: probablemente nada. Y, si realmente tiene más calidad que otras opciones disponibles, ahora podrá demostrarlo.

Además, también se da ahora la posibilidad de incluir widgets en las páginas web, como éste:

Los widgets son pequeñas aplicaciones que ya están usando editoriales como Random House y HarperCollins para publicitar sus libros en webs ajenas.

En resumen: Britannica ha hecho un ágil movimiento comercial que reportará beneficios para todo el mundo: los editores de webs y blogs, sus lectores … y ellos mismos.

Imprimiendo obras en el dominio público

19 abril 2008 11:11

La explosión mundial de obras digitalizadas es gigantesca, aunque sigue abierto uno de los grandes interrogantes: ¿para qué se están digitalizando tantos libros? La respuesta lógica sería “para que se lean”, pero a juzgar por los obstáculos que se están poniendo en instituciones oficiales para la diseminación de las que están en el dominio público, la cosa no parece tan clara…

¿Y en el terreno de las empresas privadas? Muchas están dando acceso a archivos de obras:

The Internet Archive con 300.000 libros en el dominio público
Google Books – con 1,7 millones de libros en el dominio público

Universal Library – con 600.000 libros en el dominio público
Project Gutenberg – con 20.000 libros en el dominio público

WikiSource – unas 69.000 páginas

La mayoría dan posibilidad de reutilización de las obras que contienen bajo términos no-comerciales. Y aquí viene la brillante idea:

Public Domain Archive and Reprints Service, que se presenta como “un proyecto experimental no-comercial para archivar y republicar obras en el dominio público”, actúa de intermediario. Ayuda a buscar libros en los dos primeros sitios mencionados (Internet Archive y Google Books) y, tras la elección del usuario, dirige una petición a Lulu.com, que los imprime bajo demanda a petición de nuevo del usuario.

Public Domain Archive and Reprints Service cobra sólo 1 euro por la gestión total (que incluye la conversión del archivo digital a formato imprimible); por eso se califica de no-comercial. Es decir, para todos los efectos es como si cualquier persona particular localizara un libro en uno de estos servicios, se lo bajara, lo formateara, y lo encargara en Lulu.

Tras la petición al PDA&RS; se recibe un correo en 24-48 horas con dos enlaces: por un lado el acceso al PDF de la obra (en los servidores del Public Domain Archive). El archivo que se va a imprimir mantiene todas las noticias de su origen, así como cualquier tipo de filigrana o “marca de agua” con que sus páginas estuvieran señaladas. Por otra parte, viene el enlace a Lulu.com, donde se puede proseguir la compra, cargando un euro por la gestión al PDA&RS.;

He hecho la prueba con un Florilegio de poesías castellanas de Juan Valera, editado en 1903, cuyo ejemplar se encuentra en la biblioteca de la Universidad de Michigan y ha sido digitalizado por Google Libros. Arriba está la portada de la edición que encargué (señalando que proviene del Public Domain Archive and Reprints Service) y debajo la doble página donde indica la fuente del archivo digital (Google). El volumen resultante tiene 356 páginas, y un precio de coste (al que habrá que añadir los portes) de 9,65 euros.

Bien: volvemos al principio: ¿habrá que bendecir la casualidad de que un ejemplar de este libro español en el dominio público (como muchos otros) esté en los Estados Unidos, en la biblioteca de la Universidad de Michigan, en vez de en la Biblioteca Nacional, en Madrid? Parece que sí…

La digitalización pactada entre ellos y Google Libros permite poner el archivo a disposición de cualquiera en la Web, para usos no comerciales. De modo que yo podría bajarme de una sola vez el PDF de toda la obra desde Google Libros, luego imprimírmelo en mi casa y hacerle una encuadernación igualmente casera. O bien formatearlo y enviarlo luego a Lulu, para obtener algo más manejable. O bien usar de intermediario al Public Domain Archive and Reprints Service, que es de lo que veníamos hablando.

Las bibliotecas de los muertos

14 abril 2008 10:10


Ya hemos hablado alguna vez de los sitios web que permiten catalogar nuestras bibliotecas personales.

Uno de ellos, LibraryThing, tiene un grupo de voluntarios llamado I See Dead People[‘s Books] (‘Veo los [libros de los] muertos’) que se dedica a integrar en su sistema las bibliotecas supervivientes de personalidades del pasado. Por ejemplo: la de María Antonieta (con 700 y pico libros, que corresponden a las temáticas expuestas en la nube de etiquetas superior) o la de Hemingway (con 7.000 y pico libros). En la de este último, y a juzgar por la nube de autores inferior (detalle) abundaban los libros de Andersen, Sherwood Anderson, Balzac… y nuestros Baroja y Barea. Hay otras bibliotecas en proceso de creación, como la de Joyce o la de Walter Scott.


Pues bien, el sitio permite también comparar bibliotecas, y de este modo podemos saber qué libros tenían en común la biblioteca de Hemingway y la de Scott Fitzgerald, o la biblioteca que tiene usted en su casa con la de cualquiera de ellos dos (vía el blog de LibraryThing).

LibraryThing, que anuncia tener catalogados 25 millones de obras es todo un fenómeno de redes sociales relacionadas con los libros, y acaba de aparecer su sitio en español.

Ganar dinero escribiendo en Internet

03 abril 2008 19:19


¿Es posible? Lo último que ha llegado a mi conocimiento (gracias, Zbelnu) es Shvoong. Este sitio pretende reunir resúmenes de libros y artículos, de literatura a ciencias humanas o duras, elaborados pro los usuarios. Los resúmenes aparecen en una treintena de lenguas, y son calificados también por los visitantes. No hay intervención editorial, ni tampoco posibilidad de corregir textos ajenos (a lo Wikipedia), de modo que no extrañará que la calidad general sea bastante baja, y los resultados tipo El rincón del Vago. A ello contribuye el deficiente planeamiento del sitio, que ni siquiera fomenta la identificación de la edición de la obra resumida.

Pero a donde íbamos: Shvoong paga a los resumidores. ¿Cuánto? Una décima parte de los ingresos obtenidos por la publicidad en cada página, y la mitad si uno se ha limitado a traducir un resumen ajeno, de acuerdo con sus preguntas frecuentes. ¿Cuánto puede significar esto (pasando por alto la posibilidad de que los gestores del sitio no declaren los ingresos reales)? Por fortuna, en la Red es muy fácil acceder a la experiencia de los usuarios, y eso ocurre en este caso, empezando por los propios foros de Shvoong:

Hello people! I can’t believe it! Since October 4th up to February 29th. I’ve been sending 243 abstracts and I’ ve had 13045 views. All that work is U$S 2,15. On February, I sent 19 abstracts and for the total of my work I had 4907 views and U$S 0,86. I would like to hear your opinions. Thanks.

y siguiendo por otros blogs y lugares de opinión. La impresión general es que nadie saca un duro…

Hay un proyecto español reciente de prensa, Soitu, que paga 20 euros por cada noticia propuesta por un lector registrado que llegue a la portada, y 10 por las que lleguen a una portada de sección. La selección la hacen los propios periodistas del medio. No tengo aún noticias de qué niveles de ingresos pueden conseguirse por este medio.

Los encantos de la Wikipedia

29 marzo 2008 17:17

Nicholson Baker es un interesante novelista y ensayista. Me gusta especialmente su novela La entreplanta. Siempre ha prestado gran interés al mundo de la documentación y de la biblioteca: su libro Double Fold. Libraries and the Assault on Paper era un alegato en contra del pase a microfilm y posterior destrucción de fondos bibliográficos (véase mi proto-blog, el 25 de diciembre del 2001).

Pues bien: como no podía por menos de ocurrir, Baker ha dirigido ahora su mirada fascinada a la Wikipedia, esa cosa

realmente increíble. Es inmensamente abarcadora de datos, idiosincrásica, cuidadosa, desordenada, divertida, asombrosa y llena de controversias en ebullición… Y es gratuita, y es rápida.

Así comienza The Charms of Wikipedia, un artículo en la New York Review of Books donde Baker reseña el libro Wikipedia: The Missing Manual, de John Broughton. Brughton es el autor de más de 15.000 intervenciones en el texto de la Wikipedia, y su libro es una guía para gente que quiere intervenir en la obra, cosa compleja, pues en ella conviven “autodidactas y gente con una educación cara”.

Como recuerda Baker, en sus inicios el proyecto absorbió artículos de la edición de 1911 de la Encyclopedia Britannica, que está en el dominio público. También del Dictionary of Greek and Roman Biography de Smith, de la Encyclopedia de Nuttall, de 1906 , la Cyclopedia de Chamber, la General Biography de Aiken’s, el Biographical Dictionary de Rose, el Bible Dictionary de Easton’s y muchos otros. Pero su descomunal éxito parte de la intervención de millares de voluntarios, y ésta se debe a que se trata de algo adictivo:

Todos los grandes éxitos de Internet (e-mail, AOL chat, Facebook, Gawker, Second Life, YouTube, Daily Kos, World of Warcraft) tienen más o menos un componente adictivo: te enganchan porque son formas solitarias de ser social.

Baker nos cuenta su primera impresión cuando decidió editar un artículo:

Hice clic en la solapa de “editar esta página”, e inmediatamente tuve un sentimiento extraño, casi de vértigo, como si hubiera pasado a través del espejo y se me permitiera jugar con una enorme máquina o con una pieza delicada de equipamiento biomédico.

Pero pronto decidió cual sería su misión en la enciclopedia: impedir la desaparición de artículos. Por decisión de los editores internos (todos voluntarios) hay entradas que pueden desaparecer, por ejemplo porque se juzguen irrelevantes. La cuestión es sustantiva, y ha dividido a los colaboradores de la enciclopedia en dos bandos; los eliminacionistas y los inclusionistas: entre estos últimos están, por supuesto, Baker, pero también Jimbo Wales, cofundador de la Wikipedia, que opina que si los usuarios quieren dedicar una entrada a cada uno de los personajes de los Pokemon, pues ¡que lo hagan! Por suerte, el debate inclusión/exclusión se puede seguir en la misma enciclopedia.

Sólo a la extraordinaria bulimia de saber que aqueja a Baker se le puede ocurrir una operación de salvación de artículos. El gráfico superior compara la extensión de los dos millones y cuarto de entradas de la Wikipedia (ojo: sólo en inglés), barra de la izquierda, con el Oxford English Dictionary en veinte volúmenes, centro, y la Encyclopaedia Britannica en treinta y dos tomos, derecha. El gráfico proviene de un artículo de Noam Cohen hablando de la desaparición de las enciclopedias impresas.

(Gracias a Javier Candeira y a Adán Griego por las referencias).

Gran Enciclopèdia Catalana en abierto

20 febrero 2008 14:14

Una de las obras de consulta más conocidas de Cataluña, la Gran Enciclopèdia Catalana, está desde hoy accesible gratis en Internet. Hasta el momento su versión web, la Hiperenciclopèdia, era de pago, y coexistía con la edición en papel, en 28 volúmenes. Ésta no volverá a publicarse, y la de Internet se abre a la Red.

¿Qué ha ocurrido? Los beneficios por suscripción (que existía desde 1998) eran muy bajos, “pese a las suscripciones colectivas con fondos públicos que permitían el acceso a los funcionarios, las escuelas y las bibliotecas catalanas” (dice El Periódico). Por otra parte, las enciclopedias en papel, sobre todo las de gran formato, están perdiendo ventas progresivamente desde hace años, coincidiendo (como a nadie se le escapa) con el ascenso de Internet y concretamente de la Wikipedia.

¿Qué podía hacer Enciclopèdia Catalana? La obra en gran formato no se volverá a publicar, y entre tenerla guardada en un cajón y abrirla al público en la Red, la mejor solución es la segunda: a través de ella se podrán “generar ingresos por publicidad, convenios y aportaciones públicas” (de nuevo El Periódico). Es decir: se intentará cambiar el modelo de negocio… Se tratará también de “incorporar la posibilidad de que los usuarios nos propongan nuevas entradas o textos revisados, que sólo publicaremos, sin embargo, después de ser revisados por el editor”, dice el director general, Albert Pèlach en el blog del proyecto. La moda de la Web 2.0 entre las instituciones es clara, pero, como ya discutimos en este mismo blog, ¿cómo se las van a arreglar para recibir aportaciones altruistas de usuarios?

Hay otro problema, que es el de la misma concepción de la obra. Una enciclopedia en línea no es sólo el texto e imágenes en un servidor (en la imagen inferior, un artículo de la enciclopedia), ni aunque tenga acceso hipertextual a otros artículos de la misma obra: le falta la conexión al exterior. Estos elementos están previstos en una segunda fase. Dice La Vanguardia:

Tendrá un contenido aproximado a finales de 2010 de 575.000 entradas [en vez de las 270.00 actuales], 50.000 fotografías, 2.000 dibujos, 1.500 vídeos, 2.000 mapas, 250.000 conexiones hipertextuales internas y 30.000 externas.

Bienvenido este caudal de informaciones abierto a todos en la Red, pero, tanto como el modelo de negocio, el modelo de una enciclopedia en línea es lo que debe ser revisado.

Wikipedia editada en tiempo real

23 enero 2008 10:10


Pocas veces el recurso a la información cartográfica y la información en tiempo (casi) real han servido mejor para dar idea de la magnitud, y la amplitud de un proyecto: Wikipedia Vision informa sobre el origen de las ediciones de la enciclopedia colaborativa (vía if:book).

Los hijos de Wikipedia

08 enero 2008 8:08

Los wikis son (como casi nadie ignora) sistemas de edición de páginas web públicas, abiertos a cualquiera que desee modificar su contenido. El wiki más famoso es la Wikipedia, gigantesca enciclopedia colectiva que, sorprendentemente, funciona, y de modo muy ágil.

Lentas, pero seguras, diversas instituciones están empezando a usar wikis para sus propios fines. Voy a destacar dos bien distintos.

La Fundéu (fundación de la agencia periodística EFE que lleva años velando por la calidad del lenguaje periodístico) promueve la Wikilengua del español, que se presenta oficialmente el 10 de enero en la Casa de América de Madrid. El proyecto invita a participar a:

autores, traductores, editores, lingüistas, correctores, profesores, estudiantes, periodistas y en general todas las personas interesadas en la lengua, individualmente o como parte de una entidad, que quieran compartir sus conocimientos con cientos de millones de hispanohablantes

Los temas propuestos son cuestiones de uso, sintáctico o léxico, neologismos, adaptación de nombres propios extranjeros, cuestiones (orto)tipográficas y en general las muchas dudas que se suscitan en el uso de la lengua. No es que faltaran lugares donde debatir estos temas (ahí están, desde hace una década, los foros del Centro Virtual Cervantes) o hacer consultas (ahí están los diccionarios de la Academia), pero Wikilengua tiene la pretensión de unificarlos enciclopédicamente con la participación de una amplia base de usuarios.

Por otra parte, la editorial Santillana, bien conocida en el ámbito de la educación, ha lanzado la Kalipedia, que se presenta como una enciclopedia temática, de consulta gratuita, adaptada al nivel de la Enseñanza Secundaria. Es una enciclopedia tutelada en sus contenidos, que sólo los profesores pueden proponer modificar, y que aporta numerosos recursos didácticos. Su propósito es también crear comunidades en torno a sus temas. En sus propias palabras:

Con una navegación sencilla e intuitiva, Kalipedia está organizada en artículos temáticos completados con materiales multimedia a los que se puede acceder cómodamente, aun con unos conocimientos informáticos muy básicos. Gracias al buscador o al menú de materias, la navegación se ajusta temáticamente a las asignaturas de enseñanza secundaria.

La idea que está detrás de proyectos como estos es asimismo la que animó a la creación de Citizendium como evolución de la Wikipedia: hacer un proyecto enciclopédico con más control editorial de la autoría y menos anonimato en las intervenciones. La duda que surge sobre estos intentos es que están jugando con los mecanismos de participación del público general. Quienes escriben en la Wikipedia saben que sus aportaciones, que pueden ser anónimas, serán corregidas o no por otros usuarios, pero no van a tener un filtro editorial externo (aunque hay debate interno sobre la pertinencia de un proceso de aprobación). En otras palabras: ¿sabes tú, editor, más que yo sobre numismática visigoda (o dicotiledóneas tropicales)? La revisión entre iguales es bienvenida, aunque puedan surgir diferencias de escuela o perspectiva, pero para un control vertical de los contenidos ya están las editoriales, los medios de comunicación y, en general, el mundo exterior.

Por otro lado, una cosa es aportar los esfuerzos de uno a un proyecto común y otra, hacerlo para beneficio de una institución. Wikipedia es una fundación, pero la percepción de sus colaboradores no es de que están trabajando para ella, sino para la comunidad. Éste es el reto que tienen que conseguir las instituciones que piden la colaboración desinteresada de su público: que el fin de esta colaboración se perciba como suficientemente altruista.

Con todas estas reflexiones por delante, bienvenidos sean proyectos de la envergadura de Wikilengua del español y Kalipedia, que van a ser sin duda muy útiles para enriquecer la Internet en español.